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INTRODUCCIÓN
En los últimos 50 años, la incidencia de
enfermedades alérgicas y asma está en aumento de manera continua en los países
ricos. Esta tendencia ahora también llegó a países del segundo mundo con desarrollo
económico rápido, lo que resulta en la actualidad en 334 millones de pacientes
de asma en todo el mundo y 30 millones de pacientes menores de 45 años en
Europa. Se espera un aumento de la prevalencia del asma en los próximos años.
Las terapias actuales pueden lograr alivio
sintomático, pero son incapaces de curar la enfermedad o reducir su
prevalencia. Por consiguiente, el asma constituye una gran carga para los
sistemas de salud con costes globales en Europa de 19.3 millones de euros en
2010, para pacientes de 15-64 años. Por lo tanto, hay una necesidad elevada de
desarrollar nuevas estrategias para la prevención del asma y la alergia.
Ya que hay indicaciones iniciales de que el
medio ambiente influye, al menos en parte, en el desarrollo del asma, y en
especial por la exposición microbiana durante la infancia, podría valer la pena
modular el microbioma o usar metabolitos bacterianos para prevención del asma
en candidatos en riesgo. El asma incluye diferentes fenotipos clínicos, los más
simples son el asma no alérgica y alérgica, esta última también es más común en
la infancia. Como la mayoría de los estudios abordan el asma alérgica, los
autores se centrarán en este fenotipo.
En esta revisión, se resume la evidencia actual
de estudios epidemiológicos y experimentales de que las bacterias ambientales y/o
sus metabolitos podrían explotados para prevenir el asma y las alergias en el
futuro.
2 | EXPOSICIONES
EN LA VIDA TEMPRANA: INFLUENCIA SOBRE LA COLONIZACIÓN MICROBIANA Y EL RIESGO
PARA ALERGIAS Y ASMA
La hipótesis de la higiene propone que la
creciente prevalencia de enfermedades alérgicas se relaciona de forma causal
con una menor exposición a microbios ambientales e infecciones inofensivas, con
un aumento paralelo de la riqueza económica. Además, el momento de las
exposiciones microbianas parece ser relevante en particular durante las
primeras etapas de desarrollo. De varias observaciones que sugieren que ciertos
factores ambientales durante la infancia desempeñan un papel fundamental para
el desarrollo posterior de enfermedades alérgicas y asma, se destacan cuatro
ejemplos y se discuten vículos potenciales al microbioma.
Primero, el modo de nacimiento, es decir,
vaginal o cesárea, se asocia con el riesgo de desarrollar enfermedades atópicas
más tarde en vida y con diferente colonización microbiana del recién nacido. Un
estudio de cohortes basado en población en Noruega mostró un aumento de 42% del
riesgo de asma en niños nacidos por cesárea. De manera similar, la cesárea se
asoció con rinitis alérgica, e incluso dos veces más estar sensibilizado a al
menos un alérgeno en una cohorte de estudio de los Estados Unidos. Estos
hallazgos se confirmaron por un metaanálisis que muestra un riesgo 20% mayor de
tener un diagnóstico de asma y rinitis alérgica después de la cesárea en
comparación con el parto vaginal. Como las tasas de cesáreas están en aumento a
nivel mundial, queda por determinar cómo esta tendencia afectará el riesgo de
alergias y asma en países de prevalencia baja. Cabe destacar que, diferentes
susceptibilidades a enfermedades después del parto vaginal o cesárea no se vincula
de manera necesaria a una colonización microbiana diferente en los recién
nacidos. Del mismo modo, es posible que las razones médicas que llevan a las
cesáreas sean los motivos principales del mayor riesgo de enfermedades
alérgicas. Además, estudios recientes demostraron que la diferenciación simple
entre el parto vaginal y la cesárea no refleja la complejidad de este asunto ya
que existen diferencias conocidas de la microbiota intestinal del lactante
después del nacimiento o no por parto. Estas diferencias en muchos casos
también se conectan a las condiciones médicas que llevaron a las cesáreas no
electivas, que no se estudiaron de forma suficiente con respecto a su
influencia en el microbioma intestinal del niño. De manera interesante, un
estudio reciente mostró que dentro 6 semanas después del nacimiento, la
microbiota del bebé se determina de forma predominante por el sitio del cuerpo
y los factores maternos, pero es independiente de la forma de nacimiento. A
primera vista, estos hallazgos podrían contradecir la importancia de la colonización
microbiana para las enfermedades alérgicas, al menos cuando se trata del modo de
nacimiento de un bebé. Sin embargo, también podrían apuntar hacia las primeras
6 semanas como una ventana crucial de tiempo para la determinación de la
susceptibilidad del bebé hacia la alergia y el asma. Además, una revisión
sistemática reciente por Rutayisire et al reveló una mayor abundancia de
ciertas bacterias intestinales después del parto vaginal en comparación con la
cesárea. Esto se refiere a géneros particulares de Actinobacteria, Bacteriodetes y
Bifidobacteria. La subrepresentación de ciertas bacterias después la cesárea
podría restaurarse en parte por transferencia del microbiana vaginal. Sin
embargo, aún está por verse si este enfoque tendrá efectos a largo plazo en el
desarrollo de enfermedades alérgicas.
En segundo lugar, la lactancia materna, en
comparación con la alimentación con fórmula, es beneficiosa para la salud
infantil, ya que se vincula a morbilidad infecciosa y mortalidad menores, mayor
inteligencia y, probablemente, menor riesgo de sobrepeso y diabetes. Sin
embargo, la influencia de la lactancia materna en las enfermedades alérgicas es
poco concluyente y los resultados de numerosos estudios a menudo se obstaculizan
por las limitaciones metodológicas. No obstante, un metaanálisis exhaustivo
reciente reveló evidencia para la protección contra el asma (de 5 a 18 años) y,
en menor extensión, contra el eccema (edad inferior a 2 años) y la rinitis
alérgica (edad inferior a 5 años). Aunque el nivel de confianza de la evidencia
es de bajo a muy bajo, los resultados fueron consistentes entre los estudios
para estos resultados alérgicos. En general, una mayor diversidad microbiana
intestinal se vincula a la disminución de las enfermedades alérgicas. Sin
embargo, la lactancia materna se acompaña por una menor diversidad donde especies
específicas de Bifidobacterias se
ajustan a la distinta composición de los oligosacáridos de la leche en la leche
materna de las madres de manera indivual. La lactancia materna no sólo influye
en el ajuste de las Bifidobacterias, sino
también contribuye a la colonización de los niños por este género que está
ausente en las fórmulas de leche. Por lo tanto, no solo la diversidad
bacteriana per se es importante, sino
que también la correcta composición de la microbiota intestinal y si se adaptan
o no a las necesidades del huésped se rige por las respectivas ventanas de
tiempo de vida.
En tercer lugar, se describió una relación
inversa para el riesgo de enfermedades alérgicas y el contacto temprano con un
mayor número de personas, como crecer en familias numerosas o asistir a
guarderías dentro de los primeros 2 años de vida. Un estudio en 114 niños
mostró que el número de hermanos mayores se correlaciona de forma positiva con
la diversidad microbiana intestinal y la riqueza bacteriana a la edad de 18
meses. Sin embargo, la composición microbiana intestinal y la diversidad no se
asociaron con síntomas de bronquitis asmática y eccema en la primera infancia.
En un estudio transversal más reciente de 105 niños sanos, los bebés menores de
1 año con hermanos mayores tenían más probabilidades de tener una microbiota
nasal dominada por Moraxella y microbiota fecal dominada por Bifidobacterium.
Sin embargo, no existe en la actualidad una asociación causal entre la
microbiota alterada por el contacto con los hermanos y la enfermedad alérgica.
En cuarto lugar, una de las observaciones más
importantes que apoyan la hipótesis de la higiene son los llamados estudios de granjas,
que demuestran que los niños que crecen en granjas tradicionales son menos
propensos a enfermedades alérgicas que los niños que viven en el campo, pero no
en una granja. Esta asociación ya se demostró para enfermedades tales como
sensibilización alérgica, fiebre del heno, asma diagnosticada por médicos, o
bronquitis obstructiva recurrente. La protección parece asociarse con la
exposición a una gama amplia de microbios proporcionados por el entorno de la
granja, por ejemplo, como resultado del consumo de leche de vaca no
pasteurizada o la presencia de cobertizos de animales. De manera más
específica, la abundancia de ciertas especies bacterianas se incrementó en el
ambiente de la granja, como Bacillus sp., Corynebacterium sp., y Listeria monocytogenes. Se observó el
mismo aumento para el taxón fungoso Eurotium.
Es de destacar que la exposición a granjas
durante el primer año de vida se asoció con un riesgo significativamente menor
de asma diagnosticada por médico y sensibilización atópica en comparación con
la exposición posterior, y los niños de los agricultores de tiempo completo
estaban más protegidos que los agricultores de tiempo parcial. Estas
observaciones se probaron de manera reciente al mostrar una prevalencia baja de
asma en los niños de los Amish tradicionales, una comunidad que no usa
electricidad o máquinas agrícolas vs mayor prevalencia de asma en niños de la
comunidad Hutterite que usan técnicas de cultivo altamente industrializadas en
los Estados Unidos. Ambos grupos de agricultores permanecieron aislados dentro
de sus comunidades en los Estados Unidos y son muy similares en la mayoría de
los otros factores asociados con el riesgo de asma, como la lactancia materna,
el número de hermanos y la contaminación del aire. De acuerdo con los autores
de este estudio, la exposición intensa y presumiblemente sostenida a los
microbios a principios de la infancia en la comunidad Amish modula e influye en
el sistema inmune para prevenir el desarrollo posterior de asma. Esta
contención se validó en un modelo múrido de asma experimental donde los
extractos de polvo de la casa Amish protegen de la inflamación de vías
respiratorias alérgicas y la hiperreactividad de las vías respiratorias (AHR)
mientras que el polvo de los hogares Hutteritas no. En un estudio similar, la
exposición a microbios en relación con el desarrollo del asma se comparó entre
los Karelians finlandeses y rusos, Ambas poblaciones están geográficamente
adyacentes pero los Karelians rusos se exponen a una mayor carga bacteriana
(agua potable, polvo de la casa) y tienen de manera sustancial menor
prevalencia de asma y atopia (evaluada por cuestionario) comparado con los
Karelians finlandeses.
Aunque estos estudios proporcionan evidencia
convincente de que el medio ambiente microbiano modula el riesgo de asma, una
influencia genética en el riesgo de asma no puede excluirse por completo.
Hutterite y Amish siguen una endogamia estricta al casarse sólo dentro de sus
comunidades y originarse de pocas familias fundadoras. Esto condujo a la
acumulación de varios loci de riesgo que difieren entre ambas poblaciones. Es
de destacar que varios genes asociados con el riesgo de asma están presentes en
Hutterite, pero no en la comunidad Amish.
No obstante, es tentador especular que a mayor
diversidad microbiana a la que se exponen los niños durante su vida temprana, se
reduce el riesgo de enfermedades alérgicas en la edad adulta y que esto se relaciona
de manera causal con la diversidad de la colonización temprana del microbioma.
Esta hipótesis se refuerza por las observaciones de que una reducción de la
diversidad microbiana intestinal en la primera infancia se asocia con un
aumento en el riesgo del diagnóstico de atopia/enfermedades alérgicas, mientras
que una diversidad del microbioma demostró ser beneficiosa para la salud. La
fuerza de la influencia bacteriana en estas enfermedades, sin embargo, aún no se
investiga de forma precisa, en especial no para asma. Además, el asma abarca
diferentes fenotipos, el desarrollo de los cuales podría ser influenciado en
una forma diferente por bacterias ambientales.
3 | INFLUENCIAS
BACTERIANAS SOBRE LAS RESPUESTAS INMUNOLÓGICAS Y LAS FUNCIONES DE LA BARRERA
EPITELIAL PULMONAR DESDE LOS MODELOS ANIMALES
El contacto temprano con las comunidades
microbianas complejas es un factor principal para el desarrollo de un sistema
inmune equilibrado. Una comprensión detallada de los mecanismos de cómo las
comunidades microbianas influyen en la respuesta inmunológica es clave para el
desarrollo de nuevas estrategias preventivas o terapéuticas. Debido a problemas
éticos y factibilidad, es casi imposible investigar de forma mecánica ciertas
especies bacterianas y su influencia en el desarrollo de enfermedades alérgicas
o el sistema inmune en humanos. Por lo tanto, muchos estudios se realizaron con
modelos múridos, Sin embargo, los hallazgos de las intervenciones
experimentales en modelos de ratón a veces son difíciles de traducir a las
enfermedades humanas. Por otro lado, hay una alta homología genética entre
estas dos especies y comparten muchas características del sistema inmune. Por
estas razones,
los estudios en múridos son absolutamente
esenciales para preseleccionar las especies candidatas e investigar posibles
mecanismos, antes de que puedan investigarse un número limitado de candidatos
prometedores en estudios clínicos. A lo largo esta línea, se demostró la
capacidad de las cepas bacterianas para dar forma a las respuestas inmunes y el
desarrollo de la enfermedad en una serie de estudios de ratón bien diseñados.
En un trabajo característico, Gollwitzer et al reportaron
que la formación de un microbioma pulmonar complejo en ratones neonatales
induce células T reguladoras, y promueve así la tolerancia a los alérgenos de
los ácaros del polvo doméstico. Por el contrario, la diversidad microbiana
reducida conduce al cambio de clase de anticuerpos a IgE en neonatos y da como
resultado niveles elevados de IgE de larga duración. Además, el tratamiento
antibiótico de ratones neonatales causó un cambio en la composición del
microbioma intestinal con diversidad reducida como lo demostró la secuencia
ARNr 16S, que finalmente condujo a una mayor gravedad de inflamación alérgica
respiratoria. Sobre la colonización microbiana de recién nacidos libres de
gérmenes al alojarse en condiciones libres de patógenos específicos, se evitó
la acumulación de células T asesinas naturales en el intestino y el pulmón, lo
que mejoró la inflamación alérgica respiratoria. Las células T asesinas
naturales son inductores potenciales de respuestas Th2 por medio de secreción alta
de IL-4 e IL-13. La importancia de una microbiota compleja se demostró por
Herbst et al, que recolonizaron ratones libres de gérmenes por la convivencia con
animales en condiciones libres de patógenos. Mientras que los ratones libres de
gérmenes eran propensos a inflamación alérgica respiratoria y aumento de
hiperreactividad aérea, los ratones recolonizados mostraron menor
hiperreactividad de la vía aérea y niveles reducidos de inflamación inducida
por antígeno.
La inducción de células T reguladoras también es
una estrategia para la evasión inmune por patógenos que pueden tener efectos
duales en el huésped. Por ejemplo, Helicobacter
pylori (H. pylori) se clasifica
como carcinógeno del grupo I para el cáncer gástrico, por un lado; pero también
se relacionó de manera inversa con el asma infantil, por otro lado. Para
entender el mecanismo de base, los ratones “asmáticos” se suplementaron de
forma oral con H. pylori o Clostridium leptum, lo que mejoró la
inflamación pulmonar y la hiperreactividad de la vía aérea mediante la
inducción de células T reguladoras. Los síntomas del asma se aliviaron aún más
en ratones neonatos infectados en comparación con animales adultos, lo que una
vez más destaca la importancia de ventanas para intervención en la vida temprana.
El tratamiento con metronidazol y tetraciclina anuló esta protección contra el
asma. Sin embargo, como es probable que las comunidades bacterianas adicionales
a H. pylori se afectaran por el
tratamiento con antibióticos, no está claro si los efectos benéficos
preclínicos se relacionaron de manera directa con H. pylori o de forma indirecta por H. pylori al inducir una microbiota protectora.
En algunos casos, las diferentes rutas de
aplicación bacteriana parecen ser igualmente efectivas: la aplicación oral o
subcutánea de Mycobacterium vaccae
inactivado por calor antes del reto con alérgeno mejoró los síntomas de asma experimental
en un grado similar. En esta línea, la aplicación intranasal de Acinetobacter lwoffii y Lactococcus lactis liofilizados, que se
identificaron en establos agrícolas tradicionales, también redujo la inflamación
alérgica respiratoria en ratones. En contraste con los ejemplos anteriores, la
respuesta inmune se dirigió hacia Th1 mediante la activación de células
dendríticas (DC). De manera muy reciente, Stein et al descubrieron una nueva
vía celular que media la protección contra la alergia por el Lactococcus lactis aislado de establos derivado
de granjas en ratones: esta cepa se absorbe por las células dendríticas y
necesita acidificarse en endosomas, sobre los cuales el ARN se reconoce por el TLR13.
En otro modelo de ratón, el polvo de granja administrado de manera intranasal
protegió contra el asma por inducción de la enzima A20 modificadora de
ubiquitina en el epitelio pulmonar. Durante la exposición crónica al polvo de
la granja, la inducción de la A20 condujo a una liberación reducida de citocina
hacia las células dendríticas. Por último, esto resultó en respuestas inmunes
tipo 2 suprimidas a los ácaros del polvo doméstico. También se investigaron las
bacterias probióticas en modelos múridos de dermatitis atópica. Aquí, la suplementación
oral con Weissela cibaria WIKIM28
aislada del kimchi (es una preparación fermentada de origen coreano
confeccionada a base de diferentes vegetales sazonados con diferentes especias)
mejoró los síntomas y redujo la respuesta Th2, mientras que se incrementó la
cantidad de células T reguladoras y la secreción de IL-10. También se demostró un
incremento de células T reguladoras en un modelo similar de dermatitis atópica con
mezcla de siete Bifidobacterias y
bacterias de ácido láctico presentadas en agua para beber que condujo a niveles
reducidos de citocinas Th2 y mejoró la enfermedad de fenotipo experimental. Además,
el potencial antiinflamatorio de las células T reguladoras mostró ser
responsables de las respuestas reducidas Th2, Th17 y de linfopoyetina estromal
tímica en un modelo experimental de alergia después de la administración oral
de Lactobacillus rhamnosus 35.
En conjunto, aunque la inducción de células T
reguladoras parece ser un tema general por el cual las bacterias pueden inducir
protección contra el asma, otras células y vías parecen estar también involucradas.
En particular, son claramente necesarios los estudios sobre los efectos
sinérgicos de las combinaciones de bacterias, que reflejen protección incrementada
en un ambiente microbiano más diverso.
4 | BACTERIAS
PROBIÓTICAS Y PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES ALÉRGICAS
La aplicabilidad en general de las bacterias
probióticas para influir de manera positiva en el desarrollo del microbioma
temprano y, por lo tanto, supuestamente en la aparición de enfermedades
alérgicas, ya se investigó en estudios intervencionistas en humanos. Dos
metaanálisis de 2015 reportaron sobre la prevención primaria de la dermatitis
atópica (DA) e incluyeron 17 y 29 estudios aleatorizados controlados. Ambos
análisis concluyeron que existe un beneficio en el riesgo de DA por los
probióticos utilizados durante el embarazo y/o en infantes. Los resultados son
consistentes con un análisis anterior de COCHRANE; sin embargo, los tres
análisis indicaron que la generalización de los efectos no se recomienda ya que
los diseños de los estudios involucrados eran demasiado diferentes. Además, no se
observó una ventaja clínica para otras enfermedades alérgicas y el asma, ya que
los estudios clínicos iniciales con bacterias vivas como estrategias para la
prevención de enfermedades revelaron hallazgos contradictorios. Algunos
demostraron efectos beneficiosos sobre condiciones atópicas que no se confirmaron
por otros. Sin embargo, la gran heterogeneidad entre los diferentes estudios
dificulta las comparaciones directas ya que estos mostraron un rango alto de
dosis y periodos de aplicación, muchas cepas diferentes usadas en diferentes
combinaciones, y la presencia o ausencia de prebióticos.
Además, la interacción entre las cepas de bacterias
administradas y el microbioma del huésped, así como el epitelio y el sistema
inmune es muy compleja y puede diferir de manera sustancial entre los individuos.
Por lo tanto, una alternativa podría ser usar compuestos bacterianos definidos
o metabolitos en lugar de bacterias vivas. Las posibles ventajas de estos
compuestos son de manera presumible mayor biodisponibilidad, evaluación más
fácil de las relaciones dosis-respuesta, y muy probablemente una menor
variabilidad de respuestas clínicas. Además, las propiedades fisicoquímicas
definibles de un compuesto aislado facilitarán de manera considerable la
investigación de su modo de acción.
5 | POTENCIAL
DE LOS METABOLITOS BACTERIANOS PARA LA MODULACIÓN INMUNE
Varios estudios in vitro con células humanas con sobrenadantes de cultivos crudos (SPT)
de bacterias probióticas ya mostraron expresión reducida de marcadores de
activación de células profesionales presentadoras de antígeno (APC) por SPT de Lactobacillus rhamnosus GG, producción reducida
de TNF-α después del cultivo con SPT de Lactobacillus
reuteri CRL1098 y disminución de citocinas proinflamatorias en células
dendríticas humanas por SPT de Bifidobacterium
breve CNCM I-4035. Si estos estudios proporcionan evidencia de la presencia
de sustancias bioactivas que son capaces de dar forma a las respuestas inmunes,
su naturaleza precisa permanece indefinida.
Sin embargo, la evidencia de compuestos
bacterianos específicos que tienen características inmunológicas moduladoras
aún es limitada. De manera reciente, los autores identificaron el D-triptófano
(D-Trp), derivado de la bacteria probiótica Lactobacillus
rhamnosus GG y Lactococcus casei
W58 como un compuesto. La administración oral de D-Trp disminuyó las respuestas
inmunes asociadas a Th2 y mejoró el fenotipo de la inflamación alérgica
respiratoria en un modelo de ratón. Además, los metabolitos del triptófano
derivado de las bacterias se propusieron también para influir en la respuesta
inmune.
Las investigaciones con bacterias comensales
también revelaron compuestos inmunomoduladores. En un estudio en ratones con Bacteroides fragilis (esparcido en
alimentos y cama), el polisacárido bacteriano A, presentado por células dendríticas,
activó las células T CD4+ y condujo a una producción adecuada de citocinas Th1.
Además, corrigió las deficiencias sistémicas de células T, los desequilibrios
Th1/Th2 y dirigió la organogénesis linfoide en ratones libres de gérmenes. En
otros estudios in vitro e in vivo se demostró una actividad
antiinflamatoria del ácido graso corto butirato que se produce por bacterias
anaeróbicas en el intestino (Eubacterium,
Bifidobacterium, Butyricicoccus, Bacteroides sp.) después de la digestión de
fibra. Incluso los compuestos de patógenos mostraron características
antiinflamatorias. La inyección intranasal o intraperitoneal de la proteína recombinante
activadora de neutrófilos de Helicobacter
pylori (rNAP) previno la inflamación alérgica de la vía aérea en ratones; sin
embargo, la función pulmonar no se evaluó en este modelo. En otro estudio de la
inflamación alérgica respiratoria en ratones, el lipopolisacárido O111 de la E. coli (la aplicación intraperitoneal o
intranasal de dosis no endotoxémica) suprimió la eosinofilia en las vías
respiratorias e inhibió las respuestas inmunes Th2. De nuevo, no se mostró una
influencia en la hiperreactividad de la vía aérea. Shim et al identificaron la
flagelina B de Vibrio vulnificus como
otro compuesto bacteriano que suprime el asma experimental en múridos (inflamación
alérgica de la vía aérea por OVA o HDM). La flagelina B administrada por vía
intranasal disminuyó la secreción de citocinas Th2 en el líquido de lavado
broncoalveolar (BALF) y redujo la inflamación pulmonar neutrofílica y eosinofílica,
mientras que aumentó las citocinas reguladoras como IL-10, TGFβ en el BALF y
los nódulos linfáticos. Este efecto inmunomodulador también podría reproducirse
en células monoclonales de sangre periférica humana de pacientes asmáticos que se
sensibilizaron contra el ácaro del polvo doméstico. Además, Kitagaki et al reportaron
inflamación alérgica reducida de la vía aérea en ratones después de la
administración oral de oligodesoxinucleótidos con motivos bacterianos CpG.
En conjunto, estos estudios demuestran que una
amplia variedad de metabolitos no relacionados de forma química suprime la
inflamación de las vías respiratorias y manera parcial la hiperreactividad de
las vías respiratorias. Por lo tanto, parece probable que existen muchos más
metabolitos hasta ahora no identificados con propiedades antiinflamatorias.
6 | PERSPECTIVAS
FUTURAS
En resumen, hay reportes iniciales de que los
compuestos derivados de bacterias pueden ser inmunomoduladores en el huésped,
pero el conocimiento del mecanismo aún es escaso. El siguiente paso importante
será aclarar si los compuestos actúan de forma directa sobre las células
huésped, por ejemplo, células inmunes, o de manera indirecta mediante la influencia
del microbioma del huésped, o ambos en sinergia. También se necesitarán más
investigaciones para identificar las células diana, los receptores y las vías
de transmisión de señales subsecuentes. Ya que todas son moléculas biológicas y
no productos farmacéuticos altamente efectivos, será necesario aclarar si una
mezcla de los compuestos identificados aumenta los efectos beneficiosos por
sinergia. Como un resultado hipotético, la presencia de ciertos componentes
bacterianos podría influir de manera positiva en un desequilibrio microbiano
entre los beneficios y los factores de riesgo para las enfermedades alérgicas
(Fig. 2). Esto podría evitar o mejorar la sensibilización atópica por antígenos
inocuos. Si es posible prohibir esta forma precursora de enfermedad alérgica,
sería posible detener la marcha atópica y por lo tanto el inicio de la alergia.
Sin embargo, hasta el día de hoy todavía existen
grandes lagunas de conocimiento que necesitan llenarse antes de desarrollar
estrategias preventivas. A lo largo de esta línea, no está claro qué ruta de
entrada para bacterias ambientales es más importante/efectiva para la
colonización, es decir, de forma sistémica por medio de alimentos o de manera tópica
mediante aerosoles o lociones. Además, la exposición a un cierto ambiente
durante la infancia de forma clara tiene influencias beneficiosas, pero aún no
se conoce cómo esto influye en el microbioma. Por último, aunque los estudios
en animales proporcionaron ideas mecanísticas iniciales prometedoras, estos
hallazgos preclínicos deben traducirse a la configuración clínica en términos
de dosis aplicadas, formulación de tratamiento y puntos de tiempo más efectivos
para desarrollar terapias nuevas y eficientes basadas en microbios o
estrategias preventivas.
REVIEW ARTICLE
Influences of environmental bacteria and their metabolites on allergies, asthma, and host microbiota
First published: 10 June 2017
Cited by: 4
Edited by: Stephan Weidinger
G. Jatzlauk and S. Bartel contributed equally to this work.
Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica
CRAIC, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio
González” UANL, Monterrey, México
Dra. Med. Sandra Nora González Díaz Jefe y Profesor
Dr. Alfredo Arias Cruz Profesor
Dr. Rogelio Guzmán Cotaya Residente 1er Año
Dra. Alejandra Macías Weinmann Profesor
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