El número de personas con algún tipo de alergia aumenta desde hace años. Mercedes-Benz es el único fabricante de vehículos cuyos turismos han obtenido el sello de calidad de la ECARF (Fundación Europea para la Investigación de las Alergias). Mercedes-Benz fue el primer fabricante de vehículos en incorporar a comienzos de los años 1990 un filtro antipolen para mejorar la calidad del aire del habitáculo. En función del tamaño de las partículas, evita que hasta el 99% del polvo fino, las esporas, el hollín del diésel y el polen penetren en el habitáculo del vehículo.
En un siguiente paso, se añadió una capa de carbón activado a los filtros de aire para retener también sustancias gaseosas, como el ozono, el benceno, los hidrocarburos y el dióxido de nitrógeno, y filtrar los olores. En 1996, la empresa definió valores límite de emisiones internos para aquellos materiales empleados en los componentes del habitáculo y el maletero.
En la actualidad, los diseñadores e ingenieros de la marca cuentan con una base de datos en la que pueden elegir casi 8.000 materiales para el interior autorizados por un departamento especializado.
Los alérgicos se sienten con frecuencia muy cargados durante la conducción», afirma el profesor Torsten Zuberbier, responsable de la Fundación Europea para la Investigación de las Alergias (ECARF). «Los ojos llorosos e hipersensibles o los picores en la nariz pueden causar problemas incluso fuera de la temporada del polen. Algunos efectos secundarios son el cansancio y la disminución de la capacidad de respuesta. Las personas con piel muy sensible —afirma el profesor Zuberbier― se encuentran a menudo expuestas a materiales que pueden causar irritación. Los interiores de los coches aptos para alérgicos pueden proteger a éstos contra las influencias nocivas y contribuir a una mayor seguridad y bienestar de los ocupantes.
Por este motivo, la prevención de las alergias pasó a formar parte del proceso de desarrollo de Mercedes-Benz de forma permanente. Con este fin, en 2011 se inició la colaboración con especialistas en alergias de la Fundación ECARF del Hospital Universitario Charité de Berlín. Desde el comienzo del desarrollo del vehículo y hasta el inicio de la producción se verifican y optimizan los conceptos de materiales, los componentes y el vehículo completo. En el momento de seleccionar los materiales se comprueba si los conceptos previstos para los materiales de las superficies presentan sustancias potencialmente sensibles o alérgenas.
Para excluir al máximo las alergias por contacto es necesario realizar adicionalmente estudios dermatológicos. Para ello, se efectúan pruebas de intolerancia en voluntarios bajo supervisión médica. Asimismo, se comprueban los alérgenos por inhalación, se toman muestras de aire a 65°C y se analiza la composición química de los componentes optimizados. Se examinan todos los componentes relevantes de cada versión de equipamiento de la serie. Para ello, es importante verificar los componentes de serie ya que, además del material, también influye el propio proceso de fabricación.
Antes de lanzar un vehículo al mercado, se efectúan además pruebas de conducción con personas con graves problemas de asma en presencia médica. Mediante pruebas de la función respiratoria es posible determinar cómo se ve afectado el sistema bronquial. Todos los voluntarios que participan en las pruebas son autorizados previamente por el Comité Ético del Hospital Charité. En las pruebas también se analizan equipos opcionales relevantes, como el ambientador activo.
La completa protección frente a las influencias nocivas que brinda Mercedes-Benz la ha hecho merecedora del sello de calidad de la ECARF. Todas las series de la Clase A a la Clase S lanzadas al mercado a lo largo de los últimos años satisfacen los requisitos para la obtención de dicho certificado. Asimismo, los criterios del sello ocupan un puesto importante en el pliego de condiciones de todas las series de turismos Mercedes-Benz previstas para el futuro.
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