viernes, 1 de julio de 2022

La coexistencia de asma y EPOC eleva el riesgo de exacerbaciones y empeora su calidad de vida

Suelen ser pacientes con un diagnóstico de EPOC que presentan reagudizaciones estacionales relacionadas con factores ambientales

La coexistencia de síntomas de asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en un mismo paciente, conocido como el síndrome ACO, se traduce en un incremento del riesgo de exacerbaciones y una peor calidad de vida para el paciente. Así lo resume la doctora Angélica María Amaya Restrepo, médica del servicio de Urgencias en el Centro Médico El Carmen, en Orense. ACO es un término con el que desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía torácica (SEPAR), la Guía Española de la EPOC (GesEPOC) y la Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA) definen el Síndrome de Solapamiento de Asma y EPOC (Asthma-COPD Overlap syndrom, ACO por sus siglas en inglés). Hablamos, explica la doctora Amaya, de la coexistencia en un paciente de síntomas de asma y EPOC “donde debe haber componentes de tabaquismo, limitación crónica al flujo aéreo y asma”. Un diagnóstico que se debe establecer en función de los parámetros clínicos que definen las mencionadas guías. Son pacientes que presentan una obstrucción crónica verificada por espirometría con un cociente FEV1/FVC post-broncodilatador <70%, indica el doctor Bernardo Álvarez Modroño, del servicio de Urgencias del Complejo Hospitalario Universitario de Orense. No obstante, el doctor Jorge Quinta Mirón, médico de Familia en el Centro de Salud Lavadores, en Vigo, especifica que la confirmación diagnóstica se establece cuando un paciente (≥ 35 años) fumador o ex fumador (≥ 10 paquetes-año) presenta obstrucción o limitación crónica al flujo aéreo (FEV1/FVC post-broncodilatador <70%) que además cumple con los criterios de asma, según los criterios de la guía GEMA 5.2. “En los casos en los que este último no se pueda establecer, se acepta una prueba broncodilatadora espirométrica muy positiva (FEV1 ≥ 15% y ≥ 400 ml) o una elevada eosinofilia en sangre (≥ 300 eosinófilos/μl)”, destaca el experto. Los enfermos con ACO presentan más síntomas, peor calidad de vida, mayor riesgo de exacerbaciones, una pérdida de función pulmonar más acelerada, mayor incidencia de comorbilidades y un mayor consumo de recursos sanitarios que los pacientes con asma o EPOC, pero mejor supervivencia cuando se tratan con glucocorticoides inhalados (GCI), tal como reza la última actualización de la GEMA.
Clasificación de la EPOC: El valor considerado normal del nivel del volumen total espirado que lo hace en el primer segundo, es decir, la relación FEV1/FVC, es todo aquel que sea mayor del 70-75%. Atendiendo a la definición de ACO, nos encontraríamos con una EPOC de gravedad 2, según la guía GOLD. Esta guía clasifica la gravedad de esta patología combinando la evaluación de la limitación del flujo de aire GOLD (1-4), con evaluación de síntomas y exacerbaciones GOLD (ABCD), tal como explica el doctor Manuel Dacosta Moure, médico de Familia en el Punto de Atención Continuada de Orense. “La GOLD 2 se correspondería con una limitación moderada al flujo, un FEV1 postbroncodilatación entre 50% y 79%”, indica. Estos pacientes, subraya el doctor Álvarez, “deben tratarse regularmente con broncodilatadores de acción prolongada, junto con la abstención total del tabaco y la rehabilitación pulmonar”.
EPOC fenotipo mixto: Para identificar un paciente ACO es necesario que exista un solapamiento entre EPOC y asma, lo más habitual es un asmático que es o ha sido fumador importante y desarrolla una limitación no completamente reversible al flujo aéreo, el tabaquismo es un factor de riesgo añadido para el desarrollo de la obstrucción con una base inflamatoria asmática. Otro patrón es el paciente EPOC fumador que tiene características de asmático con reversibilidad de la obstrucción al flujo aéreo, signo de atípica, rinitis y/o marcada eosinofilia periférica, dice la doctora Amaya. El fenotipo mixto de la EPOC presenta una obstrucción no completamente reversible al flujo aéreo acompañada de una reversibilidad aumentada de la obstrucción. Suele presentar una buena respuesta terapéutica a los corticoides inhalados unidos a los broncodilatores. Son precisamente los pacientes EPOC-asma o ACO, ejemplifica la especialista.
Identificación de los pacientes: A juicio del doctor Álvarez, estos pacientes con fenotipo mixto presentan un reto en la consulta diaria. Habitualmente, son pacientes con el diagnóstico de EPOC que presentan reagudizaciones estacionales en relación con factores ambientales. “También suelen presentar evoluciones tórpidas cuándo no están correctamente tratados, dado que la ausencia de corticoides inhalados, a pesar de su estadiaje GOLD, no suelen estar incluidos en sus tratamientos”, resalta. “Por eso, hay que estar atento a pacientes EPOC que presentan cuadros de rinitis u sibilantes marcados, junto con eosinofilia y aumento de IgE en controles analíticos. Es fundamental tratar a estos pacientes con broncodilatadores de acción prolongada junto con corticoides inhalados para evitar exacerbaciones y mejorar el pronóstico de la enfermedad y la calidad de vida del paciente”, concluye.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores: Bernardo Álvarez Modroño, Daniel Rodríguez Álvarez, Jorge Quintana Mirón, Manuel Dacosta Moure, Manuel Soto López, Xiana Rodríguez Villalón y Angélica María Amaya Restrepo.
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