Los tratamientos personalizados serán la terapia del futuro en dermatitis atópica
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel que cursa con irritación, eccema y prurito y que, aunque es muy común en niños y suele desaparecer en la adolescencia, la pueden padecer entre un 2 y un 5 % de la población adulta. Con el objetivo de saber cuáles son sus retos, cómo afrontarla y los nuevos horizontes terapéuticos, expertos en dermatología y alergia de toda España se reunieron, el pasado fin de semana, en Valencia. Allí se desarrolló el IV Curso de Formación Continuada en Dermatología y Alergia “Dermatitis Atópica del Adulto. Un reto común”, que contó con la colaboración del Área Científica Menarini y el aval de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
La doctora Esther Serra, del servicio de Dermatología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y co-directora de las jornadas, explicó que “se van a iniciar ensayos clínicos con medicamentos que se adaptarán según el tipo de dermatitis de cada paciente. Los tratamientos personalizados reducen los efectos secundarios de la medicación mientras que se potencian sus beneficios, al estar mejor dirigidos”. Uno de los aspectos más importantes para el tratamiento de la dermatitis atópica es su abordaje multidisciplinar, según explicó el doctor Carlos Colás, jefe del servicio de Alergia del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza y co-director del curso. Aunque en algunos pacientes las causas de la dermatitis atópica son intrínsecas, debido a que sus niveles de inmunoglobulina E están bajos,“otros tienen una sensibilidad alérgica extrema a determinados agentes como el polvo, el polen o los ácaros, que desencadenan los brotes. En estos casos la coordinación entre el tratamiento dermatológico y el alérgico es fundamental”. Por otro lado, el aspecto psicológico de la enfermedad fue otro de los temas tratados en las jornadas. La dermatitis atópica suele manifestarse a menudo en partes muy visibles de la piel como la cara, las manos o el cuello. “La piel es nuestra tarjeta de visita y los pacientes adultos manifiestan muchas veces cuadros de depresión y ansiedad asociados a esta enfermedad”, afirmó la doctora Serra. De ahí que el abordaje psico-dermatológico sea muy importante, sobre todo para pacientes crónicos con los tipos más graves de dermatitis atópica.
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