El Servicio de Alergología del Hospital Universitario de Guadalajara, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ha realizado un procedimiento de inducción de tolerancia oral con leche en 26 pacientes con alergia severa a la leche de vaca desde que se pusiera en marcha este tratamiento en mayo de 2009.
Durante este tiempo el equipo, compuesto por cinco alergólogos y personal de Enfermería, ha logrado un elevado porcentaje de éxito. Así, se consiguió inducir la tolerancia a la leche en 24 de estos 26 pacientes, fundamentalmente niños de entre 5 y 13 años, mientras que en dos casos fue necesario suspender el tratamiento por mala tolerancia digestiva, según ha informado la Junta en nota de prensa.
Para llevar a cabo el tratamiento, explica la doctora Ana Alonso, especialista en Alergología, se comienza con la ingesta de dosis muy pequeñas que se van aumentando semanalmente, siempre en el Hospital de Día de Alergología y en condiciones controladas.
Por otra parte, desde este servicio también se está trabajando, desde febrero del año 2010, en tratamientos de inducción a la tolerancia al huevo, que es la primera causa de alergia alimentaria en niños y, como en el caso de la leche, con un elevado porcentaje de éxito. En estos años se ha conseguido la tolerancia en 61 de los 68 pacientes tratados, y sólo en siete de ellos hubo que suspender el procedimiento por mala tolerancia digestiva.
En el caso de alérgicos al huevo, los pacientes tenían entre 4 y 43 años. Como subraya la doctora Alonso, la alergia al huevo es más persistente en adultos que la de la leche, que en la mayoría de los casos "remite de manera espontánea", por lo que el tratamiento se lleva a cabo cuando la alergia no se supera por sí sola en los cinco primeros años de vida.
Posteriormente a conseguir la tolerancia, añade, puede producirse alguna reacción adversa, aunque infrecuente, como urticaria, síntomas digestivos o respiratorios, que en la mayoría de los casos están relacionados con "cofactores que facilitan ese tipo de reacción", como la toma de antiinflamatorios, infecciones o el ejercicio.
Por este motivo, se recomienda a estas personas no tomar antiinflamatorios ni practicar deporte inmediatamente después de la ingesta de la leche o el huevo.
Otro de los problemas observados posteriormente es el rechazo al alimento por parte de los pacientes, algo frecuente en el caso del huevo, cuya textura puede causar extrañeza en quien no está acostumbrado a ingerirlo.
La terapia se ha demostrado fundamental para los alérgicos y para sus familias ya que la tolerancia a estos alimentos y sus derivados evitan una reacción grave o anafiláctica, que en algún caso puede ser fatal. De este modo, se libera al paciente y sus familiares de la necesidad de controlar permanentemente la alimentación y restringir no sólo la leche o el huevo, sino gran cantidad de productos manufacturados que pueden contenerlos.
Además, subrayan desde el Servicio de Alergología, es importante que estos niños reanuden su vida social con normalidad y puedan asistir sin riesgo, y como el resto de los niños, a cumpleaños, campamentos o restaurantes, algo "fundamental a estas edades".
Se estima que la alergia al huevo afecta a entre un 0,5 y un 2 por ciento de la población infantil, y la alergia a la leche a un 2 por ciento. En nuestra comunidad, la terapia de inducción a la tolerancia se lleva a cabo en los hospitales de Ciudad Real, Talavera y Guadalajara. Para ello, subraya la doctora Alonso, es necesaria "una estrecha colaboración con las familias", que mantienen desde casa las pautas indicadas que, en caso de tolerarse, se van aumentando en el Hospital de Día del Servicio de Alergología.
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