Hicieron esto tanto en sus casas como "en experimentos de laboratorio cuidadosamente controlados que disociaban los efectos circadianos de los efectos ambientales y conductuales".
Sus conclusiones, publicadas en la revista "Proceedings" de la Academia Nacional de Ciencias, demostraron "el potencial para mejorar las estrategias terapéuticas teniendo en cuenta el tiempo biológico interno de los individuos".