sábado, 25 de junio de 2022

Autoreportes de alergia a los antibióticos en un hospital pediátrico

Estudio de cohorte retrospectivo, Australia 
Este estudio tuvo como objetivo evaluar el impacto de las etiquetas comunes de alergia a los antibióticos - lactámicos en el tratamiento hospitalario, centrándose en la duración de la estadía y la idoneidad de la prescripción de antibióticos.
Autor/a: Anthony C. Catalano, Laure F. Pittet, Sharon Choo, Ahuva Segal, David Stephens, Noel E. Cranswick, Amanda Gwee Br J Clin Pharmacol. 2022; 88 (3): 1107- 1114
Lo que se sabe sobre este tema

 Las alergias a antibióticos más frecuentes en niños son las penicilinas, las sulfas y las cefalosporinas.

 Más del 90 % de los niños con reporte de alergia a los β-lactámicos no tienen reacciones reproducibles cuando se les vuelve a exponer.

 La documentación inadecuada de la alergia conduce a tasas más altas de prescripción inapropiada en adultos.

Lo que añade este estudio

 Los reportes de alergia a antibióticos conducen a tasas más altas de prescripción inadecuada de antibióticos en niños.

 Los niños con alergia reportada a antibióticos tienen más probabilidades de que se les receten antibióticos restringidos y de que permanezcan más tiempo en el hospital.

 Muchos niños con alergia reportada a β-lactámicos no son evaluados antes de la admisión para antibióticos IV.

Introducción

Las alergias reportadas a los antibióticos (AAL, por sus siglas en inglés) suponen una carga importante para el sistema de salud debido a los mayores costos de los medicamentos, la mayor duración de la estadía y peores resultados del tratamiento.

La prevalencia de alergia antimicrobiana autoinformada es de entre el 5 y el 15 % de todos los niños y adultos ​​en el hospital o que asisten a servicios ambulatorios. Los antibióticos β-lactámicos son los más comúnmente implicados, con hasta 75% de los pacientes etiquetados con estas alergias antes de los 3 años de edad.

Estudios previos han demostrado que más del 90 % de los niños con reacciones no inmediatas a la amoxicilina no tienen reacciones "alérgicas" reproducibles cuando se les vuelve a exponer al mismo fármaco. Por lo tanto, existe la posibilidad de que una gran mayoría de estas alergias sean efectivamente “descartadas”.

El descarte de alergias a antibióticos ahora se reconoce como un componente clave de los programas de administración de antimicrobianos.

Sin embargo, la mayoría de las instituciones no tienen procesos automatizados mediante los cuales los pacientes puedan evaluar su alergia a los antibióticos y, si es posible, eliminarla.

En muchos casos, la alergia informada solo puede comprobarse cuando el tratamiento para la infección está indicado con urgencia y, por lo tanto, no hay oportunidad para una evaluación formal de la alergia previa.

Estos problemas se ven agravados por la amplia variabilidad en el conocimiento de cómo evaluar la alergia a medicamentos de un niño. Términos como "alergia", "reacción" y "efecto secundario" pueden ser malinterpretados por los padres que informan sobre las reacciones previas de sus hijos, y la documentación de estos por parte de los médicos con frecuencia es inadecuada.

En este estudio, el objetivo de los autores fue evaluar la prevalencia de la alergia a los antibióticos en un centro pediátrico del tercer nivel en Australia, centrándose en la precisión de la documentación de la alergia en el registro médico electrónico (RME) y la referencia para la evaluación de la alergia a los medicamentos.

Para un subconjunto de pacientes con alergia a los β-lactámicos más comunes, se evaluó la idoneidad de la prescripción posterior de antibióticos y el impacto en el tratamiento hospitalario, incluida la duración de la estadía y el uso de antibióticos restringidos.

Métodos

Este fue un estudio de cohorte retrospectivo durante 21 meses en el Royal Children's Hospital de Melbourne, Australia. Se analizó la idoneidad de la prescripción de un subgrupo de niños con las alergias a β-lactámicos más comunes, y que requirieron admisión para tratamiento con antibióticos intravenosos durante un período de 12 meses. Los pacientes no alérgicos fueron emparejados para evaluar las asociaciones entre las AAL y el tratamiento hospitalario.

Resultados

Hubo 98.912 niños ingresados durante el periodo de estudio, de los cuales 938 (1%) tenían al menos un AAL en el primer ingreso. De todos los ingresos, 5.145 (2,5%) correspondieron a niños con AAL. La mediana de edad de estos niños en el primer ingreso durante este período fue de 8,7 años (rango de 3 meses a 18 años) y el 53,8 % eran varones.

La gran mayoría de los niños (90,9%) tenían solo un AAL. Las AAL más frecuentes fueron a amoxicilina o combinaciones de amoxicilina-ácido clavulánico (40,8%), cefalexina (14,4%), trimetoprima-sulfametoxazol (9,7%), cefaclor (8,4%), eritromicina (7,6 %) y vancomicina (7,0 %).

Los síntomas de la reacción alérgica se documentaron en el 86,9 % de todas las alergias, en las que los exantemas que representaron más de la mitad (58,3 %), seguido de síntomas gastrointestinales (10,9 %), urticaria (9,5 %), síndrome del hombre rojo secundario a vancomicina (5,0 %), 'hinchazón' (3,9 %) y anafilaxia (3,3%).

En el subconjunto, hubo 66 ingresos de niños que requirieron antibióticos intravenosos, de los que 45 tenían informadas alergia a la penicilina, amoxicilina o cefalexina, o una combinación de estas. Todas las alergias informadas habían sido diagnosticadas antes de la admisión, aunque la edad a la que cada niño tuvo su primera reacción "alérgica" se documentó en solo 27 casos (37%). La documentación fue adecuada en una cuarta parte de las alergias registradas (27,4 %).

Se consultó a un subespecialista (farmacología clínica, alergia e inmunología o infectología) en 9/66 (13,6%) admisiones de estos 45 niños. La derivación a un subespecialista se asoció significativamente con la prescripción adecuada de antibióticos (9/9 (100 %) frente a 26/57 (45,6 %)), p = 0,002.

La prescripción inadecuada se produjo en casi la mitad (47%). La estancia hospitalaria fue más larga para los niños con AAL (mediana de 4,7 días; IQR 2,3-9,2) en comparación con los controles no alérgicos (mediana de 3,9 días; IQR 1,9-6,8; P = 0,02).

Los niños con AAL tenían más probabilidades de recibir antibióticos restringidos (aOR 3,03; IC del 95%, 1,45-6,30; P = 0,003).

Discusión

Este estudio es el primero en evaluar el impacto de los AAL en la idoneidad de la prescripción de antibióticos en niños. Los autores encontraron que la mitad de todos los niños que tenían reportes de alergia a la penicilina, amoxicilina o cefalexina recibieron antibióticos inadecuados. Estos niños tenían significativamente más probabilidades de que se les recetaran antibióticos restringidos y tuvieron una estadía más prolongada en comparación con los controles no alérgicos.

Si bien numerosos estudios informaron altas tasas (29-33 %) de uso indebido de antibióticos en adultos con AAL, solo hubo un estudio transversal en 1672 niños que encontró que tanto la duración de la estadía como el uso de antibióticos alternativos fue significativamente mayor en aquellos con AAL. Este estudio presenta un análisis más profundo del uso de antibióticos en niños con AAL y encontró altas tasas de prescripción inadecuada tanto para la presunta alergia como para la indicación del tratamiento.

Este estudio muestra que la documentación inadecuada de AAL es frecuente.

Por lo tanto, se le puede pedir a los médicos que tomen decisiones urgentes sobre el tratamiento con antibióticos sin una comprensión completa del riesgo de que un niño repita la reacción.

Los consensos afirman que la información sobre el momento y la gravedad son esenciales para determinar el manejo adecuado de las AAL. En el presente estudio, casi las tres cuartas partes de los AAL carecían de información sobre estas características clínicas clave.

El conocimiento clínico limitado sobre la alergia a los antibióticos y la falta de claridad en el diseño del registro médico electrónico (RME), donde las alergias y las reacciones adversas a menudo se registran en la misma sección, son factores clave de la documentación inadecuada.

Se debe pedir a los médicos que documenten alergias a los antibióticos en el RME que incluyan la siguiente información: nombre del medicamento; síntomas y severidad de la reacción; momento de la reacción; si se necesitó tratamiento agudo y/o adrenalina; y si desde entonces se ha tolerado un antibiótico de la misma clase. La consideración de esta información es fundamental para garantizar un enfoque seguro para la prescripción de antibióticos en niños con AAL.

El enfoque para el manejo de las AAL a β-lactámicos en niños ha evolucionado en los últimos años. Hasta el 10 % de los niños que toman un betalactámico desarrollarán una erupción, pero la gran mayoría de estas erupciones no son alérgicas, y hasta dos tercios de estos niños tienen una enfermedad viral confirmada.

Una revisión de cinco estudios observacionales y de cohortes pediátricas mostró que, para los niños con reacciones a la amoxicilina no inmediatas, el riesgo de una reacción similar cuando se les volvió a exponer fue menos del 10%.

Además, un estudio reciente de más de 800 niños con reacciones tanto inmediatas como no inmediatas a la amoxicilina encontró que el 90 % de los niños podían “desetiquetarse” con éxito usando una exposición oral graduada o pruebas intradérmicas. A pesar de tal evidencia, nuestro estudio encontró que solo 1 de cada 5 niños con AAL admitidos por antibióticos intravenosos había sido visto por un servicio de alergia a medicamentos, y solo 2 (4,4%) habían sido desetiquetados.

Un estudio de un sistema de notificación automatizado para pacientes con AAL que desencadenó una evaluación por parte de un farmacéutico capacitado en pruebas de alergia mostró que el 90 % de los pacientes podían perder el rótulo de “alérgico” durante su estancia hospitalaria.

Una limitación de este estudio es que los datos proceden de un único centro. Sin embargo, ese centro es el principal centro de referencia para la alergia a medicamentos en el estado. Otra posible limitación es la falta de datos sobre el nivel socioeconómico.

Conclusión

Este es el primer estudio que demuestra altas tasas de prescripción inapropiada en niños que reportan alergia a antibióticos (AAL), en base tanto a la comprensión de la supuesta alergia como a la indicación del tratamiento.

La mitad de las AAL tenían documentación inadecuada y solo una cuarta parte fueron remitidos para evaluación de alergias y “desetiquetado”.

Se necesitan herramientas integradas de apoyo a la toma de decisiones integradas en el registro médico electrónico (RME) para agilizar el desetiquetado de AAL y preservar el uso de los antibióticos de primera línea.

Fuente: https://www.intramed.net/

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