martes, 1 de marzo de 2016

Nuevas rutas de administración para la inmunoterapia para alergia

INTRODUCCIÓN
Hasta el 30% de la población en los países industrializados sufre de alergia mediada por IgE, por lo que se volvió una carga socioeconómica importante. La farmacoterapia con antihistamínicos locales y orales y corticoesteroides nasales alivia de manera eficiente los síntomas mediados por IgE, pero no puede detener la progresión del desequilibrio inmunológico causal, y por lo tanto la progresión de la rinoconjuntivitis hacia el asma y la reacción cruzada con alergias alimentarias. El único tratamiento modificador de la enfermedad que también tiene un efecto a largo plazo es la inmunoterapia con alérgenos (AIT). Hace más de un siglo, Noon introdujo la inmunoterapia subcutánea específica a alérgeno (SCIT).
Sin embargo, a pesar de su alta eficacia y mejoría a largo plazo de los síntomas, menos del 4% de los pacientes alérgicos optan por someterse a tal tratamiento, principalmente porque tiene dos grandes desventajas. La primera es que la inmunoterapia específica consume tiempo ya que requiere de 30 a 70 visitas a un consultorio médico. Segundo, las inyecciones subcutáneas del alérgeno se asocian con efectos adversos locales y sistémicos. Pensando en general, estos dos inconvenientes pueden abordarse por las siguientes estrategias.
Medidas para reducir el número de  alérgenos administrados en la inmunoterapia para alergia
Para reducir el número de inyecciones, la inmunogenicidad del alérgeno administrado tiene que mejorarse, por ejemplo mediante el aumento de la dosis de alérgeno. La AIT tiene un efecto dependiente de la dosis, pero los efectos secundarios alérgicos limitan en gran manera la dosis que se puede dar. Hacer alérgenos hipoalergénicos por modificación química de alergoides, modificación  recombinante, o mediante el uso de péptidos que no se unan a la IgE quizá también permita una dosis mayor de alérgeno, pero las modificaciones a menudo afectan de manera negativa a la inmunogenicidad del alérgeno. Una reducción de los números de inyecciones también se puede conseguir mediante la sustitución de la sal de aluminio que se utiliza de forma más clásica con un adyuvante promotor de T cooperador (Th) 1, como los oligodesoxinucleótidos CpG ligandos de los receptores  tipo Toll  (TLR)  o el lípido monofosforil A, una versión detoxicificada de los lipopolisacáridos. El número de inyecciones puede reducirse también al cambiar a una ruta más eficiente de administración del alérgeno. De manera ideal esta ruta se caracteriza por una densidad alta de células presentadoras de antígeno (CPAs). Estas últimas están presentes en mayor densidad en los órganos linfáticos secundarios, tales como los ganglios linfáticos, y de hecho, cuando el alérgeno es intralinfático, el número de inyecciones podría reducirse a sólo 3. La inmunoterapia intralinfática (ILIT) se discute en detalle más adelante.
Medidas para mejorar la seguridad de la inmunoterapia para alergia
Para mejorar la seguridad de la AIT, debe evitarse la administración inadvertida del alérgeno a la vasculatura arterial, de ser posible mediante la administración del alérgeno a un tejido no vascularizado. La inmunoterapia sublingual (SLIT) cumple este criterio, ya que el alérgeno se administra a la mucosa de la vía oral, que está cubierta por un epitelio multicapa. El alérgeno se difunde hacia abajo en lo más profundo de las capas que contienen mastocitos, y esta difusión es responsable de  los efectos secundarios locales orales observados con frecuencia.
La capa por debajo del epitelio también contiene una densidad alta de vasos sanguíneos. Sin embargo, parece que cuando no hay microtrauma a esta vasculatura, es raro que una cantidad importante del alérgeno llegue a la circulación, por lo que la SLIT demostró ser segura en términos de efectos secundarios sistémicos. El mismo efecto debe ser cierto para la inmunoterapia epicutánea para alergia (EPIT), donde se administra el alérgeno en la epidermis no vascularizada. Una ventaja de la EPIT sobre la SLIT es que los queratinocitos, además, pueden activarse por irritación física, como la abrasión o aplicación de bandas de cinta adhesiva, o también mediante la adición de adyuvantes. Tal irritación epitelial aumenta la expresión de citocinas proinflamatorias, tales como la interleucina (IL)-1α, IL-6, y el factor de necrosis tumoral-α, y así sesgar la respuesta inmune hacia Th1, y también activar a las células de Langerhans (CL). Por lo tanto, la EPIT quizá no sólo reduce los efectos secundarios al reducir al mínimo el riesgo de que el alérgeno de manera inadvertida llegue a la vasculatura sanguínea, sino también acortar la duración del tratamiento por el aumento de la inmunogenicidad. También se observó que la administración epicutánea difunde de manera rápida y eficaz al alérgeno hacia abajo en la dermis. De manera interesante, otro grupo demostró de forma reciente que la administración intradérmica de incluso dosis muy bajas del alérgeno fue capaz de inducir tolerancia.
INMUNOTERAPIA INTRALINFÁTICA ESPECÍFICA AL ALÉRGENO
El concepto de que la localización del antígeno es un parámetro clave que determina la fuerza de la respuesta inmune fue pionero en Zúrich por la obra de Rolf Zinkernagel, Premio Nobel de Medicina. El concepto es simple: debido a que una respuesta inmune requiere la interacción de tres importantes células inmunitarias (las célula dendríticas presentadoras de antígeno [DCs], las células T y las células B), es más probable que ocurra una reacción en un sitio donde está presente un gran número de estos tres tipos de células, es decir, en los órganos linfoides, tales como los ganglios linfáticos, mientras que fuera de estos órganos los antígenos son en gran parte ignorados por el sistema inmunológico. Un gran número de estudios preclínicos y clínicos demostraron la potencia de la administración intralinfática de péptidos, proteínas, ADN, ARN, bacterias, virus, o DCs, tal como se revisó de manera exhaustiva. Los estudios en ratones demostraron que la ILIT con los alérgenos de veneno de abeja, alérgenos alimentarios, tales como la ovoalbúmina, y extractos de alérgenos de polen de gramíneas, polen de abedul, y la caspa de gato estimulan de manera robusta la respuesta inmune protectora de las celas B y T. En comparación con la SCIT, la ILIT mejora la eficiencia de la inmunización, induce respuestas 10 a 20 más elevadas de anticuerpos IgG2 específicos al alérgeno con sólo 0.1% de la dosis del alérgeno. Además, la ILIT mejora la secreción de IL-2, interferón-γ, IL-4, y de IL-10 en comparación con SCIT, lo que sugiere que la ILIT no polariza la respuesta generada pero induce respuestas más fuertes. La razón parece ser simple: la ILIT proporciona aproximadamente 100 veces más alérgenos a los ganglios linfáticos que cualquier otra ruta, como se demuestra en los estudios de biodistribución después de la ILIT en ratones y humanos. Debido a que los efectos secundarios adversos se relacionan con la dosis del alérgeno, se esperaría que la ILIT pueda tener una menor incidencia de efectos adversos.
En una prueba realizada en Suiza, 165 pacientes con rinoconjuntivitis inducida por polen de gramíneas se asignaron al azar para recibir 54 inyecciones de SCIT (inmunoterapia subcutánea) con extracto de polen durante 3 años (dosis acumulativa de alérgeno 4,031,540 unidades subcutáneas) o tres inyecciones de ILIT durante 2 meses (en total 3,000 unidades subcutáneas). Las inyecciones intralinfáticas también se midieron como menos dolorosas que las punciones venosas. El aumento de la tolerancia nasal se demostró en el grupo de ILIT dentro de 4 meses de tratamiento. La tolerancia fue de larga duración y comparable con los pacientes tratados con SCIT que recibieron 3 años de tratamiento. La ILIT aminoró los síntomas, mejoró el cumplimiento, redujo la reactividad de la piel en las pruebas por escarificación, disminuyó la IgE sérica específica, y se asoció con menos eventos adversos que la SCIT. Mientras que los autores compararon la ILIT con la SCIT con extracto de polen de pasto, un estudio sueco confirmó resultados positivos para la ILIT en un ensayo doble ciego controlado con placebo. Por el mismo indicio, en un ensayo aleatorizado, controlado con placebo y doble ciego, se demostró la eficacia de la ILIT el complejo mayor de histocompatibilidad clase II dirigido al alérgeno de la caspa de gato (MAT-Fel d 1). Tres inyecciones mensuales con MAT-Feld1 mejoraron la tolerancia alergénica nasal y estimularon de manera importante la respuesta de las células T reguladoras y de IgG4 sin eventos adversos significativos.
Intervalo de tiempo entre las inyecciones de inmunoterapia intralinfática
En un ensayo clínico doble ciego controlado con placebo, Witten y sus colegas encontraron que tres o seis inyecciones intralinfáticas de polen de gramíneas indujeron algunos cambios  inmunológicos deseados, tales como una respuesta de células T reguladoras e IgG4 elevada, pero que no hubo ninguna mejoría de los parámetros clínicos, tales como las puntuaciones de síntomas o de la medicación. Los autores concluyeron que sus datos fueron conflictivos con los autores de este artículo y con los de Hylander y colaboradores.  Sin embargo, Witten y colaboradores utilizaron un protocolo diferente. Los autores de este artículo y Hylander y colaboradores utilizaron un intervalo de tiempo de 4 semanas entre las inyecciones, mientras que Witten y colaboradores utilizaron sólo 2 semanas. Es bien conocido por la inmunología de las vacunas que acortar el intervalo de tiempo de 4 a 2 semanas interfiere con la formación de las células B de memoria y la maduración de la afinidad,  ya que ambas requieren fases donde sólo estén presentes pequeñas cantidades de antígeno en los nódulos linfáticos. Cantidades pequeñas permiten la competencia por el antígeno, lo cual selecciona otra vez de manera positiva para células B de memoria de alta afinidad. Efectos similares se postulan para la afinidad y funcionalidad de la respuesta de las células T. Como un ejemplo reciente, Patel y colaboradores observaron que 4 inyecciones de péptidos (Cat-PAD) con intervalos de un mes se toleraron con éxito por los pacientes, mientras que ocho inyecciones con intervalos de 2 semanas no funcionaron. Además, se conoce que el acortamiento del intervalo de tiempo entre las inyecciones polariza la respuesta inmune hacia Th2, lo que puede explicar por qué Witten y colaboradores observaron que los síntomas empeoraban.
Se realizan ensayos clínicos en varios centros en todo el mundo, como por ejemplo en Suecia, Noruega, Dinamarca, China, Corea del Sur y Estados Unidos (Cardell LO, Hoffmann HJ, Weinfeld D, A Patterson, comunicación personal, 2015). En sociedades dispersas, como en los países escandinavos, los pacientes tienen que viajar distancias largas para obtener la inmunoterapia, por lo que una reducción en el número de administraciones haría también un impacto socioeconómico directo como menos días fuera de la escuela y el trabajo.
Otra consideración a favor de la ILIT es que en la SCIT y la ITSL, casi la mitad de los pacientes no termina todo el curso de tratamiento. En las pruebas con ILIT, se observó que todos los que iniciaron el tratamiento recibieron las tres inyecciones y por lo tanto completaron todo el curso de tratamiento. En conclusión, la AIT de forma directa en un ganglio linfático, en vez de la administración subcutánea, es: (1) prácticamente sin dolor, (2) realmente factible, (3) reduce la dosis necesaria del alérgeno y por lo tanto mejora la seguridad, (4) reduce el número de inyecciones de alérgeno a tres, (5) reduce la duración del tratamiento de 3 años a 2 meses, y (6) mejora el cumplimiento del paciente.
INMUNOTERAPIA EPICUTÁNEA ESPECÍFICA AL ALÉRGENO
La ruta de la administración epicutánea del alérgeno no es en absoluto nueva. De hecho, como una ruta de vacunación se utilizó en la antigüedad, y Edward Jenner aplicaba el virus de la viruela de la vaca a piel humana escarificada. Olvidada por un largo tiempo, al comienzo del siglo XXI la vacunación epicutánea tuvo su segunda reactivación, impulsada por el interés creciente en nuevas rutas de vacunación sin agujas. La vacunación epicutánea contra la diarrea del viajero por Escherichia coli fue el primer escalón. Los modelos animales demostraron hasta ahora éxito contra la infección por Helicobacter pylori, el virus de la influenza, y la toxina diftérica. El mecanismo protector en todas estas aplicaciones recae en la inducción de la inmunidad humoral dominada por la IgG1 y la IgA. Estudios que prueban la vacunación epicutánea contra el virus de la inmunodeficiencia humana también encontraron inducción de células T citotóxicas en la mucosa junto con la secreción de anticuerpos en la mucosa.
Otro campo de aplicación es la inmunoterapia para el cáncer. Varios estudios revelaron resultados prometedores con EPIT contra el cáncer de piel basado en la inducción de respuestas potentes de células T CD8+. No sólo se demostraó que la EPIT induce respuestas de las células T efectoras, sino también respuestas de las células T supresoras cuando se utilizó la EPIT para inhibir la encefalomielitis experimental alérgica.
Historia de la inmunoterapia epicutánea en alergia
La EPIT como tratamiento de las alergias se introdujo ya en 1917 cuando Besredka mostró que la EPIT indujo anticuerpos específicos. El primer caso de estudio sobre EPIT exitosa se reportó en 1921 por Vallery-Radot y Hangenau, quienes encontraron que la administración de alérgenos sobre la piel escarificada redujo los síntomas alérgicos en pacientes alérgicos a los caballos. Una década más tarde, cuando el riesgo de sufrir un “choque por polen” durante la AIT se reconoció como un peligro considerable del alérgeno administrado por la vía subcutánea a pacientes muy sensibilizados, un método llamado inmunoterapia intradérmica alérgeno específica recibió mucha atención. Con base en la observación de que los pacientes con fiebre del heno en ocasiones experimentaban mejoría de los síntomas después de las “pruebas intradérmicas para polen”, Philips comenzó a tratar a los pacientes muy sensibles y a los pacientes que solicitaron tratamiento coestacional mediante la administración de extracto de polen. De manera sorprendente, tal AIT intradérmica demostró ser segura y muy eficaz y condujo al alivio de los síntomas después de la administración de sólo tres dosis. Al mismo tiempo, Ramírez trató pacientes alérgicos al  polen de pasto con un método que llamó “cutivacunación”, que consistió en la administración de extracto de polen en la piel escarificada. De acuerdo a estos resultados, se sugirió en la década de 1930 ya que la vía subcutánea podría no ser óptima para AIT.
Entre 1950 y 1960, los alergólogos franceses revisaron la EPIT. Pautrizel y colaboradores administraron el extracto alergénico a la epidermis con una ligera fricción. Incluso aunque los resultados reportados fueron excelentes, fue necesario un gran número de aplicaciones para observar el alivio de los síntomas. Por el contrario, Blamoutier y colaboradores aplicaron las gotas del alérgeno sobre la piel muy escarificada: “En los extremos proximales de la cara palmar del antebrazo, en una zona cuadrada de 4 x 4 cm, se marcaron líneas horizontales y verticales como un tablero de ajedrez, las marcas  se hacen con una aguja [...] Estas marcas deben ser superficiales y no causar sangrado”. De manera consistente, sólo se observaron efectos alérgicos secundarios rara vez cuando los alérgenos se administraron a través de la piel y ellos fueron en todo momento más leves que con la SCIT convencional.  Estos resultados prometedores se apoyaron por varios estudios realizados en años subsecuentes todos alrededor de Europa, desde Suiza a Portugal. En general, se obtuvo alivio de los síntomas de forma rápida y permitió un tratamiento coestacional. Las tasas declaradas de éxito del tratamiento de 80% superaron a las tasas menores de éxito de la SCIT convencional. A pesar de tales resultados exitosos con el método francés de cuadriculado cutáneo, los reportes sobre esta prometedora vía de administración permanecieron en el olvido durante casi medio siglo.
Inmunoterapia epicutánea con aeroalérgenos
A pesar de que existe una fuerte evidencia científica e histórica para la EPIT en la alergia, no existe ningún ensayo clínico doble ciego controlado con placebo, un hecho que llevó al grupo  de autores a volver a la EPIT. Impulsados  por la idea de encontrar una vía de aplicación de AIT conveniente al paciente, y basados en la buena accesibilidad de la piel y su alta densidad de células inmunes potentes, el grupo llevó a cabo tres ensayos clínicos de pruebas de eficacia y seguridad de EPIT. Para mantener la alteración mínima de la barrera epitelial, se sustituyó la escarificación de la piel por la aplicación de bandas de cinta adhesiva. Además de mejorar la penetración de los alérgenos mediante la eliminación del estrato córneo, la aplicación de manera repetida de cinta adhesiva también funciona como un adyuvante físico mediante la activación de los queratinocitos, que luego secretan diversas citocinas proinflamatorias (IL-1, IL-6, IL-8, factor de necrosis tumoral-α, e interferón-γ) que favorecen la maduración y la migración de las células dendríticas para el drenaje hacia los ganglios linfáticos. El primer ensayo piloto reveló que los pacientes tratados con un total de 12 parches que contenían extracto de polen de pasto experimentaron un alivio significativo de los síntomas de la rinitis alérgica en comparación con los pacientes tratados con placebo. En línea con los resultados de los estudios históricos descritos de forma previa, no se  notificaron reacciones alérgicas sistémicas graves. Los únicos eventos adversos observados fueron reacciones eccematosas locales leves en la piel bajo el parche. Al mirar todas las 12 aplicaciones de parches, en 15 de los 21 pacientes tratados, se observó eccema leve, mientras que el eccema se observó en sólo 5 de los 15 pacientes tratados con placebo. Al observar una sola aplicación del parche, en aproximadamente la mitad de los pacientes tratados, el eccema se observó bajo el parche, con una puntuación de gravedad entre 3 y 6 en una escala que va de 0 a 18. Para excluir que la aparición de efectos adversos locales pudiera romper de manera parcial el cegamiento del estudio, se analizó si la aparición de eccema bajo el parche correlacionaba con la mejoría de los síntomas, pero no se pudo encontrar dicha correlación.
Alentados por estos resultados, se inició una segunda fase I/IIa de la prueba que incluye un total de 132 pacientes con alergia al polen de pasto para encontrar la dosis óptima de tratamiento de la EPIT. Los pacientes reclutados se trataron con un total de seis parches durante la temporada de polen. Se encontró una clara correlación positiva entre la dosis administrada del alérgeno y los efectos clínicos. Además, se observaron efectos adversos locales dependientes de la dosis en el sitio de la aplicación del parche. El prurito fue el evento adverso notificado con más frecuencia, seguido por el eccema observado después de la retirada del parche. De manera interesante, con la aplicación subsecuente del parche, hubo una reducción de los efectos adversos locales. Después de la aplicación de seis parches, sólo se reportó la mitad de eventos adversos locales. Esta reducción no se explica por la disminución local de células inmunes o de la degranulación de los mastocitos, ya que cada uno de los seis parches se aplicó en un área diferente del brazo. Por lo tanto, la reducción de los eventos adversos locales se explica de manera probable por la inducción de tolerancia. Un tercer ensayo clínico investigó los cambios inmunológicos inducidos durante la EPIT y encontró un aumento de la IgG4 específica al alérgeno. Los resultados se confirmaron por un grupo independiente, y demotraron eficacia y seguridad de la EPIT en niños con alérgica al polen de gramíneas. Los síntomas de la fiebre del heno y el uso de antihistamínicos se redujeron de manera significativa en el grupo de tratamiento activo. Hasta el momento, no hay comparación uno a uno de la EPIT con otras vías de administración, excepto en modelos de ratón. Con el alérgeno principal del polen de pasto Phl p 5, en el ratón, se encontró que la EPIT es equivalente o mejor que la SLIT. Aunque la EPIT y la ITSL indujeron niveles similares de IgG2a y también condujeron a una reducción similar de los niveles de IgE en ratones sensibilizados, sólo la EPIT condujo a una reducción significativa de los recuentes de eosinófilos en el lavado broncoalveolar en el modelo de asma. También en ratones, se comparó la SCIT con la EPIT con ovoalbúmina como el alérgeno. Aunque la EPIT sin adyuvante fue menos inmunogénica que la SCIT, se encontró que la EPIT con adyuvante es más inmunogénica, de manera que la EPIT y la SCIT parecieron ser comparables en eficacia.
Inmunoterapia epicutánea con alérgenos alimentarios
Un ensayo clínico piloto para poner a prueba la eficacia clínica y la seguridad de la EPIT con el Viaskin EDS (DBV Technologies, Bagneux, Francia) en niños que sufren de alergia a la leche de vaca mostró una tendencia no significativa hacia una mayor tolerancia de la dosis acumulada después de un período de tratamiento de 3 meses. El tratamiento fue bien tolerado sin reacciones sistémicas anafilácticas, pero se observó un aumento significativo de las reacciones cutáneas locales de tipo eccematosas. Tales buenos resultados de seguridad son cruciales, en especial cuando se considera el uso de la EPIT como opción de tratamiento para las alergias alimentarias, para las que la  SCIT convencional no es práctica debido a una tasa inaceptablemente alta de reacciones anafilácticas. Para justificar estos primeros resultados y con el objetivo de desarrollar una opción terapéutica definitiva para los pacientes con alergia a alimentos, se inició un programa extenso de estudios clínicos con el objetivo probar la eficacia del tratamiento de la EPIT con el Viaskin EDS en pacientes con alergia al cacahuate. Un ensayo multinacional, doble ciego, aleatorizado, controlado con placebo fase IIb ya generó resultados clínicos positivos.
Métodos para potenciar la penetración
Los métodos para potenciar la penetración a través de la barrera de la piel incluyen primero la hidratación del estrato córneo, que facilita la difusión de moléculas hidrófilas. Cualquier forma de oclusión, tales como los parches de alérgenos utilizados por los autores y otros, hidratan la piel por la acumulación del sudor. También, un grupo francés desarrolló de manera reciente una forma alternativa de EPIT basada en la administración del alérgeno en la piel intacta con un sistema de administración oclusiva epidérmica (Viaskin EDS). De manera inicial desarrollado para fines de diagnóstico como una sistema alternativo a la cámara de Finn convencional utilizada en la prueba del parche para atopia, Viaskin se basa en la capacidad para administrar moléculas enteras de proteínas a la piel. La transpiración generada bajo una cámara oclusiva, disuelve la proteína liofilizada del alérgeno cargado en el Viaskin EDS, y se demostró que la proteína se acumula en el estrato córneo, donde se dirige de manera eficiente contra las células inmunes de la capa superficial de la piel que migran de forma rápida al drenaje de los nódulos linfáticos. En estudios con ratones, la EPIT con Viaskin EDS demostró una eficacia equivalente a la de la SCIT en la prevención de reacciones alérgicas de las vías respiratorias en los retos de inhalación de alérgenos. La penetración de la piel puede también mejorarse mediante la adición de los llamados potenciadores de la penetración, tales como el ácido salicílico, o al empacar el antígeno en sistemas coloidales a base de lípidos. Por último, pero no menos importante, la penetración de la piel se puede mejorar mediante la formación de microporos, ya sea con una microaguja en un parche o un láser.
Aunque todos estos métodos aumentan la penetración de los alérgenos en la piel, queda por ver en qué medida cada uno de estos métodos también activa los queratinocitos, los cuales interactúan de manera importante con las CLs. Se puede especular que los diferentes resultados de estos métodos, tales como la relativa ineficacia de la cámara de Viaskin EDS, quizá se expliquen bien por la suposición de que la hidratación sola no activa los queratinocitos tanto como la aplicación de cintas adhesivas o la abrasión. De hecho, se observó que una barrera muy perturbada de piel polariza la respuesta inmune hacia Th1, mientras que la perturbación leve de la barrera de la piel induce más una respuesta no inflamatoria dominada por Th2/Treg. La evidencia en esta área es conflictiva. En modelos de ratón de alergia al cacahuate, se encontró que la piel intacta y no dañada es crucial para la eficacia y la seguridad de la inmunoterapia. En los modelos de ratones con ovoalbúmina, ningún efecto terapéutico se observó si en la piel no aplicó cinta antes de la aplicación del alérgeno.
Se utilizaron de manera reciente parches con microagujas y formación de microporos por rayo láser en el estrato córneo para mejorar la penetración de alérgeno en la epidermis (Betschart E, L Spina, Tay F, et al: la formación de microporos con láser para la inmunoterapia con alérgenos epicutáneos. Presentado para su publicación). En estos ensayos clínicos, se encontró que una vez que el alérgeno pasaba a través del estrato córneo y por lo tanto penetraba en las capas vivas de la epidermis, la membrana basal ya no representaba ninguna barrera para la difusión en la dermis. Incluso cuando sólo se perforaban los 10 μm superiores de la epidermis, es decir, sólo el estrato córneo, se observó la formación de ronchas sólo minutos después de la aplicación de los alérgenos (observaciones no publicadas).
Adyuvantes en la inmunoterapia epicutánea
Los adyuvantes en la EPIT representan otra estrategia para mejorar la eficacia. Las sales de aluminio, hoy todavía el adyuvante más utilizado en la mayoría de las vacunas comercializadas, no son adecuadas para la administración epicutánea. Hasta el momento, la toxina del cólera y la enterotoxina lábil al calor se usaron de manera exitosa como adyuvantes en la vacunación epicutánea contra enfermedades infecciosas de ratones y humanos. Sin embargo, las imidazoquinolinas (ligandos de TLR7 y TLR8) y el CpG (Ligando de TLR9) se prueban actualmente como adyuvantes para la vacunación epicutánea contra el cáncer. El grupo de los autores de manera reciente probó el potencial inmunomodulador e inmunoestimulante de la difenilciclopropenona cuando se utiliza como adyuvante en la EPIT.
Perspectivas la inmunoterapia epicutánea para alérgenos en humanos
Con varios ensayos clínicos doble ciego, controlados con placebo, que confirman la eficacia de la EPIT en la alergia, no queda duda de que este método funciona como una prueba de principio. El programa de ensayos clínicos de los autores también demostró que la dosis del alérgeno es un parámetro importante de eficacia, pero la dosis utilizada de alérgeno en los parches de piel no se puede aumentar de manera fácil más allá de una cierta concentración. Se utilizaron 30 μg del alérgeno mayor del polen de pasto Phl p 1 por parche, que corresponden a 1 ml de la concentración 1 a 10 que se utiliza para la solución de punción cutánea. Una concentración más alta no sólo generaría considerables costes de material, sino que la aplicación a cualquier barrera cutánea alterada de manera accidental representaría un riesgo considerado para efectos alérgicos sistémicos. La investigación futura debe por consiguiente centrarse en incrementar la penetración del estrato córneo en las capas viables de la piel donde residen las CLs, y también en adyuvantes adecuados paran la administración epicutánea.
INMUNOTERAPIA INTRADÉRMICA CON ALÉRGENOS
A la luz de la observación de que un alérgeno administrado a la epidermis también distribuye de inmediato los alérgenos por medio de difusión más abajo en la dermis, no se puede distinguir si la mejoría de los síntomas en los ensayos clínicos sobre EPIT en realidad funciona por medio de la administración epidérmica a las CLs, por medio de la dermis se administra a las DCs dérmicas, o por ambas vías. De hecho, la dermis con su alta densidad de CPA representa una ruta interesante para la inmunoterapia. La administración intradérmica de alérgenos demostró reducir los síntomas de la fiebre del heno desde 1926 por Phillips. Un ensayo clínico reciente demostró que dosis muy bajas de alérgenos administradas en la dermis podrían inducir tolerancia. Además, la inyección intradérmica de péptidos derivados de Fel d 1 y otros alérgenos demostró una profunda mejoría de los síntoma clínicos. Esto causa que las sustancias inyectadas por vía intradérmica drenen hacia los ganglios linfáticos más rápido de manera significativa que cuando se inyectan por vía subcutánea. La vía intradérmica también gana ahora la atención para otras vacunas, como las vacunas de influenza.
RESUMEN Y DIRECCIONES FUTURAS
La AIT se debe mejorar ya que los protocolos de SCIT y SLIT requieren tratamientos de larga duración y presentan efectos alérgicos secundarios, por lo que muy pocos pacientes con alergia deciden someterse a estos tratamientos y la adherencia al tratamiento es baja. La AIT puede mejorarse por modificación del alérgeno, al mejorar el adyuvante, o al cambiar la vía de administración. La ruta ideal de administración se caracteriza por uns densidad alta de CPA potentes y una densidad baja o, de manera ideal, incluso la ausencia de los mastocitos responsables de los efectos secundarios locales y de la vasculatura responsable de los efectos secundarios alérgicos sistémicos. La ruta intralinfatica es interesante ya que los nódulos linfáticos contienen la mayor densidad de células dendríticas que se encuentran en el cuerpo humano. Los autores y otros demostraron que tan sólo tres inyecciones de alérgeno en un nódulo linfático son suficientes para mejorar  los síntomas de alergia.
Además, la aplicación de alérgeno en la epidermis es interesante ya que los epitelios contienen un número alto de células dendríticas, pero no de mastocitos ni vasculatura. Se encontró, sin embargo, que para los alérgenos la membrana basal no representa una barrera de difusión hacia la dermis, así que los alérgenos aplicados de manera epicutánea aún alcanzan la dermis. Sin embargo, cuando la epidermis se preparó con la aplicación de cinta adhesiva, se encontró que la EPIT es segura. Sólo seis aplicaciones de parches fueron suficientes para mejorar los síntomas de alergia. Sin embargo, si la epidermis se preparó por abrasión, se observaron varias reacciones alérgicas sistémicas. Para la EPIT se concluyó que la preparación de la piel es de vital importancia. En primer lugar, el estrato córneo es la principal barrera de difusión y debe hacerse permeable para que los alérgenos alcancen la epidermis viva, donde residen las CPA. Segundo, el trauma físico o químico proporciona señales y un medio inmunológico para las DCs que modulan la eficacia de la AIT. Para ambas rutas novedosas de AIT están en curso programas de investigación clínica extensa y es probable que otorguen nuevas opciones interesantes de tratamiento en la alergia.

Gabriela Senti, MD
,
 Thomas M. Kündig, MDcorrespondenceemail
Novel Delivery Routes for Allergy Immunotherapy. Intralymphatic, Epicutaneous, and Intradermal. 


Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL, Monterrey, México

Dra. med. Sandra Nora González Díaz           Jefe y Profesor
Dr. José Antonio Buenfil López                      Profesor
Dra. Alma Belén Partida Ortega                     Residente 1er Año

Dra. Alejandra Macías Weinmann                   Profesor

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