viernes, 31 de mayo de 2019

Pacientes con sobrepeso y obesos con alergia al níquel tienen un peor perfil metabólico comparado con individuos no alérgicos emparejados


Introducción
El aumento de la epidemia de obesidad y sus enfermedades concomitantes representa una carga médica y económica considerable según los informes más recientes de la OMS. Los alimentos ricos en calorías y el estilo de vida sedentario que con frecuencia llevan a un balance energético positivo no explican este fenómeno en su totalidad. Por lo tanto, la investigación se centra en estudiar posibles factores adicionales que podrían desempeñar un papel en el aumento de peso.
El Ni es un metal pesado ubicuo con capacidad alergénica alta presente en el suelo, el agua del grifo, los productos y utensilios comunes para el hogar, los cosméticos y los alimentos de origen vegetal que, desde hace mucho tiempo, tienen efectos sobre varios resultados de salud. Los estudios preclínicos demostraron de manera reciente que el Ni puede desempeñar un papel en el metabolismo energético y la regulación de la homeostasis de la glucosa.
Además, parece presentar una actividad disruptiva endocrina, ya que estudios previos in vitro reportaron que el Ni induce alteración en la secreción hipofisaria de la hormona de crecimiento (HC). Estos datos aún deben confirmarse en un entorno clínico, pero deben reforzar la alerta de los posibles problemas de salud metabólicos de la exposición al Ni.
La prevalencia general de la alergia al Ni que se reporta en la actualidad es de 8 a 18% en EE. UU. y Europa, más alta en países del sur como Italia, donde se estima que es de 16%. La alergia al Ni por lo general se presenta con síntomas cutáneos (dermatitis por contacto alérgica, DCA), pero también como síndrome de alergia sistémica al Ni (SASN), una condición descrita de forma inicial en la década de los 70 por Christensen y colegas, ellos observaron que un número considerable de pacientes sensibilizados al Ni presentaban dermatitis en lugares distintos a los que estuvieron en contacto con objetos recubiertos con Ni. Hoy en día, se considera que el SASN se manifiesta con signos y síntomas cutáneos (llamado dermatitis por contacto sistémica, DCS,) y extracutáneos (gastrointestinales, respiratorios, neurológicos, etc.).
Resulta interesante que los sujetos obesos y con sobrepeso a menudo presentan signos y síntomas inespecíficos que podrían atribuirse a DCA y SASN, según un informe reciente sobre una población relativamente pequeña con sobrepeso con predominio femenino, la alergia al Ni parece ser mucho más común en estos sujetos en comparación con la población general.
La directiva de 1994 de Ni de la UE que regula el uso del Ni en productos que pueden entrar en contacto con la piel redujo la prevalencia de alergia al Ni en países que siguieron la directiva como Dinamarca y Suecia, lo que demuestra que la alergia a Ni es atribuible en gran medida a la exposición al Ni. Sin embargo, los países del sur de Europa no fueron tan fieles y, por lo tanto, reportan datos de mayor prevalencia (aproximadamente 16% en comparación con 10% de los países del norte) y se observan resultados similares en América del Norte, donde la alergia al Ni continúa en aumento en hombres y mujeres más jóvenes y mayores. Además, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) publicó de manera reciente una alerta que indica que las personas alérgicas al Ni tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud cuando se exponen a los niveles actuales de Ni en los alimentos y el agua.
Dada la prevalencia alta de forma alarmante de la alergia al Ni y la obesidad en la población general y las sugerencias provenientes de estudios preclínicos anteriores que sugieren una posible correlación entre el Ni y alteraciones metabólicas, el objetivo de su estudio fue investigar esa relación en sujetos humanos. Por lo tanto, evaluaron los síntomas y signos de DCA/SASN en todos los sujetos obesos y con sobrepeso que ingresaron en el Centro de Alta Especialidad para el Cuidado de la Obesidad, de la Universidad Sapienza de Roma, de 2010 a 2016. A las personas con sospecha de alergia al Ni las sometieron a una prueba de parche de Ni, y evaluaron su estado metabólico y hormonal.
Confirmaron que la alergia al Ni parece ser muy común en los pacientes obesos, y reportaron por primera vez que la alergia al Ni se asocia con peores parámetros metabólicos y una función alterada del eje HC-IGF1 en sujetos humanos.
Pacientes y métodos
Sujetos
Se evaluaron 1128 sujetos que ingresaron al Centro de Alta Especialidad para el Cuidado de la Obesidad, de la Universidad Sapienza de Roma, de 2010 a 2016. A todos los pacientes se les hicieron historia clínica, examen físico y les realizaron exámenes de laboratorio (hematología, bioquímica y pruebas dinámicas) como parte de la rutina que todos los pacientes que ingresan al Centro se someten a una evaluación inicial. Los pacientes que presentaron al menos dos signos o síntomas compatibles con SASN o DCA, como insuficiencia gastrointestinal (inflamación, meteorismo, dolor abdominal, eructos, dispepsia, diarrea, estreñimiento), síntomas sistémicos (fatiga, cefalea) y signos cutáneos (prurito, erupción cutánea, dermografismo, urticaria) fueron candidatos a una prueba de parche de Ni. Los criterios de exclusión para someterse al procedimiento de diagnóstico fueron: edad <18 y >65 años, tratamiento sistémico con corticoesteroides, antihistamínicos u otro agente inmunosupresor, embarazo, tratamiento tópico con corticoesteroides en el área de prueba en los últimos 14 días y ausencia de consentimiento informado por escrito. Los criterios de exclusión por edad se seleccionaron en un esfuerzo por obtener una muestra más homogénea al excluir la edad pediátrica y a los adultos mayores. Pacientes embarazadas o que rechazaron el consentimiento se excluyeron por razones éticas. Se adoptaron otros criterios de exclusión ya que se sabe que estas condiciones pueden interferir con los resultados de las pruebas de parches. Todos los procedimientos realizados se ajustaron a las normas éticas del comité de investigación institucional y/o nacional y a la Declaración de Helsinki de 1964 y sus modificaciones posteriores o normas éticas comparables. El estudio se revisó y aprobó por el Comité de Ética de la Universidad de Roma de Sapienza.
Estratificación
Los sujetos con sobrepeso y obesos leves con frecuencia muestran una prevalencia diferente de comorbilidades en comparación con los pacientes con obesidad mórbida, lo que lleva a un riesgo estratificado de mortalidad por todas las causas (no aumenta en la obesidad con sobrepeso y grado I, aumenta en grado II y III). El peso puede ser en sí mismo un importante factor de confusión para las evaluaciones metabólicas y, por lo tanto, se estratificó a la población en el examen por IMC, se subdividió en un grupo de pacientes obesos con sobrepeso y obesidad grado I (25< IMC <35) (Obe) y otro grupo de pacientes con obesidad mórbida (>35) (MObe). Cada uno de los grupos se subdividió de acuerdo con los resultados de la prueba del parche de Ni: positiva o negativa (Fig. 1).
Medidas antropométricas
El peso corporal y la estatura se obtuvieron entre las 8 y las 10 a.m. en sujetos en ayunas con ropa ligera y sin zapatos con la vejiga vacía. La misma escala calibrada y el estadímetro se utilizaron para todos los pacientes. La circunferencia de la cintura la midieron en el punto medio entre el margen inferior de la costilla y la cresta ilíaca, los pacientes tenían la cintura descubierta y les pedían que se pararan con los pies juntos y su peso distribuido por igual en cada pierna.
Evaluaciones de laboratorio
Las muestras de sangre las tomaron de pacientes en ayunas mediante punción venosa entre las 8 y las 9 a.m. Las muestras las trasladaron al laboratorio local y las manejaron de acuerdo con los estándares de práctica locales. Midieron proteína C reactiva (PCR), insulina, glucosa, hemoglobina glicosilada A1C (HbA1C), factor de crecimiento similar a insulina 1 (IGF-1), HC y exámenes de laboratorio de rutina. La Evaluación del Modelo de Homeostasis de Resistencia a la insulina (HOMA-IR) se calculó a partir de los niveles de glucosa y de insulina en plasma en ayunas mediante la siguiente fórmula: insulina (mUI/ml) x glucosa (mg/dL)/405.
Prueba dinámica
Los pacientes que mostraron niveles bajos de IGF-1 (< percentil 50 para la edad y el sexo) junto con una enfermedad orgánica o un historial de lesión en la cabeza los evaluaron para detectar una posible deficiencia de HC según las pautas de la AACE con HCRH (HCRH 1-29; Ferring, Italia; 1 µg/kg BW IV en el momento 0) más arginina (0.5 g/kg BW, monohidrocloruro de L-ARG por vía intravenosa, desde el momento 0 a lo largo de 30 minutos). El consentimiento informado por escrito para el procedimiento médico se obtuvo de todos los pacientes. Se extrajeron muestras de sangre de un catéter permanente insertado en una vena cubital en los tiempos 0, 30, 45, 60 min. Todos los estudios comenzaron entre las 8 y las 9 de la mañana, después de un ayuno nocturno. La deficiencia de HC (DHC) se diagnosticó de acuerdo con las guías de AACE como un valor máximo inferior a 4.8 ng/dL.
Composición corporal
La composición corporal se midió mediante Absorciometría de rayos X de energía dual (DXA) (QDR Discovery Acclaim, Hologic Inc., Waltham, MA) en pacientes en ayunas con ropa ligera y sin zapatos.
Prueba de parche
Los pacientes con un sospecha clínica de DCA o SASN que cumplieron con los criterios de inclusión y exclusión se sometieron a pruebas de parche con la serie de referencia de la Sociedad Italiana de Dermatología Profesional Alergológica y Ambiental (SIDAPA) (Lofarma SpA, Milano, Italia), que evalúa la sensibilidad al Ni con una solución de sulfato de níquel al 5%. Se aplicaron Finn Chambers® (diámetro, 8 mm; SmartPractice®, Phoenix, AZ, EE. UU.) en cinta Scanpor® (Norgesplaster A/S, Vennesla, Noruega) y se dejaron en la parte posterior durante 48 horas. Las lecturas se realizaron el día 3 por un alergólogo capacitado. Para el análisis de la prueba de parche, las reacciones “+” a “+++” las clasificaron como positivas, y las reacciones negativas y dudosas como no positivas.
Análisis estadístico
Los datos los expresaron como media ± desviación estándar (SD) si no se indica lo contrario. La normalidad la evaluaron con la prueba de Shapiro-Wilk y las variables las transformaron con Log cuando la distribución no era normal. Para muestras independientes utilizaron la prueba t de Student y la prueba u de Mann-Whitney para evaluar las diferencias entre los grupos. Las diferencias entre los niveles de HC entre los grupos en las pruebas dinámicas las evaluaron mediante análisis de medidas repetidas. Las diferencias las consideraron estadísticamente significativas cuando p < .05. El análisis estadístico se realizó con GraphPad Prism versión 5.00 para Windows, GraphPad Software, San Diego California USA y SPSS Statistics para Windows, versión 20.0, Armonk, NY, EE. UU.: IBM Corp.
Resultados
Alergia al Ni en sujetos obesos y con sobrepeso
Se evaluaron 1128 pacientes ambulatorios con obesidad y con sobrepeso que ingresaron al Centro de Alta Especialidad para el Cuidado de la Obesidad, de la Universidad Sapienza de Roma, de 2010 a 2016. El 69.5% (n = 784) reportaron síntomas compatibles con DCA o SASN. De estos, 45.9% (n = 666) cumplieron con los criterios de inclusión y exclusión y, por lo tanto, se sometieron a una prueba de parche de sulfato de Ni al 5%. Las características demográficas, antropométricas y clínicas de los pacientes se muestran en la Tabla 1. De los pacientes que sometieron al procedimiento de diagnóstico, 69.5% (n = 463) resultó positivo, el resto fue negativo y no detectaron resultados indeterminados (Tabla 1). El 71.1% (n = 432) de las mujeres a las que se hizo la prueba fue positivo y 28.9% (n = 176) fue negativo, mientras que los sujetos masculinos dieron positivo en 53.45% de los casos (n = 31) y negativo en 46.55% (n = 27). Después de la selección por medio de la historia médica y el examen físico, 41% (463/1128) del número total de pacientes con obesidad que ingresaron al centro resultó alérgico al Ni. Una vez estratificados por el IMC, los pacientes con Obe dieron positivo en 64.3% (175/272) de los casos, mientras que los MObe fueron positivos en 73.1% (288/394), de forma más frecuente que los pacientes con Obe (p = 0.016; Fig. 1, Tabla 1).
Estado metabólico
La alergia al Ni se asoció con un IMC mayor de forma significativa y una peor composición corporal. Además, los pacientes alérgicos mostraron una peor homeostasis de la glucosa con niveles más altos de insulina, HOMA-IR y HbA1C. Además de esto, los mismos pacientes presentaron un aumento de la inflamación, como lo demuestran los niveles más altos de PCR (Tabla 2).
El estado menopáusico y la edad son factores que podrían afectar fácilmente la salud metabólica, no fueron de forma significativa diferentes entre los grupos de Obe y MObe (35.5% versus 33.6% mujer menopáusica, p = 0.67; 44.5 ± 13.7 versus 44.4 ± 13.2 edad, p = 0.88). Sin embargo, la distribución por género difirió de manera significa, las mujeres estaban más representadas en el grupo Obe (94.9 vs 89.1, p = 0.01).
Entre los pacientes con Obe, el IMC medio no fue diferente de manera significativa entre el grupo positivo y negativo, pero la composición corporal fue peor en los pacientes alérgicos (es decir, la masa magra fue menor en el grupo positivo). Ninguno de los parámetros metabólicos que se evaluaron fue diferente de manera significativa como la PCR que se incrementó en los pacientes alérgicos (Tabla 3).
Entre los pacientes con MObe, el IMC medio no fue diferente de forma significativa entre el grupo positivo y el negativo, ni los parámetros antropométricos, pero tuvieron diferencias notables con respecto a los parámetros de homeostasis de la glucosa. Los pacientes positivos mostraron, de hecho, una insulina en ayunas y HOMA-IR mayores de forma significativa. Además, la PCR fue mayor de forma significativa en pacientes positivos (Tabla 3).
Eje HC-IGF1
En general, la alergia al Ni se asoció con una función alterada del eje HC-IGF-1. De hecho, los pacientes alérgicos mostraron un IGF-1 basal más bajo de forma significativa y una respuesta dinámica disminuida de HC con el estímulo de Arginina + HCRH + en comparación con los no alérgicos, incluso cuando se controló el IMC, la edad y la HOMA-IR (Tabla 2, Fig. 2A). La DHC diagnosticada de acuerdo con las pautas de AACE que toman en cuenta el IMC como una condición conocida de respuesta alterada de la HC fue más frecuente en pacientes con prueba de parche positiva (47/134, 35.1%) que en pacientes con prueba de parche negativa (5/40, 12.5 %, p = 0.006) (Tabla 2).
Tras la estratificación por el IMC, el deterioro en la función del eje HC-IGF-1 no estaba presente en los pacientes Obe alérgicos, que no mostraron una HC significativa (Tabla 3), o una respuesta contundente a las pruebas dinámicas (Fig. 2B). El diagnóstico de DHC no fue más frecuente en pacientes Obe alérgicos (tabla 3). Es de destacar que el índice basal de IGF-1 fue menor de manera significativa en pacientes alérgicos.
A la inversa, los pacientes MObe alérgicos mostraron, además de los niveles basales de IGF-1 más bajos de forma significativa, una marcada disminución en la respuesta dinámica en comparación con aquellos que dieron negativo a la prueba del parche de Ni (Tabla 3, Fig. 2C), que en pruebas repetidas se mantuvo significativo incluso después de controlar los valores de referencia de HOMA-IR y BMI. El diagnóstico de DHC fue más frecuente de forma significativa en el MObe alérgico en comparación con los no alérgicos (Tabla 3, p = 0.01).
Discusión
DCA y SASN son condiciones complejas cuya patogénesis aún no se aclaró por completo. Se sugiere que una respuesta inmune innata, una hipersensibilidad de tipo I y una reacción inmune tipo IV son responsables de los brotes cutáneos, mientras que los complejos inmunes circulantes (reacción Tipo III) y la liberación de citocinas inespecíficas pueden a su vez ser responsables de forma potencial de los síntomas generalizados de SASN, lo que lleva a una mayor respuesta inflamatoria. La evidencia inequívoca producida en las últimas décadas muestra que la inflamación de grado bajo desempeña un papel importante en la patogénesis del síndrome metabólico, donde la activación de vías específicas que conducen a la disfunción de los adipocitos parece ser la base de la pregunta. Además, la evidencia de estudios preclínicos recientes reporta que el estrés oxidativo, el aumento de la permeabilidad de la membrana, la reducción del número de mitocondrias y la disminución de la expresión de la proteína 1 de acoplamiento (UCP-1) y otros genes relacionados con el tejido adiposo marrón (TAM) pueden ser otros vínculos posibles entre la exposición al Ni y el deterioro de la homeostasis metabólica que no se relacionan con la inflamación crónica. La reducción de la ingesta dietética de Ni mejora de forma sustancial los síntomas de alergia sistémica al Ni. Por otra parte, Lusi y colegas reportaron de forma reciente que una dieta baja en Ni puede inducir pérdida de peso en pacientes alérgicos a Ni, lo que apunta en la misma dirección que los estudios preclínicos.
Ellos confirmaron de forma parcial en su estudio lo sugerido de forma previa por Lusi y colegas que los pacientes obesos parecen ser más alérgicos al Ni en comparación con la población general. Los autores reportaron que 59.7% de una población con sobrepeso tenía alergia al Ni. La diferencia que ven en la frecuencia en comparación con sus series de casos puede deberse a su tamaño pequeño de muestra y/o a su selección de los pacientes que sometieron a una prueba de parche de Ni. De manera interesante, se vio que los sujetos masculinos obesos parecen ser más propensos a las mujeres a estar sensibilizados, a la inversa de lo que por lo general se observa en la población general, donde los sujetos masculinos son mucho menos alérgicos que las mujeres. Sin embargo, se tuvo un número pequeño de sujetos masculinos en esta población y, por lo tanto, los autores sugieren que su hallazgo debería confirmarse en una muestra más numerosa. La razón de tal brecha en la representación masculina frente a la femenina es posible que se deba a varios factores. En primer lugar, se reconoce que las pacientes con obesidad con mayor frecuencia consideran la obesidad como una enfermedad y, por lo tanto, buscan asistencia médica. Ya que la población de este estudio ingresó a un centro especializado para el cuidado de la obesidad, de manera inicial se reclutaron más mujeres que hombres. Además, los individuos femeninos reportaron con mayor frecuencia varios signos y síntomas que apuntan a DCA o SASN, como inflamación, fatiga y cefalea, lo más probable por varias razones como psicológicas y culturales. Una limitación importante de su estudio es la selección inicial a la que se sometieron los pacientes para someterse a la prueba de alergia al Ni, que pudo crear un sesgo de selección que es posible que subestimara la prevalencia específica total y de género, ya que los pacientes sin ningún dato sospechoso no se evaluaron en absoluto. Cabe señalar que la ingesta diaria estimada de Ni en Italia es más alta que en la mayoría de los países europeos y los Estados Unidos. Ésta puede ser una razón adicional por la que sus datos de prevalencia son mucho más altos que los estimados en la población general de otros países.
Se reportó que los pacientes que son alérgicos al Ni son más pesados, tienen peor composición corporal, alteración de la homeostasis de la glucosa y aumento de la inflamación, lo que sugiere un papel del Ni en tales diferencias. Tras la estratificación por el IMC, Obe sólo muestra diferencias con respecto a la composición corporal entre pacientes alérgicos y no alérgicos, sin deterioro metabólico. Por el contrario, los MObe que son alérgicos al Ni tienen peor homeostasis de la glucosa en comparación con los pacientes con MObe no alérgicos. El aumento de la inflamación está presente en pacientes alérgicos tanto Obe como MObe. Según las observaciones de los autores, es probable que la inflamación de grado bajo y la toxicidad directa inducida por Ni sean factores aditivos de riesgo para la alteración metabólica junto con otros y la obesidad en sí misma, por lo tanto, el peor estado de los pacientes alérgicos al Ni es el lugar donde se producen tanto la toxicidad directa como los efectos mediados por el sistema inmunitario. en comparación con los pacientes no alérgicos, en los que la toxicidad directa es probablemente el único factor de riesgo relacionado con Ni y donde puede existir un mejor manejo de la acumulación de Ni. Además, los autores creen que los pacientes MObe tienen un deterioro metabólico más pronunciado en comparación con los pacientes Obe debido a otros factores que contribuyen a su estado de salud.
También reportaron una función alterada en el eje HC-IGF-1 en todos los pacientes alérgicos al Ni. Tras la estratificación, los MObe alérgicos confirmaron esa alteración en comparación con los MObe no alérgicos: esto puede explicarse en parte por el estado de homeostasis de la glucosa que es diferente de manera significativa de este grupo, donde la insulina es mayor en el grupo alérgico. De hecho, la evidencia sólida en la literatura sugiere que el hiperinsulinismo suprime la producción de la HC por medio de la acción hipofisaria directa en la síntesis de HC, liberación y acción indirecta mediante la modulación de la función hipotalámica, alteraciones en la disponibilidad de IGF-I y/o supresión de los niveles circulantes de ghrelina. En confirmación de esto, los sujetos Obe no muestran un rendimiento diferente de forma significativa en las pruebas dinámicas, compatibles con la homeostasis de la glucosa sin problemas. Sin embargo, al controlar los valores iniciales de HOMA IR e IMC, los puntos de tiempo 45’y 60’ permanecen diferentes de manera significativa en el comportamiento alérgico en comparación con los no alérgicos, lo que sugiere otros factores concomitantes que explican estas respuestas profundamente diferentes. Cabe destacar que los estudios in vitro sugieren una posible función disruptiva del Ni en la función hipofisaria mediante la inhibición de la captación o redistribución de calcio y la consiguiente reducción de la secreción de prolactina y HC. Sin embargo, faltan pruebas in vivo y, por lo tanto, no se puede inferir que éste puede ser un mecanismo adicional mediante el cual el eje HC-IGF-1 se afecte en pacientes MObe alérgicos.
En conclusión, el estudio realizado por los autores sugiere una mayor presencia de alergia al Ni en pacientes obesos italianos y un posible vínculo entre la obesidad, la desregulación hormonal y la alergia/exposición al Ni. Los efectos tóxicos e inmunitarios del Ni pueden desempeñar un papel sinérgico en la génesis de la obesidad y el deterioro hormonal, pero aún deben responderse varias preguntas para comprender el panorama completo y los mecanismos mediante los cuales el Ni puede ejercer tales efectos metabólicos en sujetos humanos.


Logo of plosonePLoS OneView this ArticleSubmit to PLoSGet E-mail AlertsContact UsPublic Library of Science (PLoS)
Watanabe M, Masieri S, Costantini D, et al. Overweight and obese patients with nickel allergy have a worse metabolic profile compared to weight matched non-allergic individuals. PLoS One. 2018;13(8):e0202683. Published 2018 Aug 28. doi:10.1371/journal.pone.0202683


Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL, Monterrey, México

Dra. Med. Sandra Nora González Díaz                     Jefe y Profesor
Dra. Rosalaura Virginia Villarreal González             Profesor
Dra. Gehnssy Karolina Rocha Silva                          Residente 1er Año
Dra. Alejandra Macías Weinmann                            Profesor

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