Los investigadores examinaron los registros médicos de los niños y preguntaron a los padres si habían sufrido de fiebre del heno, asma o eccema alguna vez y en los últimos 12 meses. Adicionalmente se registró con cuántos perros y gatos habían convivido los niños en su primer año de vida.
El análisis de los datos reveló que los niños de 8 a 9 años de edad que compartieron la casa con cuatro mascotas cuando eran bebés, tenían la mitad de probabilidades de tener una alergia reciente, en comparación con sus contrapartes libres de mascotas, con una tendencia similar entre el grupo de niños de 7 a 8 años.
Los datos muestran que cada mascota adicional reduce el riesgo de un niño de padecer una condición alérgica en un 20 por ciento.
El Dr. Bill Hesselmar, profesor en el Departamento de Pediatría de la Universidad de Gotemburgo y autor principal de la investigación, afirmó:
En otras palabras, más mascotas significan mayor protección contra las alergias.“En este estudio observamos que la prevalencia de enfermedades alérgicas en niños de entre 7 y 9 años se redujo de manera dependiente al número de mascotas domésticas con que convivieron durante su primera año de vida, lo que sugiere un efecto “mini-granja” por el cual perros y gatos protegen contra el desarrollo de alergias”.
Pero los autores del estudio subrayan que no se trata sólo de alergias, sino también de enfermedades autoinmunes, enfermedades inflamatorias del intestino, enfermedades vasculares y afecciones metabólicas como la obesidad.
Entrenamiento temprano
Los investigadores suponen que la protección se debe a lo se conoce como la hipótesis de la higiene, la cual sostiene que la exposición a microbios y productos microbianos, entrenan al sistema inmunológico a no reaccionar a cosas inofensivas como el polen y los cacahuetes, y de este modo, las personas no desarrollan alergias.
Las mascotas, especialmente los perros, tienen un pelaje que atrapa todo tipo de microbios, incluso si se ven limpios, así como trozos de membrana bacteriana llamadas endotoxinas.
Los autores del estudio señalan que al inhalar, comer y, en general, estar inmerso en una gran cantidad de diferentes microbios y endotoxinas, promueve una microbiota saludable.
Esto a su vez, proporciona una programación adecuada del sistema inmunológico, así como del sistema metabólico y el desarrollo neurológico. Pero hay una advertencia: esta exposición microbiana, sólo tendrá un efecto positivo si se realiza en los primeros tres años de vida.
Referencia: Pet-keeping in early life reduces the risk of allergy in a dose-dependent fashion. Plos One, 2018. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0208472
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