miércoles, 19 de julio de 2023

Asociaciones bi-direccionales entre el asma y los tipos de trastornos mentales

INTRODUCCION 

El asma y los trastornos mentales se encuentran entre las enfermedades crónicas más prevalentes en todo el mundo, co-ocurren más a menudo de lo esperado. Los pacientes con asma tienen tasas más altas de trastornos mentales. Del mismo modo, los pacientes que sufren de trastornos mentales tienen un riesgo mayor de asma. La comorbilidad entre el asma y los trastornos mentales conduce a una diferencia sustancial, reduce la calidad de vida relacionada con la salud e impone cargas significativas de salud pública.

Un número creciente de estudios epidemiológicos basados en la población informan asociaciones entre el asma y los trastornos mentales. Sin embargo, la atención se centró de manera principal en el estado de ánimo y los trastornos de ansiedad, con 2 estudios sobre el déficit de atención/ trastorno de hiperactividad y trastornos del espectro autista que muestran más tarde asociaciones con asma. Además, los estudios a menudo investigaron asociaciones en 1 dirección o asociaciones de por vida, lo que impide la evaluación de la ordenación temporal. Dos estudios examinaron las asociaciones bidireccionales, reportaron un riesgo mayor de asma subsecuente en aquellos con depresión y trastornos de ansiedad y viceversa.

Los estudios transmiten de forma principal riesgos relativos, rara vez proporcionan información sobre la incidencia acumulada de trastornos subsecuentes. Permanece elusivo si las asociaciones bidireccionales con el asma son específicas de la depresión y los trastornos de ansiedad, pero se necesitan tamaños grandes de muestra para considerar los trastornos mentales menos comunes. Además, la prevalencia de trastornos mentales específicos difiere entre hombres y mujeres, al igual que la prevalencia del asma. Sin embargo, rara vez se exploraron las asociaciones específicas para el sexo. Al enfocarse en las brechas de la investigación, se profundizará en los mecanismos y se informarán guías clínicas sobre la identificación temprana y el tratamiento de comorbilidades.

Se llevo a cabo un estudio longitudinal y se utilizaron datos administrativos en Dinamarca para proporcionar una compilación completa de asociaciones bidireccionales entre el asma y los trastornos mentales. Se consideraron 10 grupos de diagnósticos de trastornos mentales. Además, se calcularon medidas bidireccionales por pares específicas del sexo tanto de los riesgos relativos como de la incidencia acumulada entre el asma y los desórdenes mentales. Los riesgos relativos proporcionan una estimación de cuánto más (o menos) se produjo un trastorno posterior de interés en los individuos con un trastorno previo de interés (el grupo expuesto), en comparación con individuos sin el trastorno previo (el grupo no expuesto), mientras que la incidencia acumulada demuestra la proporción de personas que desarrollan trastornos posteriores durante un tiempo específico, y puede ser una medida más útil para comprender cuántas personas de forma real tienen un trastorno posterior, lo que ayuda a comprender el impacto de la exposición en la salud pública. Con un resultado común, una exposición que conduce a un aumento pequeño en el riesgo relativo podría producir muchos más casos; sin embargo, para un trastorno raro, incluso con un gran impacto en el riesgo relativo, una exposición puede resultar en sólo un número pequeño de casos adicionales. Ambas medidas son necesarias para una imagen completa.

METODOS

Población de estudio

Se usó el Sistema de Registro Civil Danés, se identificaron 5,053,471 personas nacidas en Dinamarca entre 1955 y 2011, las cuales vivían en el país al inicio del período de seguimiento (1 de enero de 2000 o su primer cumpleaños). El comienzo del seguimiento en esta fecha permitió un período de “reposo farmacológico” de al menos 5 años (1995-1999) para identificar trastornos mentales prevalentes o asma con ayuda de contactos hospitalarios (incluidas las visitas ambulatorias) y recetas (consulte la tabla E1 en el Repositorio en línea de este artículo en www.jaciinpractice.org), de esta manera se aseguró la inclusión de los casos incidentes diagnosticados durante el periodo de observación.

Diseño del estudio

Se realizó un estudio de cohorte basado en la población con datos de registros nacionales daneses (consulte el texto del repositorio en línea de este artículo en www.jaci-inpractice.org). A todos los residentes de Dinamarca se les asignó un número único de 10 dígitos en el Sistema de Registro Civil de Dinamarca, lo que permitió la vinculación a nivel individual entre los registros. Se examinaron asociaciones entre el asma y los trastornos mentales respecto al orden temporal, es decir, el riesgo de recibir el diagnóstico de un tipo específico de trastorno mental (en este caso, el último trastorno) entre personas con asma (en este caso, el trastorno previo), y viceversa. El estudio se aprobó por la Agencia Danesa de Protección de Datos. Según la ley danesa, no se requiere consentimiento informado para un estudio basado en registros de datos anónimos.

Determinación de los trastornos mentales

Los trastornos mentales se definieron como cualquier diagnóstico clínico registrado en el Registro Central de Investigaciones Psiquiátricas. Las fechas de diagnóstico se definieron como la fecha del primer contacto con el hospital (pacientes hospitalizados, ambulatorios o visita a urgencias). Se evaluaron 10 tipos amplios de trastornos mentales basados en la Clasificación Internacional de Enfermedades, Décima Revisión, criterios de investigación diagnóstica, categorías del subcapítulo F (F00-F09, F10-F19, etc.), y los diagnósticos correspondientes en la Clasificación Internacional de Enfermedades, Octava Revisión (Tabla E1).

Determinación del asma

De acuerdo con la investigación anterior, se consideró que una persona tiene asma si cumple al menos 1 de los siguientes 3 criterios:

1. Al menos 1 ingreso hospitalario por asma (Clasificación Internacional de Enfermedades, Octava Revisión código 493 y Clasificación Internacional de Enfermedades, Décima Revisión códigos J45 y J46) en el Registro Nacional Danés de Pacientes;

2. Al menos 2 recetas para medicamentos para el asma dentro de 1 año en el Registro Nacional de Prescripción (Anatomía Terapéutica Química) códigos: agonistas β2 inhalados [R03AC02-04, -12 y -13], glucocorticoides/corticoesteroides inhalados [R03BA01, -02 y -05], combinación de dosis fija de agonistas β2 inhalados y glucocorticoides [R03AK06 y -07], y antagonistas de los receptores de leucotrienos [R03DC03]).

3. Diagnóstico de asma registrado como causa de muerte en la Causa del Registro de Defunciones. La fecha de diagnóstico de asma se definió como la fecha de la primera prescripción de medicamentos para el asma, el primer contacto hospitalario para asma, o la fecha de la muerte por asma, lo que ocurra primero. Se definió e identificó el asma después de los 5 años debido a que un diagnóstico preciso de asma en niños más pequeños es un desafío.

Análisis estadístico

Se adoptaron los análisis de estudios previos sobre la asociación entre los desórdenes mentales y las condiciones médicas generales. Aunque este estudio examina “los desórdenes pulmonares crónicos”, incluido el asma, su enfoque amplio no significa fraccionamiento fuera del desorden.

Para estimar la asociación entre un desorden previo y posterior, el seguimiento comenzó el 1 de enero de 2000, o a la edad mínima en la cual el paciente puede desarrollar desórdenes posteriores (por ejemplo 5 años para asma), cualquiera que viniera después. El seguimiento finalizó con el primer evento que ocurriera: diagnóstico de desórdenes posteriores, muerte, emigración o hasta el 31 de diciembre de 2016. Los análisis se enfocaron en casos de incidentes de desórdenes posteriores, desarrollados en el periodo 2000 a 2016. Los individuos que recibieron un diagnóstico de un trastorno posterior de interés particular antes del periodo de observación se consideraron como caso prevalente y se incluyeron en los análisis de ese trastorno particular. Las personas que no recibieron un diagnóstico de trastorno previo antes del seguimiento se consideraron como no expuestas al comienzo del seguimiento; si recibieron un diagnóstico durante el seguimiento se consideraron como expuestos desde la fecha del primer diagnóstico del trastorno previo. Por ejemplo: para los trastornos del estado de ánimo como un trastorno posterior, 18 489 personas se excluyeron del análisis porque recibieron un diagnóstico antes del seguimiento.

Se comparó el riesgo de diagnóstico con desórdenes posteriores entre los expuestos y no expuestos a cada trastorno anterior. Se calcularon 3 resultados para cada uno de los 10 trastornos mentales bidireccionales y asma: (1) Tasa total de peligro, (2) Tasa rezagada de peligro , (3) incidencia acumulada. En general, las tasas de peligro brindan una medida del riesgo relativo del trastorno posterior en aquellos con el trastorno previo en comparación con aquellos sin el trastorno previo durante todo el periodo de seguimiento, mientras que las tasas rezagada de peligro dividen el periodo de seguimiento para determinar el riesgo relativo en diferentes periodos después del diagnóstico del trastorno previo. La incidencia acumulada muestra la proporción de personas con el trastorno anterior a las que se les diagnostica el trastorno posterior de interés a lo largo del tiempo. También se repitieron todos los análisis descritos a continuación, estratificados por sexo, para ver si las asociaciones diferían entre hombres y mujeres.

Tasa total de peligro. Se calcularon los Tasa de peligro totales, con sus IC del 95% para 10 pares de trastornos mentales - asma bidireccionales, con modelos de regresión de riesgos proporcionales de COX con la edad como escala de tiempo subyacente. Todos los análisis se ajustaron por sexo y fecha.  Además, se ajustaron por otros trastornos mentales que ocurrieron antes del trastorno de interés previo como una variable en el tiempo: es decir, cuando el trastorno del estado de ánimo era el trastorno de interés previo, por ejemplo: se ajustaron todos los demás diagnósticos del trastorno del estado de ánimo. Se consideró que no tenían otros trastornos mentales hasta que recibieron un diagnóstico, después del cual se consideró que tenían otros trastornos mentales.

Tasa retardada de peligro: Además, se investigó si las asociaciones diferían según el tiempo transcurrido desde el diagnóstico del trastorno anterior (es decir, tasa de peligro dependiente de tiempo), al analizar 7 periodos después del diagnóstico previo: 0 a 6 meses, más de 6 meses a 12 meses, más de 1 año a 2 años, más de 2 años a 5 años, más de 5 años a 10 años, más de 10 años a 15 años y más de 15 años.

Incidencia acumulada. Se estimo la incidencia acumulada de diagnóstico con un trastorno posterior, después de recibir un diagnóstico de un trastorno previo, como el número de casos incidentes del trastorno posterior, dividido por el número total de individuos en la población de riesgo, se utilizó el estimado de Aalen-Johansen (análisis de supervivencia de riesgos competitivos). Por cada individuo indexado con un desorden anterior de interés, se seleccionaron individuos pareados por hasta el 5° cumpleaños (± 90 días) y sexo que se diagnosticaron con el trastorno previo o antes de la edad en que los individuos indexados recibieron el diagnostico o antes de toda la población de estudio. Se seleccionaron al azar después de usar la función “unirse al rango” (forma combinaciones por pares entre las observaciones en la memoria y las observaciones en un conjunto de datos en uso cuando el valor de una variable clave en el conjunto de datos en uso está dentro del rango especificado por las observaciones en los datos en la memoria) de Stata.

Análisis de sensibilidad

Los síntomas y el tratamiento farmacológico del asma a menudo se superponen con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y la insuficiencia cardiaca en ancianos. Por lo tanto, se repitieron los análisis en individuos menores de 40 años, ya que estos diagnósticos son poco comunes antes de esta edad. Los individuos nacidos durante el periodo de 1960 a 2011 se incluyeron en los análisis y se censuraron cuando llegaron a los 40 años. El asma es una enfermedad compleja y multifactorial, y la edad de inicio a menudo se usa para distinguir diferentes fenotipos de asma. Para estimar si las asociaciones eran diferentes cuando los diagnósticos de asma se limitaban al asma de inicio en niños y adolescentes (menores de 20 años, abreviado como asma de aparición temprano), se calculó el riesgo relativo del asma tardía en individuos más jóvenes de 20 años. Además, se calculó el riesgo relativo de desórdenes mentales posteriores en individuos con diagnóstico previo de asma de comienzo temprano comparado con individuos sin diagnóstico de asma de comienzo temprano.

RESULTADOS

De los 5 053 471 individuos incluidos en el estudio, 52.1 % eran masculinos y 75.2 % eran daneses. Durante un máximo de 76.1 millones de años-persona en riesgo (depende del par de trastornos de interés), se identificaron 364, 063 personas con asma incidente como trastorno posterior (73.9 % definida por datos de prescripción y 26.1 % por diagnóstico o causa de muerte) y 376, 756 con un incidente de trastorno mental como trastorno posterior. Los números de casos de cada trastorno mental y asma durante el seguimiento se presentan en la Tabla E2. Para ayudar a los lectores, las asociaciones entre el asma y los trastornos del estado de ánimo (en ambos sentidos) se presentan como un ejemplo en el texto del repositorio en línea de este artículo. Repositorio en www.jaci-inpractice.org.

Asma previa-trastorno mental posterior

Se determinó que 69,992 personas tenían asma seguida de un trastorno mental incidente.

Tasa total de peligro. El riesgo de recibir un diagnóstico posterior de cada trastorno mental de interés fue elevado; por ejemplo, 93% para trastornos del estado de ánimo (HR, 1.93; IC 95 %, 1.90-1.96), 92 % para trastornos neuróticos (HR, 1.92; IC de 95 %, 1.90-1.94), y 85 % para trastornos del desarrollo (HR, 1.85; IC 95 %, 1.79-1.92). Las HR oscilaron entre 1.75 (IC de 95 %, 1.64-1.87) para trastornos orgánicos posteriores a 2.75 (IC 95 %, 2.69-2.81) para trastorno de la personalidad posterior.

Tasa retardada de peligro 

Para las tasa retardadas de peligro a lo largo del tiempo, los patrones variaron para diferentes trastornos mentales posteriores, pero permanecieron elevados durante el período de estudio. (Figura 2; consulte la Tabla E4 en el Repositorio en línea de este artículo en www.jaci-inpractice.org). Por ejemplo, el riesgo de un diagnóstico de trastorno por uso de sustancias o trastornos del estado de ánimo posteriores se mantuvo bastante constante a medida que pasaba el tiempo desde que se hizo el diagnóstico de asma. El riesgo de trastornos de la personalidad, del desarrollo o trastornos del comportamiento posteriores aumentó con el tiempo, mientras que el de los trastornos neuróticos disminuyó.

Incidencia acumulada. Dentro de los 15 años de seguimiento entre aquellos con asma previa, los diagnósticos de trastornos mentales variaron entre 0.07 por 100 personas por trastornos orgánicos posteriores y 6.08 por cada 100 personas para trastornos neuróticos posteriores, que son más altos que en el grupo de referencia coincidente. (Figura 3).

Trastornos mentales previos-asma posterior

Se determinó que 62,186 personas tenían un trastorno mental seguido de un incidente de asma.

Tasa total de peligro. El riesgo de recibir un diagnóstico de asma posterior fue elevado. Por ejemplo, la HR fue de 1.68 (IC del 95 %, 1.64-1.71) para trastornos del estado de ánimo previos y 1.95 (IC 95%, 1.92-1.99) para trastornos neuróticos previos. Las asociaciones eran más pequeñas en comparación con aquellas en las que el asma era el trastorno previo (Figura 1), con HR que oscilan entre 1.06 (IC de 95 %, 1.00-1.12) para trastornos previos del desarrollo a 2.33 (IC del 95 %, 2.28-2.39) para trastornos previos por consumo de sustancias.

Tasa retardada de peligro. Para algunos de los desórdenes mentales previos, el riesgo de presentar diagnóstico de asma subsecuente subió de manera lenta con el tiempo, por ejemplo, uso de sustancias o esquizofrenia. (Figura 4; ver tabla E4). Sin embargo, para otras, el riesgo permaneció estable, por ejemplo, para trastornos de personalidad, trastornos del desarrollo o trastornos del estado de ánimo.

Incidencia acumulada. Dentro de los 15 años del inicio de diagnóstico de trastorno mental, el número de individuos con diagnóstico de asma varió entre 8.0 por cada 100 personas con trastornos previos del desarrollo y 14.3 por cada 100 personas para trastornos previos de personalidad. La incidencia acumulada fue más alta en aquellos con un desorden mental previo que en el grupo de referencia. (Figura 5).

Asociación bidireccional especifica del sexo

Después del asma, la tasa de peligro para desórdenes mentales posteriores fue más grande en forma general en femeninos que en masculinos, excepto para trastornos orgánicos, trastornos del ánimo y trastornos alimentarios. Para aquellos con un trastorno mental previo, la tasa de peligro para asma fue un poco más grande en femeninos que en masculinos, excepto para trastornos orgánicos y trastornos del desarrollo (consulte la Figura E1 en la revisión en línea de este artículo en www.jaci-inpractice.org). Las HR específicas para el género y dependientes del tiempo se muestran en las Figuras E2 y E3 y la Tabla E4 en la revisión en línea de este artículo en www.jaci-inpractice.org, y las incidencias acumuladas de trastornos mentales posteriores después del asma y para el asma posterior después de los trastornos mentales se muestran en Figuras E4 y E5.

Análisis sensitivo

Cuando se repitieron los análisis, se incluyeron sólo aquellos individuos menores de 40 años, la población de estudio incluyó 4,619,177 personas, seguido por 52.1 millones de personas-años. Las HR en el análisis de sensibilidad fueron similares a aquellas en el análisis primario. (Consulte la Figura E6 en la Revisión en línea de este artículo en www.jaci-inpractice.org). Las asociaciones bidireccionales para el asma de inicio temprano se muestran en la Figura E7 en la revisión en línea de este artículo en www.jaci-inpractice.org. Se encontraron asociaciones bidireccionales entre 10 tipos amplios de trastornos mentales y asma de inicio temprano, como se observa en el análisis principal, aunque la magnitud de las asociaciones varió un poco.

DISCUSIÓN

En este estudio de cohorte basado en la población que comprende más de 5 millones de personas, se encontró que aquellos con asma estaban en riesgo mayor de trastornos mentales en comparación con aquellos que no tienen asma y viceversa. La magnitud del aumento del riesgo varió según el tipo de trastorno mental, qué trastorno se diagnosticó primero, y el tiempo transcurrido desde el trastorno anterior. Se observaron asociaciones un poco más fuertes en general para las mujeres.

Los resultados sugieren vínculos fuertes entre el asma y 10 tipos amplios de trastornos mentales. Se observaron asociaciones más fuertes cuando el asma era el trastorno anterior (en lugar del trastorno posterior). Esto puede ser atribuible a las diferencias en la edad de inicio para el asma y los trastornos mentales, donde el asma a menudo se diagnostica en una edad más joven. Se encontró un riesgo un poco mayor de asma posterior (1.06; IC de 95 %, 1.00-1.12) después de un diagnóstico de trastornos del desarrollo, pero el aumento del riesgo se observó sólo de 2 a 5 años después del diagnóstico. Este hallazgo difiere del de un estudio transversal basado en asma y trastornos del desarrollo reportados por los padres (razón de momio, 1.68; IC de 95%, 1.07-2.63); sin embargo, la estimación del estudio transversal puede ser una combinación bidireccional de efectos del asma y de trastorno mental. En este estudio, en el que se examinó la asociación en cada dirección, se observó un riesgo mayor de trastornos del desarrollo después de un diagnóstico previo de asma (HR, 1.85; IC 95 %, 1.79-1.92).

Los hallazgos con respecto al asma previa y los trastornos mentales posteriores son consistentes con los de 2 estudios recientes basados en la población, aunque la HR para la depresión (1.93; IC de 95 %, 1.90- 1.96) fue un poco superior de la de 1.35 (IC 95 %, 1.31-1.40) reportada por Choi et al, debido de manera posible a diferentes poblaciones de estudio y definiciones de trastornos. Esto contrasta con un metaanálisis de 7 estudios prospectivos que sugirió que no hay un riesgo mayor de depresión más tarde.

Los mecanismos que vinculan el asma y los trastornos mentales siguen sin estar claros. Una posible explicación son las vías fisiopatológicas compartidas, por ejemplo, las respuestas inflamatorias. El asma es un trastorno inflamatorio crónico con un vínculo bien establecido con varias citocinas antiinflamatorias, como IL-13 e IL-4. Del mismo modo, el aumento de citocinas inflamatorias y receptores relevantes en el líquido cefalorraquídeo y sangre periférica se reportaron en pacientes con trastornos mentales. En segundo lugar, los pacientes con asma a menudo sufren de sibilancias, dificultad para respirar, opresión en el pecho y tos. El miedo a los episodios de asma puede causar estrés para algunas personas y conduce a un riesgo mayor de ansiedad y trastornos del estado de ánimo. Además, algunos medicamentos contra el asma, como los corticoesteroides inhalados o sistémicos, pueden tener efectos ansiogénicos, y el uso excesivo de medicamentos antiasmáticos puede desencadenar o exacerbar los síntomas de depresión y ansiedad. En tercer lugar, los trastornos mentales y el asma comparten un riesgo ambiental con factores comunes como la contaminación del aire y el tabaquismo, factores de riesgo psicosocial como el estrés y factores genéticos. Las contribuciones genéticas a las vías del sistema inmunitario que son importantes en la genética del asma, también se relacionan con algunos trastornos mentales como la depresión. Una correlación genética significativa de forma estadística de 0.17 entre el asma y la depresión se reportó en un estudio de adultos suecos.

Se encontró que el tamaño y el patrón de las HR retardadas variaban según el tipo de trastorno mental. En estudios previos, se observó que las HR eran más altas en los años posteriores al diagnóstico del trastorno anterior, lo que postuló que se debe en parte al sesgo de Berkson. Sin embargo, éste no parece ser el caso en todos los pares de asma y trastorno mental, debido de forma posible a las diferencias típicas en la edad de inicio y las diferentes especialidades que se enfocan en estos trastornos. Para algunos trastornos posteriores, se observó un aumento en las HR, por ejemplo, esquizofrenia, trastornos del desarrollo y trastornos del comportamiento. Esto puede relacionarse con el tratamiento del asma entre estos pacientes. En el presente estudio, se observaron asociaciones un poco más pronunciadas en mujeres que en hombres. Se especula que puede atribuirse en parte a las diferencias en los comportamientos de búsqueda de salud. Las mujeres utilizan más los servicios de atención médica que los hombres, y, entre las personas con trastornos mentales, las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de ser diagnosticadas y tratadas. Además, los efectos dependientes del sexo sobre los genes relacionados con el desarrollo neuronal y las funciones inmunitarias pueden contribuir a las asociaciones específicas del sexo observadas en este estudio.

Los estudios futuros sobre los trastornos mentales y la comorbilidad del asma están garantizados para proporcionar más información sobre varias áreas. Un ejemplo sería revelar los mecanismos por los cuales el asma y el trastorno mental son comórbidos. También sería útil ver si los resultados se pueden replicar en un conjunto de datos que incluya diagnósticos de atención primaria para observar si existen asociaciones similares. Además, podrían considerarse diagnósticos más específicos. Por ejemplo, considerar el trastorno bipolar y el trastorno del estado de ánimo por separado. Al repetir los análisis para el trastorno bipolar (Clasificación Internacional de Enfermedades, Décima Revisión códigos F30-F31) y la depresión mayor (F32-F33) se indicaron algunas diferencias notables (por ejemplo una HR de 2.24 para el trastorno bipolar y 1.92 para la depresión mayor). Un enfoque más limitado puede proporcionar más información sobre los trastornos mentales y permitir que se consideren covariables más relevantes o una ventana más específica de exposición.

Fortalezas y limitaciones

Este estudio describe asociaciones bidireccionales en una población amplia representativa con una deserción de muestra insignificante atribuible al seguimiento completo a través de datos administrativos. La información sobre los trastornos mentales y el asma se recopiló de forma independiente, lo que minimizó el sesgo de información. Este estudio también tiene limitaciones. En primer lugar, se determinó el asma con datos sobre diagnósticos hospitalarios, causas de muerte y medicamentos recetados. No se tiene información sobre diagnósticos de médicos generales. Los medicamentos antiasmáticos, como los agonistas β-2 de acción corta, se pueden recetar para la enfermedad pulmonar obstructiva crónica en personas de 40 años o más. Además, existen similitudes en los síntomas entre el asma y la insuficiencia cardíaca. Los individuos sin asma podrían ser clasificados de forma errónea como asmáticos. Las asociaciones difirieron un poco, pero se mantuvieron sólidas cuando se restringieron a individuos menores de 40 años, entre los cuales la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y la insuficiencia cardíaca serían raras. En segundo lugar, se definieron los trastornos mentales sólo por contacto con el hospital. Se carece de información sobre enfermedades mentales diagnosticadas por médicos generales, lo que habría omitido casos menos graves tratados sólo en la práctica general. Además, no hay información sobre casos no diagnosticados. Debido a que la gravedad de los trastornos mentales también puede relacionarse con la fuerza de las asociaciones, es posible que los hallazgos no se generalicen a los trastornos mentales de leves a moderados. La falta de datos de diagnóstico de los médicos generales también afecta la determinación del asma. Las personas podrían clasificarse como asmáticas por medio del diagnóstico sólo si recibieron un diagnóstico en un entorno hospitalario. Esto se mitiga mediante el uso de datos de prescripción; sin embargo, como se indicó antes, esto no está exento de limitaciones. Además, se determinó el inicio al utilizar el primer diagnóstico o tratamiento, pero los trastornos pudieron presentarse antes del diagnóstico o el inicio del tratamiento. Por lo tanto, las asociaciones bidireccionales observadas reflejan el orden temporal de diagnóstico/tratamiento en lugar del inicio. En tercer lugar, no se dispone de información detallada sobre la gravedad del trastorno. Por lo tanto, no se puede determinar si un trastorno anterior desencadena el desarrollo o exacerba un trastorno posterior, lo que da como resultado el tratamiento. Cuatro, la selección actual de factores de confusión (sexo, edad y comorbilidad del trastorno mental) puede considerarse demasiado limitada para inferir causalidad; sin embargo, esto es válido como descriptivo y se mantiene con los estudios previos sobre comorbilidad y se retiene la selección de confusores para la comparabilidad y la interpretación. Por último, todos los residentes en Dinamarca tienen acceso universal y gratuito a los sistemas de atención de la salud. Por lo tanto, los hallazgos pueden no ser generalizables de forma necesaria a países con distintos sistemas de bienestar.

Implicaciones clínicas

Estos hallazgos pueden tener implicaciones clínicas importantes y de salud pública. Los trastornos mentales y el asma a menudo se diagnostican y tratan por diferentes médicos y, en consecuencia, el retraso en el diagnóstico de trastornos posteriores es inevitable. El conocimiento de las asociaciones bidireccionales puede ayudar a reducir los retrasos en el diagnóstico. Además, la relación entre el asma y los trastornos mentales es compleja y no debe tratarse de forma aislada. Tener asma grave puede exacerbar los síntomas de depresión y ansiedad o incluso desencadenar ataques de pánico. A su vez, algunos trastornos mentales se asocian con una mala adherencia al tratamiento médico, lo que conduce a resultados no deseados del tratamiento. Por lo tanto, la identificación temprana y el buen manejo de ambos tipos de trastornos son claves. Los psiquiatras y especialistas respiratorios deben ser conscientes de las posibles asociaciones entre el asma y los trastornos mentales y coordinar el tratamiento de estas condiciones cuando coexisten.

CONCLUSIONES

Este estudio poblacional longitudinal proporciona una compilación completa de la comorbilidad entre el asma y varios trastornos mentales, al presentar riesgos relativos e incidencia acumulada para las asociaciones en ambas direcciones. En línea con otros estudios, pero de manera más amplia, se encontraron asociaciones bidireccionales universales entre el asma y 10 tipos de trastornos mentales. Los hallazgos pueden ser de importancia clínica para reducir el retraso en el diagnóstico y mejorar el manejo de ambos tipos de trastornos.

Liu X, Plana-Ripoll O, McGrath JJ, Petersen LV, Dharmage SC, Momen NC. Bidirectional Associations Between Asthma and Types of Mental Disorders. J Allergy Clin Immunol Pract. 2023 Mar;11(3):799-808.e14.

Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL  Monterrey, México

Dra. Med. Sandra Nora González Díaz Jefe y Profesor

Dr. Carlos Macouzet Sánchez Profesor

Dra. Claudia Anai Estavillo Gómez Residente 1er Año 

Dra. Alejandra Macías Weinmann Profesor


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