1. Introducción
El sistema inmune humano trabaja en asociación
con otros sistemas fisiológicos con el fin de proporcionar un ambiente interior
estable, esencial para la supervivencia y la reproducción del huésped. Este
sistema distingue y responde a cambios peligrosos en el tejido. Los dos
elementos desencadenantes básicos responsables de la activación del sistema
inmune son los patrones moleculares asociados a los patógenos (PAMP) y los
patrones moleculares asociados al daño (DAMP) expresados por los microbios y el
estrés, de manera respectiva. El proceso evolutivo culmina en una matriz
equilibrada de mecanismos homeostáticos para conocer el mundo externo e
interno. Durante la ontogenia de los linfocitos y en la forma de cualquier
respuesta inmune, existe un riesgo de génesis y/o activación de los linfocitos
autorreactivos, que perturbe la homeostasis que conduce a diversas enfermedades
autoinmunes.