Los niños con asma pueden ser más propensos a ser obesos más tarde durante la infancia o en la adolescencia, según revela una nueva investigación publicada en la edición digital de ‘American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine’, una revista de la Sociedad Torácica Americana.
Los investigadores informan que los niños pequeños con asma eran un 51 por ciento más propensos a convertirse en obesos en la siguiente década en comparación con los niños que no tenían asma. Los investigadores también encontraron que el uso de medicamentos de rescate de asma redujo el riesgo de convertirse en obesos en un 43 por ciento.
«El asma y la obesidad a menudo ocurren juntos en los niños, pero no está claro si los niños con asma tienen mayor riesgo de aparición de obesidad o si los niños obesos desarrollan asma, o ambos», señala el autor del estudio, Zhanghua Chen, profesor de Medicina Preventiva en la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California, en Estados Unidos. «Nuestros hallazgos se suman a la literatura de que la historia del asma en la primera infancia puede conducir a un mayor riesgo de obesidad infantil», añade.
En su estudio prospectivo, el doctor Chen y sus colegas analizaron los registros de 2.171 estudiantes del jardín de infancia (5-6 años)
y primer grado (6-7 años) que no eran obesos en el momento en el que se inscribieron en el ‘Southern California Children’s Health Study’ (CHS). En el momento de inscribirse en el análisis, el 13,5 por ciento de los niños tenía asma.
Los niños fueron seguidos durante hasta diez años (un promedio de 6,9 años). Durante ese tiempo, el 15,8 por ciento de todos los niños inscritos en el estudio desarrolló obesidad. Los investigadores confirmaron los resultados del análisis en un grupo diferente de niños de cuarto grado reclutados para participar en el CHS.
Los autores tuvieron en cuenta una serie de factores que podrían provocar resultados sesgados, incluyendo si los niños tenían seguro de salud o sufrían sobrepeso al inscribirse, el origen étnico, el ingreso familiar, la exposición al tabaquismo en el hogar y la actividad física. Estos factores de confusión tampoco explican el hallazgo de que el uso de medicamentos de asma de rescate parecía reducir el riesgo de desarrollar obesidad.
El coautor Frank D. Gilliland, profesor de Medicina Preventiva en la universidad, señala que el hecho de que los medicamentos de rescate, pero no controladores, para el asma reducen la obesidad fue una sorpresa y planteó la necesidad de un estudio más detenido. Sin embargo, agrega que los hallazgos generales refuerzan la importancia del diagnóstico precoz y el tratamiento del asma para frenar «el círculo vicioso del asma aumentando el desarrollo de la obesidad y la obesidad causando síntomas de asma».
Las limitaciones del estudio incluyen confiar en la información de los padres sobre el diagnóstico de asma, información limitada sobre la práctica de ejercicio y la ausencia de datos sobre la dieta. Sin embargo, los autores consideran que los resultados de su trabajo sugieren la puesta en marcha de estrategias de sentido común para los niños con asma que pueden mejorar su salud en general, mientras que se reduce el riesgo de obesidad. Entre ellas, proponen llevar una dieta saludable, aumentar la actividad física y lograr el control del asma a través de la medicación y una mejor comprensión de los desencadenantes de los síntomas.
Fuente: http://www.larazon.es/
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