martes, 5 de septiembre de 2023

¿Cómo es la vacuna contra el Chagas que se desarrolla en Argentina?

IntraMed entrevistó al líder del desarrollo de la candidata llamada Cruzivax, que superó la primera etapa en ratones. Se estima que en dos años podrá ser probada en humanos.
Autor/a: Celina Abud Fuente: IntraMed 

Una vacuna nasal preventiva contra la enfermedad de Chagas desarrollada por científicos argentinos superó con éxito las pruebas en ratones, se la está estudiando en otros modelos animales y en dos años o menos estaría en condiciones de probarse en humanos.  

Se trata de la vacuna Cruzivax, un desarrollo financiado en su mayor parte por la Comunidad Europea pero desarrollado de manera integral entre la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, el Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral de UBA/Conicet, con la colaboración de la Facultad de Medicina de la UBA y el Instituto de Investigaciones en Microbiología y Parasitología Médica.

El proyecto, que había empezado a gestarse en 2019 y se vio interrumpido por la pandemia de COVID-19, volvió a arrancar y cuenta con los recursos económicos hasta la fase I. IntraMed dialogó con el líder de la investigación, el doctor Emilio Malchiodi, quien es profesor de inmunología en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, investigador superior del Conicet y director del Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral  UBA/Conicet. Contó los detalles sobre Cruzivax, que, de superar todas las fases podría prevenir esta enfermedad causada por el microorganismo Trypanosoma Cruzi y que tiene la vinchuca como vector.

Además de la picadura de este insecto, esta enfermedad, que causa unas 12.000 muertes por año, puede también transmitirse sanguínea o trasplante de órganos y durante la gestación o el trabajo de parto, siempre y cuando no se realicen análisis de sangre previos.

¿Cómo está compuesta Cruzivax, la vacuna nasal contra el Chagas?

La vacuna nasal contra el Chagas que estamos desarrollando consiste en una proteína recombinante producida en bacterias (obviamente purificadas); un adyuvante de última generación llamado dAMP cíclico y  un líquido donde están suspendidos ambos.

¿Cómo fueron las pruebas con animales y cuando estiman que comienza la fase 1 en humanos?

Completamos las pruebas en ratones. El estudio se ejecutó en Argentina y se están realizando en este momento las pruebas en dos especies animales adicionales: perros y primates no humanos.

Para que pueda comenzar la fase 1, queda presentar estos resultados en un expediente a las autoridades regulatorias. Esto no sería antes de un año y medio o dos años cuando se terminen todos los estudios.

¿Qué instituciones y financiadores participan en el desarrollo?

La mayor financiación proviene de la Comunidad Económica Europea, que tiene un programa llamado Horizon 2020. Ellos aportaron una suma de 8.400.000 euros  para realizar todos los estudios y naturalmente la UBA y el CONICET aportan permanentemente con los salarios de investigadores y técnicos, además de becas y subsidios que complementan la suma desembolsada desde Europa.

¿La vacuna es tanto preventiva como terapéutica? ¿De qué forma actúa en ambos casos?

La vacuna que estamos tratando de desarrollar es preventiva o profiláctica, para ser empleada para personas que no están infectadas.

Por otro lado, estamos también estudiando la misma vacuna como terapéutica, o sea, para pacientes que ya están infectados por el parásito en estadio crónico. En este caso, se trataría de modular la respuesta inmune para que haya un mejor combate contra el parásito, que permanece produciendo una infección crónica. Estamos estudiando la vacuna complementada con la droga que se utiliza para tratar a los pacientes, el Benznidazol.

¿La vacuna comenzará a estudiarse con adultos sanos?

Sí, la fase 1 se realiza en personas adultas sanas, en “individuos ideales” por llamarlo de alguna manera, para asegurarse de que no tengan comorbilidades, porque lo que se está estudiando es la dosis en humanos, que se estudió previamente en animales. Pero no hay una forma de trasladar mecánicamente la dosis a humanos. Entonces hay que ensayar algunas dosis  cambiando el adjuvantil y la vacuna. Con lo que se tiene muchísimo cuidado es con la seguridad, para cerciorarse que en humanos no provoque ningún efecto colateral adverso importante (algo que no sucedió en animales). Sí son esperables un enrojecimiento en la zona de aplicación, algún pequeño dolor, pero nada más allá de eso.

¿A que grupos apuntan a que se administre en un futuro?  ¿Cuándo creen que podrá aplicarse a la población en riesgo?

A la población en riesgo no se va a poder aplicar antes de que se termine la fase 2 y 3. Pero todavía no contamos con financiamiento para avanzar hacia estas fases. En estos casos, la vacuna candidata no se prueba en “individuos ideales”, sino en población normal y en la fase 3 lo que hay que demostrar es que la vacuna sea capaz de reducir la infección o la enfermedad comparado con placebo.

¿En qué se diferencia esta vacuna de otros intentos previos de vacuna contra el Chagas?

La vacuna se diferencia de intentos anteriores debido a que utiliza un antígeno quimérico desarrollado acá, por la UBA y el CONICET. Las quimeras son aquellos animales mitológicos que tenían la cabeza de un animal y el cuerpo de otro. Este antígeno  es quimérico porque tomamos partes de tres antígenos diferentes y los combinamos por ingeniería genética en una sola molécula. Esto facilita la producción del antígeno, es uno solo pero tiene componentes de tres antígenos, con lo cual la respuesta inmune que se genera enfrenta al parásito por tres lugares diferentes.


*Dr. Emilio Malchiodi. Profesor de inmunología en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, investigador superior del Conicet y director del Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral  UBA/Conicet.

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