martes, 9 de septiembre de 2014

Nuevos enfoques terapéuticos para la alergia alimentaria

Introducción


Las alergias alimentarias son respuestas adversas a las proteínas de los alimentos mediadas por el sistema inmunitario. Al igual que otros trastornos atópicos, parece aumentar su prevalencia. Un estudio epidemiológico reciente de niños estadounidenses menores de 18 años reveló que la prevalencia de la alergia a los alimentos se incrementó 18% y la prevalencia de la alergia al maní se triplicó (de 0.4% a 1.4%) entre 1997 y 2008. En los países occidentales, las alergias alimentarias afectan actualmente 3-5% de la población. Algunas alergias a los alimentos, como la alergia al huevo y la alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV) que ocurren comúnmente en niños pequeños pueden superarse en los primeros 2 a 3 años. Sin embargo, la mayoría de los niños con alergia al maní, la nuez, o a los alimentos marinos mantienen su alergia de por vida. De acuerdo con diferentes mecanismos inmunes, las alergias alimentarias pueden ser inducidas por vía de la IgE o por vías no mediadas por la IgE. En los individuos con alergia alimentaria mediada por IgE, los anticuerpos IgE específicos a alimentos se forman después de la exposición a ciertos alérgenos de alimentos que posteriormente se unen a receptores Fcε en los mastocitos, los basófilos y los macrófagos. Cuando los alérgenos penetran la barrera mucosa y son capturados por los anticuerpos IgE unidos a las células mencionadas, los mediadores de las células activadas se liberan y resultan en síntomas locales o sistémicos de forma inmediata. Estos mediadores pueden atraer otras células como eosinófilos y linfocitos para prolongar la inflamación. Las alergias alimentarias mediadas por IgE suelen afectar a la piel (urticaria, angioedema, y eritema) y el tracto gastrointestinal (prurito oral, náuseas, vómitos y dolor abdominal), y a veces el tracto respiratorio y el sistema cardiovascular. Es importante destacar que la alergia alimentaria es una de las causas más comunes de la anafilaxia que pueden conducir a accidentes mortales. Los estudios realizados en Estados Unidos y el Reino Unido muestran que el número de hospitalizaciones por anafilaxia inducida por alimentos aumentó más de 3 veces en la última década.


La identificación y la eliminación de los alimentos responsables de las reacciones alérgicas son el tratamiento primario y el único validado para las alergias a los alimentos. Sin embargo, no es fácil de evitar de manera total el contacto con los alérgenos alimentarios. Varios medicamentos pueden proporcionar un alivio para los síntomas alérgicos inducidos por alimentos. Los antihistamínicos bloquean la acción de la histamina, lo que hace que los vasos sanguíneos se dilatan y se vuelvan permeables a las proteínas plasmáticas. Por tanto, pueden aliviar la urticaria, el prurito, el eritema y el angioedema leve. Los esteroides son más eficaces que los antihistamínicos debido a sus efectos antiinflamatorios integrales. Sin embargo, los esteroides tardan varias horas para empezar a funcionar, lo que limita su uso en condiciones de emergencia. La epinefrina se utiliza de forma común para revertir la reacción alérgica aguda y grave mediante la mejora de la circulación sanguínea. Para las personas que experimentaron anafilaxia inducida por alimentos, el autoinyector de epinefrina (EpiPen) debe prescribirse para la autoadministración. Además de la gestión tradicional de las alergias alimentarias, esta revisión se centrará más en algunos regímenes recién desarrollados o en vías de desarrollo y las estrategias terapéuticas para las alergias alimentarias mediadas por IgE.


Biológicos


Anticuerpo monoclonal humanizado anti-IgE


Se desarrollaron anticuerpos humanizados monoclonales anti-IgE que se unen a un epítope en el dominio CH3 de la porción Fc de IgE, para enmascarar una región responsable de la unión a ambos receptores FcεRI de alta afinidad expresados en la superficie de los mastocitos y los basófilos y los receptores de baja afinidad FcεRII expresados en las células B, las células dendríticas, y las células epiteliales intestinales. Además de disminuir la IgE libre, los anticuerpos anti-IgE también disminuyen la expresión de FcεRI en los mastocitos y los basófilos, lo que resulta en una disminución de la activación y la liberación de la histamina y otros mediadores de inflamación. Un estudio doble ciego, aleatorizado, de búsqueda de dosis en 84 pacientes con un historial de hipersensibilidad inmediata al cacahuate se llevó a cabo para evaluar el efecto terapéutico del antianticuerpo IgE humanizado (TNX-901) en la alergia al cacahuate. Los resultados mostraron que el TNX-901 fue bien tolerado y de forma significativa y sustancial aumenta el umbral de sensibilidad al cacahuate. El omalizumab es otro anticuerpo anti-IgE monoclonal humanizado aprobado para pacientes con asma moderada a grave o asma alérgica grave. Sobre el uso de omalizumab para tratar la alergia al maní, los resultados fueron consistentes con los hallazgos del TNX-901. Un estudio piloto se llevó a cabo de manera reciente para evaluar la eficacia del omalizumab en 22 pacientes con asma persistente y alergia alimentaria concomitante mediada por IgE. Con el tratamiento con omalizumab, todos los pacientes observaron una reducción subjetiva en sus síntomas de alergia a alimentos mediados por IgE como urticaria, angioedema y anafilaxia. La combinación de omalizumab e inmunoterapia específica al alérgeno se investigó con aeroalérgenos ambientales en pacientes con rinitis alérgica. Los resultados alentadores proporcionan la oportunidad de desarrollar estrategias que utilizan el pretratamiento con omalizumab para mejorar la seguridad y la eficacia de la inmunoterapia para tratar las alergias alimentarias.


Anticuerpo monoclonal anti-interleucina (IL)-5 (Mepolizumab)


Los trastornos gastrointestinales asociados a los eosinófilos (EGIDs), como la esofagitis eosinofílica (EE) y la gastroenteritis eosinofílica (GE), son un espectro de enfermedades inflamatorias cada vez más reconocido de fisiopatología mixta, con mecanismos mediadas y no por la IgE. Dado que la IL-5 es un importante activador y regulador de los eosinófilos, el mepolizumab se aplicó en la terapia de los EGIDs. Algunos estudios piloto de pacientes con EG o EE con mepolizumab resultaron en una disminución de la eosinofilia periférica y la eosinofilia tisular, pero con mejoría mínima en los síntomas. Obviamente se necesitan ensayos controlados y aleatorizados más grandes para aclarar aún más la eficacia y la seguridad de esta terapia en pacientes con EGIDs.


Inmunoterapia específica al alérgeno


La inmunoterapia específica al alérgeno (SIT) es una forma de terapia en la que los pacientes se vacunan con dosis crecientes de alérgenos que inducen síntomas de alergia. La SIT demostró su eficacia en varias enfermedades alérgicas como asma, rinitis alérgica y alergias a insectos y representa el único tratamiento curativo que se sabe que modifica el proceso alérgico, mientras que los medicamentos actuales sólo suprimen los síntomas. Los mecanismos por los cuales la SIT tiene sus efectos pueden incluir la modulación de las células efectoras inmunes tales como las células T, las células B, los eosinófilos, los basófilos y los mastocitos, la generación de células T reguladoras específicas al alérgeno, un aumento significativo en la IgG4 específica al alérgeno, y también IgG1 e IgA, y una disminución de la IgE. La administración subcutánea de alérgenos convencionales es altamente eficaz para tratar enfermedades alérgicas. Sin embargo, debido a un efecto secundario grave poco frecuente de anafilaxia y la necesidad de inyecciones subcutáneas repetidas durante varios años, existen varios intentos de superar estas limitaciones, como la búsqueda de nuevas rutas de tratamiento como la inmunoterapia oral o sublingual (ITSL), y la modificación de alérgenos para eliminar los epítopos de unión de la IgE. Como la SIT es una terapia bien establecida para algunas enfermedades alérgicas, se realizaron varios ensayos clínicos y estudios de modelos animales para investigar la eficacia y seguridad de la SIT convencional y la modificada en las alergias alimentarias mediadas por IgE.


Inmunoterapia subcutánea (SCIT)


En un estudio doble ciego, controlado con placebo (DBPC), los pacientes con alergia confirmada al maní se trataron con SCIT para maní o placebo. Tres pacientes completaron el estudio y mostraron una disminución de 67% a 100% en los síntomas inducidos por reto con maní. También tuvieron una reducción logarítmica de 2 a 5 en la reactividad al extracto de maní en las pruebas epicutáneas. Otro ensayo clínico se llevó a cabo posteriormente en el que se reclutaron 12 pacientes con alergia al maní. La mitad se trató con inyecciones subcutáneas de extracto de maní durante al menos 1 año. Los otros seis se trataron como controles. Todos los pacientes se sometieron a desafíos orales al maní al inicio, después de aproximadamente 6 semanas, y después de 1 año. En comparación con los controles, los pacientes que recibieron SCIT experimentaron un aumento en la tolerancia al desafío con maní y una disminución de la sensibilidad en la piel valorada con pruebas epicutáneas con extracto de maní. Sin embargo, las reacciones sistémicas fueron comunes en el grupo tratado tanto durante la inmunoterapia rápida y como en el mantenimiento. En cuanto a la seguridad, esta estrategia terapéutica basada en extracto de maní actualmente no se indica para el tratamiento de la alergia al maní.


El síndrome de alergia oral (SAO) o alergia al polen y alimentos es un tipo de alergia alimentaria mediada por IgE que se produce en pacientes con rinitis alérgica inducida por polen y ambrosía y que se caracteriza por reacciones alérgicas como edema de la mucosa de la cavidad oral. Se desarrolla en respuesta a ciertas frutas que comparten cierta similitud con el polen. Con el concepto de inmunoterapia cruzada, la SCIT basada en polen se aplicó para tratar esta enfermedad alérgica. Un estudio demostró que la SCIT con extractos de polen de abedul reduce de manera efectiva la sensibilidad a la manzana y la reactividad de la piel en la mayoría de los casos con alergia al polen de abedul y SAO. Otros 27 pacientes alérgicos al polen de abedul con SAO inducida por manzana o avellana se sometieron a un ensayo abierto. Quince pacientes se trataron con SCIT de polen de abedul, mientras que 12 fueron controles. Los resultados mostraron que 13 de 15 (87%) pacientes tratados con SCIT podían comer significativamente más manzana o avellana sin síntomas o signos. La cantidad tolerada promedio aumentó de 12.6 a 32.6 g de manzana después de 1 año. Debido a que la cantidad tolerada es pequeña, los efectos clínicos aún son limitados. Sin embargo, estos resultados revelaron el potencial terapéutico de la SCIT contra el polen en personas con SAO.


Inmunoterapia oral (OIT)


En lugar de una inyección, el extracto alergénico se ingiere de forma inmediata en la OIT y esto ofrece un enfoque terapéutico en teoría más cómodo y seguro que la SCIT. Por lo tanto, la OIT para los alimentos es ahora una de las inmunoterapias investigadas con mayor frecuencia para las alergias alimentarias mediadas por IgE. Skripak et al, llevaron a cabo el primer estudio doble ciego, aleatorizado, controlado con placebo de la OIT con leche para CMA. Veinte niños se asignaron al azar a la OIT con leche o placebo (2:1). La dosificación incluía tres fases: la de acumulación (dosis inicial, 0.4 mg de proteína de la leche; dosis final, 50 mg), dosis diarias con aumentos cada 8 semanas en el consultorio a un máximo de 500 mg, y dosis de mantenimiento diario por 3 a 4 meses. Diecinueve pacientes completaron el tratamiento: 12 en el grupo activo y siete en el grupo de placebo. Uno abandonó debido a eccema persistente durante el aumento de la dosis. La mediana de la dosis umbral de leche en ambos grupos fue de 40 mg en el desafío basal. Después de la OIT, la dosis acumulativa media para la inducción de una reacción en el grupo de tratamiento activo se incrementó de 40 a 5140 mg, mientras que los pacientes en el grupo de placebo se mantuvieron sin cambios (P = 0.0003). Entre 2,437 dosis activas de OIT frente a 1,193 dosis de placebo, hubo 1,107 (45.4%) frente a 134 (11.2%) reacciones totales. Los tipos más comunes de reacciones en el grupo activo fueron locales (prurito principalmente oral) y gastrointestinal (en su mayoría dolor abdominal). Los niveles de IgG4 específica a la leche aumentaron de manera significativa en el grupo de tratamiento activo.


Un estudio más amplio de 60 niños con APLV grave se realizó para evaluar la seguridad y la eficacia de la OIT con leche. Treinta niños comenzaron la terapia, mientras que los 30 restantes se mantuvieron con una dieta libre de leche y se siguieron durante 1 año. Un total de 36% de los 30 niños fueron capaces de tolerar la dosis objetivo (150 ml) a 1 año, 16 (54%) pudieron tomar cantidades limitadas de leche (5-150 ml), y tres (10%) no fueron capaces de completar el protocolo por síntomas respiratorios y abdominales persistentes. Algunos pacientes en ambos grupos necesitaron medicamentos adicionales para resolver los efectos adversos.


Un protocolo de OIT a la leche con aumento semanal de la dosificación se evaluó de forma reciente en un solo ensayo ciego simple, aleatorizado y controlado. Treinta niños con APLV se asignaron por igual al azar a la desensibilización con leche de vaca o fórmula de soya como control. La titulación semanal duró 18 semanas. Dos pacientes activos y un paciente de control abandonaron. La tolerancia completa a la leche (200 ml) se logró en diez pacientes activos y la tolerancia parcial en uno, mientras que la sensibilidad a la leche se mantuvo sin cambios en todos los controles. Dos pacientes activos interrumpieron el tratamiento debido a reacciones graves. Ninguno de los controles experimentó reacciones adversas.


Siete pacientes con antecedentes de alergia al huevo se sometieron a un protocolo de OIT al huevo de 24 meses con fases de inducción, acumulación, y mantenimiento. Las concentraciones de IgG específica al huevo aumentaron de forma significativa, mientras que las concentraciones de IgE específica al huevo no cambiaron de manera significativa. Tres de los siete pacientes toleraron ingestiones accidentales de huevo durante el tratamiento. Al final del estudio, todos toleraron de forma significativa más proteína de huevo que en el inicio del estudio. En un ensayo clínico abierto de OIT al huevo, las dosis diarias de huevo se aumentaron de manera gradual de acuerdo con los niveles de IgE específica a la clara de huevo. Seis pacientes que completaron todo el protocolo desarrollaron tolerancia clínica al huevo. El diámetro medio del habón en las pruebas epicutáneas la clara de huevo disminuyó de 10 a 2.5 mm durante la OIT (P = 0.03). En comparación con los datos de referencia, los niveles de IgE específica a la clara de huevo disminuyeron de forma significativa, y los niveles de IgG4 correspondientes aumentaron durante el estudio.


La OIT también se aplicó al tratamiento de la alergia al maní. Cuatro niños con alergia al maní se sometieron a OIT. Se realizaron retos orales se para confirmar el diagnóstico y determinar los umbrales de dosis antes del estudio. Un paciente tuvo anafilaxia durante el reto y requirió una inyección de epinefrina. La OIT se administró como dosis diarias de harina de maní y se aumentó de 5 a 800 mg de proteína con aumento de la dosis cada 2 semanas. Después de 6 semanas de tratamiento, todos los sujetos toleraron la inmunoterapia a 800 mg de proteína y no se utilizó epinefrina durante la terapia. Cada sujeto toleró al menos diez manís enteros (aproximadamente 2.38 g de proteína) en retos posteriores a la intervención, un aumento en el umbral de dosis de al menos de 48, 49, 55 y 478 veces mayor para los cuatro sujetos.


Otro estudio abierto reclutó más pacientes. De los 29 sujetos que completaron el estudio, 27 ingirieron 3.9 g de proteína de maní durante el reto alimentario. La mayoría de las reacciones adversas que se produjeron durante la OIT se resolvieron de manera espontánea o con antihistamínicos. Además de la eficacia clínica, los investigadores encontraron que las pruebas epicutáneas tituladas y de activación de basófilos disminuyeron de manera significativa a los 6 meses. La IgE específica al maní disminuyó en 12 a 18 meses, mientras que la IgG4 aumentó de forma significativa. Las células T reguladoras específicas al maní aumentaron hasta los 12 meses y disminuyeron a partir de entonces.


Recientemente, se llevó a cabo un ensayo aleatorizado. En este estudio, se incluyeron 28 pacientes en el estudio para evaluar la eficacia y la seguridad de la OIT para la alergia al maní. Tres pacientes se retiraron temprano en el estudio debido a efectos secundarios alérgicos. Durante el desafío alimentario, todos los sujetos de OIT para el maní restantes (n = 16) ingirieron la dosis acumulativa máxima de 5,000 mg (aproximadamente 20 cacahuates), mientras que los sujetos con placebo (n = 9) ingirieron una dosis acumulativa media de 280 mg (rango, 0-1,900 mg, P < 0.001). Los hallazgos de laboratorio del grupo de tratamiento activo son similares al estudio abierto anteriormente citado.


Tomados en conjunto, aunque se observaron reacciones adversas durante el tratamiento, la mayoría de ellas fueron leves y curables. La OIT parece ser una terapia segura y eficaz para las alergias alimentarias. Más estudios son necesarios para establecer los protocolos para cada alérgeno antes de que la OIT se convierta en una práctica rutinaria.


Inmunoterapia sublingual


La inmunoterapia sublingual (SLIT) consiste en colocar pequeñas cantidades de alérgenos en forma líquida o en tableta debajo de la lengua. Actualmente, es una opción de tratamiento para la rinitis alérgica en muchos países de Europa y tiene un buen perfil de seguridad y eficacia terapéutica global comparable con la SCIT. Por lo tanto, están en extensión muchos estudios controlados para evaluar la SLIT para otras indicaciones, como las alergias alimentarias. Treinta y un pacientes con alergia al melocotón completaron un estudio aleatorizado DBPC de ITSL con extracto cuantificado de durazno Pru p 3. Después de 6 meses de tratamiento, el grupo activo toleró una cantidad significativamente mayor de melocotón (de 3 a 9 veces), y presentó una disminución significativa (5.3 veces) en las pruebas de epicutáneas, y un aumento significativo en la IgE e IgG4 específica para Pru p 3. En contraste, no se observaron cambios significativos en el grupo con placebo. No hubo efectos adversos graves durante el tratamiento. Las reacciones locales fueron significativamente más frecuentes en el grupo activo (tres veces) y en 95% de ellos restringidas a la cavidad oral.


También se evaluó la SLIT para las alergias a la avellana y el maní. Veintitrés pacientes se incluyeron en el estudio de ITSL para la avellana y se distribuyeron de forma aleatoria en dos grupos. Las reacciones adversas sistémicas se observaron en sólo 0.2% de la dosis totales administradas. La cantidad de avellana que provocó síntomas objetivos se incrementó de 2.29 a 11.56 g (grupo activo, P = 0.02) frente a 3.49 a 4.14 g (placebo; NS). Además, casi 50% de los pacientes en el grupo activo llegó a una dosis más alta (20 g), pero sólo 9% en el grupo placebo. Se observó un aumento en los niveles de IgG4 e IL-10 específicas a la avellana después de la inmunoterapia sólo en el grupo activo. Dieciocho niños con alergia al maní participaron y completaron un ensayo con SLIT de maní de 12 meses. Los efectos secundarios fueron principalmente orofaríngeos y rara vez requirieron tratamiento. Finalmente, el grupo de tratamiento ingirió de forma segura 20 veces más proteína de maní que el grupo placebo. Los niveles de IgE específicos para el maní aumentaron durante los 4 primeros meses (P = 0.002) y luego disminuyeron de forma constante a lo largo de los 8 meses restantes (P = 0.003), mientras que los niveles de IgG4 específica para el maní aumentaron durante los 12 meses (P = 0.014). Además, los niveles de IL-5 disminuyeron al final del estudio (P = 0.015).


Como se mencionó de forma anterior, la SLIT con polen es potencialmente eficaz para el tratamiento de la OAS. Veinte pacientes con rinoconjuntivitis al polen de abedul y OAS inducida por manzana se reclutaron en un ensayo para investigar los efectos de la SLIT con polen de abedul en la alergia a la manzana. Los resultados no fueron consistentes con los de la SCIT y mostraron que aunque los pacientes experimentaron una mejoría en los síntomas alérgicos estacionales después del tratamiento, la OAS inducida por la manzana no se redujo de manera significativa.


Inmunoterapia epicutánea (EPIT)


La EPIT proporciona otra ruta de entrega del alérgeno para la inmunoterapia que se probó con éxito en seres humanos. Con parches epicutáneos, 19 niños con CMA se sometieron a un estudio en el que se asignaron al azar para recibir EPIT con alérgenos de leche de vaca o placebo. En el grupo activo, aunque no estadísticamente significativo, la EPIT tendió a aumentar la dosis tolerada acumulada al final del estudio. El eritema local con o sin prurito se ve de forma más común en el sitio de aplicación. No se produjeron eventos adversos graves. En términos generales, la EPIT fue bien aceptada por los pacientes.


Inmunoterapia con alérgenos modificados


La cuestión más apremiante en la inmunoterapia es la de las reacciones inmediatas derivadas de la interacción entre la IgE y los alérgenos. Aunque la alteración de las vías de administración para los alérgenos, como se discutió de manera previa, puede aumentar de forma significativa el cumplimiento y la seguridad de la inmunoterapia, todavía suceden las reacciones adversas graves como anafilaxia. La modificación de los epítopos de unión a la IgE en los alérgenos puede interferir con la unión de la IgE a los alérgenos y reducir el riesgo de reacciones alérgicas durante la inmunoterapia.


El calentamiento extensivo o el procesamiento de los alimentos en general disminuyen la alergenicidad de las proteínas mediante la destrucción de epítopos conformacionales. Dos ensayos clínicos aleatorios mostraron que la mayoría de los niños (70-80%) con CMA o alergia al huevo toleran bien la leche y los productos de huevo calentados de forma extensa. Recientemente, un estudio informó los efectos a largo plazo de la inclusión de leche al horno sobre la APLV. En este estudio, los niños con APLV se sometieron a retos alimentarios secuenciales a queso al horno (pizza), seguido de la leche sin calentar. Algunos niños con APLV que no recibieron leche al horno se inscribieron como controles. Los resultados mostraron que los niños que de forma inicial fueron tolerantes a la leche al horno eran 28 veces más propensos a tolerar la leche no calentada en comparación con los niños con respuesta a la leche horneada (P < 0.001). Más importante aún, los sujetos que incorporaron la leche al horno en su dieta fueron 16 veces más propensos que el grupo de comparación a convertirse en tolerantes a la leche sin calentar (P < 0.001), mientras que los valores de IgE no cambiaron.


Mediante el uso de tecnología recombinante, los alérgenos alimentarios pueden producirse en cantidades comerciales con calidad estándar. Los epítopos de unión a la IgE de dichas proteínas recombinantes pueden modificarse de manera adicional, por ejemplo, por mutagénesis dirigida al sitio para reducir la alergenicidad. Además de la inmunidad humoral, las células T específicas de alérgeno también desempeñan un papel importante en la alergia y son otro objetivo terapéutico. Varios estudios demostraron que la inmunoterapia con péptidos sintéticos que contienen epítopos de células T inmunodominantes de un alérgeno pueden inducir la falta de respuesta de las células T. La vacuna de ADN que codifica alérgenos específicos modificados puede proporcionar alérgenos sintetizados in vitro de forma persistente e inducir respuestas inmunes celulares y humorales prolongadas. Algunos adyuvantes tales como Listeria monocytogenes muerta por calor (HKLM), motivos CpG, y manósido se utilizaron con los alérgenos modificados durante la inmunoterapia para mejorar las respuestas reguladoras de células T ayudadoras tipo I y/o respuestas reguladoras de células T. Los enfoques anteriores como tratamiento de alergias a los alimentos se evaluaron en numerosos estudios en animales, y los resultados preliminares de la mayoría de los estudios son alentadores. En el futuro, se deben realizar más ensayos clínicos en humanos para investigar la posibilidad de aplicación clínica de estas estrategias de tratamiento para las alergias alimentarias.


Otros productos farmacéuticos


Medicina herbolaria china


Algunas medicinas tradicionales chinas tienen propiedades antialérgicas, que podrían ser útiles para el tratamiento de las alergias a los alimentos. Una fórmula herbal china, FAHF-1, que contiene 11 hierbas se utilizó para el tratamiento de la anafilaxia en un modelo múrido de alergia al maní. Los ratones se sensibilizaron con maní en la presencia de la toxina del cólera y se reforzaron 1 y 3 semanas más tarde. El tratamiento con FAHF-1 se inició 1 semana más tarde y continuó durante 7 semanas. Después del tratamiento, el FAHF-1 bloqueó de manera completa los síntomas anafilácticos inducidos por maní, redujo de forma notable la degranulación de mastocitos y la liberación de histamina, y también redujo de manera significativa la proliferación de linfocitos inducida por maní, así como la síntesis de IL-4, IL-5, e IL-13. Posteriormente, una fórmula mejorada (FAHF-2), de la que se eliminaron dos hierbas del FAHF-1 debido a posible toxicidad, se ensayó en el mismo modelo. De manera similar al FAHF-1, el FAHF-2 pudo proteger de manera completa a los ratones de la anafilaxia inducida por maní hasta 5 semanas después de la terapia. En un ensayo clínico fase 1 de escalada de dosis, aleatorizado, y controlado con placebo, se evaluó la seguridad y la tolerabilidad del FAHF-2 en pacientes con alergias a alimentos. De los 18 pacientes que completaron el estudio, un paciente del grupo activo y un paciente del grupo control informaron de síntomas gastrointestinales leves. Los signos vitales, los resultados del examen físico, los datos de laboratorio básicos, y la función pulmonar no fueron diferentes entre los pacientes en los grupos activos y de control antes y después del tratamiento. Además, las células mononucleares de sangre periférica en los tratados con FAHF-2 in vitro demostraron una reducción significativa en la IL-5 y aumento del interferón (IFN)-γ y la IL-10. Los resultados mostraron que la FAHF-2 fue segura y bien tolerada en pacientes con alergias a alimentos. Los ensayos de fase 2 y 3 de prueba son necesarios para confirmar la eficacia de la FAHF-2 sobre las alergias alimentarias.


Conclusión


La prevalencia de las alergias alimentarias está en aumento; sin embargo, el tratamiento estándar se limita a la evitación de alimentos y el alivio de los síntomas. Dado que hay una necesidad médica no satisfecha de un tratamiento eficaz para las alergias alimentarias, el desarrollo de intervenciones terapéuticas es una prioridad de la investigación y de importancia clínica. Actualmente, más y más estudios en animales y ensayos clínicos se conducen para investigar la seguridad y la eficacia clínica e inmunológica de los productos biológicos, la inmunoterapia, y otros productos farmacéuticos en el tratamiento de las alergias alimentarias. Algunos resultados alentadores de estos estudios indican una futura dirección terapéutica. La combinación de fármacos biológicos, distintas modalidades de inmunoterapia, y/u otros medicamentos recién desarrollados será probablemente la mejor estrategia de tratamiento para las alergias alimentarias.


Yao-Hsu Yang y Bor-Luen Chiang. Clin Rev Allerg Immunol 2014; 46: 250-7


Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL, Monterrey, México


Dra. med. Sandra Nora González Díaz    Jefe y Profesor


Dra. med. Lucía Leal Villarreal                 Profesor


Dra. Dulce María Rivero Arias                  Residente 1er Año


Dra. Alejandra Macías Weinmann            Profesor

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