lunes, 30 de enero de 2023

Riesgo de resultados graves de COVID-19 entre adultos y niños con asma de moderada a grave: una revisión sistemática y metaanálisis

Introducción

La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) es una afección respiratoria causada por el síndrome respiratorio agudo grave coronavirus 2 (SARS-CoV-2), que resultó en una pandemia, y afecta tanto a adultos como a niños. Se sabe que las personas mayores y las personas con comorbilidades como diabetes mellitus tipo 2, hipertensión, cáncer y algunas otras enfermedades respiratorias tienen una mayor probabilidad de presentar resultados graves de COVID-19, como hospitalización, ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI), necesidad de un ventilador, o la muerte.

Según el Consorcio Internacional de Infecciones Respiratorias Agudas Graves y Emergentes, 14 % de los pacientes con COVID-19 en el Reino Unido (UK) tenían un diagnóstico subyacente de asma, aunque el asma no se relacionó con una tasa más alta de mortalidad.

Por el contrario, la evidencia actual muestra que el asma puede tener efectos protectores potenciales debido al uso de corticoesteroides inhalados (CEI). En una revisión sistemática y metaanálisis reciente de 57 estudios, las personas con asma tenían un riesgo menor de adquirir COVID-19 u hospitalización por COVID-19 que las personas sin asma. En un ensayo controlado aleatorizado reciente en el Reino Unido, un CEI, la budesonida inhalada (800 μg dos veces al día durante 14 días) fue protector al reducir el riesgo de ingresos hospitalarios o muertes relacionadas con COVID-19.

En el Reino Unido, el Comité Conjunto sobre Vacunación e Inmunización (JCVI) solicitó una síntesis de evidencia para informar las deliberaciones de política nacional sobre las vacunas y refuerzos contra el COVID-19 en niños y adultos con asma. Una de las deliberaciones sobre las que tuvieron que asesorar fue si las personas con asma grave deberían recibir vacunas o refuerzos para COVID-19 y cómo identificar a esas personas con datos de salud recopilados de forma rutinaria. Después de discusiones adicionales con la Sociedad Torácica Británica y el JCVI, se consideró reformular esto con marcadores de gravedad/asma no controlada. Por lo tanto, esta revisión tuvo como objetivo proporcionar la mejor evidencia de resultados graves de COVID-19 en relación con los marcadores de gravedad del asma.

Métodos

Esta revisión sistemática se guio por la declaración de protocolos Elementos Preferidos de Notificación para la Revisión Sistemática y el Metaanálisis (PRISMA-2020). Se desarrolló un protocolo de estudio y se registró en el Registro Prospectivo Internacional de Revisiones Sistemáticas (www.crd.york.ac.uk/PROSPERO/identifynumberCRD42021270284).

Estrategia de búsqueda

Se desarrolló una estrategia de búsqueda que combinó términos para dos conceptos: COVID-19 y asma. La estrategia de búsqueda se diseñó para identificar estudios que reportaran las características de los pacientes con asma grave que requirieron hospitalización, ingreso en la UCI, ventilación mecánica o intubación y muerte por infección por SARS-CoV-2. Se examinaron todos los resultados, pero para facilitar la identificación de las revisiones existentes, también se utilizó el filtro MEDLINE de la Red Escocesa de Guías Intercolegiales (SIGN) para revisiones sistemáticas (adaptado para otras bases de datos).

Se realizaron búsquedas en Ovid MEDLINE, la base de datos de literatura COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud y medRxiv. Las búsquedas preliminares se probaron en cada base de datos, se refinaron, se ejecutaron para esta revisión el 19 de julio de 2021 y se actualizaron el 23 de septiembre de 2021 y el 18 de enero de 2022 por M. Dozier. Las estrategias de búsqueda detalladas se proporcionan en la tabla complementaria E1.

Cribado y selección de estudios 

Dos revisores independientes de un grupo de seis revisores (B. Lee, E. Agyei-Manu, N. Atkins, U. Bhattacharyya, G. Lewis, J. Rostron) realizaron la selección de títulos y resúmenes y la revisión de texto completo en www.Covidence.org. Se identificaron y eliminaron de forma manual duplicados adicionales durante la selección de títulos y resúmenes. Los estudios elegibles presentaron definiciones de asma grave, incluyeron casos confirmados de COVID-19 mediante transcriptasa inversa (RT)-PCR y se compararon los resultados con comparadores relevantes (por ejemplo, personas con asma leve o sin asma). Se seleccionaron estudios que incluyeron casos confirmados de COVID-19 y con alta sospecha clínica debido al acceso limitado a RT-PCR en los primeros meses de la pandemia de COVID-19.

Los siguientes criterios se utilizaron para examinar los registros. Se utilizaron las guías de la Sociedad Respiratoria Europea y Sociedad Torácica Americana e Iniciativa Global para el Asma (GINA) para definir el asma grave, ya sea como 1) que requiere dosis altas de CEI (por ejemplo, budesonida inhalada: para adultos y adolescentes (edad >12 años) >800 μg·día−1; para niños de 6 a 11 años >400 μg·día−1) y un segundo controlador; 2) uso de corticoides orales (CEO); o 3) asma que persistió “descontrolada” a pesar de la terapia. También se incluyeron estudios que utilizaron otras definiciones de las guías de gravedad del asma basadas en el uso de medicamentos. Los resultados graves para COVID-19 se definieron como hospitalización, mortalidad, ingreso en UCI o ventilación mecánica relacionados con COVID-19. La Tabla 1 describe los criterios de elegibilidad. Los desacuerdos se resolvieron por un tercer revisor (E. Theodoratou o R. McQuillan).

Evaluación del riesgo de sesgo

Se utilizaron las herramientas de evaluación crítica del Instituto Joanna Briggs (JBI) para evaluar la calidad de la evidencia de los estudios elegibles. Los estudios se evaluaron de forma independiente por dos revisores y se calculó el porcentaje de respuestas “sí” entre todas las preguntas (con un rango de 0% a 100%) para lograr puntajes de calidad comparables entre los estudios seleccionados. Estudios con puntaje >80% se consideraron de calidad alta, aquellos con puntaje >50% pero <80% se consideraron de calidad moderada, y aquellos con una puntuación <50% se consideraron de calidad baja.

Extracción y análisis de datos 

La evidencia se resumió por tipos de resultados graves de COVID-19. Se extrajo información sobre los ámbitos del estudio, como los regímenes de medicación para el asma basados en la población o en el hospital. No se obtuvieron datos sobre el estado de vacunación. Para las asociaciones, se obtuvieron los cocientes de riesgos ajustados, los cocientes de probabilidades (aOR) o los cocientes de riesgo (aHR) y los intervalos de confianza de 95%. Se realizó un método de varianza inversa general mediante un metanálisis de efectos aleatorios, se empleó la estimación de máxima verosimilitud restringida y el ajuste de Hartung-Knapp-Sidik-Jonkman. Para explorar las razones de la heterogeneidad, se calcularon τ2, I2 y Q de Cochrane. Los análisis de subgrupos se realizaron según los entornos de estudio y los regímenes de medicación para el asma. Como todos los análisis incluyeron <10 estudios, no se evaluó el sesgo de publicación mediante gráficos en embudo, correlación de Begg o prueba de Egger. Se presentaron todos los resultados en forma de diagramas de bosque con el programa R (versión 4.1.2). Los resultados se presentaron de forma narrativa cuando el metanálisis no fue posible debido a la excesiva heterogeneidad entre los estudios o la falta de investigación.

Resultados 

Características de los estudios incluidos

De los 2649 registros identificados después de la de duplicación, 317 se sometieron a una revisión de texto completo. De estos, 12 estudios se incluyeron para la extracción de datos. El proceso de selección se resume en un diagrama de flujo PRISMA (figura 1).

La Tabla 2 resume las características de los estudios incluidos. Siete estudios eran del Reino Unido, dos eran de Corea del Sur y los Estados Unidos (EE. UU.) y un estudio era de los Países Bajos. Nueve estudios se basaron en la población y tres estudios se realizaron en hospitales.

Marcadores de gravedad de asma 

La tabla complementaria E3 resume los marcadores de gravedad del asma utilizados en los estudios incluidos. Cinco estudios clasificaron la gravedad del asma según el uso de dosis altas de CEI y cuatro estudios según el uso de CEO (corticoesteroides orales). Tres estudios adoptaron marcadores más amplios, pero no proporcionaron resultados de subgrupos de uso de dosis altas de CEI o CEO. Los estudios en los que los regímenes de medicación no se definieron de forma clara se categorizaron después de contactar a los autores o después de discutirlo con los revisores.

Para los pacientes que se trataron con tres medicamentos de diferentes clases, los CEI más un agonista β de acción prolongada más otro medicamento, se clasificaron como el grupo de CEI en dosis altas, ya que estos pacientes tenían más probabilidades de usar CEI en dosis altas. Dos estudios de Shi y colaboradores clasificaron la gravedad del asma por la cantidad de CEO utilizados (de ninguno a dos ciclos) y la hospitalización dentro de 1 o 2 años antes de marzo de 2020. Para reducir la heterogeneidad entre los estudios incluidos,  se utilizaron estimaciones de un ciclo de CEO dentro de 1 año como una estimación mínima para la hospitalización y la mortalidad. Dado que una estimación del uso de CEO dentro de 1 año para la admisión en la UCI incluye la mortalidad relacionada con COVID-19, se utilizó la estimación del uso de CEO dentro de 2 años para obtener cada estimación.

Riesgo de sesgo de los estudios incluidos 

Según los estándares de la herramienta de evaluación crítica JBI para estudios de cohortes y el cálculo de la puntuación de calidad, 11 de los 12 estudios de la revisión se evaluaron como de alta calidad. Un estudio se evaluó como de calidad moderada, con una puntuación de 63%. Los detalles están disponibles en la tabla complementaria E4.

Resultados de COVID-19 grave en niños 

De 12 estudios, tres incluyeron niños (menores de 18 años), pero sólo un estudio proporcionó estimaciones puntuales de resultados de interés. En un estudio coreano, 22 niños se clasificaron como GINA paso 4 (n = 22) y 5 (n = 0), pero no se disponía de estimaciones en niños. En un estudio del Reino Unido en niños (menores de 16 años) con asma (n = 74), cinco usaron CEO y 11 usaron CEI y otros controladores, y sólo un número pequeño de niños con asma ingresaron en la UCI (n = 10), ninguno de los cuales murió. Otro estudio del Reino Unido de niños de 5 a 17 años demostró que dos o más cursos de CEO se asociaron con un riesgo mayor de ingreso hospitalario por COVID-19 en comparación con aquellos sin asma (aHR 3.53, IC 95% 1.87-6.67), pero no un curso de CEO (aHR 1.52, IC 95% 0.90-2.57). Sin embargo, el número de muertes en este grupo relacionadas con COVID-19 fue muy bajo (n <5).

Resultados de COVID-19 grave en adultos

Se realizó un metaanálisis con los aHR que se ajustaron por covariables, lo que resultó en la exclusión de tres artículos que presentaban los aORs (cocientes de probabilidades), que no son intercambiables con aHR. Se realizó un metanálisis separado con estos tres estudios (figuras complementarias E1-E3).

La figura 2 resume los riesgos de resultados graves de COVID-19 para adultos con asma grave que requieren dosis altas de CEI o CEO. El resultado del metanálisis mostró que los adultos con asma grave tenían un aHR más alto de 1.33 (IC de 95 % 1.06-1.67, I2 = 0%) de ingreso hospitalario que los que no tienen asma ni ninguna enfermedad respiratoria (figura 2a).

Dos estudios poblacionales examinaron la asociación entre el asma grave y el ingreso en la UCI relacionado con el COVID-19 y el aHR combinado fue 1.26 (IC de 95%: 0.89-1.79, I2 = 0%) (figura 2b). A pesar de que ambos estudios mostraron un riesgo mayor de ingreso en la UCI en adultos con asma grave, se utilizaron diferentes marcadores para el asma grave (tres medicamentos diferentes para el asma, versus un ciclo de CEO en 2 años).

Para la ventilación mecánica/intubación, sólo dos estudios investigaron el riesgo de ventilación mecánica en relación con el asma grave. En un estudio de cohorte por Eger et al, las personas en el Registro para el Tratamiento Optimo de Pacientes Adultos con Asma Grave (RAPSODI) que requieren dosis altas de CEI mostraron una prevalencia de intubación más alta que la población holandesa general (0.79% para RAPSODI versus 0.02% para la población general holandesa). Además, en este grupo, el asma grave tenía un OR de 40.8 para la intubación (IC de 95 %: 16.9-98.5) en comparación con la población holandesa general. Según Robinson et al, la tasa de eventos por 1000 días-persona de ventilación mecánica fue 1.6 (IC de 95 %: 0.2-3.0) en el grupo de asma grave que utilizó CEO en 1 año. No hubo diferencias significativas entre el asma grave y no grave después de comparar la edad, el sexo y la fecha de la prueba SARS-CoV-2 (aHR 2.10, IC de 95 %: 0.77-5.76).

Por último, 11 estudios examinaron la asociación entre el asma grave y la mortalidad por COVID-19. De estos estudios, no hubo muertes por COVID-19 en dos estudios. Se incluyeron tres estudios que presentaban OR en un metaanálisis separado, que mostró un OR de 1.07 (IC de 95%: 0.15 a 7.82, I2 = 30%) (Figura complementaria E3). Cuando se incluyeron seis aHR en el metaanálisis, el asma grave en adultos no se asoció con un aHR más alto (1.22, IC de 95 %: 0.90-1.65; I2 = 70%) (figura 2c).

La figura 3a y b muestra los riesgos de mortalidad por COVID-19 en subgrupos por entorno de estudio y por regímenes de medicamentos para el asma.

El aHR agrupado derivado de cuatro cohortes basadas en la población fue 1.10 (IC de 95%: 0.84 a 1.46), con una heterogeneidad de manera moderada a alta (I2 = 66%) (figura 3a). Dos estudios de cohortes en hospitales también mostraron un aHR más alto de 1.96 para la muerte por COVID-19 (IC de 95 %: 0.12-31.28) en comparación con aquellos sin asma o sin asma grave, con heterogeneidad baja (I2 = 0%).

Para los CEO, dos estudios basados en la población mostraron que los pacientes con asma grave que recibían CEO tenían un aHR de 1.04 (IC de 95%: 0.32-3.33; I2 = 72 %) en comparación con pacientes con asma no grave o sin asma (figura 3b).

Para dosis altas de CEI, se incluyeron cuatro estudios en el análisis (figura 3b). El uso de dosis altas de CEI tuvo un aHR de 1.42 en adultos, en comparación con aquellos con asma leve o sin asma (aHR 1.42, IC de 95% 0.84-2.40; I2 = 75%). Al dividir de nuevo los estudios por entornos, dos estudios de cohortes basados en la población mostraron un aHR de 1.27 (IC de 95 %: 0.11-14.76, I2 = 78%) y dos estudios hospitalarios mostraron un aHR para la muerte por COVID-19 de 1.96 (IC de 95 % 0.12-31.28, I2 = 0%) en comparación con aquellos con asma no grave o sin asma.

Discusión

Los hallazgos de este estudio muestran que el uso de dosis altas de CEI o CEO en adultos con asma grave se asoció con un riesgo mayor de hospitalización por COVID-19, pero no con el ingreso en la UCI y la mortalidad. Los análisis de subgrupos demostraron que no había evidencia suficiente que respaldara la asociación entre el uso de dosis altas de CEI o CEO en adultos con asma grave y un riesgo mayor de mortalidad por COVID-19, en comparación con aquellos con asma leve/moderada o sin asma. Sin embargo, se observó una heterogeneidad alta entre los estudios, y puede deberse a tamaños diferentes de muestra, comparadores diferentes, la inclusión de casos sospechosos de COVID-19 o covariables diferentes utilizadas en sus análisis estadísticos (tablas complementarias E2 y E5).

Cabe señalar que las definiciones de asma grave utilizadas en algunos estudios eran demasiado amplias o poco claras para clasificar los regímenes de asma de forma binaria. Por lo tanto, puede causar la posible clasificación errónea de personas con asma no grave como asma grave. Cinco estudios comentaron que algunos pacientes con asma grave podrían haber sido clasificados de manera errónea como aquellos con usuarios de CEI en dosis no graves o no altas debido al acceso limitado a la información completa de la medicación. Por ejemplo, en Aveyard et al, los participantes tuvieron que usar uno de los tres medicamentos para el asma en un período de 1 año. Esto significaría que alguien que recetó una sola receta de salbutamol y otros medicamentos en diferentes clases una vez al año se clasificaría como “asma grave”. En Btelar et al, los participantes informaron sobre su medicación dentro de las 2 semanas posteriores al ingreso en el hospital. A los participantes en la investigación de OpenSAFELY se les podría recetar un CEI en cualquier momento durante los 4 meses previos a su inscripción. De manera similar, cuatro estudios que utilizaron datos en la etapa temprana de pandemia podrían identificar de forma incorrecta a algunos pacientes con sospecha clínica de presentar COVID-19 debido a la inaccesibilidad de las pruebas. Por lo tanto, estas definiciones pudieron dar lugar a una clasificación errónea y pueden tener resultados limitados.

El cambio de comportamiento debido a las mitigaciones gubernamentales de COVID-19 pudo afectar los resultados. Aveyard et al examinaron el impacto del blindaje o el confinamiento nacional en Inglaterra sobre los riesgos graves de COVID-19 en personas con asma grave al comparar el período previo al aislamiento (31 de marzo de 2020) con el período posterior al aislamiento (1 al 30 de abril de 2020). Sin embargo, no encontraron ningún efecto de protección. De manera independiente al aislamiento, el asma grave aumentó los riesgos de hospitalización y de ingreso en la UCI, excepto la mortalidad. Williamson et al no encontraron diferencias en los aHR para la mortalidad entre la censura temprana a principios de abril de 2020 y los pacientes que tenían más probabilidades de cumplir con el aislamiento y el distanciamiento físico en Inglaterra.

Los hallazgos de este estudio están en línea con otros estudios. Un estudio de casos y controles en Corea del Sur no reveló un aumento significativo en la mortalidad relacionada con COVID-19 en usuarios adultos de CEI cuya dosis acumulada de CEI fue >15,000 μg en los últimos 12 meses, en comparación con los no usuarios de CEI en pacientes con asma, después de ajustar las características demográficas iniciales y las comorbilidades. Además, un gran estudio de cohortes que utilizó el registro de COVID-19 de la Clínica Cleveland mostró que la terapia con CEI no aumentó el riesgo de mortalidad relacionada con COVID-19 en adultos con EPOC en comparación con aquellos con EPOC que no tomaban CEI; sin embargo, la dosis de CEI no se detalló en su informe. Algunos modelos in vitro que muestran los efectos inhibitorios de CEI solos o en combinación con agonistas β en la replicación del coronavirus HCoV-229E y la producción de citocinas podrían respaldar los efectos protectores del tratamiento con CEI. Algunos estudios plantearon la hipótesis de que un efecto protector de la inflamación de las células T colaboradoras (Th2) tipo 2 podría explicar el riesgo bajo de un resultado grave de COVID-19 en los asmáticos graves. La inflamación tipo 2, común con síntomas asmáticos graves, desencadena la reducción de los receptores celulares, como la enzima convertidora de angiotensina (ACE)2, un receptor para el SARS-CoV-2. Las alergias respiratorias o la interleucina-13 se asocian con una reducción significativa en la expresión de ACE2, lo que resulta en una disminución de la susceptibilidad al SARS-CoV-2. Por lo tanto, los estudios futuros deberían considerar los tipos de asma relacionados con los resultados graves de COVID-19.

Existen algunas limitaciones de esta revisión. En primer lugar, es posible que se perdiera alguna bibliografía, ya que se excluyeron los estudios que no tenían definiciones claras de asma grave. Además, existía el riesgo de casos superpuestos al utilizar dos estudios de cohortes de OpenSAFELY. Aunque utilizaron enfoques estadísticos diferentes, los usuarios de CEI en dosis altas en Schultze et al también pudieron ser incluidos en Williamson et al, al considerar que ambos estudios utilizaron la misma cohorte y tiempos de recolección de datos superpuestos. Para abordar el riesgo de doble conteo, sólo se usaron cocientes de riesgos instantáneos ajustados para esteroides orales para Schultze et al. Aunque los hallazgos de este estudio no mostraron asociaciones positivas entre el asma grave y la mortalidad por COVID-19, hubo una gran heterogeneidad en los grupos de comparación (asma no grave, sin asma o asma leve), las características de los participantes (por ejemplo, edad, sexo), tamaño de la muestra y enfoque estadístico. Para abordar otras comorbilidades que se sabe que se asocian con malos resultados de COVID-19, se utilizó aHR para todas las enfermedades subyacentes de los estudios. Sin embargo, los tipos de otras comorbilidades no se aplicaron de manera consistente en los estudios incluidos.

No se examinó el sesgo de publicación que pueden causar los estudios pequeños, porque la evaluación del sesgo de publicación no es confiable con <10 estudios. Por lo tanto, los metaanálisis de este estudio podrían estar limitados no sólo por la heterogeneidad alta sino también por el número pequeño de estudios. Se observó que la mayoría de los estudios incluidos en los metaanálisis principales eran del Reino Unido. Los estudios de los Países Bajos, Corea del Sur y los EE. UU. se analizaron por separado debido a los diferentes tipos de estimaciones (razones de momio) (figuras complementarias E1–E3), que no muestran asociaciones entre el asma y los resultados graves. No se tenía la intención de realizar análisis de subgrupos por país, pero este resultado podría considerarse como una de las limitaciones de este estudio.

Por último, no se consideró el tratamiento farmacológico biológico como marcador de la gravedad del asma. Sin embargo, un estudio que utilizó la red del Registro Italiano de Asma Grave mostró que los usuarios de medicamentos biológicos no tenían un riesgo mayor de hospitalización, ingreso en la UCI y mortalidad. Otro gran estudio de cohortes de COVID-19 en la Red de Asma Grave en Italia (que incluye 65% de usuarios de productos biológicos) no mostró una mortalidad más alta (7.7%) que la población general (14.5% en Italia).

Como no se investigaron más a fondo sobre los riesgos por sexo, en esta revisión no se consideraron las diferencias relacionadas con el sexo en la gravedad del COVID-19. Sin embargo, dos estudios incluidos mostraron riesgos diferentes de hospitalización por sexo. En el estudio de Aveyard et al, las mujeres con asma grave mostraron riesgos mayores no sólo de hospitalización (aHR 1.40, IC 95% 1.29-1.51), sino también de ingreso en la UCI (aHR 1.80, IC 95 % 1.37-2.37) que los hombres. Robinson et al también observaron tasas mayores de hospitalización en mujeres con asma grave (n = 33, 75%) que en hombres. Tal diferencia podría explicarse por cambios hormonales que pueden modificar la prevalencia del endotipo de asma inmunológica, que resulta en asma no atópica más frecuente en mujeres que en hombres. Por lo tanto, podría causar diferentes respuestas a la infección por SARS-CoV-2, impulsadas por una mayor actividad Th1 en el asma no atópica que en el asma atópica. Se necesitan más investigaciones para aclarar si el sexo femenino con asma grave podría ser un factor de riesgo de hospitalización por COVID-19.

Ésta es la primera revisión sistemática que examina si el asma grave se asocia con resultados graves de COVID-19. A pesar de las búsquedas exhaustivas, se identificaron muy pocos estudios para la población pediátrica con asma. Un gran estudio basado en la población demostró que la hospitalización reciente previa y el uso de dos o más CEO podrían ser factores de riesgo de hospitalización relacionada con COVID-19. Aun así, como señalaron los autores, la cantidad pequeña de casos de resultado de COVID-19 se incluyeron en este estudio debido a la falta de registros de asistencia a la sala de emergencias. Por lo tanto, se necesitaría más investigación en la población pediátrica con asma grave. Además, aunque los efectos positivos de las terapias específicas de COVID-19 que reducen la progresión a resultados graves de COVID-19 son muy evidentes y esto podría confundir las asociaciones, la mayoría de los estudios se realizaron antes de que los tratamientos estuvieran disponibles. Los estudios futuros deben considerar esta covariable en el análisis y confirmar las asociaciones de asma grave con resultados graves. De manera contraria a los hallazgos de Sunjaya et al e Ytuet al, que sugieren que las personas con asma leve o bien controlada pueden tener efectos protectores debido al uso de CEI, la evidencia de esta revisión muestra que los adultos con asma de moderada a grave o mal controlada que requieren dosis altas de CEI o CEO tienen un riesgo mayor de hospitalización que aquellos con asma leve o sin asma. Cabe señalar que algunos de los estudios primarios incluidos en esta revisión utilizaron sustitutos para clasificar la gravedad del asma (es decir, ya sea el número de uso de dosis altas de CEI o el uso de CEO) en lugar de utilizar los niveles reales de dosificación de CEI o CEO para clasificar a las personas según la gravedad de la enfermedad. Debido a las complejidades para diferenciar el control del asma de la gravedad del asma, la evidencia de esta revisión puede sugerir una asociación con el control del asma. Por lo tanto, los adultos con asma mal controlada (es decir, asma grave) pueden tener un riesgo mayor de hospitalización o muerte por COVID-19, de ahí la necesidad de un control adecuado en el tratamiento y manejo del asma grave.

En conclusión, hay pruebas limitadas que demuestran que las personas con asma grave tienen un riesgo mayor de mortalidad por COVID-19 en comparación con las personas con asma leve o sin asma. Sin embargo, evidencia de calidad alta demostró que el asma grave que requiere dosis altas de CEI o CEO se asoció con un riesgo mayor de hospitalización por COVID-19 en comparación con los controles asmáticos leves o no asmáticos. Por lo tanto, puede ser beneficioso reducir las tasas de hospitalización y acelerar los refuerzos de COVID-19 para personas con asma grave. Se necesita con urgencia más investigación para la población pediátrica con asma grave y resultados asociados con COVID-19.

Lee B, Lewis G, Agyei-Manu E, Atkins N, Bhattacharyya U, Dozier M, Rostron J, Sheikh A, McQuillan R, Theodoratou E; Usher Network for COVID-19 Evidence Reviews (UNCOVER) group. Risk of serious COVID-19 outcomes among adults and children with moderate-to-severe asthma: a systematic review and meta-analysis. Eur Respir Rev. 2022 Nov 2;31(166):220066. doi: 10.1183/16000617.0066-2022. 


Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC , Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL, Monterrey, México

Dra. Med. Sandra Nora González Díaz Jefe y profesor

Dra. Marisela Hernández Robles Profesor 

Dra. Janet Segura Guardián Residente 1er año 

Dra. Alejandra Macías Weinmann Profesor


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