Los bloqueos nerviosos, radiofrecuencia e iontoforesis son algunas de las opciones terapéuticas disponibles para personalizar el tratamiento y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
El herpes zóster, esa erupción cutánea dolorosa causada por la reactivación del virus de la varicela, puede dejar un eco persistente en forma de neuralgia posherpética. Esta complicación se caracteriza por un dolor intenso y otros síntomas que pueden afectar significativamente la calidad de vida del paciente.
Un dolor que no se va con la erupción
El Dr. Fernando Torre Mollinedo, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Quirónsalud Bizkaia, explica que "incluso después de que la erupción del herpes zóster haya sanado, el paciente puede continuar con dolor y otros síntomas como hipersensibilidad, hormigueo, entumecimiento y alteraciones de la temperatura".