El uso excesivo e indiscriminado de antibióticos está provocando que las bacterias y otros microorganismos sean cada vez más resistentes. De no desarrollarse nuevos antibióticos durante los próximos años, esto podría suponer un grave problema de salud a escala mundial, con miles de muertes prematuras y e importantes perjuicios sociales y económicos. Pero la resistencia bacteriana podría no ser el único problema causado por el uso generalizado de antibióticos. También podría estar asociado a un segundo problema de salud global: el aumento de casos de alergias observado durante los últimos 20 o 30 años.
Aumento generalizado de alergias
La prevalencia mundial de alergias se ha disparado en todo el mundo durante las últimas tres décadas. Según la Academia Americana de Asma, Alergia e Inmunología, aproximadamente el 40-50% de niños en edad escolar presentan sensibilidad a uno o más alérgenos. Los casos más comunes son alergias cutáneas como el eczema (10-17%), alergias de las vías respiratorias como asma o rinitis (10%) yalergias alimentarias a cacahuetes (8%). Este aumento ha ido en paralelo al incremento del uso generalizado de antibióticos en particular en niños, para el tratamiento de afecciones virales tales como resfriados, fenómeno causante de la resistencia a los antibióticos. Diversos estudios afirman que podría haber una relación entre ambos fenómenos.
Los antibióticos alteran el microbioma intestinal
Los antibióticos combaten las infecciones bacterianas, pero también reducen los niveles de bacterias de nuestro sistema gastrointestinal, el denominado microbioma intestinal. La interacción entre bacterias intestinales y el equilibrio normal de las células del sistema inmunitario hace que el microbioma intestinal juegue un papel clave en la maduración del sistema inmunitario durante la infancia y adolescencia. Cuando no tiene lugar esta interacción entre bacterias y células inmunitarias, el sistema inmunitario reacciona de forma inadecuada a substancias inocuas como alimentos o elementos presentes en el polvo, lo cual puede acabar llevando al desarrollo de alergias en parte debido a predisposición genética. La exposición a microbios a edad temprana es importante para la maduración de nuestro sistema inmunitario.
Los niños que crecen en granjas y zonas rurales tienen mayor diversidad de flora bacteriana, con lo que la prevalencia de alergias y asma se ve reducida en un 70% en comparación con niños criados en zonas urbanas. Esto se debería a que la exposición desde edad temprana a una amplia gama de microorganismos permitiría a nuestro sistema inmunitario desarrollarse plenamente, protegiéndonos así de respuestas inmunitarias inadecuadas. Así, por ejemplo, un estudio de 2005 reveló que los niños expuestos a antibióticos durante los 4-6 primeros meses de vida tienen un riesgo mayor (entre 1,3 y 5 veces superior) de desarrollar alergias. Los niños con una diversidad bacteriana reducida como la provocada por el uso de antibióticos tienen un mayor riesgo de desarrollar eczema.
Además, los antibióticos que toman las madres también influyen. Según un estudio danés de madres asmáticas, los niños cuyas madres tomaron antibióticos durante el embarazo tenían dos veces más posibilidades de desarrollar asma que los hijos de madres que no habían tomado antibióticos durante la gestación. Finalmente, estudios con modelos animales demostrarían que las crías tratadas con antibióticos tenían mayor posibilidad de desarrollar alergias y asma.
Fuente: © Medicina 21
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