lunes, 11 de abril de 2016

Fármaco experimental contra el virus Junín que provoca la fiebre hemorrágica argentina

El Junín, una enfermedad parecida al Ébola en Argentina, tiene una tasa de mortalidad del 20 al 30% y de tratamiento similar al del virus del Ébola.
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San Diego (EEUU).- Un fármaco experimental podría ofrecer una nueva arma contra el virus que provoca la fiebre hemorrágica argentina, una infección potencialmente letal que se considera como una amenaza de "bioterrorismo".
 
Los hallazgos se basan en estudios de laboratorio con cobayas. Y los investigadores dijeron que no está claro en qué momento el tratamiento podría avanzar a ensayos con humanos.
 
Pero hay una necesidad vital de nuevas formas de combatir la fiebre hemorrágica argentina, provocada por un virus llamado Junín. No hay medicamentos para combatirlo, y el único tratamiento es una transfusión de plasma de alguien que haya sobrevivido a la enfermedad, y por tanto desarrollado anticuerpos contra el virus.
 
Esas transfusiones son efectivas, apuntó el Dr. Larry Zeitlin, investigador líder del nuevo estudio.
 
Pero en caso de un brote, los suministros podrían ser bastante insuficientes ante la demanda, dijoZeitlin, que es presidente de Mapp Biopharmaceutical, con sede en San Diego (EEUU).
 
Mapp Bio es una de las compañías que desarrolló un tratamiento similar contra el virus del ébola durante el brote de 2014-2015. Ese fármaco, llamado ZMapp, sigue siendo experimental, pero el septiembre pasado la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. le otorgó el estatus de "vía rápida" para acelerar su proceso de aprobación.
 
El virus Junín ocurre en las partes rurales de Argentina, y por ahora todavía está confinado en ese país. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., el virus es portado por ciertos roedores, y los humanos pueden enfermarse si entran en contacto con heces, orina o saliva contaminados. La transmisión entre personas es rara, pero posible, según la Agencia de Salud Pública de Canadá.
 
En Argentina, entre 10 y 50 personas se infectan con el virus Junín cada año, dijo la Dra. Delia Enria, científica de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud de Argentina, que también trabajó en el estudio. Es una cifra baja, pero dentro de Argentina, las áreas afectadas por el Junín se han ampliado, advirtió Enria. Y siempre existe el potencial de que el virus escape de su área de confinamiento, añadió Zeitlin.
 
"Como hemos visto con el brote de ébola en África occidental y la epidemia en curso de Zika, es muy difícil predecir cuándo y dónde virus como estos se propagarán", comentó. El Junín "no es un virus que me quite el sueño, pero sí estoy atento".
 
El Junín también está en la lista del gobierno de EEUU de potenciales armas de bioterrorismo,junto con otros virus que provocan fiebre hemorrágica. Sus síntomas varían, pero la mayoría incluyen una fiebre alta, mareo y fatiga. Algunas personas desarrollan sangrado interno y complicaciones neurológicas, como delirio y convulsiones.
 
Si no se trata, la infección con el Junín tiene una tasa de mortalidad del 20 al 30%, dijo el equipo de Zeitlin.
 
El fármaco experimental contra el Junín es similar al ZMapp, un anticuerpo monoclonal. Los anticuerpos son proteínas del sistema inmunitario que reconocen a los invasores foráneos. Los anticuerpos monoclonales son generados en el laboratorio, y están diseñados para dirigirse a un objetivo específico, como una célula cancerosa o un virus.
 
El anticuerpo monoclonal contra el Junín, llamado J199, se aisló de ratones expuestos a una proteína clave del Junín, que entonces se alteró genéticamente para hacerlo más parecido a un anticuerpo humano, apuntaron los investigadores.
 
Cuando el equipo de Zeitlin lo evaluó en cobayas infectadas con el Junín, el anticuerpo previno la muerte en todos los animales cuando se inició en un plazo de seis días. Cuando se administró el día 7, el 92% sobrevivieron.
 
Un anticuerpo monoclonal capaz de luchar contra el Junín sería "muy bienvenido", dijo el Dr. Amesh Adalja, vocero de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (Infectious Disease Society of America). Adalja no participó en el estudio. Ahora, según Adalja, los anticuerpos monoclonales se usan sobre todo para tratar ciertos tipos de cáncer y determinadas enfermedades autoinmunes.
 
Pero los anticuerpos son un "método elegante" de tratar las infecciones graves, afirmó. "Con algo de suerte, veremos que se usan más en las enfermedades infecciosas", añadió Adalja.
 
La pregunta es si el J199 avanzará a las pruebas humanas en un futuro próximo.
 
"El desarrollo de medicamentos es muy costoso, y podía ser difícil avanzar el J199 mucho más", lamentó Zeitlin. "Quizá tengamos que 'parquear' el J199, de forma que esté disponible para un avance rápido en caso de un brote del Junín a gran escala".
 
Una mejor medida, dio Zeitlin, podría ser enfocarse en encontrar un anticuerpo de "amplio espectro" contra el Junín y otros virus de la misma familia, que también están en la lista de posibles armas de bioterrorismo del gobierno de EE. UU.
Los hallazgos aparecen en la edición de abril de la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences".
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