De manera reciente se generó evidencia crítica que respalda no sólo el papel esencial que desempeñan los primeros acontecimientos de la vida y las exposiciones en el inicio del asma, sino también las raíces infantiles de las formas persistentes de asma que pueden conducir a déficits irreversibles de la función pulmonar. Dos revisiones recientes describieron los principales datos disponibles hasta 2013 que respaldan estas afirmaciones. El propósito de los autores aquí fue resumir los resultados más recientes que brindan nuevas pistas sobre los factores asociados con el inicio de diferentes formas de asma durante los años de crecimiento. El enfoque principal será en dos de las principales influencias de la vida temprana en el inicio del asma: la disbiosis microbiana y la disfunción metabólica (conceptualizadas como las vías microbianas y metabólicas en la Figura 1).
Asma y ambientes microbianos
Los mecanismos moleculares responsables del desarrollo y la progresión del asma implican un espectro amplio de tipos de células, incluidas múltiples células inmunitarias y sus mediadores. Entre ellos, el papel central de las células T cooperadoras CD4+ tipo 2 (Th2) en la inflamación alérgica recibió mucha atención, ya que las células Th2 secretan un rango de citocinas, como IL-4, IL-5 e IL-13, que son fundamentales para mediar las características clave de la enfermedad, como la producción de IgE, la eosinofilia y la remodelación en las vías respiratorias.