sábado, 4 de agosto de 2018

Enfoque clínico de los pacientes con dermatitis atópica refractaria


Introducción
La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad crónica inflamatoria de la piel común, que afecta de 20 a 30 por ciento de los niños, y 7 a 10 por ciento de los adultos. La mayoría de los pacientes tienen comorbilidades, como alergia alimentaria, asma, y rinitis alérgica, cerca de 50% de los niños con dermatitis atópica continúan con síntomas en la edad adulta.
La dermatitis atópica de inicio tardío se identifica como un fenotipo diferente de dermatitis atópica, y estos pacientes están en riesgo de complicaciones sistémicas, como artritis reumatoide y enfermedad intestinal inflamatoria. La dermatitis atópica tiene efectos negativos en la calidad de vida y el sueño debido al prurito intenso. Estos pacientes están en riesgo para alteraciones mentales y estrés. La siguiente revisión examina un enfoque sistemático de los pacientes con dermatitis atópica refractaria.
Viñeta clínica
Un niño de 9 meses de edad acudió al Instituto Nacional Judío de Salud, con historia de dermatitis grave refractaria e infecciones de cutáneas recurrentes. Su erupción pruriginosa, eccematosa empezó en el pecho a los 2 meses de edad y se diseminó a todo su cuerpo, de manera más notable en su cara a los 4 meses de edad. El prurito condicionó que de forma constante tuviera que ser refrenado, lo que le condicionó retraso en el desarrollo psicomotor. Los tratamientos previos incluyen múltiples emolientes, corticoesteroides tópicos, y 2 cursos de corticoesteroides orales. Antibióticos orales se administraron en varias ocasiones por infecciones cutáneas por Staphylococcus aureus sensible a meticilina (MSSA). Antes de su evaluación en el Instituto Nacional Judío de Salud, el paciente se hospitalizó por celulitis facial por MSSA, que requirió metilprednisolona y clindamicina intravenosa. Estudios previos de IgE específica revelaron sensibilización para huevo, cacahuetes, soya, y nuez. La eliminación de todos estos alimentos de la dieta de su madre mientras se alimentó con seno materno no mejoró su DA.
En el examen físico, el paciente presentó lesiones excoriadas, eccematosas que involucraban su cara, pecho, espalda, brazos y piernas (SCORAD [Puntuación de Dermatitis Atópica] 57). El paciente estaba muy incómodo, con movimientos viperinos para rascar su espalda, y rascaba su cara de forma incontrolable. El resto de los hallazgos de su examen no fueron notables.
Se enviaron hisopos de las lesiones eccematosas para cultivo de bacterias, hongos y herpes. El paciente inició un cuidado de la piel, supervisado por enfermera con baños de inmersión de 10 minutos 2 veces al día, seguidos de corticoesteroides tópicos (CET) de mediana potencia en las lesiones eccematosas de tronco y extremidades 2 veces al día, un corticoesteroide tópico de potencia baja en su eccema facial y crema humectante en las áreas no afectadas. Se aplicaron vendas húmedas en todo el cuerpo los primeros 3 días, con vendas húmedas en la cara durante los primeros 5 días de hospitalización, los cultivos fueron positivos para MSSA en la piel, y el paciente completó un curso de 10 días de cefalexina oral.
Aunque su pecho mejoró de forma rápida durante la primera semana (Fig. 1A y B), algunos parches en sus brazos (Fig. 1C y D) y la mayoría de su rostro se mantuvieron recalcitrantes al tratamiento con corticoesteroides. El ungüento de tacrolimus al 0.03% se inició dos veces al día en las áreas resistentes a los corticoesteroides. Debido a su historia de infecciones cutáneas, se midieron las inmunoglobulinas, y se encontró con IgG indetectable, que se confirmó con examen adicional. El resto de sus hallazgos de estudio aparte de un nivel elevado de IgE fueron normales. Aunque el paciente mejoró después de iniciar el tratamiento de tacrolimus, su dermatitis atópica fue persistente, así que se administró inmunoglobulina IV (IGIV) a dosis de 600 mg/kg, debido a la deficiencia de IgG atribuida a una hipogammaglobulinemia transitoria de la infancia (HTI). El uso de IGIV en dermatitis atópica e hipogammaglobulinemia transitoria de la infancia es controversial, pero se demostró algo de beneficio en el paciente. Se instituyeron métodos conductuales para ayudar a controlar el prurito mientras se destetaba de las restricciones por un psicólogo pediátrico, y los padres recibieron educación práctica del personal de enfermería a diario antes del alta. Después del alta, se dio IGIV en una sola ocasión más a dosis de 600 mg/kg. Un nivel de seguimiento de de IgG después de 6 meses de no recibir IGIV fue 287 mg/dl y el paciente encontró mejoría con corticoesteroides de mediana potencia para exacerbaciones agudas, que involucraron su tronco y extremidades. Los inhibidores tópicos de la calcineurina se usaron en su cara. La dermatitis atópica y el prurito disminuyeron.
Diagnóstico diferencial de dermatitis atópica
Inmunodeficiencia como enmascarador de dermatitis atópica
Hay varios puntos a considerar en un paciente con DA refractaria a tratamiento. Muchas erupciones cutáneas pueden parecerse a la dermatitis atópica y no responder al tratamiento para la dermatitis atópica. Por lo tanto, es importante evaluar los diagnósticos diferenciales (Tabla 1) antes de la introducción de terapia antiinflamatoria más potente para el tratamiento de la DA.
Las inmunodeficiencias primarias pueden enmascararse como DA refractaria (Tabla 1). El niño en la viñeta tenía el diagnóstico de HTI, que se asocia con DA grave. La HTI se caracteriza por niveles de IgG inferiores a 2 DS para la edad, y células B normales. Estudios previos establecieron que los niños con DA grave e HTI responden al tratamiento con IGIV. Un estudio de 13 niños con HTI y DA grave usó 600 mg/kg por un mes y encontró un beneficio claro; sin embargo, no hubo un grupo control. Una serie de casos separados de 6 pacientes con DA grave y HTI también encontró beneficio significativo con IGIV a 400 mg/kg mes, pero de nuevo sin grupo control para comparación y varió la duración de la IGIV. Dada la falta de estudios bien controlados del tratamiento con IGIV en la DA, el riesgo-beneficio de cada caso debe valorarse de manera individual.
Debido a su asociación con niveles altos de IgE sérica y eosinófilos, deben considerarse las diferentes formas del síndrome de hiper IgE (SHIE). Los pacientes con DA grave, infecciones sinopulmonares recurrentes, y abscesos pueden tener un SHIE autosómico dominante (también llamado síndrome de Job), SHIE autosómico recesivo, o de manera más rara, mutaciones de la fosfoglucomutasa 3. Las características del síndrome de Job incluyen dientes primarios retenidos, fracturas en ausencia de traumatismo, rasgos faciales toscos, y escoliosis. El síndrome de Job también se presenta con abscesos fríos recurrentes, anormalidades esqueléticas, candidiasis mucocutánea crónica, e infecciones profundas por Staphylococcus aureus y neumatoceles pulmonares. Los pacientes con el gen DOCK8 a menudo presentan DA exagerada e infecciones virales cutáneas recurrentes. El SHIE autosómico dominante es el resultado de mutaciones dominantes negativas de STAT3.
Las 2 formas más comunes de SHIE autosómico recesivo son pacientes con mutaciones en DOCK8 y defectos en la transmisión de señales de la proteína tirosina cinasa 2. Al igual que el SHIE autosómico dominante, el SHIE autosómico recesivo puede presentar infecciones por estafilococos y hongos, niveles elevados de IgE sérica, dermatitis atópica y eosinofilia. Sin embargo, el SHIE autosómico dominante a menudo no tiene síntomas alérgicos, aunque la IgE sérica se encuentra elevada, mientras que el SHIE autosómico recesivo se puede presentar con alergias graves, como anafilaxia inducida por alimentos y alergias ambientales. Los pacientes con SHIE autosómico recesivo son propensos a infecciones virales cutáneas graves, como el eccema herpeticum, molusco contagioso, y verrugas vulgares. Los pacientes con mutaciones de fosfoglucomutasa 3 tiene menos eosinofilia en comparación con aquellos con mutación DOCK8 y el síndrome de Job y pueden tener vasculitis leucocitoclástica, deterioro neurocognitivo y mioclonías.
El síndrome de Omenn es una variante inflamatoria rara de inmunodeficiencia combinada grave que se presenta con DA grave, eritrodermia, alopecia descamativa, diarrea grave, linfedema y hepatomegalia. La mayoría de los pacientes con síndrome de Omenn se identificarán en el momento del nacimiento con un examen genético neonatal. Los infantes con desregulación inmune, poliendocrinopatías, enteropatía, y síndrome ligado al X, tienen una mutación del gen FOXP3 que presenta dermatitis atópica grave, eritrodermia, alergia a alimentos, y diarrea. El síndrome ligado al X se asocia de forma predominante con manifestaciones autoinmunes, de manera más común diabetes mellitus tipo 1. Otras enfermedades para considerar son el síndrome de Wiskott-Aldrich, síndrome de Netherton (SN), y acrodermatitis enterohepática. La triada del síndrome de Wiskott-Aldrich es diarrea, trombocitopenia y erupción grave similar a DA. El síndrome de Wiskott-Aldrich es un trastorno ligado al X (mutación en el gen del síndrome de Wiskott-Aldrich [Xp11.4-p11.21]). La erupción del Síndrome de Wiskott-Aldrich es indistinguible de la DA grave, pero la predisposición al sangrado es una característica distintiva clave.
La triada del SN es la diátesis atópica, las deformidades del eje del cabello, e ictiosis. El SN se asocia con una mutación en el gen SPINK5, que codifica al inhibidor de la serina proteasa tipo 5, también conocido como inhibidor linfoepitelial relacionado con el tipo Kazal. En la epidermis, el inhibidor linfoepitelial relacionado con el tipo Kazal se involucra en la regulación de la descamación mediante su capacidad para inhibir de forma selectiva las calicreínas inhibidoras de la serina proteasa 5, 7 y 14. Los infantes con SN desarrollan eritrodermia ictiosiforme generalizada temprano en la vida, y es patognomónica la anormalidad clásica del eje piloso del cabello que se rompe con facilidad, tricorrexis invaginata, o el cabello de bambú. Por último, la acrodermatitis enterohepática, causada por la deficiencia de zinc atribuible a una mutación en el transporte intestinal del zinc, puede presentarse con manifestaciones cutáneas similares a la DA, pero sin eosinofilia, o atopia significativas. La erupción se desarrolla sobre áreas anogenitales y periorificiales, así como en piel cabelluda, los extensores y los dedos. Aunque no se considera una inmunodeficiencia importante, la acrodermatitis enterohepática a menudo puede presentarse con infecciones cutáneas secundarias a Candida albicans, de manera más común en la cara y los dedos.
Otras consideraciones en el diagnóstico diferencial
Muchos otros trastornos de la piel pueden imitar la apariencia de la DA. La dermatitis por contacto se caracteriza por la presencia de placas eritematosas bien demarcadas con vesículas suprayacentes y una historia de contacto previo con un alérgeno. La inflamación se puede extender más allá del área de exposición, y una historia de contacto con alérgenos no siempre se proporcionará. Tanto escabiasis como molusco contagioso (MC) deberían considerarse en la DA refractaria dado su potencial para imitar a la DA. La escabiasis se presenta como pápulas eritematosas escoriadas, a menudo en palmas, platas, y área del pañal en los niños, y en las muñecas, los espacios interdigitales, las axilas, y en la cintura de los adultos. El diagnóstico definitivo de la escabiasis se puede hacer con visualización microscópica de las madrigueras para encontrar ácaros, huevos o excremento, y el tratamiento por lo general consiste en permetrina tópica. El molusco contagioso es más fácil de identificar dada las clásicas pápulas traslúcidas de color carne con un centro umbilicado. Los pacientes con MC pueden presentar erupciones pruriginosas eccematosas alrededor de las pápulas y es posible la autoinoculación atribuible al rascado. Sin embargo, el tratamiento del MC no siempre se recomienda dada su naturaleza autolimitada y las modalidades de tratamiento cáustico.
Los pacientes con mutaciones de FLG también presentan DA grave, FLG se expresa principalmente por queratinocitos en el estrato granuloso y se involucra en la organización de filamentos de queratina en el estrato córneo y el mantenimiento del factor de humectación natural y el PH. Las consecuencias de las mutaciones de FLG es incremento de la pérdida de agua, incremento de la penetración del alérgeno y disbiosis de la microbiota. Aunque la mayoría de los pacientes con DA grave no tienen mutaciones de FLG, a menudo tienen deficiencia de filagrina atribuible a la inflamación suprayacente de la piel. Estudios encontraron que las interleucinas (IL)-4, IL-13, IL-22, IL-31, e IL-33 disminuyen la expresión de la filagrina. De hecho, estudios encontraron que las terapias antiinflamatorias incrementan la expresión de filagrina en pacientes con DA.
Fundamentos del cuidado y reparación de la barrera cutánea
Después de que se confirma el diagnóstico de DA, debe iniciarse el cuidado tópico adecuado de la piel. Casi 20% de los pacientes con DA moderada a grave que no responden a CET responderán a CET mientras el paciente se encuentra bajo supervisión médica, lo que sugiere un problema de adherencia. La primera línea del tratamiento de DA incluye emolientes, baños y CET. Además, la educación es primordial debido a que a una pobre técnica puede llevar a exacerbaciones continuas. Observar a los pacientes cuando se apliquen productos para la piel es indispensable en los pacientes refractarios, porque podría brindar una explicación sobre terapia fallida. La observación puede identificar de forma rápida a los pacientes que se resisten al baño o aquellos que no entienden la importancia de los tratamientos tópicos. Por ejemplo, algunos pacientes aplican los emolientes de forma directa encima de los antiinflamatorios tópicos, al pensar que aumentará la penetración del medicamento; sin embargo, se diluye la potencia de los medicamentos tópicos. Incluso con el diagnóstico correcto y un tratamiento adecuado, infecciones, irritantes, rascado y estrés pueden causar exacerbaciones continuas.
La terapia con emolientes reduce la cantidad de CET necesaria para alcanzar el control y se demostró que reduce el prurito. Estudios aleatorizados demostraron que los emolientes pueden preservar la diversidad de la microflora. Los emolientes también pueden prevenir DA en neonatos. Incluso el ingrediente emoliente petrolatum solo tiene propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas, Por lo tanto, la terapia adecuada de barrera se mantiene como la piedra angular en el tratamiento de la dermatitis atópica.
Aunque el emoliente debe de ser libre de fragancia y conservadores, y de preferencia un ungüento para atrapar la humedad, no hay evidencia clara para apoyar una marca sobre otra. En la DA grave, se debe considerar empapar la piel en agua templada por al menos 15 minutos y de forma inmediata aplicar emolientes después de secar con palmadas leves para sellar la humedad (es decir, empapar y sellar). El baño se debe realizar al menos una vez al día, y el consenso es que bañarse más es mejor cuando se aplican los emolientes de forma inmediata posterior al baño, para evitar el secado excesivo.
Los CET son altamente efectivos tanto en las exacerbaciones como en el mantenimiento si se usan de manera correcta. En más de 100 ensayos clínicos se demostró que los CET son efectivos en la disminución de la inflamación en la DA. Las guías sugieren la aplicación dos veces al día con CET de potencia media y alta por varias semanas para las exacerbaciones agudas y aplicaciones dos veces a la semana para el mantenimiento proactivo, en particular durante las estaciones asociadas a recaídas constantes, como el invierno. Los CET de potencia alta deben evitarse en áreas sensibles como la cara, el cuello, las axilas y los genitales, debido a una absorción alta en estos sitios. La fobia a los esteroides es un problema común, y el subtratamiento puede hacer que incluso una DA moderada parezca recalcitrante a la terapia.
Los inhibidores tópicos de la calcineurina (ITC) son una clase distinta de terapia ahorradora de esteroides para pacientes con DA mayores de 2 años. Los ITC ofrecen la ventaja de ser seguros en áreas muy sensibles de la piel y se consideran en general la segunda línea de tratamiento antiinflamatorio para la DA. La aplicación de los ITC, tanto tacrolimus como pimecrolimus, es dos veces al día en exacerbaciones con una reducción para días alternos para la terapia proactiva. Una distinción clave entre los CET y los ITC es que estos no deben usarse en conjunto con la terapia de vendas húmedas. Algunos casos de DA grave pueden responder mejor a los ITC que a los CET como se evidenció en estudio multicéntrico sobre pacientes con resistencia a los esteroides tópicos. Esto es cierto de manera particular en dermatitis facial o de los párpados donde la potencia de los CET se limita a uno de potencia baja. Por lo tanto, una prueba breve de ITC en el contexto de una respuesta deficiente a los CET puede justificarse en la DA refractaria. También se debe tener cuidado para describir las reacciones frecuentes localizadas al sitio, que incluyen ardor, escozor y prurito, durante los primeros días de la terapia con ITC para evitar la interrupción prematura. De acuerdo con un grupo de trabajo conjunto del Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología y la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología, los datos actuales no respaldan el uso de una advertencia de recuadro negro para los CET, y el uso fuera de indicación en niños menores de 2 años se puede considerar en la DA refractaria.
El crisaborale, aprobado de manera reciente por la FDA, es un inhibidor tópico de la fosfodiesterasa (PDE)4, que tiene un perfil favorable de seguridad y eficacia en la DA. Los inhibidores de la PDE4 incrementan el AMP cíclico en la célula, lo que reduce varios mediadores de inflamación, como el factor de necrosis tumoral α, interferón (IFN) γ, IL-12, IL-17 e IL-23. Los inhibidores de la PDE4 también limitan el prurito, lo que los hace una opción terapéutica en pacientes con DA leve a moderada que tienen infecciones secundarias y alteraciones en el sueño debido al rascado crónico.
El enfoque multidisciplinario para el tratamiento de la dermatitis atópica grave
Cuando se aborda a un paciente con EA refractaria, es importante asegurarse que el fracaso del tratamiento no es atribuible a factores de comportamiento, tales como una mala adherencia, una técnica inadecuada, trastornos del sueño, depresión y otros factores (Tabla 2). El estrés psicológico puede provocar prurito por sí solo, lo que da lugar a un círculo vicioso de exacerbaciones de la DA. La pérdida de sueño puede afectar de forma negativa a la cognición, la regulación del humor, el comportamiento, la atención y la dinámica familiar. Por lo tanto, las intervenciones conductuales para el estrés, hábitos de rascado, y trastornos del sueño puede mejorar de manera significativa la calidad de vida y disminuir las exacerbaciones. Las intervenciones conductuales que pueden afectar de forma considerable el ciclo de comezón-rascado y el curso de la DA incluyen el entrenamiento de inversión de hábitos; ejercicios de relajación, como retroalimentación; y la terapia conductual cognitiva, tales como técnicas de aversión y el condicionamiento operante. La higiene del sueño debe optimizarse tanto como sea posible, lo que puede ayudarse por el uso de vendas húmedas o antihistamínicos sedantes en la noche para prevenir el rascado.
Muchas de estas intervenciones se aplican mejor en un entorno multidisciplinario para ayudar a controlar los diferentes factores que desencadenan la DA. Es difícil identificar los desencadenantes, como la alergia a los alimentos y el estrés, a menos que el paciente esté limpio y se reintroduzca el desencadenante debido a su dificultad para interpretar por qué un paciente va de mal en peor, mientras que cuando un paciente se limpia de la enfermedad cutánea, están libres de manera inherente de otros factores agravantes, por lo que la introducción de un alimento culpable o irritante es mucho más fácil de interpretar en este entorno controlado. Un enfoque multidisciplinario en un ambiente hospitalario puede proporcionar servicios de educación familiar y servicios especiales, tales como especialistas en el comportamiento de salud, nutriólogos, enfermeras especializadas, dermatólogos, alergólogos. Dadas las limitaciones de tiempo de la práctica de la alergología moderna, las intervenciones educativas dirigidas por enfermeras, en especial las demostraciones prácticas para tratamientos difíciles, tales como envolturas húmedas, pueden aumentar la adherencia al tratamiento y el éxito. Los terapistas del comportamiento, como los psicólogos, pueden ayudar a las familias a identificar alteraciones emocionales que desencadenarían el prurito, optimizar las rutinas de sueño, e identificar barreras psicosociales a la terapia. Un nutriólogo puede proporcionar una dieta que promueva el crecimiento, y asegurarse de administrar una nutrición adecuada, lo cual es muy importante en pacientes con alergia alimentaria con dietas de eliminación.
Factores exacerbantes
Los irritantes, los alérgenos y el rascado habitual pueden exacerbar de forma continua la terapia de DA, y evitar el éxito de terapias por lo demás adecuadas para la DA. Aunque gran parte de la atención de los factores exacerbantes a menudo se pone sobre alimentos y alérgenos ambientales, los irritantes, tales como el calor, la contaminación, el sudor, y las telas ásperas (por ejemplo, lana y acrílico), o aditivos y fragancias, pueden desempeñar un papel en la DA refractaria. A menudo pasado por alto, el rascado provoca daño a la barrera epitelial e incrementa la inflamación y las respuesta inmunes tipo 2.
Los alérgenos ambientales y alimentarios pueden desempeñar un papel en la DA refractaria, pero se debe ser cauteloso al interpretar las pruebas de alergia y recomendar dietas de eliminación. Los pacientes con DA grave, en especial los niños, a menudo tienen más sensibilización a alimentos. Sin embargo, la sensibilización a alimentos no implica alergia sin el contexto clínico correcto. Aunque los resultados negativos de la prueba cutánea con controles adecuados tienen un valor predictivo negativo alto, los resultados positivos de las pruebas en sangre tienen un especificidad baja y una correlación baja con los síntomas de DA. La IgE sérica para alérgenos alimentarios podría ser útil para determinar la probabilidad de reacción a los alérgenos mayores alimentarios, pero no determina el tipo o la gravedad de la reacción. El punto de decisión predictiva de 95% para pasar un reto oral alimentario sólo se estableció bien para la leche, el huevo y el cacahuate, por lo tanto, los paneles extensos de alergia a alimentos casi nunca están garantizados y a menudo conducen a dietas de eliminación poco saludables o incluso peligrosas. En un estudio de niños con DA y alergias alimentarias, 89% pasó retos orales de alimentos a sus sensibilizaciones alimentarias positivas. Otro estudio doble ciego de retos alimentarios con placebo controlado en niños de 2001 a 2011 encontró que pacientes con DA a menudo tienen sensibilización asintomática a alimentos. Es necesaria la correlación clínica con reacciones previas, y de manera más importante, con retos orales supervisados para conformar resultados positivos ya que muchas sensibilizaciones alimentos no son relevantes de forma clínica.
La sensibilización a aeroalérgenos es también más común de pacientes con DA, pero la asociación con síntomas clínicos no está bien establecida. Las guías enfatizan en controlar el polvo casero y minimizar la exposición a caspa de animares y pólenes cuando los pacientes muestran sensibilización positiva. La inmunoterapia por lo general no se recomienda para la DA refractaria de acuerdo con la evidencia disponible, con sólo eficacia moderada en ensayos clínicos aleatorizados principalmente cuando se usa para sensibilización al ácaro del polvo casero.
Tratamiento de las infecciones cutáneas
Infección y colonización por S aureus
Las terapias convencionales pueden fallar en la DA grave debido a infecciones no controladas o la colonización con una variedad de diversos microorganismos. Tanto la piel lesionada, como la no lesionada de pacientes con DA grave tienen niveles mayores de S aureus en comparación con pacientes sanos, y este aumento de densidad se asocia de manera significativa con DA grave. El medio inflamatorio crónico mediado por el tipo 2, un pH más alto, la supresión de péptidos antimicrobianos y una expresión excesiva de los sitios de unión de S aureus hacen que los pacientes con DA sean más propensos a la colonización e infección por S aureus. La IL4 y la IL13 incrementan la susceptibilidad de los queratinocitos a los efectos citotóxicos de la toxina alfa liberada por S aureus en comparación con las respuestas inmunes mediadas por el FNT alfa y TH1 que proporcionan protección. El S aureus libera un número de enterotoxinas que pueden empeorar la DA, como las enterotoxinas A, B, C y D y la toxina 1 del síndrome de choque tóxico. La enterotoxina estafilocócica B incrementa la IL-31, la cual induce prurito. En conjunto, la susceptibilidad aumentada al S aureus en pacientes con DA justifica un umbral bajo para obtener cultivos y sensibilidades de antibióticos en pacientes con DA grave refractaria.
Hay muchos factores importantes a considerar en el papel del S aureus en la DA grave. La colonización por S aureus se observa en 90% de los casos con DA grave con lesiones cutáneas activas y correlaciona con el nivel requerido de tratamiento. La respuesta inmune tipo 2, como niveles de IgE sérica y eosinófilos, también se incrementa en pacientes con colonización por S aureus.
La descolonización de S aureus por lo general se realiza con baños de cloro y/o mupirocina tópica en las narinas. Varios ensayos clínicos demostraron la eficacia de los baños de cloro en la DA, dado a su habilidad de reducir la colonización por S aureus y los efectos antiinflamatorios. Por lo tanto, en pacientes con S aureus resistente a meticilina (MRSA) o infecciones repetidas de MSSA, los baños de cloro deben considerarse, con un cuarto a media taza de cloro por bañera completa de agua, mientras que la mupirocina debe aplicarse en las narinas 2 veces al día por 10 días, aunque estudios mencionan que 5 días es suficiente. Enjuagarse después de los baños de cloro puede ayudar a prevenir la irritación, pero por lo general son bien tolerados y no conducen a efectos nocivos sobre la barrera cutánea cuando se usan en plazos cortos.
La terapia sistémica, en particular cuando se usa de manera empírica, es controversial. La revisión Cochrane más reciente examinó 26 estudios, la mayoría de pobre calidad, y encontró resultados mixtos, que los llevó a concluir que el tratamiento antibiótico reduce la carga de S aureus, pero no mejora los resultados. Las guías también sugieren que los antibióticos sistémicos no se recomiendan sin la evidencia de infección bacteriana. Los antibióticos repetidos aumentan el riesgo de MRSA. Sin embargo, para los pacientes con DA refractaria sin antibióticos repetidos o infección MRSA, quizá sea práctico tratar mientras se espera el resultado de los cultivos basados sólo en su gravedad (Fig. 3). El crecimiento moderado- grave de S aureus se asocia de manera cercana con la gravedad de la enfermedad y se correlaciona con la intensidad y liquenificación de la lesión. En la mayoría de los casos, la reducción de la inflamación cutánea mediante el uso del baño, en combinación con emolientes y antiinflamatorios tópicos, reducirá de manera significativa la colonización por S aureus. En resumen, la decisión de iniciar terapia antibiótica empírica debería basarse en la evidencia clínica de infección y los resultados positivos de cultivos con la elección de antibióticos guiada por patrones locales de resistencia.
Infecciones virales
Las infecciones cutáneas virales son menos comunes que las infecciones bacterianas en los pacientes con DA, pero algunas infecciones virales si no se tratan pueden provocar una enfermedad sistémica que ponga en peligro la vida. En pacientes con DA, los nivel de las células dendríticas antivirales están disminuidos, y la IL-4 y la IL-13 suprimen los péptidos antimicrobianos, los cuales tienen un actividad antiviral potente. Los pacientes con DA y EH también tienen expresión reducida de IFN-α, IFN-β e IFN-γ y sus receptores. Las infecciones por S aureus sobreinfectadas con lesiones virales son comunes, y se requiere alta sospecha en pacientes que no responden a antibióticos. A diferencia del EH, el eccema coxsacium se estudió menos y no pone en riesgo la vida; sin embargo, la pronta confirmación de EC con una reacción lesional de polimerasa en cadena es imperativa ya que se puede confundir con EH. El EH puede conllevar a complicaciones graves, como queratoconjuntivitis y meningitis, así que se puede garantizar el tratamiento empírico, mientras se espera el resultado del cultivo o la reacción de polimerasa en cadena, con la sospecha clínica. Aunque se puede usar el aciclovir oral en el EH leve, debe haber un umbral bajo para la hospitalización y el aciclovir IV en el EH moderado a grave.
El eccema vaccinatum (EV) es posterior de forma histórica a la vacunación contra la varicela en pacientes susceptibles con DA o contactos cercanos que se vacunaron de manera reciente con la vacuna contra la varicela. Sin embargo, en regiones donde esta vacuna aún se administra, debería contraindicarse en pacientes con DA a menos que tuvieron exposición a la varicela y donde los beneficios de la vacunación son mayores que el riesgo de EV. Para el tratamiento de EV, se documentó de forma reciente la aplicación de una combinación de inmunoglobulina vaccinia con cidofovir y los medicamentos experimentales ST-246 y CDM001.
Las infecciones fúngicas con especies de Malassezia y Candida también se deben considerar en algunos casos refractarios. Aunque aún no es clara la conexión directa entre la levadura lipofílica comensal Malassezia y el incremento de la inflamación, la sensibilización IgE incrementada quizá sea un factor clave. Una preparación de hidróxido de potasio para levaduras, cultivo cutáneo para hongos, y una IgE sérica para Malassezia deberían de considerarse en la DA refractaria. En la mayor parte, las especies de Malassezia son susceptibles a los antifúngicos azoles, como el ketoconazol, tanto en la forma tópica como la sistémica, aunque hay más evidencia de eficacia en la última. Las especies de Candida también se involucran en pacientes con DA. En la mayoría de los estudios de Candida en pacientes con DA no se ve una diferencia apreciable en la colonización comparado con controles sanos. Sin embargo, se postuló que la respuesta inmunitaria alterada en la DA quizá lleve a inflamación de incluso niveles normales de especies de Candida.
Abordajes alternativos
Terapia de vendaje húmedo
Cuando la DA grave no puede controlarse con terapia tópica y evitar factores desencadenantes de riesgo, se debe considerar el uso de la terapia de vendaje húmedo (WWTT), antes que iniciar la terapia sistémica. La WWT puede también proporcionar una barrera física para el rascado, lo cual es útil de manera particular en niños para evitar el ciclo de purito-rascado en las noches (Fig. 4). La WWTT se realiza mejor al cubrir una capa de CET con una primera capa de ropa mojada o vendajes seguida de una segunda capa seca (Fig. 5). Se debe tener cuidado de no realizar la WWTT con demasiada frecuencia ya que los pacientes pueden desarrollar efectos adversos localizados, como foliculitis y maceración de la piel. Las principales barreras para la WWTT son el tiempo que se tarda en enseñar de manera adecuada a la familia y la adherencia baja debido al tiempo de aplicación y la incomodidad inicial.
El papel de la ropa especial
Aunque la WWT puede ser muy eficaz en pacientes con DA grave debido a una mayor absorción de cremas hidratantes y corticosteroides tópicos, también funciona como una barrera efectiva contra los irritantes y los arañazos, en especial durante la noche. Sin embargo, la aplicación de capas húmedas de ropa y el compromiso de tiempo para aplicar la WWT pueden ser desagradables para algunos pacientes. El desarrollo de ropa especial con efectos beneficiosos para la barrera de la piel es un área activa de investigación. Dicha ropa incluye telas hechas de seda (DermaSilk, Silk Skinnies), que pueden servir como una barrera efectiva contra los irritantes y tiene beneficios adicionales: transpirabilidad, una naturaleza suave no irritante y la capacidad de ser tratada con diversos compuestos antimicrobianos y resistentes al agua. Además, los estudios establecieron la eficacia de la ropa de seda en la DA, por lo que es una posible consideración como terapia alternativa o complementaria.
Terapias sistémicas
La fototerapia debe considerarse cuando sea factible antes del inicio del tratamiento con medicamentos sistémicos, aunque esta recomendación puede cambiar con la aprobación reciente de la FDA de dupilumab para la DA de moderada a grave. Numerosos estudios establecieron la eficacia de la fototerapia con banda estrecha UV-B para la DA crónica, UV-A para las erupciones agudas y psoraleno más UV-A en las enfermedades diseminadas. La modalidad elegida de luz debe guiarse por el costo, la disponibilidad, el tipo de piel y el historial de cáncer, y se requiere supervisión médica constante en todos los casos. Se debe tener cuidado para ajustar la dosificación de acuerdo con la dosis mínima de eritema y/o el tipo de piel Fitzpatrick. Los efectos adversos comunes incluyen daño actínico, ardor y picazón. Aunque son raros, se reportaron sobre el melanoma y el cáncer de piel no melanoma, en particular con el uso de PUVA. Aunque es útil en muchos casos, la disponibilidad y el costo de la fototerapia a menudo la hacen inviable, lo que lleva a los médicos a considerar fármacos sistémicos más fácilmente disponibles. De manera desafortunada, los corticosteroides sistémicos a menudo se recetan porque mejoran de forma rápida los síntomas clínicos y son alcanzables de manera fácil. Las pautas de consenso y los estudios de eficacia enfatizan el uso sistémico de corticosteroides sólo en el contexto de la transición a otro tratamiento de ahorro de esteroides debido a las exacerbaciones graves de rebote después del uso.
Un estudio doble ciego multicéntrico en adultos que comparó ciclosporina oral, prednisona y placebo terminó de manera prematura debido a las exacerbaciones de rebote con prednisona y sólo 1 de 27 pacientes que tomaban prednisona tuvo remisión duradera. Por otra parte, la ciclosporina oral reveló remisión durable y fue más eficaz de forma significativa que la prednisona y el placebo, por lo que es un mejor candidato como medicamento sistémico de segunda línea.
Aunque la eficacia se demostró en muchos estudios en adultos, la dosis y la duración de la tratamiento varían de forma amplia. Algunas guías sugieren un curso corto de aproximadamente 6 meses con 5mg/kg diario para DA refractaria grave. Un metaanálisis reciente que comparó 34 ensayos clínicos aleatorizados de 12 tratamientos sistémicos diferentes concluyó que sólo podría recomendarse altamente ciclos cortos de ciclosporina. Los datos de una cohorte pequeña también sugieren que ciclos largos de ciclosporina quizá lleven a más recaídas, pero se necesitan más estudios para apoyar estos hallazgos. La evidencia en edad pediátrica es mucho menos robusta, con sólo cohortes pequeñas retrospectivas que sugieren eficacia de la ciclosporina y una sugerencia de que usar una duración más larga de dosis más pequeñas quizá disminuya las recaídas y los eventos adversos en los niños. Un estudio aleatorizado reciente de adultos jóvenes también encontró que la terapia tópica concomitante incrementó el tratamiento exitoso, lo que enfatiza la importancia de continuar la terapia tópica de primera línea incluso en el escenario de medicamentos sistémicos.
El metotrexato, la azatioprina y el micofenolato de mofetil también se usan como segunda y tercera línea de terapia en la DA refractaria, pero no están tan bien establecidos como la ciclosporina. El mecanismo general de estos medicamentos es inhibir la síntesis de DNA de las células que se dividen de forma rápida por varias acciones: el metrotexato bloquea la reductasa dihidrofolato, la azatioprina bloquea la síntesis de purinas, y el micofenolato de mofetil inhibe la deshidrogenasa monofosfato. Aunque un estudio aleatorizado particular encontró resultados similares entre la ciclosporina y el metrotexato, el tamaño pequeño de la muestra y la dosis más pequeña de metrotexato que la que se usa de manera común hacen a este estudio menos convincente. Además, un metaanálisis que comparó 34 ensayos clínicos aleatorizados encontró al metrotexato y la azatioprina como una distante segunda y tercera opción terapéutica, de manera respectiva, a la ciclosporina. Ensayos retrospectivos pequeños para el metrotexato mostraron beneficios modestos en adultos, con dosis efectivas entre 7.5 a 25 mg, pero con diferentes rutas, duración, y abandono ocasional atribuible a síntomas gastrointestinales o transaminitis. La evidencia en niños es aún más limitada, con sólo reportes de casos que muestran el éxito del metrotexato en la DA refractaria grave. La azatioprina también tiene un beneficio modesto en la DA comparada con metrotexato. Antes de iniciar el tratamiento con azatioprina, se debe determinar la actividad de la enzima metiltransferasa tiopurina para identificar metabolizadores lentos y ajustar la dosis para prevenir toxicidad mientras que se mantiene la eficacia. A pesar del ajuste basado en la actividad de la metiltransferasa tiopurina, la dosis y la duración usadas varían de forma amplia con el incremento de efectos adversos comparado con el metrotexato, como molestias gastrointestinales, elevación de enzimas hepáticas, leucopenia, y reacciones de hipersensibilidad. Los estudios de micofenolato de mofetil en adultos fueron pequeños y retrospectivos, y la información en niños es aún más limitada. Sin embargo, el micofenolato de mofetil tiene menores efectos adversos que el metrotexato y la azatioprina. Con sólo efectos benéficos modestos en el adulto e incluso resultados menos efectivos en el niño, el metrotexato, la azatioprina y el micofenolato de mofetil deben considerarse segunda o tercera línea del tratamiento de la DA refractaria.
Uso de biológicos en la DA
Los productos biológicos muestran una gran promesa en el tratamiento futuro de la DA de moderada a grave. Su uso en DA grave se discute de manera más extensa en la revisión de Brunner et al en la edición actual del Annals. Debido a sus efectos específicos, no todos los productos biológicos serán igual de efectivos en los diferentes subconjuntos de la DA. Como ejemplo, el omalizumab es un anticuerpo monoclonal que se une a la IgE libre y unida a la membrana, lo que disminuye la activación del receptor FcεRI. Un metaanálisis extenso de ensayos clínicos aleatorizados disponibles, estudios comparativos y series de casos no encontró evidencia de un beneficio claro para el uso de omalizumab en la DA grave. De forma similar, se encontraron resultados mixtos para ustekinumab, un anticuerpo monoclonal que bloquea IL-12 e IL-23, y rituximab, un anticuerpo monoclonal para CD20.
El dupilumab es un anticuerpo monoclonal que bloquea la subunidad α del receptor α de la IL-4, y así bloquea de manera efectiva las acciones de IL-4 e IL-13, que son citocinas clave implicadas en el desarrollo de la DA. El dupilumab demostró eficacia y un excelente perfil de efectos secundarios en ensayos clínicos de fase 2 y 3 para la DA grave de adultos y de manera reciente se aprobó por la FDA en el tratamiento de la DA de moderada a grave. Aunque el dupilumab parece altamente eficaz en la DA mediada por TH2, la comprensión de la DA de moderada a grave evolucionó desde “una talla para todos” hasta incluir varios fenotipos y endotipos separados, que pueden requerir diferentes dianas terapéuticas. Moléculas adicionales en la vía del prurito, IL-31 y la respuesta sesgada TH2 en la piel lesionada de la DA, la linfopoyetina estromal tímica, el OX40 y el receptor de prostaglandina DP2, se encuentran en la actualidad en ensayos clínicos en fase temprana. Las terapias relacionadas incluyen inhibidores de cinasa Janus 1 y cinasa Janus 2 actualmente en ensayos de fase 2. Muchas de estas terapias son prometedoras y pueden incorporarse a los protocolos de tratamiento después de nuevos estudios de eficacia y una mejor comprensión de los fenotipos y endotipos de la DA.
Conclusiones
El niño de 9 meses con HTI y DA en la viñeta ilustra muchos de los desafíos enfrentados de forma común por los profesionales que se ocupan de la DA refractaria grave. A pesar de que la apariencia de su erupción y las alergias alimentarias hicieron muy probable el diagnóstico de DA, se consideraron otros diagnósticos dada su mala respuesta a la terapia. La primera intervención adicional que recibió el paciente después de una respuesta menor de la esperada a emolientes supervisados, CET y vendajes húmedos, fue un cambio a ITC para una posible DA refractaria a corticosteroides. Se observó beneficio inicial de este cambio, pero se continuó la investigación para otras posibilidades mediante la obtención de varios cultivos de piel y tratamiento para MSSA con cefalexina oral. Su historia de infecciones frecuentes de piel suscitaba preocupación por la inmunodeficiencia, y los laboratorios demostraron una IgG indetectable. Aunque la evidencia es escasa, hay algún beneficio en pacientes con DA refractaria e HTI que se tratan con IGIV, aunque con duraciones más largas que las 2 dosis mensuales que recibió el paciente. La combinación de los antibióticos orales y la IGIV proporcionó un beneficio adicional para el paciente. El paciente también se benefició del enfoque multidisciplinario con tratamientos supervisados ​​por enfermeras y médicos e intervenciones de salud conductual para mejorar el rascado, el sueño y el bienestar mental general de la familia. Con el tiempo, el uso continuado de emolientes, ITC y, según fuera necesario, vendajes húmedos con CET permitieron al paciente mejorar y permanecer limpio por lo general y sin restricciones. Este caso destaca la importancia de un enfoque multidisciplinario y la investigación continua sobre infección, resistencia a corticosteroides tópicos, y el diagnóstico diferencial de la DA refractaria, como la inmunodeficiencia. A pesar de que el dupilumab sería una consideración en formas tan graves de DA, el dupilumab aún no se estudia ni se aprueba para su uso en niños.




Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL, Monterrey, México

Dra. Med. Sandra Nora González Díaz            Jefe y Profesor
Dra. med. Carmen Zárate Hernández               Profesor
Dr. Rogelio Guzmán Cotaya                            Residente 1er Año
Dra. Alejandra Macías Weinmann                   Profesor

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