El asma es una enfermedad heterogénea de las vías respiratorias que se presenta con diferentes tipos y grados de inflamación, a menudo en asociación con cambios estructurales en las paredes de las vías respiratorias. Los granulocitos inflamatorios infiltrantes, como los eosinófilos y/o los neutrófilos, y las células estructurales residentes de las vías respiratorias participan en los procesos inflamatorios y de remodelación del asma por medio de distintos mecanismos.
La inflamación tipo 2 (T2) se caracteriza por el aumento de la expresión de citocinas asociadas a T2, como IL-4, IL-5 e IL-13 en la mucosa bronquial. El asma eosinofílica grave por lo general se asocia con enfermedad de inicio tardío y estos pacientes presentan exacerbaciones frecuentes, pólipos nasales, obstrucción fija del flujo de aire y dependencia de la terapia con corticoesteroides orales, y responden a terapias biológicas dirigidas a T2 como tratamientos con anticuerpos anti-IL5, anti-IL5Rα o anti-IL4Rα. Los recuentos de eosinófilos en el esputo pueden reflejar de manera más confiable la inflamación eosinofílica de las vías respiratorias que un recuento de eosinófilos en sangre. Sin embargo, la inducción del esputo es invasiva y no siempre tiene éxito en la producción de muestras adecuadas en pacientes con asma. Los recuentos de eosinófilos en sangre se utilizan como un indicador indirecto de la eosinofilia en esputo, con una correlación moderada a buena entre los recuentos de eosinófilos en sangre y los recuentos de eosinófilos en esputo.