miércoles, 30 de abril de 2025

Journal Club del CRAIC: El impacto de la contaminación atmosférica en los síntomas de rinitis alérgica: un estudio prospectivo de seguimiento


1. Introducción

Desde el inicio de la industrialización global, el problema de la contaminación se agravó cada vez más. Hasta la fecha, la contaminación atmosférica es un importante problema de salud pública. De hecho, según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2022, 99 % de la población mundial vive en lugares que no cumplen con las guías de calidad del aire de la OMS. Además, se estimó que la contaminación del aire exterior contribuyó a 4.2 millones de muertes prematuras a nivel mundial en 2019. La investigación sobre la contaminación atmosférica y la salud respiratoria fue exhaustiva, impulsada por el impacto directo de los contaminantes atmosféricos en el sistema respiratorio humano. Numerosos estudios demostraron la asociación entre la contaminación atmosférica y problemas de salud como infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma, cáncer de pulmón y rinitis alérgica.

Estos estudios también destacan que no existe un umbral identificado por debajo del cual la exposición a la contaminación atmosférica pueda considerarse segura.

La rinitis alérgica, una de las enfermedades crónicas más prevalentes a nivel mundial, se caracteriza por estornudos, prurito nasal, congestión y secreción nasales. Afecta entre 10 % y 40 % de la población mundial, contribuye de manera anual a 17 500 millones USD en pérdidas económicas relacionadas con la salud. Para los afectados, la rinitis alérgica puede causar alteraciones del sueño, fatiga, depresión del estado de ánimo, reducción del sentido del olfato y deterioro cognitivo, lo que afecta su calidad de vida y productividad tanto en entornos de aprendizaje como laborales. Además, la rinitis alérgica se erige como un factor de riesgo notable para asma, otitis media y conjuntivitis alérgica. La rinitis alérgica crónica puede exacerbar o precipitar trastornos de las vías respiratorias inferiores, en particular el asma. La rinitis alérgica es una enfermedad multifactorial determinada por una combinación de genética y el medio ambiente. En las últimas décadas, la prevalencia de la rinitis alérgica aumentó de forma constante en la población, y la contaminación atmosférica se reconoce cada vez más como un factor de riesgo ambiental crucial. Investigaciones epidemiológicas revelaron que la exposición a materia particulada fina en suspensión (PM2.5) se asoció con un aumento de las consultas médicas por rinitis alérgica. Estudios en animales demostraron que la exposición a PM2.5 exacerbó los síntomas de alergia nasal en un modelo múrido con rinitis alérgica sensibilizado con ovoalbúmina (OVA).

El papel de PM2.5 en la rinitis alérgica se estudió de modo amplio, se reveló su capacidad para inducir estrés oxidativo celular y respuestas inflamatorias, en particular en células epiteliales inflamadas de la mucosa nasal. El estrés oxidativo inducido por PM2.5 se postula como un mecanismo que exacerba los síntomas de la rinitis alérgica. Un estudio en modelo de ratón con rinitis alérgica demostró que la N-acetilcisteína, como agente antioxidante, alivió los síntomas inducidos por PM2.5, lo que subraya la participación de PM2.5 en el estrés oxidativo y la inflamación. Con el avance de la investigación, los impactos epigenéticos de PM2.5 ganaron atención en la última década. La exposición a PM2.5 en la mucosa nasal de ratas con rinitis alérgica indujo estrés oxidativo, que desencadenó autofagia por medio del daño del ADN, ARN y proteínas. Este proceso exacerbó la condición al intensificar la actividad autofágica. Además, descubrieron que el miR-338-3p suprimió la autofagia inducida por PM2.5. En un modelo múrido con rinitis alérgica, se demostró que la exposición a PM2.5 provocó una mayor metilación del ADN del promotor del gen IFN-γ en los linfocitos T CD4+, mediada por la vía ERK-DNMT. Esto resultó en una reducción del número de células Th1, la perpetuación del desequilibrio Th1/Th2 y la exacerbación de la rinitis alérgica.

A diferencia del caso con PM2.5, las investigaciones epidemiológicas sobre la relación entre el dióxido de azufre (SO2) y la rinitis alérgica produjeron un conjunto heterogéneo de resultados: mientras que algunos estudios discernieron una conexión entre la exposición al SO2 y la aparición de la rinitis alérgica, otros no corroboran esta asociación, lo que destaca un panorama no concluyente. Además de las variaciones en las metodologías de investigación, factores como las diferencias geográficas, los distintos marcos temporales y la diversidad de las poblaciones de estudio también contribuyeron a la complejidad de comprender cómo el SO2 impacta la rinitis alérgica. En un experimento que utilizó un modelo de ratón con rinitis alérgica inducida por ácaro de polvo doméstico, la exposición breve al SO2 no sólo aumentó la gravedad de los síntomas nasales, sino que también elevó los niveles séricos de inmunoglobulina E (IgE) y aumentó la infiltración de eosinófilos en ratones con rinitis alérgica, junto con el aumento de la expresión de las citocinas Th1/Th2/Th17 en la mucosa nasal. De modo sorprendente, descubrieron que la exposición prolongada al SO₂ tuvo el efecto contrario de reducir los niveles séricos de IgE en estos ratones. Si bien, numerosos estudios confirman la influencia del ozono (O₃), el dióxido de nitrógeno (NO₂), el monóxido de carbono (CO) y el SO₂ en la progresión de la rinitis alérgica, aún existe una escasez relativa de investigación específica en este campo.

En el ámbito de las exploraciones epidemiológicas de la rinitis alérgica en relación con la contaminación atmosférica, numerosos investigadores emplearon estudios retrospectivos, así como diseños de estudios de cohorte, para explorar las relaciones entre las concentraciones de contaminantes ambientales y la frecuencia de las visitas ambulatorias. La investigación epidemiológica y experimental existente esclareció el vínculo entre la contaminación atmosférica y la rinitis alérgica, pero aún quedan muchas preguntas por resolver. Una de ellas se refiere a si existe un retraso temporal perceptible entre la exposición a contaminantes y los síntomas de la rinitis alérgica. Se prestó más atención a los efectos de los contaminantes atmosféricos en la incidencia y la prevalencia de la rinitis alérgica, mientras que se realizó menos investigación epidemiológica ambiental sobre los efectos de los contaminantes atmosféricos en la gravedad de los síntomas de la rinitis alérgica, es decir, en la progresión y la exacerbación de la enfermedad. Estas lagunas de conocimiento limitan la comprensión integral de los mecanismos de la enfermedad y dificultan el desarrollo de estrategias precisas de prevención y tratamiento.

En vista de los antecedentes mencionados, este estudio tuvo como objetivo investigar a fondo la relación dinámica entre los niveles de contaminación atmosférica ambiental y los síntomas de la rinitis alérgica mediante un estudio prospectivo, con especial atención al efecto de las fluctuaciones en los contaminantes sobre los síntomas. Al integrar datos de múltiples fuentes, como los registros de monitoreo de la calidad del aire y los historiales médicos de pacientes con rinitis alérgica, este estudio podría aportar nueva evidencia para dilucidar el impacto de la contaminación atmosférica en la rinitis alérgica.

2. Materiales y métodos

2.1. Diseño del estudio y participantes

Este estudio de panel, realizado entre mayo de 2023 y enero de 2024, reclutó a pacientes con rinitis alérgica que visitaron el mismo hospital y residieron de forma continua en la ciudad de Hangzhou, China, durante al menos un año. Al final, 167 participantes aceptaron y completaron el estudio de investigación; todos residieron a menos de 5 km del hospital. El rango de edad de los participantes fue alrededor de 35 años. Se realizaron investigaciones iniciales para recopilar datos demográficos, historiales médicos, antecedentes familiares y hábitos de vida de los sujetos, que se consideraron variables de control en el análisis. Todos los sujetos incluidos se diagnosticaron con rinitis alérgica por médicos profesionales, de acuerdo con las guías para el diagnóstico y tratamiento de la rinitis alérgica en China; estas guías abarcan síntomas recurrentes como estornudos, rinorrea, congestión y prurito nasales, junto con la confirmación serológica de anticuerpos IgE específicos contra alérgenos. Se excluyó del estudio a personas con afecciones cardiopulmonares graves, trastornos del sistema inmunitario, personas bajo terapia inmunosupresora, embarazadas o en período de lactancia, y personas con rinitis no alérgica, pólipos nasales o sinusitis crónica. Durante todo el período del estudio, se realizó un seguimiento diario de los síntomas de la rinitis alérgica mediante cuestionarios. Todos los pacientes completaron la encuesta y dispusieron datos completos sobre sus síntomas. El Comité de Ética de la Facultad de Medicina de Hangzhou obtuvo la autorización ética para esta investigación y se obtuvo el consentimiento informado por escrito de todos los participantes antes de su inclusión en el estudio.

2.2. Medición de datos sobre la contaminación atmosférica

Los datos de monitoreo de la calidad atmosférica se recopilaron del Centro Nacional de Monitoreo Ambiental de China (CNEMC, http://www.cnemc.cn/ [consultado el 24 de abril de 2024]), según lo anunciado por el centro local de monitoreo de protección ambiental. Los datos se obtuvieron del informe de monitoreo del aire diario promedio de la ciudad de Hangzhou, donde la concentración promedio diaria de contaminantes atmosféricos se calcula como la media aritmética de las concentraciones horarias durante un período de 24 horas (el valor de la concentración de O₃ es la media aritmética de la concentración de ozono durante el mayor período consecutivo de 8 horas del día). Este estudio se centró en los principales contaminantes del aire monitoreados en la vida diaria, incluye PM10, PM2.5, O₃, SO₂, NO₂ y CO. Este estudio empleó las concentraciones promedio diarias de estos contaminantes según lo informado por el centro de monitoreo.

2.3. Medición de los efectos sobre la salud

Durante el seguimiento de este estudio, se recopiló información sobre los síntomas de la rinitis alérgica de los participantes. De acuerdo con la Guía China para la Rinitis Alérgica, los síntomas incluyeron estornudos (número de episodios de estornudos paroxísticos al día), rinorrea (número de episodios de sonarse la nariz al día), congestión nasal, prurito nasal y prurito ocular. La puntuación de los síntomas osciló entre 0 y 3. La Tabla S1 presenta los detalles de la puntuación específica de los síntomas de la rinitis alérgica.

2.4. Análisis estadístico

Todos los datos se expresaron como media ± desviación estándar (DE) para las variables continuas o como porcentajes para las variables categóricas. Se utilizó el análisis de correlación de Spearman para investigar la correlación entre los contaminantes. De acuerdo con la literatura previa, se emplearon modelos lineales mixtos generalizados (MLMG) para analizar los cambios en los síntomas nasales según los contaminantes atmosféricos en los pacientes, se incorporó cada identificador único del sujeto de estudio (como un modelo de intersección aleatoria) para explicar las mediciones repetidas de los síntomas. Guiado por el Criterio de Información de Akaike (CIA), este estudio examinó de modo exhaustivo diversos contaminantes y al final construyó modelos que abarcan los seis contaminantes atmosféricos, con estratificación basada en los contaminantes incluidos. Dada la interdependencia entre los niveles de contaminantes atmosféricos, se comparó cada modelo multicontaminante óptimo en función del número de contaminantes incluidos. La fórmula para el MLMG es la siguiente:

Yit = b0 + ui + A1X1 +...+ AnXn + β Contaminantes + εit

Donde Yit es la puntuación de los síntomas de la rinitis alérgica en el i-ésimo sujeto en el tiempo t, b0 significa la intersección total, ui significa la intersección aleatoria para el sujeto i, X1-Xn son las covariables medias, A1-An son los coeficientes de regresión para X1-Xn, β significa el coeficiente de regresión para el contaminante atmosférico y εit es el error para el i-ésimo sujeto en el tiempo t.

Los síntomas correspondientes se representaron mediante valores β, que pueden ser positivos o negativos: los valores positivos indican un aumento del efecto sobre la salud con un aumento de la concentración del contaminante, mientras que los valores negativos indican una disminución del efecto sobre la salud. Cuando 95 % de los intervalos de confianza de los valores β incluyen cero, no existe una correlación significativa entre el nivel de exposición al contaminante y el resultado de salud. Todos los análisis estadísticos se realizaron con el programa R versión 4.4.1 (R Foundation for Statistical Computing) y un valor p bilateral < 0.05 se consideró significativo en la estadística.

3. Resultados

3.1. Participantes

Las características basales de los participantes y sus puntuaciones de síntomas al momento de la inscripción se presentan en la Tabla 1. Un total de 167 participantes se inscribieron en este estudio, con una edad media de 35.4 años. En total, 60 de los participantes (35.9 %) eran hombres y 107 (64.1 %) eran mujeres. El índice de masa corporal (IMC) medio fue 23.9 ± 3.9 kg/m² para hombres y 21.1 ± 2.5 kg/m² para mujeres. El nivel medio de IgE sérica entre los participantes fue 376.5 UI/mL. Entre los participantes, 13 (7.8 %) fueron fumadores, mientras que 154 (92.2 %) fueron no fumadores. Además, 24 (14.4 %) participantes fueron consumidores de alcohol y 143 (85.6 %) fueron no bebedores. Al momento de la inscripción, los participantes del estudio presentaron las siguientes puntuaciones de síntomas de la rinitis alérgica: estornudos (1.4 ± 0.8), congestión nasal (2.3 ± 0.8), rinorrea (1.7 ± 0.7), prurito nasal (1.5 ± 0.8) y prurito ocular (1.4 ± 0.9). Estas puntuaciones indican que la rinitis alérgica afectó la vida diaria de los sujetos del estudio.

3.2. Contaminación atmosférica

La Tabla 2 ilustra la concentración promedio diaria de contaminantes atmosféricos por mes durante el período de seguimiento del estudio. Cabe destacar que PM2.5, PM10, SO2 y NO2 mostraron variaciones evidentes a lo largo de los meses. En específico, las concentraciones en la atmósfera mostraron una disminución gradual de mayo a julio, seguida de una tendencia ascendente de julio a enero del año siguiente. La Figura 1 muestra las correlaciones entre estos contaminantes del aire. Estos incluyeron correlaciones significativas entre PM2.5 y PM10 (r = 0.96), PM2.5 y SO2 (r = 0.69), PM2.5 y NO2 (r = 0.82), PM2.5 y CO (r = 0.66), PM10 y SO2 (r = 0.74), PM10 y NO2 (r = 0.82), PM10 y CO (r = 0.55), SO2 y NO2 (r = 0.73), SO2 y CO (r = 0.32), NO2 y CO (r = 0.55), NO2 y O3 (r = −0.20) y CO y O3 (r = −0.17).

3.3. Efectos retardados de los contaminantes atomosféricos sobre los síntomas de la rinitis alérgica

Los efectos retardados de los contaminantes atmosféricos sobre los síntomas de la rinitis alérgica se muestran en las Figuras 2 y S1 y en la Tabla S2. Las puntuaciones de los síntomas indican su gravedad, donde las puntuaciones más altas indican mayor gravedad (Tabla S1). Los valores β representan el cambio en las puntuaciones de los síntomas por cada unidad de aumento en la concentración del contaminante. La PM2.5 surgió como un influyente destacado, se mostraron vínculos significativos en estadística tanto con el estornudo (β de 0.072 a 0.141, con valores de p entre <0.001 y 0.041), como con el prurito nasal (β de 0.072 a 0.141, con valores de p entre <0.001 y 0.041) y la obstrucción nasal (β de 0.068 a 0.123, con valores de p entre 0.006 y 0.034) en los intervalos 0 a 4, y alcanza su máximo impacto en el intervalo 3 para el estornudo. La PM10 también demostró una asociación significativa con el estornudo en los intervalos 0 a 3 (β de 0.052 a 0.082; valores de p de 0.009 a 0.045) y con la congestión nasal en los intervalos 0 a 2 (β de 0.071 a 0.081; valores de p de 0.002 a 0.024). El NO2 se presentó en los intervalos 0 a 2 (β de 0.071 a 0.081; valores de p de 0.002 a 0.024). El NO2 mostró correlaciones significativas con la rinorrea en los intervalos de 0 a 1 (β de 0.006 a 0.008, valores p de 0.030 a 0.048). El CO mostró correlaciones significativas con estornudos en los intervalos 0 a 2 (β de 0.122 a 0.283; valores p de 0.001 a 0.021), con mayor impacto en el intervalo 2 (β de 0.122 a 0.283; valores p de 0.001 a 0.021). Se correlacionó con la obstrucción nasal en el intervalo 1 (β = 0.283; p = 0.001), y en el intervalo 3 (β de 0.101 a 0.236; valores p de 0.008 a 0.032). El SO2 se correlacionó de manera significativa con el efecto máximo sobre la congestión nasal en el periodo 2 (β = 0.236, p = 0.008). El SO2 se correlacionó de manera significativa con estornudos en el periodo 4 (β = 0.093, p = 0.025).

4. Discusión

Este estudio investigó la asociación entre los síntomas de la rinitis alérgica y los niveles de contaminantes atmosféricos mediante el seguimiento de los cambios en la gravedad de los síntomas de la rinitis en 167 pacientes, según el diseño de panel, y el monitoreo simultáneo de las fluctuaciones en las concentraciones de contaminantes durante este período. Los hallazgos sugieren que ciertas concentraciones de contaminantes atmosféricos durante este período no sólo se correlacionan con los síntomas de la rinitis alérgica, sino que también muestran efectos retardados.

En las guías mundiales de calidad del aire de la OMS publicadas en diciembre de 2021, los niveles de referencia de calidad del aire de PM2.5, PM10, O3, NO2, SO2 y CO fueron 15 μg/m3, 45 μg/m3, 100 μg/m3, 25 μg/m3, 40 μg/m3 y 4 μg/m3, de manera respectiva. Durante el período del estudio, las concentraciones de PM2.5, PM10 y NO2 estuvieron por debajo de los niveles de referencia en algunos días. Los niveles de SO2 y CO fueron inferiores a los niveles de referencia durante todo el período de estudio. Por lo tanto, este estudio tiene cierto grado de generalización. Las emisiones de escape de los vehículos, la combustión de queroseno, las emisiones industriales y la combustión de biomasa son fuentes comunes de contaminantes atmosféricos. Mientras que el NOx y el CO son los principales precursores del O3 superficial, el NOx y el SO2 son precursores importantes de PM2.5, y su producto oxidado, el NO3, podría ser el principal causante de PM2.5. En este estudio también se halló una correlación entre la PM y el CO, el SO2 y el NO2, lo que dificulta aislar el efecto de un solo contaminante sobre los síntomas de la rinitis alérgica. Esta compleja interacción entre contaminantes explica por qué los resultados de estudios epidemiológicos relacionados presentan con frecuencia inconsistencias y aún no se contrastan por completo.

Al considerar las complejas interacciones y potenciales efectos sinérgicos entre los contaminantes, se utilizaron modelos multicontaminantes y se encontró que PM2.5, PM10, NO2 y CO se asocian cada uno con síntomas de la rinitis alérgica. En específico, los hallazgos indican que PM2.5, PM10 y CO afectan de modo acumulativo los estornudos y la congestión nasal, mientras que NO2 muestra un efecto acumulativo sobre la rinorrea, el prurito nasal y el prurito ocular. En consonancia con los resultados, Tang et al reportaron que la exposición a corto plazo a contaminantes atmosféricos, incluidos PM2.5, PM10 y CO, se vincula a mayor frecuencia de consultas médicas ambulatorias por rinitis alérgica. Además, la concentración elevada de NO2 y PM10 en el exterior se correlaciona con mayor probabilidad de alergia en las vías respiratorias y rinitis alérgica en niños. Luo y sus colegas utilizaron modelos de riesgos proporcionales de Cox para evaluar la relación entre la exposición a largo plazo a contaminantes del aire y el riesgo de la rinitis alérgica, y concluyeron que la exposición prolongada a PM2.5, PM10 y NO2 aumentó la probabilidad de desarrollar rinitis alérgica. En consonancia con los hallazgos, una investigación de cohorte reveló una relación dosis-respuesta entre la exposición crónica a la contaminación del aire y la gravedad de la rinitis en adultos. Además, los niveles elevados de exposición a PM2.5, PM10 y NO2 se relacionaron con la intensificación de los síntomas de la rinitis. Con respecto al SO2 y O3, un estudio poblacional encontró una correlación positiva entre los niveles atmosféricos de SO2 y el riesgo de la rinitis alérgica en niños de escuela primaria. Mientras tanto, se reportó una fuerte asociación entre la exposición prolongada al O3 atmosférico y un riesgo aumentado de síntomas de la rinitis alérgica en niños. Por el contrario, un estudio de series temporales informó que la exposición a PM10, NO2 y O3 elevó el riesgo de hospitalización debido a rinitis alérgica, mientras que el SO2 no emergió como un factor de riesgo significativo para los ingresos hospitalarios relacionados con rinitis alérgica. A pesar de que las concentraciones de SO2 y CO estuvieron muy por debajo de los niveles recomendados por las guías de calidad del aire durante el período del estudio, aún se encontró una correlación débil entre estos contaminantes y los síntomas de la rinitis alérgica. Sin embargo, la asociación entre O3 y el aumento de los síntomas de la rinitis alérgica no fue significativa. Las diferencias en los resultados de estudios similares podrían atribuirse a variaciones en la población del estudio, la ubicación geográfica y el momento. Estos factores pueden influir en los niveles y proporciones de contaminantes atmosféricos, así como en la demografía de edad de las poblaciones del estudio. Además, las diferencias climáticas regionales también pueden contribuir a estas discrepancias.

Con respecto a los efectos retardados de los contaminantes del aire sobre la rinitis alérgica, se observaron discrepancias en los resultados entre diferentes regiones, períodos de tiempo y metodologías de investigación. En este estudio, se encontró que PM2.5 se asoció con los síntomas de estornudos y congestión nasal desde el periodo 0 hasta el periodo 4. Un estudio previo informó que las concentraciones de PM2.5 se asociaron con un riesgo mayor de la rinitis alérgica, que se produjo en los periodos 1 y 2, que en parte se alinearon con los hallazgos de este estudio. En un estudio realizado en Lanzhou, China, la exposición a corto plazo a contaminantes del aire se relacionó con un aumento en las visitas por rinitis alérgica, mas específico con O3, con influencia en las visitas con un retraso de 0 a 6 días y CO a los 0 a 7 días. Otro estudio identificó asociaciones significativas entre la exposición a CO y O3 y las visitas ambulatorias respiratorias en los periodos 0 a 4, pero no encontró un vínculo significativo entre la exposición a SO2 y dichas visitas. Además, el NO2 fue relevante para las visitas ambulatorias respiratorias sólo en el periodo 1. En este estudio, el NO2 mostró una correlación significativa con los síntomas de rinorrea en los periodo 0 a 1, lo que indica una tendencia creciente. También se correlacionó con los síntomas de prurito nasal y ocular en el periodo 1. El CO se correlacionó con los síntomas nasales del periodo 0 al periodo 2, mientras que el SO2 se encontró que tenía una correlación significativa con los síntomas de estornudos en el periodo 4. Además de alinearse con los hallazgos de investigaciones previas, la importancia de este estudio radica en su extensión más allá del alcance de trabajos anteriores que se centraron en la incidencia de la rinitis alérgica y las visitas hospitalarias. Esta investigación reduce la brecha al profundizar en un ámbito menos explorado de los síntomas de alergia nasal.

En este estudio se empleó de forma innovadora una metodología de investigación de panel para investigar el impacto de los contaminantes atmosféricos en los síntomas de la rinitis alérgica, para mejorar así la credibilidad de estes resultados y refinar la comprensión de cómo los contaminantes individuales afectan síntomas característicos de la enfermedad. No obstante, es importante reconocer sus limitaciones. Esta muestra se componía de pacientes de un solo hospital, con tan solo 167 individuos, lo que podría limitar la generalización. Además, a diferencia de los ensayos clínicos, los estudios ecológicos no pueden medir de manera directa los niveles de exposición individual a los contaminantes atmosféricos. Para los estudios descriptivos sobre contaminantes del aire, se utilizaron datos de estaciones de monitoreo atmosférico y se aplicaron métodos de medición global de la exposición (GLMM) para evaluar las relaciones entre los niveles de exposición y los síntomas. Este enfoque podría dar lugar a resultados menos precisos debido a la estimación indirecta de la exposición. Los alérgenos pueden tener una correlación con contaminantes que también pueden afectar los síntomas de la rinitis alérgica. Este estudio no permite evaluar los niveles diarios de exposición a alérgenos específicos de cada individuo. Aunque los alérgenos pueden actuar como un factor de confusión, y afectar de manera potencial los resultados, ésta es una limitación común en la investigación ecológica. De igual manera, el hecho de que esta encuesta no explorara los efectos de la temperatura y la humedad en los sujetos del estudio impide determinar dichos efectos en los resultados, lo cual también constituye una limitación de este trabajo. Se planea reclutar a más pacientes para investigar más a fondo el impacto de la contaminación atmosférica en los diferentes tipos de rinitis alérgica.

5. Conclusiones

Este estudio empleó un diseño de seguimiento prospectivo para investigar la asociación entre una mezcla de diversos contaminantes atmosféricos y los síntomas de la rinitis alérgica en pacientes. El estudio reveló que los contaminantes atmosféricos se correlacionaban con la gravedad de los síntomas de la rinitis alérgica, y que los contaminantes del aire presentaban efectos retardados en el modelo multicontaminante. Este hallazgo reforzó la evidencia sobre la asociación entre la exposición simultánea a corto plazo a contaminantes del aire y los síntomas de la rinitis alérgica.

Sun, W., Ding, C., Jiang, Z., Zheng, X., Jiang, J., & Xu, H. (2024). The Impact of Ambient Air Pollution on Allergic Rhinitis Symptoms: A Prospective Follow-Up Study. Toxics, 12(9), 663. https://doi.org/10.3390/toxics12090663

Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL, Monterrey, México

Dra. Med. Sandra Nora González Díaz Jefe y profesor

Dra. Marisela Hernández Robles Profesor

Dra. Natalia María Villarreal Rodríguez Residente 1er Año

Dra. Alejandra Macías Weinmann Profesor


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