martes, 2 de junio de 2015

Entrevista con Antonio Valero sobre el papel de la medicina de familia en la atención alergológica

Antonio Luis Valero. Especialista adjunto del Servicio de Neumología y Alergia. Hospital Clínic de Barcelona
«La asistencia alergológica debería ser suficiente y equitativa en todo el país»
–¿Qué valoración hace de la atención alergológica que existe actualmente en España?
–Desde los años ochenta la prevalencia de las enfermedades alérgicas en España se ha triplicado, y se va a duplicar de aquí al año 2050. Esto genera una necesidad en la ciudadanía que se traslada a nuestra mayor fuerza sanitaria que es la atención primaria (AP), la cual, con unos criterios de derivación muy claros, debería obtener una respuesta cuando necesita un diagnóstico alergológico y derivar al especialista.
Lo que ha sucedido es que la planificación no se ha hecho de la forma adecuada y la asistencia alergológica no ha crecido, por lo que la AP no dispone de suficientes alergólogos o servicios hospitalarios de referencia. Ha aumentado la demanda y el crecimiento de la alergología ha sido desigual en el país, de manera que hay comunidades autónomas como Castilla-La Mancha, Castilla y León o Madrid que tienen una asistencia alergológica adecuada o cercana a la adecuada, mientras que otras no han adecuado esa asistencia en términos de accesibilidad y de equidad. Por ejemplo, Baleares no tiene ningún alergólogo en la sanidad pública, y en Cataluña y Andalucía el número de especialistas es insuficiente. Con una población parecida, en Madrid hay tres veces más alergólogos que en Cataluña. La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) está preocupada por esta situación y pretende que, independientemente de donde uno haya nacido o donde viva, la asistencia alergológica sea equitativa en todo el país.
–Ante esta situación, ¿es habitual que los médicos de AP deriven a los pacientes a otros especialistas no alergólogos?
–La AP tiene grandes problemas para encontrar alergólogos que puedan visitar a sus pacientes. En ocasiones porque no los hay y en ocasiones porque hay listas de espera con una demora de uno o dos años para ser atendido. Entonces se deriva a otros especialistas, pero todo ciudadano tiene derecho a recibir asistencia por el especialista más adecuado en función de su enfermedad. Sin embargo, son atendidos por profesionales que no están formados específicamente para atender enfermedades alérgicas y, por lo tanto, lo que se hace es «parchear» las carencias de asistencia alergológica, sobrecargando a otras especialidades y sin solucionar finalmente el problema. Hay que tener presente que muchos pacientes con alergia respiratoria también tienen alergia a alimentos o alergia a fármacos, y viceversa. Por lo tanto, necesitan un abordaje integral de su enfermedad, y no visitar a cuatro o cinco especialistas y que cada uno trate sintomáticamente las manifestaciones de la enfermedad sin tener un diagnóstico correcto ni recurrir a un tratamiento dirigido a la causa del problema.
–¿El diagnóstico lo debe hacer siempre un alergólogo?
–El diagnóstico definitivo debe estar en manos del especialista. En España prácticamente en ningún sitio el médico de AP dispone de herramientas para llevar a cabo un diagnóstico etiológico. Con una planificación adecuada se podría conseguir que desde la AP se pudieran detectar los alergenos más prevalentes e iniciar el abordaje, derivando sólo los casos más complejos a la atención especializada. Pero como actualmente no existe esa posibilidad, el diagnóstico etiológico recae en los alergólogos.
–¿Qué mensaje desea enviar a los médicos de AP?
–Los médicos de AP son la pieza clave en la atención al paciente con enfermedad alérgica y la SEAIC es consciente de ello. Pensamos que los médicos de AP deberían tener una formación en alergología, ya que no existe formación específica en el pregrado ni en el posgrado, y posiblemente uno de cada diez pacientes que acuden a la consulta de AP puede tener una enfermedad alérgica. Los médicos del primer nivel asistencial deben saber manejar estas enfermedades, y en aquellos casos moderados o graves, o que necesiten un diagnóstico etiológico claro, deben tener acceso a servicios o unidades de alergología para solucionar cada caso de forma cooperativa. La SEAIC y las sociedades de medicina de familia y pediatría deberíamos caminar juntas para adecuarnos a las necesidades de los ciudadanos. 


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