jueves, 20 de agosto de 2015

Opciones de tratamiento actuales con inmunoglobulina G para la individualización en la atención de pacientes con inmunodeficiencia primaria

Introducción
Las deficiencias primarias graves de anticuerpos (DPA) requieren terapia de reemplazo con inmunoglobulina (Ig)G de por vida. En el transcurso de los años 1980 y 1990, la administración intravenosa IgG (IVIG) fue el método más común de reemplazo en la mayoría de los países, pero la IgG subcutánea (SCIG) se llegó a establecer como un tratamiento bien tolerado y eficaz, que es preferido por muchos pacientes y sus familias. Los regímenes de tratamiento que incorporan los productos de IGIV e IGSC ahora permiten a médicos, enfermeras y los padres/encargados de la atención apoyar a pacientes con antecedentes clínicos y estilos de vida muy diferentes.

Se recolectó información suficiente para sugerir que la elección de terapia con IgG para un paciente con DPA ya no es una simple decisión binaria entre regímenes mensuales de IGIV y semanales de IGSC. Las variables que impactan la elección de un régimen en cualquier paciente con PAD incluyen la dosis mensual de IgG, la frecuencia y la vía de administración, el dispositivo usado para la administración, el volumen y la velocidad de infusión, el nivel recomendado de IgG al final de un ciclo de infusión (nivel más bajos), el número de sitios de infusión, el producto y/o la formulación usada, el sitio de atención y la administración de IgG, la educación y el entrenamiento del paciente y la familia, el sistema de apoyo para la administración, la aparición y el tratamiento de eventos adversos (EA), que incluyen la necesidad de medicaciones pre- y pos- (es decir, para la profilaxis o el tratamiento de dolores de cabeza pos-IGIV, el desgaste o la fatiga al final de la dosis y otros síntomas; Fig. 1). La disponibilidad de regímenes de IGSC semanales, bisemanales o más frecuentes con productos al 16 o 20%, en adición a la administración intravenosa de preparaciones de IGSC al 5 o 10% o adicionada con hialuronidasa (fIGSC) cada 2, 3, o 4 semanas amplió de forma considerable las opciones para los pacientes.
En general, los niveles más altos de IgG se asocian con una resistencia más alta a la infección. Esto se sugirió por mucho tiempo para la IGIV, pero también se documentó para la IGSC. Sin embargo, los estudios sugieren una gran variabilidad en los niveles requeridos de IgG para individuos diferentes para mantenerse libres de infección y en los regímenes de dosis necesarios para mantener los niveles necesarios de IgG en suero. Se discuten los avances recientes que consideran formular el mejor tratamiento para cada paciente.
Objetivo de la terapia de reemplazo con IgG
La meta de la terapia de reemplazo con IgG a largo plazo es reducir la incidencia y la gravedad de las infecciones y prevenir el deterioro de la función de los órganos a largo plazo. Usualmente, esto requiere la normalización de los niveles de IgG en suero. La terapia optimizada de reemplazo con IgG puede retrasar o anular la progresión y el desarrollo de las complicaciones en las DPA, como las bronquiectasias, los trastornos autoinmunes o los trastornos del tracto digestivo, y retardar el desarrollo de la enfermedad pulmonar progresiva. El tratamiento también tiene como meta mejorar la autopercepción de la salud en relación a la calidad de vida (HRQoL) de niños, adultos y adultos mayores con DPA. La importancia de un diagnóstico acertado para identificar aquellos pacientes más probables de beneficiarse de la terapia de reemplazo con IgG es fundamental e inicial. Los métodos no satisfactorios del laboratorio y una interpretación incorrecta de los resultados pueden llevar a la implementación de la terapia de reemplazo con IgG que no es apropiada ni efectiva. Por ejemplo, la interpretación cuidadosa de las respuestas de los anticuerpos a la vacuna estándar neumocócica de 23 serotipos, con determinaciones repetidas en el transcurso del tiempo, puede ser necesaria para determinar la necesidad de la terapia de reemplazo con IgG a largo plazo. En algunos casos, un ensayo empírico de IgG se puede indicar aunque no se diagnosticó de forma clara una DPA subyacente. En otros casos, puede ser apropiado ofrecer una discontinuación del ensayo de un régimen de tratamiento establecido con IgG para permitir el lavado y la reevaluación de la habilidad del paciente de mantener los niveles de anticuerpos y generar respuestas a la vacuna de protección.
El enfoque hacia las variables y los objetivos de la terapia con IgG puede cambiar en diferentes etapas de la vida del paciente: las condiciones de vida, el grado de exposición a enfermedades infecciosas y el inicio de complicaciones que requieren cambios en la terapia.
Rutas de administración: IGIV y IGSC para la terapia individualizada
La elección de la vía de administración se debe considerar con una gama de parámetros clínicos y del paciente. Aunque la terapia de reemplazo con IGIV se usó durante años, hay más de 25 años de experiencia acumulada con la terapia con IGSC en Europa, en especial en los países nórdicos. La IGSC ahora tiene una amplia disponibilidad en Europa, los Estados Unidos y un aumento constante en otros países.
Desde un punto de vista farmacocinético, la diferencia principal entre las vías subcutánea e intravenosa es la tasa más lenta en que la IgG llega al torrente sanguíneo después de la administración subcutánea y la frecuencia de la administración. La farmacocinética de la IgG se puede describir por un modelo bicompartimental, con la IgG en equilibrio con los compartimentos vasculares y extravasculares. La IGIV se infunde de forma directa al compartimento intravascular, y logra niveles altos de forma inmediata, los cuales decaen con rápidez durante los siguientes días mientras la IgG se distribuye al compartimento extravascular. El volumen extracelular en general es dos veces el del compartimento intravascular, así el nivel de IgG se reequilibra a la mitad del nivel más alto. Después, el catabolismo provoca la caída del nivel de forma más lenta durante las semanas posteriores. Las infusiones de IGSC forman un depósito inicial en los sitios locales, después del cual la IgG se transporta del tejido subcutáneo a la linfa y después al torrente sanguíneo. La falta de la llegada rápida a una concentración alta de IgG con la IGSC se asocia con una incidencia substancialmente reducida de EA sistémicos y graves. En adición, los niveles séricos cercanos al estado estable de la IgG se logran con una administración semanal o más frecuente de IGSC y confieren una protección comparable contra las infecciones. En contraste, unos análisis combinados recientes mostraron que el índice de infección aumenta mientras los niveles de IgG caen hacia el final de cada ciclo de dosis de 3 o 4 semanas de IGIV. No es posible lograr el estado estable de niveles de IgG que se obtiene con la IGSC semanal al utilizar la IGIV.
La incidencia reducida de los EAs sistémicos y la facilidad comparativa de la infusión subcutánea facilitan los regímenes de la administración de IGSC en casa, por el propio paciente o por la familia. Sin embargo, esta opción de tratamiento requiere de un individuo fiable, comprometido y un educador experimentado.
Las formulaciones de IGIV más recientes que están disponibles se asocian con tasas bajas de EAs sistémicos, los cuales en general son tolerables y se relacionan en su mayoría a la tasa de infusión. Es más probable que estos se encuentren durante la primera o segunda infusión de cualquier producto (o si hay una infección concurrente). Sin embargo, en algunos pacientes, los niveles más bajos antes de la siguiente dosis de IGIV pueden causar efectos de “desgaste” como un riesgo mayor de infección, fatiga y/o una sensación de malestar en algunos pacientes. Para estos pacientes, una dosis mayor de IGIV, un intervalo más corto entre infusiones de IGIV o la substitución de infusiones semanales o más frecuentes de IGSC puede ser preferible. En situaciones clínicas específicas como la citopenia mediada inmunológicamente asociada a la DPA, la IGIV puede ser más eficaz en subir de forma rápida el recuento de plaquetas o de glóbulos blancos, debido a los efectos inmunomoduladores establecidos. A la inversa, a los pacientes con una pérdida de proteínas gastrointestinales o renales se pueden beneficiar de las dosis que se absorben de una forma más gradual, más pequeñas de las que por lo general se usan con IGSC.
En algunos países, un seguro específico o las políticas de pagar en relación al producto, la vía, las dosis, y/o los niveles más bajos pueden restringir la habilidad del proveedor para optimizar el régimen de tratamiento. Sin embargo, una propuesta bien razonada y referenciada o un ensayo terapéutico de 3-6 meses para establecer la eficacia pueden ofrecer una manera de progresar.
Terapia con IgG y la economía de la salud
Múltiples factores que incluyen el producto, el método de administración (es decir, con o sin una bomba) y si se usa un coeficiente de ajuste de las dosis, pueden determinar el costo relativo de la IGSC en comparación a la terapia con IGIV. Como la IGSC se autoadministra por la mayoría de los pacientes, los costos de las instalaciones y los profesionales de atención médica deben reducirse o eliminarse. Estudios suecos, alemanes y canadienses mostraron una ventaja económica en la administración de la IGSC en la casa en comparación con la terapia de IGIV en hospital y también una reducción de 50% en los costos para los pacientes/familias. En Quebec, los pacientes y padres pasaron menos tiempo fuera de la casa o en otras actividades para la terapia con IGSC que con IGSC, y el costo médico total y el costo no médico total fueron significativamente más bajos para la IGSC que para la IGIV (P < 0.001). En la Colombia Británica, el costo al sistema de salud se redujo por CA$5736 por paciente durante 3 años al usar IGSC en comparación con la terapia previa con IGIV. Un beneficio adicional para los pacientes que usan IGSC es la posibilidad de hacer otra actividad durante la infusión subcutánea. Según una encuesta reciente de la Organización Internacional del Paciente con Inmunodeficiencia Primaria (IPOPI), el tiempo promedio de recibir una infusión de IGSC fue menor de dos horas, en comparación a aproximadamente 2-6 horas para una infusión de IGIV. De este modo, el tiempo total para las infusiones de IGSC en un mes puede ser de una duración más larga que la infusión de IGIV, pero no se percibe como tiempo perdido de otras actividades, y el tiempo requerido para la transportación al hospital o el centro para la infusión es tiempo recuperado por el paciente. Casi no hay estudios que comparan los costos de la terapia de IGIV en la casa versus en el hospital. Una revisión de la literatura concluyó que la diferencia en los costos de terapia entre la IGIV y la IGSC se deben en su mayoría a la terapia en casa. Así se puede esperar que la terapia de IGIV en casa tiene un costo más bajo que el equivalente de un régimen en el hospital y quizás no requiere las bombas que se necesitan para la IGSC; sin embargo, los modelos de costos correspondientes son complejos, con variaciones específicas al país y el servicio. 
Regímenes de dosis
Dosis
Los niveles más bajos de IgG son útiles para monitorizar la eficiencia de la terapia y la atención guiada, pero se deben usar en conjunto con una gama de conclusiones clínicas y de laboratorio para individualizar la terapia. Estos incluyen la frecuencia de infección, el requerimiento de antibióticos, bronquiectasias, el tiempo perdido de la escuela o el trabajo, el diagnóstico subyacente [agammaglobulinemia ligada a X (ALX) versus inmunodeficiencia común variable (IDCV)], la presencia de IgA, marcadores de inflamación, microglobulina beta 2, estudios imagen, de manera potencial la medida de los niveles individuales de anticuerpos a patógenos específicos, y, actualmente en un ambiente de investigación, el polimorfismo en el receptor Fc. Aunque un nivel sérico más bajo de IgG de 5 g/l se usó por algunos como un objetivo mínimo, es bastante claro que individuos diferentes requieren niveles diferentes de IgG para mantenerse libres de infección y diferentes regímenes de dosis para lograr mantener estos niveles. Según estudios recientes en la experiencia del autor, los límites más bajos recomendados aumentaron a 7-8 g/l, con cada paciente tratado de forma individual. Lucas et al reportaron que los pacientes con bronquiectasias requieren una dosis más alta de IgG para lograr los mismos niveles séricos que los pacientes sin bronquiectasias y que los pacientes con ALX pueden requerir niveles más altos de IgG que aquellos con IDCV. En el Hospital Universitario de Gales (Cardiff, UK), se dan dosis más altas de IgG a pacientes con daño a órgano blanco o ALX. Estos resultados y la experiencia clínica de muchos autores enfatizan la necesidad para la terapia individualizada con IgG.
Las dosis de IgG para empezar tratamiento actualmente son de 400-600 mg/kg para 3 o 4 semanas para IGIV o 100–150 mg/kg por semana para IGSC. Bonagura et al sugirieron un nivel biológico más bajo para que cada paciente quedara libre de una infección aguda grve, en vez de establecer un medio arbitrario basado en la población normal. Después de un seguimiento regular (que puede incluir espirometría, capacidad de difusión pulmonar y/o una tomografía computarizada de alta resolución), los ajustes en la dosis deben hacerse de acuerdo a los resultados clínicos y la mejor práctica para el seguimiento de terapia en casa. Sin embargo, la minimización de las infecciones agudas puede no prevenir la infección crónica (es decir, bronquiectasias) y sus complicaciones.
Intervalos de las dosis
Los regímenes deben permitir al tratamiento integrarse en la situación específica de vida al paciente sin causarle efectos adversos ni sacrificar la eficacia clínica. Cualquier frecuencia de infusión es factible, de una vez cada 4 semanas para IGIV a varias veces por semana para IGSC. Actualmente, para los pacientes que reciben IGIV, la administración cada 2-4 semanas se usa según el resultado clínico. En una encuesta realizada por Fundación de los EEUU para las Deficiencias Inmunes en 2007, 56% de los pacientes recibieron IVIG cada 4 semanas, 27% cada 3 semanas y 11% cada 2 semanas; sólo una pequeña porción de los pacientes tenían intervalos más largos a las 4 semanas. Las recomendaciones recientes de tratamiento en los Estados Unidos y Europa son similares: en una encuesta en 2010, 87% de los miembros de la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunologia (AAAAI) recomendó un intervalo de dosis de cada 4 semanas, mientras que los encuestados de la Sociedad Europea para las Inmunodeficiencias usaron intervalos de 3 y 4 semanas. Para el tratamiento con IGSC, se prefirió una vez cada semana en general, pero se usaron regímenes con rangos de cada día a cada dos semanas en niños y adultos. Los diversos regímenes pueden adaptarse a requerir un número mínimo de infusiones o sitios de infusión de acuerdo a la tolerancia, la preferencia y el tiempo disponible de los pacientes (Tabla 1). En la experiencia de un autor, los pacientes con DPA que experimentan dolores en las articulaciones o dolor en el cuerpo pueden preferir tener transfusiones de IGSC cada día o cada día por medio.
La práctica usual de cambiar de terapia con IGIV a IGSC en Europa fue para usar el equivalente de la dosis mensual de IgG en 4 dosis iguales que se aplican cada semana (1:1 dosis). A pesar de la recomendación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EEUU de usar un coeficiente de adaptación de la dosis para lograr una exposición similar a la exposición total a IgG (una zona no inferior bajo la curva de la concentración sérica de IgG graficada versus tiempo), los estudios de las prácticas clínicas en los Estados Unidos sugieren que los médicos no necesariamente hacen caso a esta recomendación, ya que no hubo diferencia en las dosis totales mensuales que se usaron por las vías intravenosas y subcutáneas. El impacto del equivalente de la dosis de IGIV e IGSC en la frecuencia de infección y los resultados a largo plazo queda por verse, pero la información disponible sugiere que hasta dentro del rango “normal” de los niveles séricos de IgG, los niveles más altos proveen una mejor protección.
Tasa de infusión
Muchos de los EAs sistémicos relacionados con la infusión de IGIV, como el dolor de cabeza, los escalofríos y/o el malestar, pueden aliviarse al ajustar la tasa de infusión según la tolerancia del individuo y/o al reducirla cuando los síntomas se presentan. Más de 60% de los encuestados de la Primera Encuesta Nacional de Deficiencias Inmunes en 2002 y de una encuesta sueca reportaron experimentar EAs relacionados con la tasa de infusión de IGIV. Entre los productos actuales intravenosos, las más nuevas formulaciones líquidas al 10% de IGIV pueden administrarse a tasas de infusión hasta aproximadamente 5 ml/kg/h o hasta 7.2 ml/kg/h.
Para los productos de IGSC al 16%, las tasas de infusión máximas recomendadas son 10–20 ml/h. La tasa máxima recomendada para IGSC al 20% es de 15 ml/h/sitio para la primera infusión y 25 ml/h/sitio para infusiones posteriores, pero estos en su mayoría se escogen para evitar los efectos secundarios durante los ensayos de registro que no tuvieron como objetivo determinar la tasa máxima o el volumen tolerados por sitio. Las tasas “rápidas” de hasta 70 ml/h se usaron con éxito en algunos centros. Se mostró que la tasa de infusión de 35 ml/h no crea más EAs locales que 20 ml/h. Sin embargo, los EAs (por ejemplo, dolor local o hinchazón pronunciada y/o reacciones locales persistentes) asociados con las tasas de infusión o volúmenes muy altos se deberían evitar cuando la terapia se ajusta para los individuos.
Volumen de la infusión
Las infusiones de IGIV rara vez se limitan por preocupaciones de volumen, aunque el volumen puede ser un problema en algunos pacientes con una enfermedad cardiaca o renal. En contraste, con la IGSC, el volumen infundido por sitio y el número de sitios por infusión debe limitarse a lo que se puede tolerar por el paciente de forma cómoda y puede influenciarse por el producto, la dosis y la duración de cada infusión. Mientras en general la IGIV está disponible con una formulación de 5 o 10%, IGSC está disponible en soluciones de 10, 16, 16·5, o 20%. La disponibilidad de soluciones de IGSC al 16–20% IGSC  permite la administración de una dosis más grande en volúmenes más pequeños. Cuando se usa IGSC, los volúmenes más grandes pueden acomodarse con usar varios sitios de forma simultánea por infusión y/o infusiones más frecuentes. Las dosis totales de hasta 50 ml infundidas de forma simultánea en dos o tres sitios pueden tolerarse con facilidad por la mayoría de adultos y hasta pacientes mayores. En la experiencia de los autores, hasta 80 ml en un sólo sitio se pueden tolerar. Es importante escoger una tasa de infusión y un volumen por sitio de infusión cómodos cuando se individualiza la terapia con IGSC. Sin embargo, aumentar a la vez las dos variables puede complicar la resolución potencial de los EAs en el tejido local.
Número de sitios de infusión
El número de sitios de infusión subcutánea que se usan durante cada infusión varía mucho. Hasta cuatro sitios se usan por la mayoría de los pacientes, de forma consecutiva o simultánea, pero hasta seis u ocho sitios se usan para una sola infusión. La flexibilidad de usar un número diferente de sitios, volúmenes por sitio, duración de la infusión, e intervalo permiten a los regímenes de infusión integrarse en el estilo de vida de cada paciente (Tabla 1). Las bombas de infusión portátiles y bifurcadas o conjuntos de conectores con ramificación alta pueden usarse para facilitar el régimen deseado, y pueden limitar el tiempo total requerido para el tratamiento con SCIG.
Tratamiento con IGSC en pacientes sin tratamiento previo con IgG
Si se elige la vía subcutánea, el inicio de la terapia en pacientes sin tratamiento previo a veces incluye una fase de “carga”. La carga inicial con 100 mg/kg por día por 5 días consecutivos aumenta los niveles séricos de IgG a los niveles deseados de más de 5 g/l en 1 semana (Fig. 3) y también provee una buena oportunidad para capacitación efectiva para la autoinfusión en la casa de manera posterior. La IGSC incrementa de manera semanal la IgG de forma más gradual, y alcanza niveles >5 g/l después de 3–4 semanas, para llegar a niveles estables después de 6 meses. En los ensayos estadounidenses de registro y en pacientes en quienes los niveles séricos de IgG se tienen que levantar con rapidez, se da primero la IGIV, seguida por un cambio a la terapia con IGSC para mantenimiento.

Experiencia en subpoblaciones específicas de pacientes

Poblaciones pediátricas

La terapia de infusión rápida con IGSC se adoptó para el uso en los niños en 1990. El tratamiento óptimo de los niños e infantes con edades menores a los 2 años es de una importancia particular para prevenir el desarrollo de una infección pulmonar crónica. Aunque los niveles más bajos de IgG se dirigen en general de la misma manera y en el mismo rango que para niños mayores y adultos, un tratamiento riguroso y temprano puede favorecer mejores resultados clínicos y minimizar las complicaciones pulmonares. En general, los estudios en pacientes pediátricos indican que el tratamiento de las inmunodeficiencias primarias con la terapia con IGIV que empieza temprano en la vida es tolerado, efectivo y mejora la HRQoL del paciente.
La facilidad de la administración y la buena tolerabilidad de la IGSC en los niños permiten el mantenimiento de niveles adecuados de IgG y el tratamiento exitoso de las infecciones, que resultan en menos días en el hospital y días pérdidos de la escuela o guardería. Resultados similares se observaron en estudios que evaluaron la HRQoL en los pacientes pediátricos con terapia con IGSC. La terapia en casa de forma semanal con IGSC resultó en una independencia mayor, una reducción en los períodos de ausencia de la escuela o actividad social, una libertad mejorada para viajar, una interrupción menor de las actividades diarias, mejora en la conveniencia y comodidad de la terapia y provee una mejor flexibilidad de tratamiento en lugar del tratamiento con IGIV aplicada en el hospital. La preparación psicológica y la terapia de juego durante la capacitación dirigida por las enfermeras para el reemplazo de IgG en niños es importante para ayudar al niño y la familia. Para los pacientes pediátricos ocasionales con situaciones familiares que impiden la terapia en casa, la administración de IGSC en una clínica u hospital puede ser una opción preferible.
Pacientes adultos mayores
Las personas mayores son más propensas a tener condiciones comórbidas, como una función cardiovascular y/o renal disminuida, y al recibir medicamentos concomitantes que quizá se considere que aumentan de forma potencial el riesgo y/o la gravedad de los EAs. Los cambios relacionados con la edad en el sistema circulatorio, tejidos subcutáneos y conectivos pueden también afectar la dinámica y/o la tolerancia a la IGSC. Además, la destreza reducida, la falta de autoconfianza o una pareja de infusión y la resistencia al cambio pueden hacer la autoinfusión en casa más complicada para los pacientes mayores. Por estas razones, algunos pacientes mayores prefieren recibir las infusiones con IGIV por un profesional capacitado en la clínica o un centro de infusión.
Sin embargo, viajar a la oficina o al centro de infusión puede ser un reto para algunos pacientes mayores. Los estudios mostraron que la IGSC aplicada en casa parece tolerarse bien, es efectiva y práctica en pacientes con edades mayores a los 65 años. Más aún, ninguno de los pacientes, incluso los pacientes con diabetes y los pacientes que recibieron una terapia anticoagulante o antiplaquetaria, experimentaron problemas con reacciones locales como hematomas, sangrado o colapso de la piel. La falta de complicaciones de los sitios locales en los pacientes con terapia concomitante anticoagulante o antiplaquetaria también se confirmó en un rango más amplio de edades (3–89 años, medio 70 años) de pacientes con DPA que reciben la terapia con IGSC de mantenimiento. La terapia con IGSC cada 2 semanas (bisemanal) también se toleró bien por los pacientes mayores.
Uso de IgG durante el embarazo
En un estudio de mujeres embarazadas con DPA, las infusiones semanales de IGSC se toleraron bien y fueron efectivas en nueve mujeres durante 11 embarazos. Durante el embarazo, las mujeres cambiaron el sitio de infusión de la pared abdominal al muslo por razones de conveniencia. La dosis de IgG por lo general se aumenta en el último trimestre para compensar por la transferencia de IgG a través de la placenta, pero puede también ajustarse de acuerdo al peso aumentado durante el embarazo. Este aumento gradual de la dosis puede ser más conveniente para la mujer. Después de más que 400 infusiones, no se observaron EAs sistémicos o reacciones marcadas del tejido local. La gestación fue normal en todos los casos y todos los bebés nacieron saludables con niveles séricos normales de IgG y subclases de IgG, sin requerimiento de terapia adicional con IgG después del nacimiento.
Pacientes con obesidad
La administración de IGSC (16 o 20%) por bomba de infusión o la administración en bolos fueron efectivas y bien toleradas en los pacientes obesos, lo que provee una alternativa práctica a la IGIV sin la necesidad de ajustes especiales en la dosis. Las dosis para la proporción  de niveles séricos de IgG fueron similares en los pacientes obesos y no obesos, lo cual es consistente con la biodisponibilidad equivalente independiente del índice de masa corporal (IMC): no hubo evidencia para apoyar la necesidad de ajustes en la dosis de IGSC en pacientes obesos con DPA. Sin embargo, las guías de tratamiento en Australia, Canadá, y el Reino Unido sugieren ajustes de las dosis en pacientes de acuerdo al peso de su cuerpo sin grasa – en su mayoría en el contexto de la dosis inmunomoduladora – como un mecanismo potencial para ahorrar costos, aunque hay muy poca evidencia publicada para apoyar este enfoque. Las tasas de EAs, en su mayoría de reacciones en el sitio de inyección, fueron ligeramente más bajas entre los obesos (15.8% de las visitas) en comparación con los pacientes no obesos (17.6% de las visitas).

Aspectos administrativos

Dispositivos para la administración: bomba y jeringa
Las preferencias para cada paciente, el costo y las políticas locales pueden considerarse al decidir administrar la IGSC con una bomba portátil pequeña de infusión (“bomba”) o simplemente con introducir la IgG por una jeringa (bolo). Los volúmenes de menos de 20 ml se pueden empujar de forma directa, con sólo uno o dos sitios por infusión. Esto con frecuencia requiere una dosis más frecuente, pero por lo general cada infusión dura menos tiempo. Un análisis retrospectivo en 104 pacientes encontró que por cada administración en bolo con una jeringa, se administraron volúmenes de 3–20 ml durante 5–20 min en una frecuencia promedio de dos o tres veces por semana. Más de 80% de los pacientes que usan la infusión de bolo rápido usaron sólo un sitio de infusión por sesión, con 20 ml como el volumen total infundido más común (67.3% de los pacientes). Un adicional de 18.6% de los pacientes infundieron 10–14 ml por infusión. La técnica de bolo frecuente se considera mucho más conveniente por algunos pacientes. Un análisis más reciente de las técnicas de administración en un grupo más grande (173 pacientes) confirmó estos resultados: la media (+ desviación estándar) del volumen de infusión fue 15.0 ml (+7·3 ml) y el tiempo requerido para cada infusión fue sustancialmente más bajo que para la administración por bomba. Resultados similares se obtuvieron en pacientes pediátricos. Como la técnica de bolo no requiere ni bomba ni catéteres, el costo para el equipo y su mantenimiento se redujo.
De manera independiente si se usa una bomba o “bolo”, la elección de la longitud de la aguja y el calibre pueden tener un efecto marcado en la tolerancia. Las agujas que tienen suficiente longitud (9–15 mm en los adultos) son esenciales para la administración del medicamento en el tejido subcutáneo en vez de la dermis, pero las agujas que tienen una longitud demasiado larga pueden administrar el IgG al músculo. Mantenerse del lado del tejido subcutáneo tiene el potencial para causar dolor e incomodidad. Una aguja mariposa con un calibre de 3⁄4X 23–25 por lo general se usa para la inyección en jeringa en los adultos. Para los infantes, una aguja con un calibre de 24–27, 4–6-mm es apropiada. El equipo para medir el grosor del tejido subcutáneo ahora está disponible, lo cual hace más fácil escoger la longitud correcta de la aguja. La punta de la aguja también puede contribuir a una mejor tolerancia, con una mejor tolerancia al tipo tricúspide que al tipo lanceta. Es lógico que los pacientes con un IMC más bajo experimenten reacciones en el sitio de infusión con más frecuencia. La comezón localizada experimentada después de las infusiones por algunos pacientes puede deberse a mecanismos mecánicos locales y/o químicos que afectan a las fibras dérmicas nerviosas superficiales.
Las bombas de infusión Crono PCA-50 o Súper-PID (Cane S.R.L., Turín, Italia) se usan de forma predominante en Europa, mientras el sistema de infusión de jeringa FREEDOM60 (ReproMed Systems, Inc., Chester, NY, USA) se prefiere en los Estados Unidos. El tamaño del catéter para el FREEDOM60 se usa para ajustar la tasa de infusión, y así se elige según la tasa tolerada por el paciente.
En una encuesta sueca comprendida por 841 adultos con DPA que reciben terapia con IgG, 20% de aquellos que reciben IGIV en el hospital reportaron que insertar la aguja intravenosa fue un problema frecuente. La aguja se colocó con frecuencia en la vena antecubital (44%), seguido por la zona radial de la muñeca (20%), el dorso de la mano (18%) o en un catéter de puerto ya establecido (17%). Sin embargo, el uso a largo plazo del catéter permanente debe evitarse en general en los pacientes con inmunodeficiencia debido al riesgo de infección. De aquellos que se hacen autoinfusiones en casa, una mayoría clara (71%) colocó la aguja en el dorso de la mano. La mayoría de los adultos con terapia con IGSC usó sitios en el abdomen (74% de ellos en la casa, 63% de ellos en el hospital). Una aguja de mariposa con un calibre de 23–25 se usó por la mayoría de los pacientes con IGSC (87% casa; 70% hospital). En los Estados Unidos, las agujas mariposas se usan sin frecuencia para la IGSC, ya que la mayoría de los pacientes reciben agujas comerciales disponibles para IGSC como el Clear-Vue® (Best, the Netherlands).
Sitio de atención
La terapia de reemplazo con IgG se puede administrar en el hospital, la clínica o el centro de infusión, en la oficina del doctor, en una casa o, en algunos casos, hasta autoinfusiones en el trabajo. Los guías de la AAAAI del sitio de atención recomiendan el nivel más alto de supervisión por un médico en un hospital, para que cualquier EA se pueda tratar de forma apropiada. En los pacientes estables que toleran bien la terapia, el sitio de atención se puede cambiar a un nivel más bajo de supervisión y un ambiente menos controlado. La autoadministración de IGIV en casa se prefiere por unos pacientes después de una educación apropiada y que se evalúa para estar seguros. En el Hospital Universitario de Gales (Cardiff, UK) y en Suecia, aproximadamente 80% de los adultos diagnosticados por primera vez comienzan la terapia con IGSC en casa después de una educación y evaluación apropiadas. Una encuesta reciente por el IPOPI mostró que entre 300 pacientes en 10 países, 14% de los pacientes con IGIV y 94% de aquellos con IGSC recibieron la terapia en casa.
Personal de administración y programas de capacitación
Los pacientes por lo general prefieren la autoadministración en casa, ya que aumenta la flexibilidad, la HRQoL y la salud percibida por uno mismo. La autoadministración es más práctica con la IGSC que con la IGIV, pero las autoinfusiones de IGIV son posibles en la casa o administradas por una enfermera para los pacientes que tienen ansiedad en relación a las agujas o las autoinfusiones. La autoinfusión requiere que los pacientes o las personas atendidas se eduquen y se capaciten hasta que se sientan cómodos con realizar las infusiones por sí solos y que demuestren su competencia al entrenador. En la mayoría de los casos esto se logra en tres a seis infusiones, pero los programas de capacitación pueden variar por país. En muchos casos, la instrucción en la IGSC involucra pacientes con un diagnóstico reciente o aquellos que están aumentando su responsabilidad en su propio cuido. Por lo tanto, es importante que la educación y el programa de capacitación incluyan educación acerca de la DPA, los objetivos y la importancia de la terapia con IgG, infecciones, reacciones adversas sistémicas además del tratamiento de cualquier reacción grave, autocuidado y prevención de infección, cambios en el comportamiento (por ejemplo, la terapia con IgG puede por sí misma ser un cambio grande en la vida, dejar de fumar, mantener tiempo de juego y actividades), y una técnica de autoinfusión, que incluye medidas de seguridad antes de empezar con la infusión. Algunos proveedores tienen preocupaciones acerca de tasas más altas de EAs sistémicos que acompañan la autoadministración de IGIV en la casa a diferencia con la IGIV. Por lo tanto, se desarrolló un sistema fiable de reportar los EAs asociados con infusiones aplicadas en la casa. El apoyo para pacientes pediátricos puede incluir el uso de “terapia de juego” para mejorar la adhesión a los regímenes de tratamiento.
Uso del hialuronidasa para facilitar la administración de IGSC
Se sugiere que el uso de hialuronidasa para facilitar la dispersión de volúmenes más grades de líquidos en el espacio subcutáneo ayuda en la absorción de una variedad de medicamentos, que incluye la IgG. En un estudio fase III abierto y multicéntrico de administración de hialuronidasa seguido por inmunoglobulina subcutánea (IGHy), un volumen medio de 292.2 ml de 10% de IgG se administró en un sitio cada 3 o 4 semanas y los niveles séricos más bajos de IgG fueron similares en la IGHy y la IGIV. El área debajo de la curva del tiempo de la concentración sérica de IgG sugirió una biodisponibilidad de 86% para la IGHy en comparación con aproximadamente 67% para la IGSC sin hialuronidasa. La tasa promedio de infección fue de 2.97 días por paciente por año para IGYy en comparación con 4.51 para IGIV. La IGHy puede ser práctica para los pacientes que prefieren dosis infrecuentes (por ejemplo, 2-4 de manera semanal), aunque los efectos de desgaste hacia el final de un ciclo más largo pueden ser un problema, como con la IGIV. La hialuronidasa humana recombinante se tolera bien con el uso ocasional; sin embargo, sólo números relativamente pequeños de pacientes con DPA, la mayoría en estudios, se trataron de forma repetida con seguimiento a largo plazo. La IGHy se aprobó en Europa y los Estados Unidos para el uso en adultos; en Europa, no se aprobó para mujeres embarazadas o que planean embarazarse. La medida en la que la IGHu se usará en el futuro dependerá de la experiencia a largo plazo y el análisis del seguimiento y costo-beneficio.
Situaciones especiales
La administración de la IGSC se reportó ser más compatible con un estilo de vida activa, que incluye los deportes y la educación, y más conveniente durante viajes de negocios y feriados. Noventa por ciento de los pacientes que reciben IGIV reportan que se saltaron una dosis en comparación a 18% de aquellos que reciben terapia con IGSC, y 45% de los pacientes con la dosis IGSC autoadministrada con retrasos de al menos 3 o más días en los últimos 6 meses. La elección entre IGSC y IGIV para los pacientes que viajan con frecuencia depende del tiempo transcurrido fuera de la casa y si es necesario viajar con equipo.
Para la cirugía, la recomendación es asegurar que una dosis se de cerca y antes de la fecha de cirugía.
Los pacientes con anticuerpos anti-IgA requieren un examen cuidadoso, ya que los títulos elevados de anticuerpos anti-IgA se asocian con reacciones anafilácticas graves, y en algunos países no se tratan con IGIV. Los pacientes con títulos altos de anticuerpos anti-IgA se tratan con éxito con IGSC en Suecia.
Tratamiento de los EA
Los productos disponibles tienen diferencias substanciales y, como resultado, algunos pacientes toleran productos diferentes de formas diferentes. En los pacientes con reacciones adversas, un cambio de un producto a otro puede ser necesario. Una vez que un paciente se estabiliza con un producto específico, el mismo producto se debería continuar usando para asegurar una buena tolerancia y una terapia estable. Los productos no se deberían cambiar sin el consentimiento y la supervisión de un médico.
Diferentes tipos de EA se observan con la terapia con IGIV y IGSC: la primera se asocia con una tasa alta de EA sistémicos como dolor de cabeza, naúsea, y fatiga, mientras que la última se acompaña en su mayoría por reacciones en los sitios de infusión local. Aunque las reacciones locales iniciales de los tejidos se esperan con la IGSC, por lo general se consideran sólo “leves” o “moderadas” y su frecuencia disminuye con la terapia prolongada (Fig. 4).
La técnica de infusión y los materiales que se usan son importantes para una buena tolerancia a las infusiones de IGSC; el cambio de una aguja de calibre de 6- a 9-mm redujo los EA locales en algunos pacientes. También es importante individualizar la elección de sitios de infusión: algunos pacientes adultos preferirán usar los muslos, otros el abdomen y otros una combinación de los dos o la parte posterior de los brazos. Algunos pacientes prefieren alternar entre varios sitios, mientras otros encuentren que el uso de nuevos sitios resulta en una tasa aumentada de reacciones locales. En este caso, no se reportan cambios a largo plazo en los sitios de infusión como cicatrización del tejido o atrofia. Hay información limitada a largo plazo con respecto al uso regular de hialurondiasa en el mismo sitio.
Alivio de los EA
La mayoría de los EA típicos sistémicos del tratamiento con IGIV (dolor de cabeza, naúsea y fatiga) ocurren durante la infusión o dentro de 2 días después, cuando el nivel de IgG en suero está en su punto más alto. La reducción de la tasa de infusión es suficiente la mayoría del tiempo para aliviar los EAs. La premedicación con antipiréticos, antihistamínicos y/o corticoesteroides de acción corta se pueden usar con la IGIV para mejorar los EA sistémicos. En otros pacientes, el cambio a IGSC y un nivel sérico más estable de IgG alivian los problemas recurrentes como dolores de cabeza graves pos-IGIV, los cuales se suponen se relacionan a la farmacocinética de la vía intravenosa.

Elección del régimen apropiado de terapia

Confirmar el diagnóstico que requiere la terapia con IgG es el primer paso en el algoritmo propuesto para elegir la terapia correcta para cada paciente (Fig. 5). Determinar si se usará IGIV o IGSC requiere información acerca de las preferencias personales, el acceso venoso, la dosis requerida, y la tolerancia a tratamientos previos con IgG, el estilo de vida, y una discusión profunda con el paciente/padres. Aunque es necesario tener cuidado al acordar un plan de tratamiento inicial desde el empiezo, el apoyo posterior, en especial para la terapia en casa, es esencial. Mientras el paciente se familiariza con su enfermedad y el tratamiento, el régimen se debería revisar y ajustar según las necesidades, y se deben considerar los cambios en las circunstancias de vida y/o exposición a enfermedades infecciosas. Con los productos actuales, vías de administración, y bombas/dispositivos, siempre debería haber la flexibilidad de modificar el régimen para adaptarse a los requerimientos o las preferencias que pueden cambiar.
Conclusiones
Ahora es posible ajustar de manera individual la vía de administración de IgG, la técnica de infusión, la frecuencia de la infusión, el número de los sitios de infusión, y los volúmenes para ajustarsen a la edad de los pacientes o cualquier circunstancia (embarazo, infantes y mayores) con los regímenes de IGIV o IGSC.  Las medidas que aumentan la flexibilidad y la conveniencia de la terapia son importantes, y las opciones pueden ser diferentes para los pacientes pediátricos y mayores. El rango de las opciones ahora incluye IGIV con productos al 5 y 10%, y los productos de IGSC en 10, 16, 16.5, y 20% con regímenes semanales, bisemanales, y de bolos rápidos así como fIGSC para mejorar el cumplimiento, fortalecer al paciente y proveer confianza, mejorar la HRQoL, y lograr los mejores resultados clínicos posibles y para los pacientes.

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Current treatment options with immunoglobulin G for the individualization of care in patients with primary immunodeficiency disease

  1. S. Jolles1,*
  2. J. S. Orange2
  3. A. Gardulf6
  4. M. R. Stein3
  5. R. Shapiro4
  6. M. Borte7 and
  7. M. Berger5
Article first published online: 2 JAN 2015
DOI: 10.1111/cei.12485










Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, UANL, Monterrey, N.L. México

Dra. med. Sandra Nora González Díaz           Jefe y Profesor
Dra. Marisela Hernández Robles                    Profesor
Dra. Patricia Monge Ortega                           Residente 1er Año

Dra. Alejandra Macías Weinmann                  Profesor

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