El asma tiene una expresión clínica variable y puede cursar con varios fenotipos o formas clínicas. Clasificar el asma en función de la gravedad es muy útil de cara al manejo y al tratamiento del paciente. Esta clasificación permite poder establecer terapias personalizadas que permiten un mejor control de la enfermedad.

Con el fin de identificar las diferentes variantes del asma, teniendo en cuenta los diferentes factores que pueden influir en el inicio y desarrollo de la enfermedad, se han introducido los términos endotipo y fenotipo. Entendiendo por fenotipo como una característica observable sin relación directa con un mecanismo. La mayoría de los intentos de fenotipar el asma se han centrado en factores relacionados con la inflamación1.

Siguiendo esta pauta, el doctor Ander Goicoechea, médico de Urgencias del Hospital San Eloy de Baracaldo (Vizcaya), indica que podemos distinguir dos grandes grupos de pacientes: aquellos que tienen síntomas leves con episodios más o menos frecuentes; y los que, además de las crisis, presentan síntomas con frecuencia e intensidad variable en los periodos entre crisis.

Según las diferentes guías para el manejo del asma, se dividen en fenotipos en función de las características clínicas del paciente, fenotipos relacionados con el tipo de estímulo o factor desencadenante, los inflamatorios, y los fenotipos específicos de los niños con asma. Si bien, “en muchas ocasiones, los pacientes muestran características que se solapan y son comunes entre los diferentes fenotipos posibles”, agrega el profesional.

Este especialista considera que, en función de las características clínicas y tras valorar aspectos como la edad de inicio del asma, la gravedad y el grado de control, la predisposición a frecuentes exacerbaciones, la resistencia a esteroides, la persistencia Obstrucción Crónica al Flujo Aéreo (OCFA)-remodelado, el atrapamiento aéreo y la obesidad, se pueden establecer cuatro fenotipos diferentes.

Factor desencadenante

A tenor de los factores de riesgo y desencadenantes del asma, existen otra serie de fenotipos a tener en cuenta. Entre las causas endógenas podemos encontrar la atopia, la predisposición genética, la hipersensibilidad de las vías respiratorias, la obesidad e infecciones virales a edades tempranas. En cuanto a los elementos que pueden desencadenar la enfermedad están la exposición a ciertos alérgenos, las infecciones virales, el aire frío, el ejercicio físico, los gases irritantes, los fármacos o el estrés, señala este especialista.

En este contexto, encontramos el asma causada por alérgenos medioambientales: de tipo alérgico o extrínseco que afecta al 75% de este tipo de asma, y no alérgico o intrínseco que aparece en el 25% restante, tal como sugiere la doctora Itziar Salinas, del centro de salud de Calahorra (La Rioja). También en este subgrupo está el asma ocupacional, la inducida por antiinflamatorios no esteroideos y aspirina, el asma coricorresistente y el asma o EPOC inducida por el consumo de tabaco.

También se deben valorar otros fenotipos en función de los factores desencadenantes como el asma inducida por el ejercicio físico causado por una hiperventilación, así como la desencadenada por la menstruación debido a los cambios hormonales, agrega.

Fenotipos inflamatorios

Atendiendo al patrón inflamatorio molecular, se distinguen el Th2 alto, relacionado con atopia, alergia, reacciones de hipersensibilidad, inflamación eosinofílica y respuesta a los corticoesteroides; y el Th2 bajo que suele debutar en la edad adulta, sin antecedentes e atopia o alergia, con menor grado de obstrucción e hiperreactividad y una peor respuesta a los corticoesteroides, tal como explica el doctor Goicoechea.

Por su parte, la doctora Luisa López Núñez, del servicio de Urgencias de la Policlínica Gipuzkoa, señala que: “La guía GEMA, con la visión práctica que la caracteriza en estas últimas ediciones, ha restringido la necesidad de establecer el fenotipo a sólo el asma grave. Esto se debe a que realizarlo en niveles menos graves aumenta mucho su complejidad, ya que se utilizan muchas características clínicas y analíticas”. Por tanto, concluye que esa información identifica los dos patrones inflamatorios señalados (Th2 alto y Th2 bajo) “que permite clasificar al asma grave no controlada (AGNC) en 3 fenotipos: T2-alérgico, T2-eosinófilico y no T2”.

Específico de la infancia

En cuanto al asma en lactantes y niños, en el ámbito de Pediatría se define esta enfermedad como la existencia de sibilancias recurrentes y/o tos persistente, en una situación en la que el asma es probable y se han descartado otras enfermedades menos frecuentes. En este campo encontramos tres fenotipos, señala la doctora Rocío Camarero, médica de familia del centro de salud Puerta de Arnedo (La Rioja): sibilancias precoces transitorias (entre el 40% y el 60% de los casos), persistentes no atópicas y las de inicio tardío o atópicas.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores: Albiciades Díaz Vera, Ander Goicoechea Zenon, Itziar Salinas Amirola, Begoña García Fontela, Luisa López Núñez, Jorge Andrés Agudelo Vásquez, Rocío Camarero Altuzarra, Fernando José Juárez Barillas y Mashhour Abdulla Albornoz.

 Referencia

1 James G. Martin, Alice Panarit. Fenotipos del asma, ¿son importantes? Archivos de Bronconeumología. Volume 53, Issue 4. 2017. Pages 177-179. ISSN 0300-2896. https://doi.org/10.1016/j.arbres.2016.11.016

Fuente: https://elmedicointeractivo.com/