El hallazgo de una molécula producida por bacterias en un intestino sano y que crucial para la protección a largo plazo contra el asma podría dar respuesta a por qué el uso recurrente de antibióticos en los primeros años de vida aumenta, precisamente, el riesgo de padecer esta patología.
El asma afecta a más de 260 millones de personas en todo el mundo y causa alrededor de 455.000 muertes al año. El uso de antibióticos, sobre todo en los primeros años de vida, podría tener el efecto no intencional de reducir las bacterias que promueven la salud y ser un desencadenante de patologías como el asma. En ello se ha centrado una investigación procedente de la Universidad de Monash (Australia).