martes, 26 de abril de 2016

Alergia a la leche de vaca en la infancia y menor densidad ósea

Una investigación constata que los niños que tienen alergia a la leche de vaca, tienen hasta un 6% menos de densidad ósea. El estudio es pequeño, pero los datos son bastante significativos, una buena parte de los niños que tienen alergia a la leche no toman los suplementos de calcio que deberían tomar para garantizar una correcta densidad ósea.
Según un estudio desarrollado por expertos de la Universidad de Montreal (Canadá), la alergia a la leche de vaca en la infancia puede provocar que los niños tengan menor densidad ósea en comparación con otros niños que sufren alergias alimentarias a otros alimentos. En cierto modo puede tener sentido, al sufrir alergia a la leche de vaca y sus derivados, se elimina de la dieta una fuente importante de calcio, por lo que es necesario que los niños tomen, o bien alimentos que aporten calcio, o suplementos que compensen la carencia.

Según los resultados del estudio que se ha realizado con un grupo de 52 niños alérgicos a la leche de vaca y otros 29 que eran alérgicos a otros alimentos, el primer grupo tenía un 6% menos de densidad ósea que los niños del segundo grupo que sí tomaba leche y derivados lácteos. Hay que decir que los autores explican que este estudio no muestra la existencia de una relación causal entre la alergia a la leche y la menor densidad ósea, por lo que es probable que se desarrolle un nuevo estudio, pero esta vez con un mayor grupo de niños e incluyendo los que no tienen alergia a ningún alimento.

Según explican los expertos, un 87% de los niños que sufren alergia a la leche de vaca la superan cuando cumplen los 3 años de edad, el resto de niños siguen teniendo la alergia hasta que alcanzan la adolescencia. Es en estos casos en los que hay que fijarse, ya que esta alergia de larga duración es la que se vincula de forma más significativa a la reducción de la densidad ósea.
Los investigadores explican que la diferencia observada en la densidad ósea de ambos grupos no fue significativa, como ya hemos comentado, se cuantificó en un 6%, pero también apuntan que este tipo de problemas no se ha estudiado a fondo en los niños alérgicos a determinados alimentos y los nutrientes que éstos les aportan. En la investigación se midió con una densitometría la densidad mineral ósea de los niños, también se realizaron análisis de sangre para conocer el nivel de vitamina D y se registró la ingesta de calcio, especialmente en los niños a los que se les aconsejó tomar suplementos.
Tras estas pruebas se pudo constatar esa reducción del 6% en la densidad ósea sólo en los niños que tenían alergia a la leche y a los productos lácteos derivados. Hay que apuntar que estos niños también tenían una ingesta media de calcio menor que los otros niños, siendo algo más baja que la ingesta diaria recomendada estipulada en 1.000 mg. Con respecto a la vitamina D, ambos grupos tenían una ingesta muy por debajo de las 600 UI recomendadas al día.
Los investigadores apuntan que sólo el 37% de los niños con alergia a la leche tomaban suplementos de calcio, un 44% tomaban suplementos de vitamina D, quizá en este sentido sería interesante recordar a los padres que es necesario que tomen esos suplementos para que los niños puedan tener una densidad ósea adecuada y por tanto, tener huesos más fuertes, recordemos que cuanto menor es la densidad ósea, mayor es el riesgo de que se pueda sufrir osteoporosis en un futuro.
Como decíamos, hay que esperar a que se realice un estudio más amplio para tener datos más concluyentes. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica Pediatrics.

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