martes, 9 de marzo de 2021

IgE nasal en sujetos con rinitis alérgica y no alérgica

INTRODUCCIÓN

La rinitis alérgica (RA), estacional o perenne, es una enfermedad muy común en el mundo occidental. La prevalencia es de aproximadamente 15% reportada por los médicos y hasta en 30% por los pacientes. La mayoría de los pacientes presentan síntomas leves como estornudos, prurito nasal y congestión. Debido a esto, sólo la mitad de los pacientes buscan atención médica. El diagnóstico de rinitis alérgica se basa en los síntomas característicos y la evidencia de sensibilización, medido por pruebas cutánea por punción o la presencia de IgE sérica específica al alérgeno con mayor frecuencia para el polen de abedul y pasto, moho, ácaro del polvo o caspa animal.

El diagnóstico y el tratamiento de la mayoría de los pacientes con rinitis alérgica no se consideran un desafío para el médico experimentado. Sin embargo, en algunos pacientes el diagnóstico aplicable es difícil cuando los médicos se enfrentan con pacientes que sufren síntomas típicos de rinitis alérgica sin una sensibilización objetivable. De acuerdo con las guías nacionales e internacionales, el diagnóstico diferencial incluye formas adicionales de rinitis que son no alérgicas en el origen como la rinitis vasomotora, el síndrome de rinitis no alérgica con eosinofilia y de manera reciente la rinitis alérgica local (RAL).

El descubrimiento de la IgE nasal definida como la producción local de anticuerpos IgE en la mucosa nasal se reportó de manera amplia. En 1947, Samter y Becker reconocieron que las secreciones nasales de los individuos alérgicos a la ambrosía podrían utilizarse para transferir de manera pasiva una reacción local a individuos no alérgicos de forma previa. Más adelante, en 1970, la IgE específica para la ambrosía se detectó en los lavados nasales de pacientes alérgicos a la ambrosía. En 1975, Huggins y Brostoff reportaron que en pacientes con síntomas indicativos de una posible RA, pero con pruebas cutáneas por punción negativas, los anticuerpos IgE contra el ácaro del polvo podían encontrarse en las secreciones nasales. Sennekamp y colaboradores describieron una tasa alta de conversión de pruebas cutáneas por punción de negativas a positivas en pacientes con RAL.

El término “RAL” se propuso e introdujo por Rondón y colaboradores. Estos autores describieron pruebas de provocación nasal con el ácaro del polvo positivas en 54% de los pacientes con diagnóstico de rinitis no alérgica.

Además, en una revisión reciente sobre RA, los autores establecieron que la RAL requiere mayor estudio, y que la medición de la IgE específica al alérgeno en secreciones nasales se restringe sólo para fines de investigación. De acuerdo con esto, la mayoría de los especialistas en alergia y hospitales no miden la IgE nasal para diagnosticar la RAL en la práctica clínica. Por lo tanto, el diagnóstico de RAL sólo se basa en la prueba de provocación nasal en la práctica diaria, lo que pudiese mostrar resultados falsos positivos cuando no se realiza de manera cuidadosa.

De hecho, la prevalencia de RAL se reporta en 47%-62.5% de los pacientes que padecen rinitis no alérgica perene. Resultados similares se describieron de manera reciente por Bozek y colaboradores quienes describieron la prevalencia de la rinitis no alérgica tan alta como 42% en una cohorte de 612 individuos. Las diferencias demográficas pueden ser atribuibles ya que un grupo de estudio en China encontró una prevalencia de RAL en sólo 7.7% de los pacientes en una cohorte de 195 individuos, mientras que Ishida y colaboradores de manera reciente publicaron datos que sugieren una prevalencia de RAL en 2 de 14 pacientes (14.3%) y RAL al ácaro del polvo en 5 de 21 (23.8%) en un estudio de 50 pacientes japoneses altamente seleccionados que padecen rinosinusitis crónica. Contrario a estas conclusiones, otros no encontraron prevalencia de IgE nasal en pacientes con rinitis no alérgica. Tales datos discrepantes se obtuvieron en poblaciones seleccionadas de individuos que padecen rinitis. Sin embargo, la prevalencia de RAL en la población general aún no se estudia y la verdadera prevalencia de RAL falta por establecerse. El objetivo de este estudio prospectivo fue evaluar la prevalencia de RAL en una población no seleccionada de estudiantes jóvenes que padecen rinitis alérgica estacional o perenne.

MATERIALES Y MÉTODOS

Sujetos

Los sujetos se reclutaron por medio de avisos públicos en el campus universitario y anuncios en las plataformas de las redes sociales. Como resultado, muchos estudiantes de la Universidad Goethe de Frankfurt en Main participaron en el estudio el cual se realizó de acuerdo con las declaraciones de Buenas Prácticas Clínicas (GCP) y se registró por ClinicalTrials.gov (NCT 02810535).

La población consistió en 131 sujetos (91 femeninos y 40 masculinos) con síntomas de rinitis estacional o perenne y 25 (22 femeninos y 3 masculinos) controles sanos. Los criterios de exclusión fueron edad <18 años, infecciones agudas 4 semanas previas a la inclusión en el estudio, enfermedades graves como fibrosis quística o enfermedades malignas, embarazo o lactancia, participación en otro ensayo clínico dentro de los siguientes 30 días, abuso documentado de alcohol y/o drogas, incapacidad para realizar los procedimientos del estudio. Además, se excluyeron del estudio a sujetos que de forma previa recibieron inmunoterapia con alérgenos contra el ácaro del polvo. La inmunoterapia contra otros alérgenos perennes no se consideró criterio de exclusión ya que no se esperaba que influyera en el estudio.

Diseño del estudio

El estudio fue un estudio prospectivo, clínico exploratorio diseñado de forma específica para investigar la presencia de IgE local en la mucosa nasal de sujetos con rinitis alérgica a los alérgenos del ácaro del polvo doméstico, rinitis no alérgica y controles sanos. El estudio consistió en 2 visitas, una de tamizaje y otra para la determinación de IgE sérica, IgE nasal y prueba de provocación nasal.

Un total de 156 sujetos acudieron a la primera visita, que consistió en un examen físico, un cuestionario de salud, pruebas de función pulmonar y pruebas cutáneas por punción.

Se invitó a 68 de los participantes para una segunda visita de acuerdo con sus síntomas clínicos (rinitis perenne) y los resultados de las pruebas cutáneas por punción. Durante esta segunda visita, se tomaron muestras de secreción nasal y de sangre, además se realizó la prueba de provocación nasal con ácaro del polvo.

Cuestionario de salud y actividad

Se les solicitó a los sujetos que completaran un cuestionario que se tomó y modificó del Estudio Internacional de Asma y Alergias en la Infancia (ISAAC) para cumplir con el diseño del estudio. Se incluyeron preguntas sobre la situación laboral, se preguntó por otras clases de enfermedades y síntomas perennes o durante la temporada de polinización, y se colectó información concerniente de los síntomas de estornudo y tos seca. De manera adicional, el cuestionario evaluó condiciones médicas relacionadas a síntomas alérgicos de la nariz y los ojos, y se midió el consumo de medicamentos como antihistamínicos, agonistas beta-2 de acción rápida, gotas oftálmicas, gotas nasales y cortisona tópica. Los sujetos tuvieron que clasificar la frecuencia del consumo de los medicamentos mencionados de forma previa en una escala del 0 al 6. Donde 0 era igual a no tener ningún consumo y 6 era un consumo de más de 16 veces (puntaje máximo total de 30). En cuanto a los síntomas nasales, los sujetos tenían que evaluar la gravedad de los síntomas “congestión nasal”, “rinorrea”, “estornudos” y “prurito nasal” en una escala de 0 (= ninguno) a 6 (= grave) (puntaje máximo total de 24). 

Pruebas cutáneas por punción

Durante la primera visita se realizaron pruebas cutáneas por punción según el estándar internacional con 17 alérgenos (polen de abedul, polen de aliso, polen de avellana, polen de fresno, polen de pasto, polen de centeno, polen de ambrosía, polen de sicomoro, Dermatophagoides farinae, Dermatophagoides pteronyssinus, Alternaria alternata, Aspergillus fumigatus, Cladosporium herbarum, gato y caballo) (Allergopharma, Merck, Reinbek, Alemania). Se registró como respuesta la media del diámetro más grande de la pápula y su diámetro perpendicular. Una respuesta de al menos 3 mm y un control negativo con solución salina, así como una respuesta a la histamina como control positivo se consideró como positiva con respecto a la sensibilización al alérgeno probado.

Pruebas de función pulmonar

Se realizaron pruebas de función pulmonar basales con el pletismógrafo JAEGER® MasterScreen Body (CareFusion Germany 234 GmbH, Hoechberg, Alemania). Se registraron los siguientes parámetros: capacidad vital forzada (CVF), volumen espiratorio forzado en el primer segundo (VEF1) y la relación VEF1% CVF (VEF1%/CVF).

Recolección de secreción nasal

Posterior a la inspección de la cavidad nasal con un espejo nasal, se colocó un hisopo por debajo del cornete inferior y se dejó allí durante al menos 15 minutos. Se utilizaron hisopos de algodón con un diámetro de 1.0 cm (M + W rollos selectos de algodón con pulpa, Müller & Weygandt GmbH, Büdingen, Alemania). Posterior a la obtención de la muestra de secreción nasal, los hisopos se sellaron en un Salivette® (Sarstedt AG & Co. KG, Nuembrecht, Alemania) y centrifugaron a 3,000 revoluciones durante 10 minutos. Después, la muestra centrifugada se transfirió a un tubo Eppendorf y se congeló a -80°C hasta su análisis posterior.

Prueba de provocación nasal

Esta prueba se realizó de acuerdo con los estándares del laboratorio de los autores como se describió de manera reciente con más detalle, y se interpretó de acuerdo con las normas internacionales. Antes de iniciar la prueba de provocación nasal, se corroboró que ningún paciente utilizó de forma previa tratamiento para la rinitis. Posterior a la toma de secreción nasal, se realizó una prueba de provocación nasal con el alérgeno del ácaro del polvo. Primero, el alérgeno liofilizado de ácaro del polvo Dermatophagoides farinae (Departamento 708, Allergopharma, Merck, Reinbek, Alemania) se diluyó en 5 ml de solución salina al 0.9%, lo que resultó en una solución con una dosis de 5000 AU/ml. Se transfirió la solución a un aerosol dosificador de bomba, que equivale cada disparo a 0.04-0.05 mL con una dosis de 400 AU. Para el control negativo se utilizó solución salina al 0.9% con conservador fenólico. El control negativo se empleó para determinar los valores antes de la prueba de provocación nasal. Para medir la reacción a la prueba se utilizaron dos métodos diferentes: la escala de puntuación de síntomas de Lebel y la medición del flujo inspiratorio nasal pico (FINP).

Para determinar la tasa de flujo y obstrucción nasal de manera objetiva, se utilizó el flujómetro In-Check Nasal (Clement Clarke International Ltd, Essex, Reino Unido). Se realizaron 3 intentos y se seleccionó el valor más alto.

La escala de puntuación de síntomas de Lebel registró la frecuencia de los estornudos (0-3 puntos), el grado de rinorrea (0-2 puntos), la gravedad de la obstrucción nasal (0-3 puntos) y el prurito en la nariz, el paladar, los oídos y los ojos (0-3 puntos).

Primero se obtuvieron las puntuaciones basales, se requirió una puntuación de Lebel <3 puntos y un flujo inspiratorio nasal pico de al menos 50 L/min. De manera posterior, se aplicó un disparo de la solución de control en cada narina. Después de 10 minutos se registraron de nueva cuenta la puntuación de Lebel y el flujo inspiratorio nasal pico. Cuando se detectó una disminución y también >20% del flujo inspiratorio nasal pico comparado con el puntaje basal o cuando se reportó un puntaje de Lebel ≥3, se suspendió la prueba de provocación nasal debido a una reacción inespecífica. Se continuó la evaluación con la aplicación de la solución del alérgeno de ácaro del polvo, un disparo en cada narina. Después de otros 10 minutos, los puntajes se evaluaron de nueva cuenta. Se consideró positiva la prueba de provocación nasal si el puntaje de Lebel era ≥6 posterior a la provocación con el alérgeno de ácaro del polvo o si un descenso del flujo inspiratorio nasal pico era >40% desde la aplicación de la solución salina a la aplicación del alérgeno de ácaro del polvo.

Se ofreció un medicamento nasal de rescate en aerosol con clorhidrato xilometazolina como principio activo principal (Otriven 0.1%, GlakoSmithKline GmbH & Co. KG, Munich, Alemania) a los sujetos con una reacción nasal intensa.

Mediciones de laboratorio

Las muestras séricas y de secreción nasal con codificación cegada se enviaron en hielo seco al Laboratorio de Investigación de Vías Aéreas Superiores de la Universidad de Gante para las determinaciones de IgE. Las muestras séricas y de secreción nasal se analizaron para IgE total e IgE específica para el ácaro del polvo (D1=Dermatophagoides pteronyssinus) y (D2= Dermatophagoides farinae) con el sistema UniCAP (Thermo Fisher Scientific – ImmunoDiagnostics, Groot-Bijgaarden, Bélgica). El análisis se realizó de acuerdo con las instrucciones del fabricante.

Análisis estadístico

Los datos se analizaron con Microsoft Excel 2016 para Mac (Microsoft Corporation, Redmond, WA, E.UA.), GraphPad Prism 7 para Mac OS X (GraphPad Software, La Jolla, CA, E.U.A.) y SPSS Versión 19.0 (IBM, Chicago, Illinois, E.UA). Todos los valores de P < 0.05 se consideraron significativos de forma estadística. Los valores se evaluaron para distribución normal con la prueba de normalidad de D'Agostino & Pearson. Los valores distribuidos de forma normal se indicaron como el valor medio y la desviación estándar, mientras que los valores sin distribución normal se indicaron como la mediana y el rango. La prueba no paramétrica de la prueba de Kruskal-Wallis y la prueba U de Mann-Whitney se utilizaron para comparar entre valores sin distribución normal, mientras que se utilizó ANOVA para comparar entre valores con distribución normal. Para comparar la información nominal, se utilizó la prueba exacta de Freeman-Halton. Las correlaciones entre el FINP, el puntaje de Lebel y la IgE nasal específica se calcularon con el coeficiente de correlación de Spearman.

RESULTADOS

Características de los sujetos

Se valoraron un total de 156 sujetos (82.7% estudiantes) de los cuales 131 sujetos reportaron rinitis estacional o perenne y 25 controles sanos. Cinco de los controles sanos sin presencia de síntomas de rinitis se excluyeron debido a la presencia de pruebas cutáneas por punción positivas contra el ácaro del polvo y más adelante 2 sujetos debido a una reacción al cloruro de sodio utilizado como control negativo en las pruebas cutáneas por punción. De los 35 sujetos con síntomas nasales perenes y pruebas cutáneas por punción positivas para alergia al ácaro del polvo, 26 de ellos accedieron a acudir a la cita de seguimiento. Veintidós de los 33 sujetos con rinitis no alérgica y 20 de los 25 sujetos control accedieron a acudir a la cita de seguimiento, lo que resultó en un total de 68 sujetos dispuestos a participar en la visita número 2. Cinco de los 68 sujetos invitados a la segunda visita se excluyeron debido a diferentes razones: leucemia de diagnóstico reciente (n = 1), retiro de su consentimiento (n = 2) y la participación en otros estudios (n = 2). Veinticuatro sujetos con rinitis alérgica al ácaro del polvo (edad: 23.9 ± 3.3) y 18 controles sanos sin síntomas alérgicos (edades: 22.4 ± 1.9) cumplieron con los criterios de inclusión.

Como se muestra en la Tabla 1, los grupos se igualaron por edad (ns) con un porcentaje mayor de mujeres en todos los grupos (66.7-83.3%). Aun cuando el porcentaje de mujeres fue mayor, no hubo diferencia significativa con respecto a la distribución de participantes femeninos y masculinos entre los grupos.

No hubo diferencia con respecto a la capacidad vital forzada (CVF), el volumen espiratorio forzado en el primer segundo (VEF1) y en la relación VEF1/CVF entre los grupos. Los sujetos con RA al ácaro del polvo tuvieron niveles más altos de IgE sérica total y específica que los controles sanos y los sujetos con rinitis no alérgica (P < 0.0001).

Medicamentos y síntomas clínicos

La duración de la rinitis, la discapacidad ocasionada por los síntomas de rinitis, las puntuaciones de síntomas nasales y la ingesta de fármacos se muestran en la Tabla 2. Los sujetos del grupo de RA con alergia al ácaro del polvo y los sujetos con rinitis no alérgica tuvieron un puntaje más alto de manera significativa de síntomas nasales que los controles (P < 0.0001). Mientras que el puntaje de síntomas nasales entre los sujetos del grupo de RA con alergia al ácaro del polvo y el grupo de rinitis no alérgica no mostró diferencias. Como era de esperar, la puntuación total con respecto al consumo de medicamentos de los sujetos con RA con alergia al ácaro del polvo (P < 0.001) y rinitis no alérgica (P < 0.05) difirieron de forma significativa de los controles.

La gravedad de los síntomas nasales (estornudos, congestión nasal, rinorrea y prurito nasal) se muestra en la Figura 2. Como se muestra, la gravedad de los síntomas nasales en los sujetos con RA con alergia al ácaro del polvo no difirió de aquellos con rinitis no alérgica, pero aumentó de forma significativa en comparación con los controles.

Pruebas cutáneas por punción

De los 156 sujetos examinados, 104 (66%) mostraron sensibilización contra uno de los antígenos probados. De los 131 sujetos con síntomas de rinitis, 97 participantes (74%) tuvieron pruebas cutáneas por punción positivas. De estos sujetos, 8.25% (n = 8/97) eran monosensibilizados mientras que 91.75% (n = 89/97) estaban sensibilizados a más de un antígeno.

El análisis de subgrupos mostró pruebas cutáneas por punción positivas en la totalidad de los sujetos con rinitis alérgica con alergia al ácaro del polvo. Dentro de este grupo, 95.83% estaba sensibilizado a ambas especies de Dermatophagoides. De los sujetos con RA con alergia al ácaro del polvo, 83.33% mostró sensibilización frente a otros antígenos. Ninguno de los controles fue positivo en las pruebas cutáneas por punción, pero 23.81% de los sujetos con rinitis no alérgica mostró sensibilización contra alérgenos estacionales, pero no para el ácaro del polvo doméstico, moho o caspa animal, aunque si presentaban síntomas alérgicos perennes. De este subgrupo, un paciente mostró una reacción positiva al polen del pasto (8 mm), mientras que otro individuo resultó positivo para el polen de fresno (7 mm) en las pruebas cutáneas por punción. El resto de los individuos del grupo de rinitis no alérgica mostraron reacciones menores por encima del umbral comprendido entre 3 mm y 4 mm sin significancia clínica. El grupo control no mostró positividad a las pruebas de alergia cutánea contra el ácaro del polvo o cualquiera de los alérgenos probados.

Secreción nasal de IgE local

En 17 de 18 (94.4%) sujetos control, 21 de 24 (87.5%) sujetos con rinitis alérgica y alergia al ácaro del polvo y en 17 de 21 sujetos con rinitis no alérgica (80.9%) se obtuvo una cantidad suficiente de muestra de secreción nasal para la cual se analizó IgE de forma posterior. Como se muestra en la Fig.3, hubo diferencias significativas (P < 0.0001) en la IgE total y la IgE específica a D1 y D2 entre los grupos. No hubo diferencias significativas con respecto a la IgE total y la IgE específica entre los controles y los sujetos con rinitis no alérgica. Ninguno de los controles o los sujetos con rinitis no alérgica tuvieron expresión de IgE específica para el ácaro del polvo en las secreciones nasales, tal como se muestra en la Fig. 3.

Prueba de provocación nasal

La prueba de provocación nasal se realizó en todos los grupos. A 3 sujetos con RA y con alergia al ácaro del polvo y 1 de los sujetos con rinitis no alérgica no se les realizó la prueba de provocación nasal debido a un puntaje basal de Lebel ≥3 o un flujo inspiratorio nasal pico menor a 50 L/min. Posterior a la provocación con solución salina de control, 7 sujetos con RA y alergia al ácaro del polvo, 1 sujeto con rinitis no alérgica y un control se excluyeron debido a una reacción inespecífica con una disminución >20% con respecto al FINP o un puntaje de Lebel ≥3. Después de la provocación con el ácaro del polvo, 13 sujetos con RA y alergia al ácaro del polvo tuvieron un puntaje de Lebel ≥6 puntos o un FINP >40% que se consideró como una reacción positiva. De los controles y los sujetos con rinitis no alérgica, ninguno tuvo una reacción positiva a la provocación con el ácaro del polvo, como se muestra en la Tabla 3. El descenso en el porcentaje del FINP difirió de forma significativa entre los controles y los sujetos con RA y alergia al ácaro del polvo (P < 0.0001) y entre los sujetos con RA con alergia al ácaro del polvo y rinitis no alérgica (P = 0.001), pero no entre los controles y los sujetos con rinitis no alérgica.

Test de correlación entre la prueba de provocación nasal y la IgE específica nasal

Se encontraron correlaciones significativas entre la IgE específica de D1 (r = -0.59, P ≤ 0.01) y D2 (r = -0.65, P ≤ 0.01) medida en secreción nasal y la reacción tras la provocación con el ácaro del polvo medida por un descenso del FINP. En consecuencia, los valores más altos de IgE específica a D1 y D2 se relacionaron con una disminución mayor del FINP después de la prueba de provocación nasal con el ácaro del polvo. Los valores para la IgE específica, D1 y D2, también se correlacionaron de forma significativa con la puntuación de síntomas de Lebel, para D1 (r = 0.62, P ≤ 0.01) y para D2 (r = 0.69, P ≤ 0.01). Entre más alto sea el valor de IgE específica al alérgeno en la secreción nasal, mayor es el puntaje de síntomas de Lebel después de la prueba de provocación con el ácaro del polvo.

Todos los controles y los sujetos con rinitis no alérgica con una prueba RAST (radioalergoabsorbencia) negativa (<0.35 Kua/L) para D1 y D2 en la secreción nasal (n = 28) también tuvieron un puntaje de Lebel y FINP negativos posterior a la provocación con el ácaro del polvo.

DISCUSIÓN

En este trabajo se logró estudiar a una población de adultos elegida al azar con antecedente de rinitis no alérgica y comparar los resultados con sujetos que padecen rinitis alérgica y alergia al ácaro del polvo, así como con controles sanos. No se esperó que existiera un sesgo de selección debido a que la totalidad de los sujetos se reclutaron por medio de un anuncio público, lo que resultó en una mejor caracterización de la prevalencia de RAL en el campo de la rinitis crónica.

De acuerdo con los hallazgos de estudios anteriores, la suma del puntaje nasal entre los sujetos con RA y alergia al ácaro del polvo y los sujetos con rinitis no alérgica no difirió de forma significativa. Como era de esperarse, la IgE total y IgE específica al alérgeno estaban elevadas de forma significativa en el suero de sujetos con RA y alergia al ácaro del polvo. Además, se detectaron niveles elevados de forma significativa de IgE total e IgE específica al alérgeno para el ácaro del polvo en la secreción nasal de sujetos con RA y alergia al ácaro del polvo, lo que demuestra que la técnica fue apropiada para medir la IgE local. En contraste, ninguno de los sujetos que padecían rinitis no alérgica presentaron elevación de los niveles de IgE total e IgE específica al alérgeno al ácaro del polvo en las secreciones nasales. De acuerdo con estos hallazgos, ninguno de los sujetos con rinitis no alérgica tuvo una reacción positiva a las pruebas de provocación nasal con el ácaro del polvo. Dado que fue posible detectar niveles elevados de IgE total e IgE específica al alérgeno en el grupo de RA y alergia al ácaro del polvo, es muy improbable atribuir los resultados negativos de las pruebas debido a errores metodológicos.

Los hallazgos acerca de la IgE específica al alérgeno coinciden con los resultados obtenidos por Becker y colaboradores, quienes analizaron secreciones nasales de pacientes con síndrome de rinitis no alérgica con eosinofilia el chip de alérgenos más reciente. De los 19 sujetos incluidos en su estudio, ninguno mostró presencia de RAL en el análisis de inmunochip. Sin embargo, estos hallazgos y los de este artículo son opuestos a los publicados por otros. Estas discrepancias son difíciles de explicar. Rondon y colaboradores fueron capaces de detectar IgE específica nasal contra el ácaro del polvo en un porcentaje substancial de los sujetos que padecen rinitis no alérgica perenne con el lavado nasal.

Uno podría pensar que la presencia de niveles muy bajos de IgE en la secreción nasal podría conducir a resultados falsos negativos en el grupo con rinitis no alérgica debido a una falta de sensibilidad respecto al método utilizado para su medición. Sin embargo, la prueba se llevó a cabo en uno de los laboratorios más reconocidos de alergología en el mundo, y la IgE medible y específica se detectó por otros grupos de trabajo en cantidades mesurables en sujetos con rinitis no alérgica. De manera adicional, el lavado nasal diluye las secreciones lo que hace más improbable su medición específica. Además, una preselección de los sujetos con respecto a rinitis no alérgica perenne o no perenne también podría ser relevante. 

Por lo tanto, de manera implícita los hallazgos de este trabajo desafían el concepto de la RAL, la cual surgió en años pasados y que se cree por algunos autores que es una entidad patológica por sí sola, mientras que otros postulan que podría ser una forma temprana de rinitis no alérgica que se desarrolla en una RA u otros tipos de enfermedades atópicas como la triada de Samter Widal. De manera reciente, se publicó un estudio de seguimiento a largo plazo de 176 pacientes con RAL y 115 controles sanos, que describe que la RAL es una entidad clínica con una tasa baja de desarrollo a atopia sistémica.

Al no poder obtener IgE específica local en las secreciones nasales ni resultados positivos en las pruebas de provocación nasal, la prevalencia de RAL en el campo de la rinitis no alérgica debe ser mucho menor en la población no seleccionada que lo reportado de forma previa. Estas discrepancias quizá se relacionen en parte a las diferencias demográficas y genéticas o por razones técnicas. La mala calidad de la solución de las pruebas cutáneas por punción también pudiera ser atribuible a los resultados negativos de las pruebas cutáneas por punción e IgE nasal positiva. Sin embargo, la mayoría de los estudios midieron IgE sérica para confirmar o descartar atopia sistémica. De los sujetos con rinitis no alérgica, 23.81% mostró sensibilización contra los alérgenos estacionales en las pruebas cutáneas por punción. En ese sentido, se podría argumentar que este subgrupo de pacientes no es un grupo típico de rinitis no alérgica. No obstante, todos los pacientes evaluados reportaron síntomas perennes y las pruebas se realizaron fuera de la temporada para el alérgeno (polen) específico. Como ninguno de los sujetos con rinitis no alérgica mostró alguna sensibilización al moho o a la caspa animal, atribuir estos hallazgos a otros alergenos parece poco probable. Algunos estudios utilizaron el lavado nasal para la detección de IgE local. Por lo tanto, la atribución de la prevalencia alta de la IgE específica local en la técnica utilizada es improbable, ya que el efecto de dilución del lavado nasal mostró alterar la sensibilidad comparado a obtener la muestra de secreción nasal de forma directa de la cavidad nasal.

A diferencia de otros estudios, la población de este estudio no se seleccionó altamente por un centro de otorrinolaringología. Por lo tanto, los autores creen que este estudio en verdad es representativo de la población normal en Alemania. Debido a la difusión pública del protocolo de estudio, la población a estudiar consistió en individuos con síntomas nasales. Como el reclutamiento se realizó en la zona metropolitana de Frankfurt, los sujetos reclutados tenían una diversidad de antecedentes geográficos y étnicos. Además, la edad y el estado de salud de los sujetos son similares a los estudiados por otros grupos de trabajo.

Las biopsias de la mucosa nasal podrían ser de ayuda para investigar a fondo la prevalencia de IgE nasal, así como proporcionar una visión más detallada de los cambios inmunopatológicos presentes en la rinitis no alérgica. Al ser un procedimiento invasivo, las nuevas técnicas para el análisis inmunológico son un concepto atractivo.

CONCLUSIÓN

La IgE nasal está presente en una cantidad sustancial de sujetos con rinitis alérgica y alergia al ácaro del polvo, pero no en la rinitis no alérgica. En una población no seleccionada con rinitis no alérgica, la producción local exclusiva de IgE está ausente. Por lo tanto, los hallazgos de este estudio desafían el concepto emergente de rinitis alérgica local.


Nasal IgE in subjects with allergic and non-allergic rhinitis

Jonas Eckrich, Julia Hinkel, Anna Fischl et al. 

Open Access  Published:June 23, 2020

DOI: https://doi.org/10.1016/j.waojou.2020.100129

Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL, Monterrey, México

Dra. Med. Sandra Nora González Díaz Jefe y Profesor

Dra. Hilda Hernández Sánchez Profesor

Dra. Ana Karen Chávez Ruíz Residente 1er Año

Dra. Alejandra Macías Weinmann Profesor


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