domingo, 21 de diciembre de 2014

Éxito de la unidad para los alérgicos al huevo

Con tan solo el contacto del huevo en su piel, unas fuertes reacciones afloraban en su cara de Pedro Garrido. Era alérgico a este alimento y desde muy pequeño sus padres lo educaron a extremar el cuidado de las comidas.
“Una vez, le cayó la clara cruda en el cuerpo, se le quedó como una cicatriz”, recuerda su madre, Francisca Muñoz. Sin embargo, desde hace unas semanas, Pedro y un grupo de once niños han dado un gran paso para superar esta patología gracias a la puesta en marcha de la primera unidad de alérgicos al huevo en el Complejo Hospitalario de Jaén. “La mayoría de los niños lo han tolerado bien”, cuenta el alergólogo Manuel Alcántara, quien explica que el tratamiento duró nueve semanas y que se aplicó a un grupo de doce menores.

Francisca Muñoz y Pedro Garrido , uno de los niños que ha superado la alergia al huevo






“Todos se sometían al tratamiento a la vez. Se premedicaban y al tiempo que se les daba huevo se le retiraba la medicación poco a poco”, explica el especialista, quien detalla que tomaban el producto tres veces a la semana aunque se le quita la clara que es lo que les produce mayor reacción. “Lo que se hace es engañar al cuerpo porque hay una desensibilización, que se trata de una técnica nueva. Además, una de las claves del proceso es que no dejen de comer huevo”, aclara Alcántara, quien añade que, al principio, se lo tienen que tomar pasado por agua, casi crudo. Por otra parte, el alergólogo indica que este ha sido el primer grupo y que el siguiente comenzará el tratamiento después de las Navidades. “Hemos planteado cada ciclo después de los periodos vacacionales, para que no haya ninguna interrupción durante el proceso”, manifiesta el especialista. Aunque, considera que aún es pronto para hablar de resultados finales, Alcántara valora las primeras respuestas de los pacientes. “La sensación es buena. De todos modos, hay que hacer un seguimiento para ver cómo se adaptan al alimento”, detalla el alergólogo. Mientras, la familia de Pedro muestra su felicidad porque ya puede comer huevo. “Este tratamiento me lo ofrecieron en Madrid, pero solo tenía dos años y lo tenían que hacer cerca de una UCI, por eso preferimos dejarlo hasta que nos enteramos que ya lo hacían en Jaén”, cuenta la madre, quien asegura que, desde el principio se mostró muy atrevido al tratamiento. Una experiencia que ha permitido al jiennense de 10 años comer huevo. “¡Y ahora dice que no le gusta!”, asegura.Fuente:http://www.diariojaen.es/ 

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