miércoles, 12 de junio de 2019

Se estima que nacen más de 7 mil niños por año con alergia a la proteína de la leche de vaca

La Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) y otras disciplinas vinculadas al manejo de estos pacientes insisten en la necesidad de sospechar los cuadros a tiempo.
Llantos persistentes sin motivo aparente, síntomas gastrointestinales como reflujo o cólicos, así como moco y sangrado en la materia fecal, son síntomas que permiten sospechar la existencia de alergias a los alimentos.
La condición puede también afectar la piel, presentándose con eczemas importantes, urticarias y/o hinchazón en labios y párpados.
“Es muy importante que los padres estén atentos a estas manifestaciones y se las comuniquen al pediatra, quien tomará las medidas pertinentes, como por ejemplo derivar al paciente con el especialista en alergia o gastroenterología. Una de las claves, sin lugar a dudas, será no perder tiempo, porque está en juego la salud y la calidad de vida del niño y su familia, y porque es necesario iniciar un tratamiento para prevenir consecuencias más severas”, dice el doctor Claudio Parisi (MN 95.292), médico pediatra especialista en alergia e inmunología.
Cada año, nacen en la Argentina alrededor de 700 mil niños, de los cuales se estima que hasta el 5 por ciento podrá presentar alguna alergia a los alimentos, siendo la alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV) la más frecuente, que presenta una incidencia de entre el 1 y el 1,2 por ciento, lo que representaría más de 7.000 nuevos casos por año.
El tratamiento de la alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV) comienza con la ‘dieta de exclusión’, que significa suprimir la ingesta del alimento sospechado. En el caso de la leche de vaca y sus derivados, debería suprimirlo la mamá mientras amamanta a su bebé, y luego el niño, cuando inicia la etapa de alimentación complementaria”, subrayó el doctor Christian Boggio Marzet (MN 88.904), pediatra gastroenterólogo y Coordinador del Grupo de Trabajo en Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Pirovano.
Es muy importante que los padres estén atentos a estas manifestaciones y se las comuniquen al pediatra, quien tomará las medidas pertinentes, como por ejemplo derivar al paciente con el especialista en alergia o gastroenterología.
En aquellos casos de niños con APLV que no puedan recibir leche materna ni por supuesto leche de vaca, la opción de reemplazo deberá ser indicada especialmente por el médico gastroenterólogo pediatra y con su estricto seguimiento. En general suelen recomendarse leches de fórmula especiales, cuya provisión para estos cuadros está garantizada por una ley nacional (n° 27.305).
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