martes, 17 de agosto de 2021

Función de la barrera cutánea en psoriasis y dermatitis atópica: pérdida transepidérmica de agua y temperatura como herramientas útiles para evaluar la gravedad de la enfermedad

1. Introducción

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y realiza múltiples funciones de defensa y regulación. La función de barrera de la piel reside en la epidermis, de manera principal en el estrato córneo. Esta barrera epidérmica mantiene la homeostasis cutánea y protege al cuerpo contra numerosos factores externos de estrés. La evaluación de la función de la barrera epidérmica por lo general involucra la medición de la pérdida transepidérmica de agua (PTEA), la hidratación del estrato córneo (HEC), el pH de la superficie de la piel, la temperatura, la elasticidad, la melanina y el índice de eritema.

La psoriasis y la dermatitis atópica (DA) son enfermedades inflamatorias cutáneas que resultan de la interacción entre factores ambientales y genéticos que pueden alterar la función de la barrera epidérmica. La hiperproliferación y la diferenciación defectuosa de los queratinocitos en la psoriasis y la disminución de la expresión de la filagrina pueden afectar la función de la barrera epidérmica.

Existen escasos reportes sobre las características de la función de la barrera en la psoriasis y la dermatitis atópica. No obstante, la valoración de la homeostasis cutánea y la función de la barrera epidérmica en estas enfermedades podría evaluar alteraciones cutáneas cualitativas y cuantitativas de piel lesionada y no lesionada y ayudar a comprender la compleja y aún incompleta etiopatogenia de estas enfermedades.

Además, se utilizan múltiples herramientas de diagnóstico para evaluar la gravedad en los pacientes con psoriasis y DA. El índice de gravedad de la psoriasis (PASI) es la escala más utilizada para evaluar la gravedad de la psoriasis. Esta puntuación cuantifica la extensión (el porcentaje de afectación de las cuatro regiones anatómicas: cabeza, tronco y extremidades superiores e inferiores) y la intensidad de las placas psoriásicas (evalúa eritema, descamación e induración por separado para las cuatro regiones anatómicas). La Puntuación de la Dermatitis Atopica (SCORAD) es el índice utilizado de manera más común para evaluar la gravedad de la DA. Consiste en la evaluación de la extensión de la enfermedad, la intensidad (compuesta por seis ítems: eritema, edema/pápulas, efecto del rascado, supuración/formación de costras, liquenificación y resequedad) y síntomas subjetivos (prurito, insomnio). En los resultados terapéuticos y de investigación, es importante medir la gravedad de la psoriasis y la DA, pero todas estas escalas tienen un componente que podría conducir a una variabilidad alta intra e interobservador. En esa manera, la medición de la homeostasis de la piel y la función de barrera epidérmica en pacientes psoriásicos y con DA podría ayudar a los médicos a evaluar la gravedad de la enfermedad de forma objetiva.

Por lo tanto, los objetivos de este estudio son (1) comparar la homeostasis cutánea y la función de la barrera cutánea entre piel sana, piel psoriásica y piel con DA; y (2) evaluar si la homeostasis de la piel y la función de la barrera cutánea podrían predecir la gravedad de la enfermedad.

2. Materiales y métodos

2.1 Diseño

Se realizó un estudio transversal para evaluar las diferencias de la homeostasis cutánea entre la piel saludable; la piel afectada y la no afectada en pacientes psoriásicos; la piel afectada y la no afectada en pacientes con DA.

2.2 Población de estudio

Los participantes se reclutaron desde octubre de 2019 a febrero de 2020 en el servicio de Dermatología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada.

Criterios de inclusión:

Los voluntarios sanos son personas que acudían al Servicio de Dermatología por condiciones, como nevos melanocíticos o queratosis seborreica, y no tenían antecedentes personales o familiares previos de cualquier enfermedad inflamatoria de la piel.

Los pacientes con psoriasis eran pacientes con un diagnóstico clínico establecido de psoriasis en placa leve a grave y tenían una placa de psoriasis en los codos.

Los pacientes con DA eran pacientes con diagnóstico clínico establecido de DA de leve a grave y tenían una lesión eccematosa en la región volar del antebrazo.

Criterio de exclusión:

Pacientes con psoriasis que en la actualidad tienen formas de psoriasis sin placas, por ejemplo, eritrodérmica, psoriasis guttata o pustulosa, o una forma de psoriasis inducida por fármacos.

Voluntarios sanos que tuvieran antecedentes personales de alguna enfermedad inflamatoria de la piel.

Infección clínica en el área medida.

Historia de cáncer, incluido el cáncer de piel.

Sujetos con exposición solar intensa durante el estudio.

No firmar el formulario de consentimiento informado.

2.3 Variables del estudio

Principales variables de interés

Se midieron los parámetros de homeostasis relacionados con la función de la barrera epidérmica. La HEC (en unidades arbitrarias, con Corneometer® CM 825, Mirocaya, Bilbao, España), la PTEA (en g∙m-2h-1, con Tewameter® TM 300, Mirocaya, Bilbao, España), el pH (con Skin-pHMeter ® PH 905, Mirocaya, Bilbao, España), el índice de eritema y melanina (en unidades arbitrarias, con Mexameter® MX 18, Mirocaya, Bilbao, España), la temperatura cutánea (en °C, con Skin-Termómetro ST 500, Mirocaya, Bilbao, España) y los parámetros de elasticidad (incluido el valor R2, medido en %, con Cutometer® Dual MPA 580, Mirocaya, Bilbao, España) fueron medidos por un adaptador de sonda múltiple (MPA, Courage + Khazaka electronic GmbH, Mirocaya, Bilbao, España). Los parámetros de elasticidad se midieron cuatro veces y las otras variables se midieron diez veces, con su promedio para el análisis. Todas estas medidas se tomaron en el mismo orden. Todas las mediciones se tomaron en la misma habitación en una temperatura media de 23 ±1 °C y humedad del aire ambiente de 45% (rango, 40-50%). Todos los participantes se sometieron a un período de adaptación de al menos 20 min antes de medir los parámetros. No se permitieron tratamientos sistémicos o tópicos tres horas antes de que se tomaran las mediciones.

Estas variables se midieron en dos sitios corporales en pacientes psoriásicos (en una placa psoriásica y en un área de piel no afectada en el codo), en dos sitios del cuerpo en pacientes con DA (en una lesión eccematosa y en un área de piel no afectada en la región palmar del antebrazo), en una parte del cuerpo en voluntarios sanos (en el codo en controles para psoriasis o en el antebrazo palmar en controles para dermatitis atópica).

Otras variables de interés

Los datos se recopilaron en una entrevista clínica sobre el sexo, la edad, el hábito de tabaquismo/alcoholismo de los participantes, los antecedentes familiares de enfermedad cutánea, los antecedentes personales de enfermedad cutánea, los hábitos del cuidado de la piel (uso de cremas hidratantes o bronceadoras) y las horas de exposición solar durante la semana. La gravedad de la psoriasis se evaluó mediante el PASI y el área de superficie corporal (BSA), y la gravedad de la DA se evaluó por medio del SCORAD.

2.4 Medidas de resultado

Medidas primarias de resultado:

Evaluar las diferencias en la PTEA, la HEC y los valores de temperatura entre la piel sana, la piel psoriásica y la piel con DA.

Evaluar la capacidad de la PTEA y los valores de temperatura para diferenciar la psoriasis leve versus psoriasis moderada/grave.

Evaluar la capacidad de la PTEA y los valores de temperatura para diferenciar la DA leve frente a la DA moderada/grave.

Medidas secundarias de resultado:

Evaluar las diferencias en otros parámetros de homeostasis entre la piel sana, la piel psoriásica y la piel con DA: eritema, melanina, pH y elasticidad.

Evaluar las diferencias en los parámetros de homeostasis entre la psoriasis leve y la psoriasis moderada/psoriasis grave: PTEA, HEC, temperatura, eritema, melanina, pH y elasticidad.

Evaluar las diferencias en los parámetros de homeostasis entre DA leve y moderada/grave: PTEA, HEC, temperatura, eritema, melanina, pH y elasticidad.

2.5 Análisis estadístico

En un análisis descriptivo, las variables continuas se expresaron como medias de desviaciones estándar (DE) y las variables cualitativas como distribuciones de frecuencia absoluta y relativa. La prueba t de Student para muestras independientes o la prueba t de Student para muestras pareadas, de manera respectiva, se utilizaron para las comparaciones de las variables continuas. El coeficiente de correlación de Pearson se calculó para probar las posibles correlaciones entre las variables continuas. Se analizó la gravedad de la DA para establecer puntos de corte con las curvas ROC de la característica operativa del receptor para los valores de temperatura, PTEA y HEC. Los resultados de las curvas ROC se utilizaron para calcular la sensibilidad y la especificidad para varios criterios juntos. La significancia estadística se definió mediante una p < 0.05 de dos colas. Se utilizó para los análisis estadísticos el SPSS versión 24.0 (SPSS Inc, Chicago, IL, EE. UU.).

3. Resultados

El estudio incluyó a 314 participantes, que consistieron en 92 pacientes con psoriasis y sus 92 controles y 65 pacientes con dermatitis atópica y sus 65 controles. La Tabla 1 muestra las características de la muestra.

3.1. Homeostasis cutánea en pacientes psoriásicos

Los parámetros de la función de barrera cutánea entre la piel sana, la afectada y la no afectada en pacientes psoriásicos se compararon. (Figura 1, Tabla S1). La PTEA fue mayor de manera significativa en las placas psoriásicas (18.45 g∙m-2∙h-1) que en la piel psoriásica no afectada (12.06 g∙m-2∙h-1) y la piel sana (12.34 g∙m-2∙h-1), mientras que no se encontraron diferencias entre la piel psoriásica no afectada y la piel sana. La HEC fue menor de manera significativa en las placas psoriásicas que en la piel psoriásica no afectada y la piel sana (8.71 frente a 38.43 frente a 44.39 AU). La temperatura fue mayor en las placas psoriásicas que en la piel psoriásica no afectada (30.95 frente a 30.57°C, p = 0.046). El índice de eritema fue mayor de manera significativa en las placas psoriásicas que en la piel psoriásica no afectada y los controles sanos (408.44 frente a 311.56 frente a 285.91 AU). No se encontraron diferencias de pH o de elasticidad.

Esta figura muestra la PTEA, la HEC, la temperatura, el eritema, la elasticidad y el pH en pacientes psoriásicos, pacientes con DA e individuos sanos. Las diferencias entre una piel sana, piel psoriásica no afectada y placa psoriásica se observan en el lado izquierdo de cada parámetro. Las diferencias entre piel sana, piel con DA no afectada y piel con DA y lesiones eccematosas se encuentran en el lado derecho de cada parámetro.

La media de PASI fue 6.57 (4.82), por lo que los pacientes se dividieron en dos grupos: PASI <7 y PASI >7 (Tabla 2). No se mostraron diferencias en la distribución por La edad, el sexo o el tratamiento entre los grupos. Respecto al tratamiento actual, 27.1% (16/59) pacientes con PASI <7 y 21.2% (7/33) pacientes con PASI ≥7 recibieron tratamiento sistémico sin diferencias entre los grupos (p = 0.835); 20.3% (12/59) pacientes con PASI <7 y 24.2% (8/33) pacientes con PASI ≥7 recibieron biológicos, sin diferencias entre los grupos (p = 0.941).

La HEC fue menor de manera significativa en pacientes con PASI ≥7 que en pacientes con PASI <7 en placas psoriásicas (4.78 frente a 10.91 AU, p <0.001). La temperatura fue más alta en pacientes con PASI >7 que en pacientes con PASI <7 en placas psoriásicas (31.56 vs 30.62°C, p = 0.005). Además, se observó que los pacientes con PASI ≥7 tienen una PTEA casi mayor de manera significativa en placas psoriásicas que los pacientes con PASI <7 (20.75 frente a 17.16 g∙m-2∙h-1, p = 0.109). Hay una correlación negativa entre la HEC en la placa y PASI (r =   0.292, p = 0.005), y una correlación positiva casi significativa entre la temperatura en la placa y PASI (r = 0.187, p = 0.074).

Como los pacientes con psoriasis moderada/grave (PASI ≥7) presentan valores más altos de temperatura en las placas psoriásicas, se generó una curva ROC para determinar un punto de corte óptimo para el valor de temperatura que permite sospechar el riesgo de psoriasis moderada/grave (área bajo la curva = 0.68, p = 0.004). Un valor de temperatura superior a 30.85 °C indica, con una sensibilidad de 72.7% y una especificidad de 55.9%, que un paciente tiene psoriasis moderada/grave. La PTEA también es mayor en pacientes psoriásicos con PASI moderado/grave; por lo tanto, al generar la curva ROC para establecer un punto de corte óptimo para la sospecha de psoriasis moderada/grave (área bajo la curva = 0.636, p = 0.031), se observa que un valor de PTEA superior a 13.85 g∙m-2∙h-1 indica que el paciente tiene psoriasis, con una sensibilidad de 81.8% y una especificidad de 50.8%. Un valor de HEC fue menor en pacientes con PASI alto, por lo que se generó una tercera curva ROC para establecer un punto de corte óptimo para que este parámetro identifique a los posibles pacientes con riesgo de psoriasis moderada/grave (área bajo la curva = 0.285, p = 0.001).  Un valor de HEC inferior a 2.07 indica, con una sensibilidad de 60.6% y una especificidad de 15.3%, que un paciente tiene psoriasis moderada/grave. Además, se observó que los pacientes con temperatura >30.85°C y PTEA >13.85 presentan psoriasis moderada/grave, con una sensibilidad de 60.6% y una especificidad de 76.3% (Tabla 3).

3.2. Homeostasis cutánea en pacientes con dermatitis atópica

Los parámetros de la función de la barrera cutánea entre la piel sana, la afectada y la no afectada en pacientes con DA se compararon (Figura 1, Tabla S2). La PTEA fue mayor de manera significativa en las lesiones eccematosas de la DA que en la piel con DA no afectada y la piel sana (28.68 frente a 13.15 frente a 11.60 g∙m-2∙h-1). La HEC es menor de manera significativa en las lesiones eccematosas de DA que en la piel con DA no afectada y la piel sana (20.20 frente a 40.95 frente a 50.73 AU). La temperatura fue mayor de manera significativa en las lesiones eccematosas de la DA que en la piel con DA no afectada y la piel sana (32.05 vs 31.35 vs 31.37°C), mientras que no se encontraron diferencias entre la piel con DA no afectada y la piel sana. El índice de eritema fue mayor de manera significativa en las lesiones eccematosas de la DA que en la piel sana (387.21 frente a 244.44 AU). No se encontraron diferencias en el pH. La elasticidad fue menor de manera significativa en las lesiones eccematosas de la DA que en la piel sana (69% frente a 74% frente a 76%), mientras que no se encontraron diferencias entre la piel con DA no afectada y la piel sana.

La media de SCORAD fue 36.96 (21.65), por lo que los pacientes se dividieron en dos grupos: SCORAD <37 y SCOCRAD ≥37 (Tabla 4). No hubo diferencias en la distribución por edad, sexo o tratamiento entre los grupos. Respecto al tratamiento actual, 30.8% (8/26) de los pacientes con SCORAD <37 y 52.9% (18/34) recibieron tratamiento sistémico sin diferencias entre los grupos (p = 0.132). Ningún paciente se trataba con biológicos.

La HEC fue menor de manera significativa en pacientes con SCORAD ≥37 que en pacientes con SCORAD <37 tanto en piel con DA no afectada (34.78 frente a 47.10 AU, p = 0.003) como con lesión eccematosa en DA (19.90 vs. 30.68 UA, p = 0.044). La temperatura fue más alta en pacientes con SCORAD ≥37 que en pacientes con SCORAD <37 en la lesión eccematosa de DA (32.45 vs. 31.74, p = 0.015). Además, se observó que los pacientes con SCORAD ≥37 tienen una PTEA mayor en las lesiones eccematosas de DA que los pacientes con SCORAD <37 (13.67 vs. 26.33 g∙m-2∙h-1, p = 0.161). No se encontraron diferencias en el pH ni en la melanina. La elasticidad fue menor de manera significativa en pacientes con SCORAD ≥37 que en pacientes con SCORAD <37, tanto en piel con DA no afectada (67% vs. 79%, p = 0.003) como en piel con DA y lesiones eccematosas (63% vs 75%, p = 0.01). Además, se encontró una correlación positiva entre la temperatura y el SCORAD en las lesiones eccematosas de la DA (r = 0.39, p = 0.002), y entre la PTEA y el SCORAD, tanto en las lesiones eccematosas de DA (r = 0,27, p = 0,036) como en la piel no afectada con DA (r = 0.7, p = 0.038). Se observó una correlación negativa entre la HEC y el SCORAD tanto en las lesiones eccematosas de DA (r= -0.364, p =0.005) y en la piel con DA no afectada (r = -0.519, p <0,001). Además, se encontró una correlación negativa entre la elasticidad y el SCORAD, tanto en las lesiones eccematosas de DA (r = 0.421, p = 0.003) como en la piel con DA no afectada (r = 0.542, p < 0.001).

Como los pacientes con DA moderada/grave (SCORAD ≥37) presentan valores más altos de temperatura en las lesiones eccematosas de DA, se generó una curva ROC para determinar un valor de cohorte óptimo para la temperatura que permitió determinar el riesgo de DA moderada/grave (área bajo la curva = 0.71, p = 0.006). Un valor de temperatura superior a 31.75°C indica, con una sensibilidad de 81.8% y una especificidad de 57.7%, que un paciente tiene DA moderada/grave. La PTEA fue también mayor en pacientes con DA y SCORAD moderado/grave; por lo tanto, al generar la curva ROC para establecer un punto óptimo de corte para la sospecha de DA moderada/grave (área bajo la curva = 0.633, p = 0.078), se observó que un valor de PTEA superior a 23.19 g∙m-2∙h-1 indica que un paciente tiene DA, con una sensibilidad de 73.5% y una especificidad de 53.8%. La HEC fue más baja en pacientes con SCORAD alto, por lo que se generó una tercera curva ROC para establecer un punto de corte óptimo de este parámetro para identificar los pacientes con posible riesgo de DA moderada/grave (área bajo la curva = 0.367, p = 0.083). Un valor de HEC inferior a 14.54 AU indica, con una sensibilidad de 71.9% y una especificidad de 2.1%, que un paciente tiene DA moderada/grave. Además, se observó que los pacientes con temperatura >31.75°C y PTEA >23.19 g∙m-2∙h-1 presentaron DA moderada/grave, con una sensibilidad de 69.2% y una especificidad de 61.8%.

3.3 Análisis de la homeostasis cutánea entre pacientes psoriásicos y pacientes con DA

Se observó que la temperatura fue más alta en los pacientes con DA que en los pacientes con psoriasis tanto en la piel no afectada (31.35 frente a 30.56°C, p = 0,001) como en la piel afectada (32.05 frente a 30.95, p < 0.001). Además, la PTEA fue mayor en las lesiones eccematosas que en las placas psoriásicas (28.69 frente a 18.48 g∙m-2∙h-1, p < 0.001). El eritema fue menor en las lesiones eccematosas que en placas psoriásicas (244.50 frente a 311.56, p < 0.001). No se encontraron diferencias en el pH o la elasticidad.

4. Discusión

El análisis de la homeostasis de la piel mostró diferencias entre la piel sana, la piel psoriásica, y la piel con DA. En pacientes psoriásicos, la HEC fue menor en las placas psoriásicas que en la piel psoriásica no afectada y los controles sanos. Las placas psoriásicas mostraron valores mayores de PTEA, temperatura, y eritema que la piel psoriásica no afectada. La temperatura y la PTEA en las placas psoriásicas podrían ayudar a identificar a los pacientes con psoriasis moderada/grave. En pacientes con DA, la PTEA fue mayor en las lesiones eccematosas que en la piel con DA no afectada y los controles sanos, mientras que la HEC fue menor. Las lesiones eccematosas mostraron una temperatura más alta que la piel con DA no afectada. Además, los pacientes con DA con una enfermedad más grave mostraron mayor temperatura, mayor PTEA y HEC menor en sus lesiones eccematosas. La temperatura y la PTEA en las lesiones eccematosas en pacientes con DA podrían ayudar a identificar a los pacientes con DA moderada/grave.

Este reporte muestra que toda la barrera epidérmica se afecta en pacientes psoriásicos, no sólo en las placas psoriásicas. Algunos parámetros de homeostasis se evaluaron de manera previa en pacientes psoriásicos. Otra investigación mostró una PTEA más alta en las placas psoriásicas que en la piel psoriásica no afectada y controles sanos. Sin embargo, las diferencias en los valores de PTEA entre la piel psoriásica no afectada y los controles sanos es controversial. De acuerdo con los resultados, se encontraron valores más bajos de HEC en las placas psoriásicas que en la piel psoriásica no afectada y controles sanos. Las diferencias en la PTEA y la HEC entre las placas psoriásicas y la piel no afectada en el mismo paciente podrían explicarse por una disminución en la expresión de AQP3 en placas y piel perilesional. Se reportaron resultados controversiales para los valores de pH. Cannavo y colaboradores encontraron valores más bajos de pH para piel psoriásica, mientras que Delfino y colaboradores no reportaron cambios. La temperatura y el eritema también son mayores en la piel psoriásica, lo que se explica por su patogenia inflamatoria. Existe la necesidad de una evaluación confiable de la gravedad de la psoriasis y, hasta donde se sabe, no existe información sobre un parámetro de la homeostasis cutánea para evaluar la gravedad de la psoriasis. Se observó que un valor de temperatura en placas psoriásicas superior a 30.85° C indica, con una sensibilidad de 72.2%, que la psoriasis es moderada/grave, y que un valor para la PTEA superior a 13.85 g∙m-2∙h-1indica, con una sensibilidad de 81.8%, que la psoriasis es moderada/grave. Esto puede ayudar a los médicos a medir de manera objetiva la gravedad de la psoriasis. Además, este estudio muestra que toda la barrera epidérmica se afecta en los pacientes con DA. La PTEA es el parámetro más estudiado en pacientes con DA. Como en reportes anteriores, este estudio muestra que la PTEA es mayor en las lesiones eccematosas de DA que en la piel con DA no afectada y piel sana. Los valores de PTEA aumentados revelan una disfunción de la barrera epidérmica que podría explicarse por mutaciones de la filagrina. Jungersted y colaboradores también mostraron que el eritema incrementa en las lesiones de DA en comparación con la piel sana de control, mientras que la HEC fue menor y el pH fue similar en ambos lugares en 49 participantes. Además, reportes anteriores, que evaluaron un número menor de participantes, mostraron que la HEC fue mayor en los controles sanos que en la piel con DA no afectada y en las lesiones eccematosas. De acuerdo con los resultados de este estudio, estos muestran que la función de barrera cutánea se altera en pacientes con DA, que se expresa de manera específica en la piel lesionada. Esto podría explicarse por una deficiencia de la filagrina, ya que esta proteína es un componente principal del estrato córneo y contribuye a la agregación del filamento de queratina. La temperatura y el eritema fueron también más altos en las lesiones eccematosas que en piel con DA no afectada y piel sana, lo que muestra cambios inflamatorios en esta enfermedad. Hasta donde tienen conocimiento los autores, sólo un reporte anterior evaluó los parámetros de elasticidad en pacientes con DA. Al igual que sus resultados, observaron una mayor disminución de la elasticidad en las lesiones eccematosas de DA que en la piel de DA no afectada en 22 pacientes, sin incluir un grupo de control sano. Las diferencias de elasticidad pueden revelar que el colágeno o la elastina, las principales proteínas responsables de la elasticidad de la piel, son otras proteínas alteradas en los pacientes con DA.

Existe escasa información sobre los parámetros de la homeostasis cutánea y la gravedad de la DA. De manera previa, se observaron correlaciones entre la hidratación de la piel y el SCORAD, y entre la PTEA y el SCORAD. Además, se demostró que los valores de la PTEA en la piel no afectada con DA predicen el desarrollo de DA. A pesar de eso, no se establecieron puntos de corte para evaluar la gravedad de la enfermedad. Se observa que el valor de temperatura de la lesión eccematosa superior a 31.75°C indica, con una sensibilidad de 81.8%, que la DA es moderada/grave y que un valor de PTEA superior a 23.19 g∙m-2∙h-1 indica, con una sensibilidad de 73.5%, que la DA es moderada/grave. Esto podría ayudar a los médicos a seleccionar pacientes con DA que necesiten un tratamiento intensivo. Además, la medición de la función de la barrera cutánea también podría ayudar a resolver la necesidad actual de sistemas de puntuación precisos y reproducibles para la clasificación de DA.

Las limitaciones de este estudio incluyen la falta de seguimiento debido a su diseño transversal, y que se incluyeron pacientes con diferentes tratamientos en curso, lo que podría modificar la función de barrera epidérmica. Sin embargo, no hubo diferencias en la distribución de tratamiento sistémico o biológico entre los grupos de gravedad, ni en la psoriasis ni en la DA.

5. Conclusiones

En conclusión, la barrera cutánea se afecta en la psoriasis y la DA. La temperatura y los valores de la PTEA pueden ayudar a los médicos a determinar la gravedad de la enfermedad y seleccionar los pacientes que necesitan un tratamiento intensivo.



Article
Peer-Review Record

Skin Barrier Function in Psoriasis and Atopic Dermatitis: Transepidermal Water Loss and Temperature as Useful Tools to Assess Disease Severity

J. Clin. Med. 202110(2), 359; https://doi.org/10.3390/jcm10020359

Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC

Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL

Monterrey, México

Dra. Med. Sandra Nora González Díaz Jefe y Profesor

Dra. med. Gabriela Galindo Rodríguez Profesor

Dra. Ana Karen Chávez Ruíz Residente 1er año

Dra. Alejandra Macías Weinmann Profesor


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