Una prueba de cepillado nasal, y un análisis de datos de seguimiento básico, permite detectar un biomarcador genético del asma, según han demostrado investigadores del Hospital Mount Sinai de Nueva York (Estados Unidos).
En concreto, esta prueba de diagnóstico es "económica" y puede identificar con precisión el asma leve o moderada y diferenciarla de otras afecciones respiratorias como, por ejemplo, la rinitis alérgica, el tabaquismo, la infección de las vías respiratorias superiores y la fibrosis quística.