lunes, 29 de julio de 2019

La alergia a las frutas rosáceas, entre las más comunes en España

Se encuentra entre las reacciones alérgicas alimentarias más frecuentes.
La alergia a las frutas rosáceas (manzana, pera, melocotón, albaricoque, cereza, ciruela y fresa, entre otras) es la alergia a alimentos más frecuente en España, seguida de la alergia a los frutos secos. Según la compañía farmacéutica ALK-Abelló (@ALK_net), el 25,7% de los pacientes alérgicos remitidos a las consultas de alergia en España presenta este trastorno. En concreto, la que se presenta frente a las frutas ha aumentado un 34% en los últimos 10 años en la península.
Proteínas LTP
Casi el 60% de este tipo de alergia se debe a unas proteínas llamadas LTP(proteínas transportadoras de lípidos). Estas se hallan sobre todo en la superficie de la piel de los vegetales. Su principal característica es que son resistentes al aumento de la temperatura y a las enzimas digestivas. Una de las primeras frutas en las que se describieron los síntomas fue el melocotón.
Cuando se tienen reacciones alérgicas a estas proteínas las manifestaciones principales son trastornos gastrointestinales, náuseas, vómitos y diarrea, urticaria generalizada o por contacto, y en ocasiones asma grave e incluso anafilaxia. Previamente a estos es probable que aparezca el Síndrome de Alergia Oral o SAO, que se basa en un conjunto de síntomas localizados en boca y garganta como cosquilleo, hormigueo e inflamación de labios o irritación de garganta.
Dos tipos
No todas las personas la padecen de la misma forma. Influye la maduración, el almacenamiento y la variedad de la fruta. Así, por un lado hay pacientes que solo muestran reacciones a las frutas rosáceas, y hay otros que la presentan frente a alimentos vegetales con varios grados de reactividad cruzada. En estos casos los productos implicados son principalmente frutas rosáceas, frutos secos (nueces, avellanas…), leguminosas (cacahuete, lentejas…), tomate, lechuga, espárragos, naranja, maíz….
La recomendación de tratamiento se basa principalmente en evitar por completo el alimento que desencadena el problema. Esta medida supone un importante trastorno tanto psicosocial como nutricional para los pacientes, según los expertos. Además, en este último aspecto se pueden incluso producir carencias importantes ya que están implicados varios grupos de alimentos.
Como alternativa algunos alergólogos recomiendan la inmunoterapia sublingual específica, prescrita para la alergia al melocotón, frutas rosáceas y otros alimentos de origen vegetal, pero siempre por un facultativo.


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