Victoria Cardona durante una consulta en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. |
Estos consejos, que han sido publicados en World Allergy Organization Journal, "proponen que en todos los vuelos haya broncodilatadores inhalados y oxígeno para tratar las exacerbaciones del asma, y adrenalina en los vuelos comerciales para hacer frente con más garantías un shock anafiláctico", ha explicado la jefa de Alergología de Vall d'Hebron y coordinadora del Comité de Anafilaxia de la WAO, y de la SLaai Victoria Cardona.
Según ha matizado la experta, "el problema de las reacciones alérgicas es que no han recibido la atención necesaria por parte de las compañías aéreas, a pesar de que, en general, han mejorado en los últimos años los kits de emergencias médicas en los aviones y la formación de la tripulación para atenderlas" pero cada país tiene su legislación en esta materia, y no todas las empresas están igual de preparadas
La importancia de reconocer síntomas y actuar a tiempo
Las reacciones alérgicas suponen entre el dos y el cuatro por ciento de los problemas médicos que tienen lugar en los vuelos comerciales, y alrededor del cinco por ciento de las personas sufren alergias a los alimentos, la patología más susceptible de causar una reacción a alérgica mortal (shock anafiláctico) en un viaje en avión. Este shock produce síntomas cutáneos, respiratorios y cardiovasculares, con caída de tensión y pérdida de conocimiento y, en casos muy extremos, pueden causar la muerte de la persona. Por ello, Cardona ha reconocido que es fundamental saber reconocer los síntomas y actuar rápidamente, con asistencia médica urgente y una inyección intramuscular de adrenalina.
Por otro lado, el problema todavía es más grave si una persona sufre una anafilaxia durante un vuelo y no lleva adrenalina para autoinyectarla o no puede recibir la asistencia médica adecuada urgentemente, lo que obliga a desviar un vuelo al aeropuerto más cercano.
Otras dolencias a tener en cuenta
Asimismo, los problemas respiratorios son la quinta causa más frecuente de emergencias médicas en los aviones, y los ataques de asma que también pueden estar provocados por las condiciones propias de un vuelo, como "la concentración de oxígeno y la presión, que pueden causar un ligero descenso de la saturación de oxígeno a la sangre, o el bajo nivel de humedad, que puede resecar la mucosa nasal".
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