¿Cuáles son los 14 alérgenos más comunes en Europa?

La soja, las semillas de sésamo, pescado, mostaza, moluscos, marisco, leche, huevos, frutos secos, dióxido de azufre, cereales con gluten, cacahuetes, apio y altramuces.

Las reacciones suelen ser relativamente leves, pero en ocasiones pueden poner en peligro la vida con un shock anafiláctico.

Las alergias alimentarias prevalecen cada vez más en la población española, lo que ha generado un gran interés en el etiquetado de los alimentos a la hora de estar alerta contra los alérgenos.

Actualmente, se estima que entre el 2 y el 4% de los adultos y el 6% de los menores sufren algún tipo de alergia alimentaria.

Los alérgenos más comunes recogidos por la Unión Europea son 14. Estos son la soja, las semillas de sésamo, pescado, mostaza, moluscos, marisco, leche, huevos, frutos secos, dióxido de azufre, cereales con gluten, cacahuetes, apio y altramuces.

Las alergias se dan cuando el sistema inmunológico no funciona del todo bien y percibe una sustancia habitualmente inocua como si fuera una amenaza (alérgeno) y la ataca con las defensas.

Durante la reacción alérgica los síntomas pueden ser varios. Entre ellos están las erupciones cutáneas, inflamación de los labios, nauseas, dolor abdominal, vómitos o diarreas.

Normalmente, estas reacciones suelen ser relativamente leves, pero en ocasiones pueden poner en peligro la vida con un shock anafiláctico, como fue el caso del niño de cinco años que falleció en una excursión del colegio por comerse un yogur.

El shock es una reacción súbita alérgica en la que se activan distintos órganos y sistemas de nuestro organismo. Aparte de los síntomas típicos de una reacción alérgica, como ronchas en la piel, urticaria o trastornos intestinales, suele presentarse un cuadro de dificultad para respirar, asma y generalmente lo que se produce es una afectación del sistema cardiovascular con una disminución importante de la tensión arterial y de la función del corazón.

Y si nuestro corazón no es capaz de ejercer su función adecuadamente, puede desencadenar la muerte o producir una reacción de asma muy grave que hace que, en casos extremos, el individuo entre en parada cardiorrespiratoria.  En este caso, si el pequeño padecía además asma, es un factor que agrava de por sí cualquier reacción alérgica.

En estos casos, lo primero que se debe hacer es aplicar un autoinyector de adrenalina. Si en cinco o diez minutos se ve que no ha dado resultados, hay que pinchar un segundo autoinyector.

Fuente: http://www.teinteresa.es/