Los metales están omnipresentes en el medio ambiente. Los seres humanos se exponen de forma rutinaria a los metales en la ropa, la joyería, las herramientas, los utensilios e incluso en los alimentos. En la práctica médica, los pacientes también se exponen de forma frecuente a metales externos, como el acero inoxidable en las cuchillas quirúrgicas y de forma interna en los dispositivos cada vez más usados de implantes ortopédicos, cardíacos y dentales.