lunes, 26 de agosto de 2024

Journal Club: Carga clínica, psicosocial y económica de la dermatitis atópica en el mundo real: Resultados de un estudio multinacional

INTRODUCCIÓN

La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria crónica y sistémica que tiene impactos multidimensionales en la vida de los pacientes, lo que a menudo resulta en una carga física, psicológica y socioeconómica considerable. La carga de la DA varía según los tratamientos, en lo que puede influir la accesibilidad, las recomendaciones de las guías y las diferencias en los recursos sanitarios entre países. Aunque varios estudios investigaron la carga de la DA y los patrones de tratamiento en regiones geográficas, como Europa, América del Norte y Japón, existen lagunas sustanciales en la comprensión del impacto global de la DA. Para abordar estas brechas, el objetivo de este estudio transversal global fue evaluar la carga multidimensional de la enfermedad, los patrones de tratamiento y la utilización de recursos sanitarios en pacientes adolescentes y adultos con DA moderada a grave y se utilizó un enfoque uniforme en múltiples áreas geográficas.

MÉTODOS

Diseño del estudio y participantes

MEASURE-AD fue un estudio de cohorte observacional transversal realizado en 28 países de Europa Occidental/Canadá, Asia/Australasia, Europa Oriental/Oriente Medio y América Latina. El estudio incluyó a adultos y adolescentes (de ≥12 años) con DA que asistían a una visita de rutina en clínicas de dermatología y consultorios que tenían experiencia en el diagnóstico y manejo de la DA moderada a grave, tenían el potencial de tratar a pacientes con DA con terapias sistémicas y eran capaces de participar y realizar estudios clínicos de acuerdo con la Buena Práctica Clínica.

Los pacientes incluidos tenían un diagnóstico confirmado por un médico de DA, enfermedad moderada a grave y eran candidatos actuales para el tratamiento sistémico para la DA según el profesional de la salud (PS) o que en la actualidad recibían tratamiento sistémico para la DA. Los requisitos adicionales incluían historial de medicación disponible durante los últimos 6 meses, capacidad para comprender los cuestionarios (con el apoyo de los padres según sea necesario) y estar dispuestos a proporcionar un formulario de autorización del paciente y divulgar información de salud personal (o consentimiento informado). En el caso de los adolescentes, la autorización y/o el consentimiento se otorgaron por un padre o tutor legal, en su caso. Se excluyó a los pacientes que participaban en ese momento en un ensayo clínico intervencionista. La participación en otro estudio o registro no intervencionista no excluyó a ningún paciente de este estudio. Los datos se recolectaron en una sola visita. Además, se informaron los datos retrospectivos (antecedentes de la enfermedad y tratamiento previo o actual de la DA) recopilados de manera previa por los profesionales de la salud.

Puntos finales

Los puntos finales se evaluaron en el momento de la única visita al consultorio. Los puntos finales primarios fueron los resultados informados por los pacientes: Escala de Clasificación Numérica de la intensidad del Prurito (WP-NRS) e Índice de Calidad de Vida en Dermatología (DLQI; evaluado en pacientes de ≥16 años) o Índice de Calidad de Vida en Dermatología Pediátrica (CDLQI; evaluado en pacientes de 12 a 15 años). La WP-NRS evalúa el peor prurito en las últimas 24 horas (rango de puntuación: 0-10) y el DLQI/CDLQI (rango de puntuación: 0-30) evalúa cómo afecta la enfermedad de la piel a la vida de un paciente, donde las puntuaciones más altas indican una menor calidad de vida (QoL; Tabla S1).

Otros puntos finales evaluados por los médicos fueron el Índice de Gravedad y Área del Eccema (EASI), la Escala de Puntuación de Dermatitis Atópica (SCORAD), la Evaluación Global Validada del Investigador para la Dermatitis Atópica (vIGA-AD) y el Área de Superficie Corporal (BSA). Los médicos también pidieron a los pacientes que evaluaran su sueño (horas de sueño por noche en la última semana, minutos hasta quedarse dormido durante la última semana y sueño que interfirió con la función diaria durante la última semana).

Otros resultados informados por los pacientes (PROs) relacionados con la DA (Tabla S1) fueron la puntuación 5-D del prurito, la Medición del Eccema Orientado al Paciente (POEM), la Escala de Impacto de la Dermatitis Atópica (ADerm-IS), la Escala de Síntomas de la Dermatitis Atópica (ADerm-SS), el cuestionario de brotes de DA (evalúa la frecuencia y la duración de los brotes de la enfermedad en los últimos 6 meses) y el cuestionario de DA mal controlada (basado en la pregunta “Creo que mis tratamientos actuales son eficaces para controlar mi dermatitis atópica”, en una escala de 5 puntos que va desde “en desacuerdo total” hasta “en acuerdo total”).

Los resultados psicosociales y económicos informados por los pacientes incluyeron: Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión (HADS), incluidas las subescalas de ansiedad HADS (HADS-A) y depresión HADS (HADS-D), Encuesta de Salud formulario corto-12 para adultos (SF-12) y Encuesta de Salud formulario corto-10 para adolescentes (SF-10) (las puntuaciones más altas indican un mejor estado de salud), Productividad Laboral y Deterioro de la Actividad debido a DA (WPAI-AD), utilización de recursos sanitarios (HCRU) que evalúa el número de visitas a la atención médica y el número de visitas a cuidados agudos en los últimos 6 meses debido a la DA, y gastos de bolsillo por aspectos específicos de la atención médica para la DA(Tabla S1).

ANÁLISIS ESTADÍSTICO

Se planificaron de manera aproximada 1500 pacientes inscritos. Los pacientes adultos tratados con agentes sistémicos fueron la subpoblación más pequeña de interés y se estimaron en 100 pacientes. Con 100 pacientes, el IC de 95 % para la media del DLQI que asume una desviación estándar de 7.0 tendría un ancho de 2.74 (una precisión de ±1.37) y para la media del WP-NRS que asume una desviación estándar de 2.2, tendría un ancho de 0.86 (una precisión de ±0.43). Estas precisiones se consideran adecuadas ya que permiten detectar diferencias mínimas importantes entre subpoblaciones desde una perspectiva clínica.

El conjunto completo de análisis (CCA) consistió en pacientes inscritos que cumplieron con los criterios de selección de pacientes. Todos los análisis se basaron en los datos observados.

Los datos continuos se caracterizaron de manera descriptiva mediante media, desviación estándar (DE). Los datos categóricos se caracterizaron de manera descriptiva mediante distribuciones de frecuencia (es decir, número y porcentaje de pacientes). Se calcularon intervalos de confianza bilaterales de 95 % para la media, cuando correspondía.

Se realizaron análisis de subconglomerado por grupo de edad (adultos vs. adolescentes), niveles de gravedad de la enfermedad EASI (claro: 0, leve: 0.1-5.9, moderado: 6.0-22.9 y grave: 23.0-72.0), tratamiento sistémico (sí/no) y regiones geográficas. El análisis de subconglomerado de pacientes adultos por región geográfica se llevó a cabo con 12 conglomerados geográficos: Canadá, Alemania, Italia, España, Australia y Nueva Zelanda, China y Taiwán, Brasil, Argentina y México, Países Bajos, Bélgica e Irlanda, Suiza y Austria, Grecia, Israel, Turquía y Portugal, Hungría, Rumania, República Checa, Polonia y Eslovaquia y Arabia Saudita, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos.

Se compararon de manera estadistica las diferencias entre los subconglomerado; para las variables continuas se utilizaron las pruebas de Kruskal-Wallis; para las variables categóricas se utilizaron pruebas de Chi-cuadrado. Todos los análisis estadísticos se realizaron mediante el paquete SAS® (versión 9.4).

RESULTADOS 

Los pacientes acudieron a las consultas desde el 14 de diciembre de 2019 hasta el 8 de diciembre de 2020. En total, se inscribieron en el estudio 1591 pacientes; de estos, 1558 (1434 adultos y 124 adolescentes) cumplieron todos los criterios de selección de pacientes y se incluyeron (CCA). La edad media (DE) de los participantes del estudio fue 37.2 (16.9) años; 39.1 (16.3) años (rango, 18-92 años) para los adultos y 14.8 (1.7) años (rango, 12-17 años) para los adolescentes (Tabla 1). Los pacientes procedían de Alemania (n = 217 [13.9 %], 210 adultos y 7 adolescentes), Canadá (n = 212 [13.6 %], 200 adultos y 12 adolescentes), Italia (n = 121 [7.8 %], 118 adultos y 3 adolescentes), España (n = 95 [6.1 %], 91 adultos y 4 adolescentes), Grecia (n = 80 [5.1 %], 69 adultos y 11 adolescentes), Australia (n = 72 [4.6 %], 64 adultos y 8 adolescentes), México (n = 72 [4.6 %], 64 adultos y 8 adolescentes), Portugal (n = 59 [3.8 %], 52 adultos y 7 adolescentes), Suiza (n = 57 [3.7 %], 55 adultos y 2 adolescentes), Brasil (n = 56 [3.6 %], 41 adultos y 15 adolescentes), Argentina (n = 52 [3.3 %], todos adultos), Turquía (n = 48 [3.1 %], 43 adultos y 5 adolescentes), China (n = 44 [2.8 %], 39 adultos y 5 adolescentes), Austria (n = 41 [2.6 %], 39 adultos y 2 adolescentes), Nueva Zelanda (n = 40 [2.6 %], 39 adultos y 1 adolescente), Israel (n = 38 [2.4 %], 33 adultos y 5 adolescentes), Irlanda (n = 37 [2.4 %], 25 adultos y 12 adolescentes), Arabia Saudita (n = 32 [2.1 %], 28 adultos y 4 adolescentes), República Checa/República Checa (n = 30 [1.9 %],  29 adultos y 1 adolescente), Taiwán (n = 25 [1.6 %], 21 adultos y 4 adolescentes), Polonia (n = 24 [1.5 %], 23 adultos y 1 adolescente), Rumania (n = 23 [1.5 %], 19 adultos y 4 adolescentes), Bélgica (n = 20 [1.3 %], todos adultos), Hungría (n = 20 [1.3 %], 19 adultos y 1 adolescente), Países Bajos (n=14 [0.9 %], todos adultos), Eslovaquia (n=13 [0.8 %], todos adultos), Emiratos Árabes Unidos (n = 9 [0.6 %], 7 adultos y 2 adolescentes) y Kuwait (n = 7 [0.4 %], todos adultos).

En el momento de la visita del estudio, la mayoría de los pacientes ya tenían una larga historia de DA con una duración promedio de la enfermedad de más de dos décadas (adultos) o una década (adolescentes). El tiempo medio (DE) entre el diagnóstico de la DA y la primera administración del tratamiento sistémico fue largo de modo particular (17.4 [15.0)] años en la población total; 18.0 [15.2] años en adultos y 8.2 [5.0] años en adolescentes).

Antes de la inscripción en el estudio, la mayoría de los pacientes (80 %) recibían tratamiento tópico como monoterapia, y la mayoría de ellos (76 %) presentaba una respuesta subóptima, definida a criterio del investigador, a la monoterapia tópica (Tabla 1). Cuando se analizó el tratamiento actual, casi todos los pacientes (98.4 %) de la población total (n = 1558) usaron medicamentos recetados para la DA. Aunque todos los pacientes eran elegibles para tratamiento sistémico, sólo 56 % recibía medicación sistémica (15 % terapia sistémica como monoterapia) y 14 % recibía glucocorticoides tópicos o monoterapia con inhibidores de la calcineurina (Tabla 1). Las terapias sistémicas más utilizadas fueron dupilumab (56.3 %), glucocorticoides sistémicos (18.1 %) y metotrexato (16.2 %) y 20 % de los pacientes recibieron tratamiento sistémico continuo en los últimos 12 meses en la población total (Tabla 1). La ciclosporina se utilizó por 14.8 % de los pacientes. En general, las tendencias terapéuticas actuales fueron similares entre adultos y adolescentes.

Puntos finales primarios: prurito y calidad de vida

La media de WP-NRS fue 5.3 ± 3.1 en la población total, 5.3 ± 3.1 en adultos y 5.1 ± 2.9 en adolescentes (Figura 1). La mayoría de los pacientes (≥55 %) informaron prurito de moderado a grave (WP-NRS ≥4) en ambos conglomerados de edad, con prurito grave (WP-NRS ≥7) en 42 % de la población total (43 % de los adultos y 35 % de los adolescentes). La media (DE) del DLQI fue 10.8 ± 7.8 y la media del CDLQI fue 9.6 ± 6.6; Figura 1) y un efecto muy grande o grande de modo extremo en la vida del paciente se reportó por 45.6 % de los pacientes ≥16 años y 31.5 % de los pacientes menores de 16 años (Figura 1).

EASI, SCORAD y vIGA-AD

La puntuación media (DE) de EASI fue 15.0 (12.9); 14.9 (12.9) para adultos y 16.9 (13.3) para adolescentes (Tabla 2). Según la categorización de Chopra et al, 5.5 % de la población total tenía la piel sin lesiones (EASI = 0), mientras que 25.5 % tenía DA grave (EASI 23-72). La puntuación media de SCORAD fue 43.7 en el total de la población (43.6 entre los adultos y 45.2 entre los adolescentes; Tabla 2). La categorización según Wollenberg et al mostró que 22 % de los pacientes padecía DA leve (SCORAD <25), 35 % moderada (SCORAD 25-50) y 41 % grave (SCORAD >50).

Síntomas de DA y alteración del sueño

Se reportó una media (DE) de 6.5 ± 1.7 horas dormidas por noche en la población total (Tabla 2). En general, 44 % de los pacientes adultos y 36 % de los adolescentes informaron “algo o mucho” de problemas de sueño que interfirieron con la función diaria durante la semana anterior. El dominio del sueño ADerm-IS se correlacionó con estos hallazgos (media [DE; rango]: 11.9 [9.9; 0–30]), lo que indica enfermedad moderada (Tabla 2).

Para la población total, la puntuación media (DE) del POEM fue 14.9 (8.0; adultos: 15.0 [8.0] y adolescentes 13.5 [8.0]) y la media (DE; rango) de dolor cutáneo ADerm-SS fue 4.0 (3.4; 0-10), lo que indica enfermedad moderada (Tabla 2). ADerm-SS TSS-7 (media [DE; rango]: 31.3 [20.1; 0-70]) y TSS-11 (media [DE; rango]: 45.2 [30.4; 0-110]) mostraron una carga sintomática moderada de manera similar (Tabla 2).

En general, 1454 (93 %) pacientes informaron de su frecuencia de brotes (media [DE] de 5.9 [11.9] brotes de DA en los 6 meses anteriores; Tabla 2). En promedio, los brotes duraron 15.3 días (adultos 15.5 días y adolescentes 12.6 días). Cerca de 25 % de los pacientes de la población total y adulta y 13 % de la población adolescente informaron que tenían la enfermedad mal controlada (Cuadro 2).

Carga psicosocial y económica

La HADS-A ≥8 se reportó en 42.7 % de los pacientes de la población total y la HADS-D ≥8 en 28.2 % (Tabla 3). Para los adultos, la media (DE) del resumen del componente mental de la SF-12 fue 43.8 ± 11.3; para los adolescentes, la media del resumen del componente psicosocial de la SF-10 fue 46.7 (11.2; Tabla 3). Se observó una pérdida media (DE) de productividad laboral de 34.2 % (29.6 %) en los adultos con empleo (Tabla 3). Se observaron impactos similares de la DA en el estado emocional de ADerm-IS (media [DE; rango]: 12.9 [10.3; 0-0]) y en las actividades diarias de ADerm-IS (media [DE; rango]: 13.7 [11.8; 0-30]), lo que indica una enfermedad moderada (Tabla 3).

En la población total, 71.7 % de los pacientes (adultos: 72.7 % y adolescentes: 60.5 %) buscaron de forma previa atención médica por DA en los últimos 6 meses. La media (DE) de visitas sanitarias o de cuidados intensivos durante los 6 meses anteriores fue similar entre adultos (5.8 ± 6.9]) y adolescentes (6.4 ± 6.8]; Tabla 3).

La media (DE) de los gastos mensuales relacionados con la atención sanitaria y de las necesidades cotidianas relacionadas con la DA (convertidos a 2021 USD) fueron 157.7 ± 251.2 USD (rango: 0.0 a 3312.0 USD) en la población total; el promedio (DE) de los gastos mensuales relacionados con la salud fue 155.5 (249.5) USD para los adultos y 185.5 (271.2) USD para los adolescentes.

Análisis de subconglomerado

En un análisis de subconglomerado por gravedad de EASI, se observó un patrón de empeoramiento significativo en los resultados clínicos, psicosociales y económicos con un aumento de la gravedad de la enfermedad (Tabla 4). Se observaron resultados similares en los análisis de subconglomerado según los niveles adicionales de gravedad de la enfermedad EASI, los niveles de WP-NRS y los niveles de EASI + WP-NRS (Figuras S1-S6).

En un análisis de subconglomerado por el uso actual de la terapia sistémica, se encontraron diferencias significativas en los aspectos clínicos, psicosociales y económicos (Tabla 4). Entre los pacientes que recibieron tratamiento sistémico, 41.5 % y 32.6 % presentaron niveles leves de signos/síntomas según las puntuaciones EASI (<6.0) y SCORAD (<25), de manera respectiva, frente a 17.4 % y 8.9 % de los que no recibieron tratamiento sistémico (Cuadro 4). A pesar del tratamiento sistémico, la carga de enfermedad fue sustancial en función de la media (DE) de WP-NRS (4.6 ± 3.1]), la media de DLQI (9.1 ± 7.6]), la media de EASI (12.6 ± 12.9]), la media de SCORAD (38.3 ± 23.3]) y una media de 5.2 ± 12.0 brotes en los últimos 6 meses (Tabla 4).

Se observaron diferencias significativas en los patrones de tratamiento entre los conglomerados geográficos (Figura 2). La exposición total media (DE) al tratamiento tópico fue más alta en el grupo 5 (Australia y Nueva Zelanda), el grupo 8 (Países Bajos, Bélgica e Irlanda) y el grupo 11 (Hungría, Rumania, República Checa, Polonia y Eslovaquia) con 3428 (3286), 2916 (4063) y 2892 (3642) días (9.4 [9.0], 8.0 [11.1] y 7.9 [10.0] años), de manera respectiva, y la más baja en el grupo 4 (España) con 708 (1050) días (1.9 [2.9] años). La exposición total media al tratamiento sistémico fue más alta en los conglomerados 4 y 8, con 1007 (1578) y 948 (1640) días (2.8 ± 4.3 y 2.6 ± 4.5 años), de manera respectiva, y la más baja en los conglomerados 6 (China y Taiwán) y 9 (Suiza y Austria), con 115 (334) y 289 (565) días (0.3 ± 0.9 y 0.8 ± 1.5) años; Figura S7). El uso de la terapia tópica fue en su mayoria consistente en todas las regiones, con >75 % de los pacientes tratados en la actualidad con terapia tópica, excepto en los conglomerados 3 (Italia) y 4. La proporción de pacientes con uso actual de terapia sistémica fue mayor en los conglomerados 3 y 4, que tuvieron el uso menor de terapia tópica. El mayor uso de dupilumab se registró en los conglomerados 12 (Arabia Saudita, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos) y 3 (Figura 2); la exposición total más alta a dupilumab se registró en los conglomerados 1 (Canadá) y 12 (Figura S7). Aunque el uso de dupilumab se registró en los 12 conglomerados (entre 5 % y 62 % de los pacientes), el estado de aprobación y reembolso de dupilumab varió según los países o regiones individuales.

Del mismo modo, se observaron diferencias significativas en la carga de enfermedad entre los conglomerados y esto se correlacionó con el uso de terapia sistémica (Figura 3). Los conglomerados 5, 6, 7 (Brasil, Argentina y México) y 11 presentaron la mayor carga de enfermedad y algunos de los menores usos de tratamiento sistémico y Dupilumab, de manera especial los conglomerados 5 y 6. La relación entre la proporción de pacientes que usaban tratamiento sistémico y la media de EASI mostró una tendencia de menor EASI con mayor uso sistémico (Figura 4).

Las comorbilidades no atópicas que se recogieron fueron más altas en los conglomerados 7 (55.4 %), 1 (53.5 %) y 5 (52.4); las comorbilidades más frecuentes fueron trastorno de ansiedad, hipertensión arterial y depresión (Tabla S2).


Los puntos finales primarios y secundarios mostraron variaciones entre los distintos países (Tablas S3-S30; Figuras S8-S35).

DISCUSIÓN

Este análisis de más de 1500 adultos y adolescentes demostró que existe una considerable carga clínica, psicosocial y económica entre los pacientes con DA en múltiples áreas geográficas. En la población total, 76 % y 69 % de los pacientes tenían enfermedad de moderada a grave según SCORAD y EASI, de manera respectiva, lo que indica que los signos y síntomas de la enfermedad no se controlaron lo suficiente. Proporciones similares de pacientes adultos y adolescentes sufrieron prurito intenso (43 % y 35 %) y reportaron un efecto muy grande o grande de modo extremo en la calidad de vida (DLQI ≥11, 46 % y 41 %).

El tiempo transcurrido desde el diagnóstico de la DA hasta el primer tratamiento sistémico fue largo, lo que pone de manifiesto la necesidad de un mejor manejo de la enfermedad en esta población de pacientes. Como se esperaba, la carga de enfermedad fue menor de manera significativa para los pacientes que recibieron terapia sistémica. Más del doble de pacientes que recibieron terapia sistémica presentaron niveles leves de signos y síntomas según las puntuaciones de EASI y SCORAD en comparación con los que no recibieron terapia sistémica. Se observaron patrones similares para otros resultados económicos y de resultados informados por los pacientes, lo que indica que los pacientes con DA moderada a grave que se trataron con terapias sistémicas tuvieron un mejor manejo de la enfermedad que aquellos que no recibieron terapia sistémica. Sin embargo, todavía existía una carga de enfermedad considerable entre los pacientes que recibían terapias sistémicas, como lo demuestran las puntuaciones medias altas (DE) WP-NRS (4.6 [3.1]), DLQI (9.1 [7.6]), EASI (12.6 [12.9]) y SCORAD (38.3 [23.3]) en este grupo, lo que sugiere que, en el momento de este estudio, no todos los pacientes que recibían terapias sistémicas tenían los signos y síntomas de la enfermedad controlados de manera adecuada.

Estos resultados son consistentes con estudios previos que demostraron una carga alta de la enfermedad y un control inadecuado de la enfermedad tratada entre pacientes con DA moderada a grave en Europa, América del Norte y Japón. Además, los pacientes con mayor gravedad de la enfermedad reportaron la mayor carga de enfermedad, como también se demostró en estudios previos. El estudio observacional EUROSTAD demostró una carga alta de enfermedad entre los pacientes tratados con terapias sistémicas, como dupilumab (prurito pico medio [DE]: 5.5 ± 2.5, DLQI medio: 11.8 ± 6.9 y EASI medio: 16.2 ± 10.9]; Tabla S31).

De manera similar, se demostró una carga alta de enfermedad en otros estudios del mundo real entre pacientes con DA moderada a grave que recibían terapias sin dupilumab (rango medio de EASI entre estudios: 9.5-22.7; rango medio de SCORAD entre estudios: 49.2-68.4; rango medio de DLQI entre estudios: 9.2-16.2; rango medio de PRURITO NRS entre estudios: 5.3-7.1; Tabla S31).

Los hallazgos mostraron una variabilidad en la carga de enfermedad que se correlacionó con los patrones actuales de tratamiento en todas las regiones geográficas. La mayor carga de morbilidad se notificó en los conglomerados geográficos con algunos de los usos menores de terapias sistémicas y dupilumab, es decir, el grupo 5 (Australia, Nueva Zelandia), el grupo 6 (China y Taiwán), el grupo 7 (Brasil, Argentina y México) y el grupo 11 (Hungría, Rumania, Polonia, República Checa y Eslovaquia). Por el contrario, el mayor uso de la terapia sistémica se produjo en los conglomerados 3 (Italia) y 4 (España), que tuvieron las puntuaciones más bajas de actividad de la enfermedad y los resultados informados por los pacientes. Algunas de estas diferencias pueden relacionarse con diferencias regionales o culturales en la percepción de la gravedad de la DA y la elegibilidad para el tratamiento sistémico. En el momento de este estudio, dupilumab era la única terapia avanzada aprobada para la DA. Sin embargo, aunque se utilizó en cada grupo geográfico, su reembolso (por ejemplo, no se reembolsó en Irlanda en el momento de este estudio) y el estado de aprobación, así como las recomendaciones generales de tratamiento y el acceso a las diferentes terapias para la DA, variaron de un país a otro. Desde entonces, el número de opciones de tratamiento para la DA aumentó con la aprobación de fármacos como los inhibidores de la cinasa Janus (JAK), como el baricitinib, el upadacitinib y el abrocitinib, y los productos biológicos, como el tralokinumab. En conjunto, los pacientes que recibieron terapias sistémicas demostraron una menor carga de enfermedad, lo que indica que a los pacientes con enfermedad no controlada se les deben ofrecer terapias sistémicas con mayor frecuencia. Aunque la situación es diferente según las regiones geográficas, surgen nuevas opciones avanzadas de tratamiento y se espera que la carga de morbilidad observada en este estudio disminuya con estas nuevas opciones. 

Las limitaciones del estudio incluyeron criterios de inclusión que seleccionaron sólo a los pacientes que recibían tratamiento sistémico o eran candidatos para él, se limitó la población y se excluyó a los pacientes que fueron bien tratados con terapias tópicas. El estudio también se llevó a cabo en el momento en que sólo estaba aprobada una terapia biológica (dupilumab) y ningún inhibidor de JAK para la DA; el estado de aprobación/reembolso de dupilumab también varió según las regiones geográficas. Cabe destacar que los gastos relacionados con la atención médica también variaron según la región geográfica debido a las diferencias entre los sistemas de atención médica de los países; los resultados se publicarán más adelante en informes específicos de cada país. MEASURE-AD no fue una muestra poblacional y los resultados pueden no ser generalizables a todas las cohortes y en diferentes países. Los pacientes sin visitas de rutina no se incluyeron, y sólo se incluyeron los pacientes tratados por los investigadores de este estudio. Dado que este estudio reclutó participantes de centros de dermatología con experiencia en buenas prácticas clínicas y, por lo general, también en ensayos clínicos, no se puede excluir un sesgo hacia la visión de la atención basada en el centro experto. Además, hubo un probable sesgo de reclutamiento y seleción para los centros donde se inscribieron en su mayoria los pacientes que recibían ciertas terapias, por ejemplo, terapias sistémicas. Es posible que estos resultados no reflejen la experiencia en centros que no utilizan el espectro completo de opciones de tratamiento. Debido a esto, es posible que se subestimara la carga de la DA. Esta limitación no cambia la conclusión general del estudio, ya que el sesgo mencionado con anterioridad puede contribuir a una visión optimista para el uso de la terapia sistémica frente a la ausencia de terapia sistémica. Además, se trató de un estudio transversal y se incluyeron pacientes con una amplia variedad de estados de tratamiento, (por ejemplo, el comienzo de tratamiento y ≥1 año de tratamiento). Por último, los pacientes con enfermedad muy grave representaban una población pequeña para las evaluaciones de algunos subconglomerado (por ejemplo, WPAI) y tenían dificultades para responder a las preguntas sobre la frecuencia de los brotes (es decir, siempre en un brote continuo), lo que podría conducir a un número menor de brotes de lo esperado para este grupo. La duración autorreportada del sueño también podría no ser una evaluación confiable.

CONCLUSIÓN

Los pacientes con DA moderada a grave tienen una carga sustancial de enfermedad multidimensional y una enfermedad no controlada de manera adecuada. Aunque la carga es menor entre quienes reciben terapias sistémicas, todavía existe una necesidad residual de terapias más efectivas. El estudio también demostró que los resultados, los patrones de tratamiento y el acceso a las terapias variaban entre los países en el momento de este estudio. A medida que surgen nuevas opciones de tratamiento avanzado para la DA, se espera que disminuya la carga de enfermedad observada en este estudio. En general, estos resultados sugieren que hay una necesidad insatisfecha significativa de un manejo óptimo de la enfermedad que incluya, entre otros, tratamientos efectivos para mejorar los resultados psicosociales y clínicos de los pacientes y reducir la carga económica de la DA.


Eyerich K, Gooderham MJ, Silvestre JF, Shumack SP, Mendes-Bastos P, Aoki V, et al. Real-world clinical, psychosocial and economic burden of atopic dermatitis: Results from a multicountry study. J Eur Acad Dermatol Venereol. 2024; 38: 340–353. https://doi.org/10.1111/jdv.19500

Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL, Monterrey, México

Dra. Med. Sandra Nora González Díaz Jefe y Profesor

Dr. Jose Ignacio Canseco Villarreal Profesor

Dra. Hefzi Aranza Jiménez Luna Residente 1er Año

Dra. Alejandra Macías Weinmann Profesor


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