Este “Estado de arte” enfatiza ciertos aspectos
del tratamiento de la enfermedad
respiratoria exacerbada por aspirina (EREA) que son importantes pero menos
conocidos y no tan fáciles de encontrar en otras fuentes relacionadas a este
tema. De manera breve, la historia típica de un paciente con EREA incluye
tolerancia previa a los inhibidores de la ciclooxigenasa-1 (COX-1), como la
aspirina y los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Muchos pacientes con
EREA reportan que la enfermedad de forma inicial se desarrolla con síntomas de
una infección de vías aéreas superiores que evoluciona a síntomas clínicos de
congestión nasal con anosmia y progresión a pansinusitis crónica y pólipos
nasales. El asma puede preceder a la enfermedad de las vías aéreas superiores o
desarrollarse de forma posterior. Una minoría puede no tener asma o
hiperreactividad bronquial definida por una prueba de metacolina. Las secciones
contenidas en este artículo incluyen lo siguiente: tratamiento,
desensibilización a la aspirina, colonoscopía y aspirina, abordaje quirúrgico
en la EREA, pacientes con EREA candidatos desensibilización a aspirina y
tratamiento, pacientes con EREA que no son candidatos a la desensibilización
por aspirina y tratamiento.
La administración de las vacunaciones convencionales mediante el uso de una aguja sigue siendo un problema en regiones alejadas y pobres del mundo. Una posible solución podría ser la vacuna en parche desarrollada por investigadores de los EE. UU. En un modelo en monos, la administración de una vacuna contra el sarampión de esa manera provocó una respuesta inmunitaria, según un informe publicado en "Vaccine".
El parche, desarrollado por el George Institute of Technology y los Centers for Disease Control and Prevention (ambos en Atlanta), mide aproximadamente un centímetro cuadrado. Está recubierto con 100 microagujas cónicas sólidas de apenas una fracción de milímetro de longitud y fabricadas con un polímero, azúcar y la vacuna.
El parche se aplica presionándolo con el dedo, con lo cual las microagujas se insertan en las capas superiores de la piel, se disuelven en unos minutos y, de esa forma, se administra la vacuna. Luego el parche puede desecharse.