jueves, 11 de diciembre de 2014

Termoplastía: un nuevo tratamiento para pacientes con asma

Mejora la actividad pulmonar a través de la aplicación de calor en los bronquios.

Broncodilatadores, antihistamínicos y corticosteroides son algunas de las alternativas médicas para darle pelea al asma, una de las enfermedades respiratorias más comunes. Correctamente tratados, la mayoría de los pacientes ven reducidas sus crisis que se manifiestan con falta de aire, respiración sibilante, tos y opresión en el pecho. No obstante, pese a estar medicado, casi uno de cada 10 continúa teniendo ataques. Para esos casos de moderados a severos considerados refractarios (es decir, que no responden a la medicación) se encuentra disponible un nuevo procedimiento no farmacológico: la termoplastía bronquial que, a través del calor, mejora la función pulmonar y disminuye las exacerbaciones.

El novedoso tratamiento fue autorizado recientemente por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y probado por primera vez en el país en dos pacientes que se atendieron en el Hospital del Tórax Dr. Antonio Cetrángolo, del partido bonaerense de Vicente López. 
En los pacientes con asma persistente el músculo liso de los bronquios se encuentra hipertrofiado o recrecido, lo que produce una obstrucción permanente que dificulta el paso de aire que entra y sale de los pulmones. La termoplastía actúa reduciendo la masa muscular que produce ese estrechamiento.
Casi 1 de cada 10 asmáticos continúan teniendo crisis pese a estar medicados
“Es una intervención no farmacológica que implica el calentamiento controlado de las vías aéreas”, explica a Clarín Eduardo López Aráoz, jefe del servicio de Endoscopía del Cetrángolo, hospital especializado en medicina respiratoria. “Se efectúa bajo sedación por medio de una broncoscopía, utilizando un equipo generador de radiofrecuencia que trasmite calor a los bronquios (65 grados durante 10 segundos) a través de un catéter especialmente diseñado y así se tratan todos los bronquios por etapas. El procedimiento dura aproximadamente una hora y es bien tolerado por los pacientes, que al día siguiente del estudio son dados de alta.”
La termoplastía se practica una sola vez en la vida y consta de tres sesiones, cada una con un mes de distancia entre sí. Se realiza en mayores de 18 años que estén en un período estable de la enfermedad, aunque las condiciones para ser tratado o no mediante este método deben ser establecidas por el neumonólogo.
La termoplastía es una intervención no farmacológica que implica el calentamiento controlado de las vías aéreas, explica López Aráoz
López Aráoz, ex presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, subrayó que esta no es una alternativa a la que deban o puedan recurrir todos los pacientes con asma: “Tiene que ser un cuadro persistente moderado a severo, que con el mejor tratamiento médico disponible permanezca sintomático. O sea, que a pesar de utilizar todos los medicamentos disponibles el paciente permanece inestable, con exacerbaciones frecuentes. Y las condiciones para ser tratado o no mediante este método deben ser establecidas por el neumonólogo”. Se trata de un tratamiento complementario, porque el de base no se suspende (se continúa con la medicación antiasmática habitual).
Tan sólo en el último año, Natalia (34) sufrió 14 crisis asmáticas por las que terminó internada. Su médico de cabecera, entonces, le sugirió someterse al nuevo tratamiento y la derivó al hospital de Vicente López. Así se convirtió en una de los dos primeros pacientes del país en probar el método. "Lo toleró muy bien y no tuvo ninguna complicación ni antes ni después", afirmó López Aráoz, que estuvo a cargo de la intervención.
Menos hospitalizaciones
En América, el nuevo método ya fue probado con éxito en Estados Unidos (autorizado por Administración de Medicamentos y Alimentos en 2012), Chile y Brasil. Los estudios arrojaron que es seguro, sin efectos adversos y con beneficios duraderos. De acuerdo a esos trabajos, la termoplastía disminuye los síntomas del paciente (32% de reducción de crisis asmáticas), las hospitalizaciones (73% menos), las visitas a la guardia por síntomas respiratorios (84%) y la cantidad de días perdidos de trabajo o de asistencia a la escuela a raíz de síntomas del asma (66%).
A nivel internacional, casi 250 millones de personas padecen asma, según la Organización Mundial de la Salud. En Argentina habría unos 4 millones calcula Fundaler, la fundación constituida para el estudio del asma y otras enfermedades alérgicas. En busca de cifras oficiales, el Ministerio de Salud inició el mes pasado un estudio sobre la prevalencia de la enfermedad en adultos de 20 a 44 años.

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