miércoles, 20 de enero de 2016

El programa sobre seguridad alimentaria analiza más de 600 establecimientos de restauración en 2015

El Programa de Control de Alérgenos, llevado a cabo por el Servicio de Sanidad y Consumo del Ayuntamiento de Málaga, ha recogido y analizado datos en 138 escuelas infantiles, 130 colegios y 639 establecimientos de restauración durante el pasado año.
La concejala del Área de Reactivación Económica, la Formación Empresarial, el Fomento del Empleo y Consumo, María del Mar Martín Rojo, ha hecho este martes balance del primer año del programa, desarrollado en 2015 tras la nueva normativa europea que entró en vigor en diciembre de 2014 en materia de seguridad alimentaria. El plan ha incidido sobre todo en la mejora de las estrategias que se llevaban a cabo con el objetivo fundamental de implicar a las parte interesadas, lo que "facilita el cumplimiento de los requisitos legales para garantizar la seguridad alimentaria, a la vez que da un valor añadido a los hosteleros y tranquiliza a los consumidores", ha afirmado Martín Rojo.
En el marco del programa se ha realizado una exhaustiva recogida de datos y análisis en un total de 138 escuelas infantiles y 130 colegios, así como en 639 establecimientos de restauración. Asimismo, se han desarrollado 20 jornadas formativas con 1.114 participantes. La campaña se ha centrado en mejorar la información que se ofrece al consumidor sobre las sustancias que pueden ocasionar intolerancias y alergias, tanto en productos envasados como en las comidas servidas en comedores escolares, restaurantes, hospitales y puestos y vehículos fijos y móviles, entre otros. Así, la acción desarrollada ha incidido especialmente en la formación y asesoramiento con el fin de dar a conocer a los agentes implicados los medios y herramientas disponibles para que los operadores económicos y la administración que realiza el control sanitario de las empresas afronten la gestión de la presencia de alérgenos en los alimentos. Según ha indicado, el programa se despliega en tres líneas especiales de acción: el desarrollo del proyecto Red Málaga sin Gluten, el programa de control de alérgenos mediante la formación-información para centros escolares y de restauración y el plan de control oficial de establecimientos e industrias sobre alérgenos. Escuelas y colegios La campaña ha hecho hincapié en escuelas y colegios. Los datos recogidos señalan que las alergias o intolerancias alimentarias entre la población infantil inciden a un 1,7 por ciento. En total, se visitaron 138 escuelas en las que 6.708 alumnos hacen uso del comedor escolar, donde se detectaron 114 casos de menores que padecen algún tipo de intolerancia o alergia alimentaria. Las alergias más frecuentes son el huevo (0,3 por ciento), los frutos secos (0,12 por ciento) y la leche (0,13 por ciento). En cuanto a las intolerancias, las que tienen mayor incidencia son la lactosa (0'32 por ciento) y el gluten (0,2 por ciento). Por otro lado, en los colegios la incidencia es algo mayor. Concretamente, se ha estudiado un total de 130 centros, con 57.365 alumnos matriculados de los que 25.661 usan el comedor escolar. En esta ocasión, la incidencia se eleva a 1.348 casos (un 2,35 por ciento), de los cuales 1.126 padecen alguna alergia alimentaria. Las intolerancias y alergias más frecuentes son al gluten (222 casos), a los frutos secos (117 casos) al huevo (114 casos), seguido del pescado, la leche, los crustáceos, y los cacahuetes, entre otros. La labor que ha desarrollado el Ayuntamiento en estos centros, con el soporte de las asociaciones, ha sido sensibilizar a los directivos sobre las alergias alimentarias y su potencial peligrosidad y realizar un registro de niños con alergias e intolerancias. Asimismo, ha informado sobre la elaboración y distribución de menús adaptados y ha analizado las medidas de actuación ante la presencia de casos. Con todo, ha elaborado una serie de conclusiones que son, en palabras de la edil, "un punto de partida y una base de datos imprescindible para desarrollar los futuros planes de control". 
RESTAURACIÓN El sector de la restauración ha centrado otra parte de la acción, con 639 establecimientos en los que se ha tratado de determinar el grado de conocimiento y de aplicación de la normativa correspondiente en materia de la información alimentaria facilitada. De la misma forma, desde el servicio de Sanidad y Consumo, han insistido en la obligatoriedad de informar a los clientes sobre alérgenos, sensibilizar sobre el peligro e importancia de tener un Plan de Control de Alérgenos y mejorar la calidad de vida de las persona celíacas o alérgicas en cuanto a su accesibilidad a los servicios de restauración. En la actualidad, se pueden encontrar en Málaga 40 establecimientos que se han adherido a la Red Málaga Sin gluten y otros 27 que se encuentran en proceso de adhesión. 
FORMACIÓN A lo largo de 2015, se han celebrado 20 jornadas formativas que han contado con 1.151 asistentes, ocho dirigidas a personal de cocina y monitores de las escuelas infantiles, siete a establecimientos de restauración (105 establecimientos), cinco a las tres escuelas de hostelería del municipio y uno dirigido a 20 establecimientos de la Asociación de Hostelería Mahos. El reglamento obliga a los establecimientos a que la información sobre determinados alérgenos esté disponible y sea fácilmente accesible para el consumidor, por lo que los profesionales que trabajen en ellos deben conocer con precisión los alérgenos presentes en cada uno de los ingredientes que componen los distintos platos elaborados. Por esta razón, la iniciativa municipal que se lleva a cabo desde el Servicio Municipal de Sanidad, con la colaboración de la Asociación de Celiacos de Málaga (Acema) y la Asociación Andaluza de Alergia a Alimentos (Avanzax), ofrece información conjunta e incluso un modelo de ficha técnica para cada uno de los platos, que pueden emplear para dar cumplimiento a la normativa. En concreto, la nueva norma europea obliga a indicar los siguientes alérgenos: cereales que contengan gluten, crustáceos, moluscos, huevos, pescado, cacahuetes, soja, leche, frutos de cáscara, apio, mostaza, granos de sésamo, dióxido de azufre y sulfitos, así como los derivados de todos ellos.


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