En Yucatán, la alergia a los mariscos es una de las más frecuentes, seguida de los condimentos. Ya que al estar la entidad ubicada en una zona con costa, se consume habitualmente este tipo de alimento y la comida yucateca es rica en especias.
Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social estiman que tres de cada 100 personas que padecen alergia pueden desarrollar complicaciones, como choque anafiláctico, que incluso puede causar la muerte.
“La alergia al marisco no es exactamente lo mismo que a los alimentos procedentes del mar. Este último tipo de alergia engloba tanto el pescado (por ejemplo, el atún o el bacalao) como el marisco (por ejemplo, la langosta y la almeja). A pesar de que ambos pertenecen a la categoría de alimentos de origen marino son diferentes desde el punto de vista biológico”, expuso María del Socorro Tinajero Victorino, alergóloga e inmunóloga clínica del IMSS.
“Por lo tanto, el pescado no desencadena reacciones alérgicas en aquellas personas que solo son alérgicas al marisco”, explicó
“A los pacientes alérgicos a los crustáceos les digo que el pescado sí lo pueden comer, pero no lo consuman en restaurantes, ya que, por su manejo, existe la transferencia de proteínas entre esos productos”, indicó.
La doctora Tinajero afirmó que ante esta situación muchas personas piensan que también son alérgicas al pescado pero en realidad no es así.
“Existen casos severos de alergia a los mariscos, pues hay pacientes que sólo por entrar al restaurante se hinchan con solo inhalar los vapores que genera el proceso de su cocción”, explicó.
“Cuando una persona es alérgica al marisco, el sistema inmunitario de su organismo, que normalmente lucha contra las infecciones, reacciona de una forma desproporcionada a las proteínas que contiene. Y cada vez que esa persona lo ingiera (o en algunos casos lo toque o inhale), su cuerpo interpretará que esas proteínas son invasores nocivos”, advirtió.
La alergóloga explicó que el sistema inmunitario reacciona intentando por todos los medios hacer frente al invasor. Esto provoca una reacción alérgica, en la cual el organismo libera una serie de sustancias químicas, como la histamina.
“La liberación de estas sustancias puede hacer que los afectados presenten respiración silbante y dificultad para respirar, tos, ronquera, opresión de la garganta, dolor estomacal, vómitos, diarrea, ojos llorosos, picor o hinchazón ocular, urticaria, ronchas rojas, inflamación y disminución de la tensión arterial, que puede provocar mareos”, dijo.
Horas después
- Generalmente los síntomas de la alergia aparecen entre 15 minutos y dos horas después de la ingestión y, de manera excepcional, varias horas después.
- El diagnóstico se realiza mediante un interrogatorio y exploración física, además de estudios complementarios, que incluyen pruebas cutáneas y análisis de sangre.
Fuente: http://sipse.com/milenio/
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