La dermatitis atópica (DA) es una de las enfermedades inflamatorias crónicas más comunes de la piel, de origen multifactorial y caracterizada por piel seca, lesiones eccematosas recurrentes y prurito. Se asocia con un deterioro profundo de la calidad de vida (CdV), que puede exacerbarse aún más por su comorbilidad alérgica asociada, como la rinitis o el asma. Se sabe que el tejido adiposo contribuye a la inflamación crónica y, por lo tanto, puede afectar a los pacientes con DA. La relevancia del exceso de peso en los pacientes con DA es todavía un tema de debate a pesar de la importancia demostrada de la obesidad en la psoriasis y la hidradenitis supurativa y el impacto favorable que tiene la pérdida de peso en estas afecciones.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad se define como una condición en la que el índice de masa corporal (IMC) de un individuo supera los 30 kg/m2. Un desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto energético conduce a un aumento del tejido adiposo. Se sabe que los adipocitos hipertróficos liberan citocinas proinflamatorias como TNFα, IL-6 e IL-8. Así mismo, las adipocinas proinflamatorias como la leptina se secretan cada vez más, con una disminución concomitante de las adipocinas antiinflamatorias como la adiponectina.