Un insecto puede convertirlo en vegetariano, o al menos hacer que deje de comer carne roja. Los médicos en Estados Unidos han detectado un aumento en las alergias repentinas a la carne entre la gente que es mordida por un cierto tipo de garrapata.
El inusual problema fue descubierto hace pocos años, pero va en aumento a medida que las garrapatas se propagan del suroeste hacia el este y otras partes de Estados Unidos. En algunos casos, comerse una hamburguesa o un bistec ha mandado a personas al hospital con graves reacciones alérgicas.
Pocos pacientes parecen estar al tanto del peligro, e incluso los médicos demoran en identificarlo. Como dijo un alergista que ha atendido 200 casos en Long Island, Nueva York, "¿por qué alguien que ha comido carne toda su vida pensaría que es alérgico a la carne?"
La culpable es la garrapata Lone Star, nombrada así por el apodo que recibe Texas, un estado famoso por sus asados. La garrapata ahora se encuentra en todo el sur y el este de Estados Unidos.
Los investigadores creen que otros tipos de garrapatas también pueden ocasionar alergias a la carne, y se han reportado casos en Australia, Francia, Alemania, Suecia, España, Japón y Corea.
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La explicación es la siguiente: el insecto tiene un azúcar que los humanos no poseen, llamado alfa-gal. El azúcar también se encuentra en la carne roja —res, cerdo, venado y conejo— e incluso en algunos productos lácteos. Usualmente no hay problemas cuando los humanos la consumen a través de comida que es digerida.
Pero una mordedura de la garrapata ocasiona una respuesta del sistema inmunológico, y ese estado de alerta, el cuerpo considera al azúcar que la garrapata transmitió a la piel y la sangra de la víctima como una sustancia extraña, y produce anticuerpos para combatirla. Eso puede provocar una reacción alérgica la próxima vez que la persona coma carne roja y el azúcar entre a su cuerpo.
Eso le sucedió el verano pasado a Louise Danzig, una enfermera retirada de 63 años de Montauk, en la punta este de Long Island.
Horas después de comer una hamburguesa, "me desperté con las manos muy hinchadas, y con mucho picor", relató. Al bajar las escaleras, "sentía cómo se hinchaban los labios y la lengua", y para cuando llamó a emergencias médicas "ya perdía la capacidad para hablar y se me estaban cerrando las vías respiratorias".
Ella tenía picadas recientes de garrapatas, y una prueba de sangre confirmó que tenía alergia a la carne.
"No volveré a comer hamburguesas", comentó. "No quiero que me vuelva a pasar eso".
La doctora Erin McGintee, una especialista en alergias del este de Long Island, una zona con muchas garrapatas, ha visto casi 200 casos en los tres últimos años. Al menos 30 eran niños, los más jóvenes entre cuatro y cinco años de edad. La doctora tiene una base de datos para estudiar la enfermedad con otros investigadores.
"Es raro", señaló. "Es diferente a casi todo lo que he aprendido como una alergista", porque los síntomas pueden ocurrir hasta ocho horas después de comer la carne, en vez de inmediato, y la culpable es el azúcar, un tipo de carbohidrato, mientras que la mayoría de las alergias de comida son ocasionadas por proteínas, explicó.
Los médicos no saben si la alergia es permanente.
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