Una investigación ofrece una prometedora vía terapéutica: el uso de cannabinoides sintéticos.
El asma es una de las enfermedades inflamatorias crónicas más comunes a nivel mundial, afectando a millones de personas, tanto niños como adultos. Su origen multifactorial, en el que intervienen infecciones virales, alérgenos y desregulación del sistema inmunitario, hace que encontrar tratamientos eficaces y duraderos sea un desafío constante para la ciencia médica.
Ahora, una investigación ofrece una prometedora vía terapéutica: el uso de cannabinoides sintéticos. En concreto, el compuesto WIN55,212-2 ha demostrado en modelos preclínicos la capacidad de restaurar el epitelio bronquial dañado, una barrera clave en la defensa respiratoria, y contrarrestar el estrés oxidativo responsable de muchas de las alteraciones fisiológicas del asma.
Un escudo dañado que puede repararse
Una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en modelos preclínicos de humanos y roedores demuestra que el cannabinoide sintético WIN55,212-2 restaura las alteraciones del epitelio bronquial, primera línea de defensa frente a agentes que propician el asma.