jueves, 9 de junio de 2016

La EPOC no debe ser tratada igual que el asma

Hasta ahora, la mayoría de los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica eran tratados en forma similar a los pacientes con esa afección pero son enfermedades diferentes que requieren abordajes diferentes.
The New England Journal of Medicine publicó los resultados del estudio clínico FLAME, que se espera que cambien el futuro abordaje y tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Esta investigación confirmó que el tratamiento de la EPOC que más reduce las exacerbaciones -que son los episodios agudos de empeoramiento del cuadro- y que mejora más la calidad de vida del paciente, permitiendo que retome actividades cotidianas, no es el que la comunidad médica indica habitualmente. Por eso, se espera que los resultados de este estudio generen gran impacto a la hora de decidir la terapéutica farmacológica más apropiada para personas con EPOC.


El FLAME fue una investigación que incluyó 3.362 pacientes (180 por nuestro país) y que comparó la eficacia de dos broncodilatadores de larga duración (el indacaterol y el bromuro de glicopirronio con la combinación de salmeterol y fluticasona, una terapia a base de corticoides y un broncodilatador, que es el abordaje terapéutico habitual actual de pacientes tanto con asma como con EPOC.

El estudio demostró la superioridad de indacaterol y bromuro de glicopirronio para prevenir exacerbaciones en comparación con el uso extendido de corticoides inhalados y broncodilatadores de larga duración.

“La mayoría de los pacientes con asma necesitan ser tratados con corticoides, pero es un error establecer un paralelismo directo y pensar que debemos tratar a los pacientes con EPOC de la misma manera; son enfermedades diferentes y ahora tenemos más claro, gracias a este estudio, que requieren tratamientos diferentes. El mejor abordaje terapéutico es con broncodilatadores con diversos mecanismos de acción que, cuando se dan juntos, se potencian. Sólo un pequeño grupo de pacientes, con algún tipo de inflamación muy específico que responde a corticoides debería ser tratado como vinimos realizándolo con la mayoría hasta ahora”, explicó el doctor Ricardo Del Olmo, médico del  Laboratorio Pulmonar del Hospital de Rehabilitación Respiratoria ‘María Ferrer’.

“En nuestra especialidad, pocas veces ha habido investigaciones tan paradigmáticas, que funcionen como bisagra y marquen un antes y un después. El FLAME nos demostró que el mejor tratamiento para los pacientes con EPOC no es el que veníamos indicando históricamente. Hoy contamos con más información para tomar mejores decisiones terapéuticas y así impactar más favorablemente en la reducción de exacerbaciones y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes, que es lo más importante”, enfatizó el doctor Gabriel García, médico neumonólogo, Jefe del Servicio de Neumonología del Hospital Rossi de La Plata.

Tal como sugirió el doctor Luis Wehbe, médico neumonólogo, Director Médico del Instituto Ave Pulmo, y uno de los investigadores argentinos que participó del estudio FLAME, “esta investigación ha hecho un muy buen aporte, porque ahora conocemos detalles de la enfermedad con los que antes no contábamos.

El estudio en sí, con toda la información que ha recogido, nos permite entender algunos aspectos más sobre la prevención de exacerbaciones, que son los episodios de agudizaciones que pueden complicar al paciente con EPOC”.

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) afecta a aproximadamente 210 millones de personas en el mundo y es la tercera causa de muerte a nivel mundial. Es una enfermedad progresiva y puede poner en riesgo la vida del paciente. Genera dificultades para respirar, con síntomas que tienen un impacto negativo en la función respiratoria del individuo (es decir que sus actividades están limitadas y tiene menor movilidad) y en su calidad de vida. A lo largo del tiempo, la enfermedad ocasiona que los pacientes se vuelvan cada vez menos activos.

La prevención de las exacerbaciones es uno de los objetivos primarios del tratamiento a largo plazo de la persona con EPOC. Estos episodios tienen incidencia directa en la  progresión de la enfermedad ya que cada evento puede acelerar el deterioro de la función respiratoria y, en casos severos, puede requerir una internación o incluso puede poner en riesgo la vida.


Indacaterol–Glycopyrronium versus Salmeterol–Fluticasone for COPD

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