Autor/a: Moises Auron, Gregory B. Seymann
Un hombre de 50 años de edad ingresa en el Departamento de Emergencias durante el invierno con empeoramiento de dolor torácico pleurítico de una semana de evolución, disnea y tos seca. Tenía síntomas de infección de las vías respiratorias superiores (URI) 7 días antes del ingreso, que desde entonces desaparecieron. No fuma y no tiene exposición ocupacional a partículas inhaladas. A la admisión presenta temperatura de 38,3°C, frecuencia respiratoria de 26 y SpO2 de 96% en aire ambiente; el resto de sus signos vitales eran normales. En el examen físico, los pulmones tenían sonidos vesiculares sin estertores ni sibilancias, pero se escucharon algunos crepitantes inspiratorios en el área infraescapular posterior de forma bilateral.