La dermatitis atópica es un trastorno cutáneo inflamatorio complejo en el que las interacciones entre la predisposición genética, la alteración de la barrera de la piel, una respuesta inmune inadecuada, y una colonización microbiana alterada de la piel contribuyen a generar unas características (fenotipos) clínicos muy heterogéneos.
Esta enfermedad ha aumentado su prevalencia en los últimos años, y en Canarias tiene una mayor porcentaje de casos graves tanto en adultos como en niños con respecto a otras zonas de España. Se consideraba que esto podía estar condicionado por la climatología subtropical de Canarias, pero la elevada asociación con alergia a ácaros en estos pacientes hace pensar que podían estar relacionados.