Las espinacas, los frutos secos, el chocolate negro y las legumbres deberían de ser evitadas por aquellos que padecen SNAS (Síndrome de Alergia Sistémica al Níquel)
El níquel es un metal que produce lo que se conoce como alergia de contacto. Se estima que alrededor del 17% de la población europea presenta algún tipo de sensibilización, siendo, junto al cromo y el cobalto, el metal que más alergias origina. El Grupo Español de Investigación de Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea de la Agencia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) recomienda a los pacientes con sensibilidad al níquel (concretamente a las sales de níquel, que son las que ocasionan esta alergia) evitar el contacto directo con objetos que lo contienen y recuerda que “una capa de ropa fina puede no ser suficiente para evitar la reacción”.Según recuerda este organismo, “este metal se encuentra en la mayoría de los objetos metálicos como utensilios de cocina, tijeras, bisutería, pendientes y piercings, relojes de pulsera, hebillas, botones metálicos, cremalleras, monedas, oro blanco y prótesis metálicas odontológicas y traumatológicas”.El níquel, además, suele presentarse en aleación con otros metales, de manera que se convierte “en uno de los que más se emplean en la vida diaria”Así pues, al ser un metal que provoca alergia de contacto “da lugar a sensibilización cutánea, de manera que podríamos decir que es obsoleto poner dietas bajas en níquel”, explica la jefa de Alergología del Hospital Sanitas La Moraleja, en Madrid, Gema García, quien recuerda, sin embargo, que existen autores que proponen dietas bajas en níquel por dermatitis de contacto extensas, aunque –señala– “se necesitan más estudios para poder corroborarlo”.
García recuerda que el níquel se encuentra, sobre todo, “en metales que incluyen el oro blanco, chapado en oro, alpaca, niquelados, acero inoxidable… También en objetos como monedas, el botón del pantalón vaquero, tijeras, llaves, bisutería, hebillas, móviles, auriculares (Apple ya ha reconocido que sus AirPods llevan níquel), etc.”. Además, la experta recuerda que la sudoración y el contacto estrecho con la piel facilitan su absorción y la aparición de síntomas. En cuanto a la alimentación, si bien la experta insiste en que en la actualidad no tiene sentido poner dietas bajas en níquel para los alérgicos, sí que es cierto que en casos de alta sensibilidad muchos facultativos recomiendan retirar este metal de la dieta. Una investigación realizada por científicos de la Cleaveland Clinic y la Universidad de Miami, en Estados Unidos, señala que “se ha visto que pacientes previamente sensibilizados al níquel pueden desarrollan dermatitis de contacto después de la ingesta de alimentos que contienen este metal.
En un estudio que involucró a individuos con sensibilización al níquel, se demostró que una dieta baja en este metal fue efectiva al momento de controlar los síntomas en el 39,28 % de estos pacientes”. Por su parte, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) señala en un artículo publicado en 2015 que “la exposición dietética aguda es de preocupación en individuos sensibilizados al níquel, que pueden desarrollar reacciones cutáneas eccematosas. En este mismo informe, esta institución establece que “en el agua potable destinada al consumo humano y en las aguas minerales naturales el níquel no debe superar los 20 microgramos por litro”. En cuanto al consumo diario de este metal, que la EFSA no considera indispensable para el organismo humano, esta ha establecido una ingesta diaria tolerable (IDT) de 2,8 microgramos por kilo de peso corporal.
García recuerda que el níquel se encuentra, sobre todo, “en metales que incluyen el oro blanco, chapado en oro, alpaca, niquelados, acero inoxidable… También en objetos como monedas, el botón del pantalón vaquero, tijeras, llaves, bisutería, hebillas, móviles, auriculares (Apple ya ha reconocido que sus AirPods llevan níquel), etc.”. Además, la experta recuerda que la sudoración y el contacto estrecho con la piel facilitan su absorción y la aparición de síntomas. En cuanto a la alimentación, si bien la experta insiste en que en la actualidad no tiene sentido poner dietas bajas en níquel para los alérgicos, sí que es cierto que en casos de alta sensibilidad muchos facultativos recomiendan retirar este metal de la dieta. Una investigación realizada por científicos de la Cleaveland Clinic y la Universidad de Miami, en Estados Unidos, señala que “se ha visto que pacientes previamente sensibilizados al níquel pueden desarrollan dermatitis de contacto después de la ingesta de alimentos que contienen este metal.
En un estudio que involucró a individuos con sensibilización al níquel, se demostró que una dieta baja en este metal fue efectiva al momento de controlar los síntomas en el 39,28 % de estos pacientes”. Por su parte, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) señala en un artículo publicado en 2015 que “la exposición dietética aguda es de preocupación en individuos sensibilizados al níquel, que pueden desarrollar reacciones cutáneas eccematosas. En este mismo informe, esta institución establece que “en el agua potable destinada al consumo humano y en las aguas minerales naturales el níquel no debe superar los 20 microgramos por litro”. En cuanto al consumo diario de este metal, que la EFSA no considera indispensable para el organismo humano, esta ha establecido una ingesta diaria tolerable (IDT) de 2,8 microgramos por kilo de peso corporal.
Estos son algunos de los alimentos que contienen más níquel:
Espinacas: La alergia al níquel es más frecuente en mujeres que en hombres, lo que se explica porque tradicionalmente hemos estado más expuestas a collares y abalorios elaborados con este metal. En este sentido, el verano es la época del año en la que se incrementan las dermatitis por contacto al níquel, ya que el cuerpo está más expuesto y se produce un mayor contacto con estos objetos. Si a esto añadimos que el sudor suele agravar el picor y el enrojecimiento y que las frutas, verduras y hortalizas de verano son las que suelen presentar un mayor contenido en níquel, esta estación es especialmente complicada para los alérgicos. Las espinacas, además de otros vegetales y hortalizas como brócoli, espárragos, puerros o cebolla, es uno de los alimentos que presentan cantidades más elevadas de níquel.
Cacao: El cacao es uno de los alimentos más ricos en níquel, de modo que conviene no excederse con su ingesta, teniendo en cuenta que se encuentra en múltiples productos como bollería, helados, snacks, etc. Según en Informe de resultados del estudio prospectivo para la determinación de níquel en el chocolate, publicado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), “considerando una concentración y consumo medios de níquel en chocolate con la exposición estimada, puede descartarse cualquier riesgo para los consumidores. No obstante, para aquellos consumidores que presenten hipersensibilidad al níquel se recomienda reducir el consumo de chocolate negro de elevada pureza”. Este mismo documento señala que “dado que la concentración de níquel depende en gran medida de la fijación del mismo por la planta (hojas y/o fruto) se estima necesario contar con la aplicación de buenas prácticas agrícolas tanto en el cultivo (tipo de suelo, contaminación ambiental, uso de abonos y plaguicidas) como buenas prácticas de fabricación en la producción de chocolate (materiales destinados al contacto con los alimentos) que eviten altas concentraciones en este metal”.
Alimentos enlatados: Todos los alimentos enlatados y en conserva pueden presentar concentraciones significativas de níquel, ya que este se asocia con la aleación de la lata. Pese a que la ingesta excesiva de níquel, tanto si somos alérgicos como si no, se ha relacionado con diversas enfermedades, el consumidor medio no debería alarmarse al respecto, puesto que las cantidades que deberíamos consumir para llegar a un punto realmente dañino son muy elevadas. Así lo señala un artículo publicado por científicos de la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR), una agencia estadounidense de salud pública federal ubicada en Atlanta (Georgia): “Los efectos más graves para la salud por exposición al níquel, por ejemplo bronquitis crónica, disminución de la función pulmonar y cáncer de los pulmones y los senos nasales, han ocurrido en personas que han respirado polvo que contenía compuestos de níquel en el trabajo en refinerías de níquel o en plantas de procesamiento de níquel”.
Frutos secos: Los frutos secos como anacardos, nueces, almendras, pistachos y avellanas, también suelen presentar altas concentraciones de níquel. Legumbres: El grupo de las leguminosas, incluyendo los cacahuetes, es rico en níquel, de modo que aquellas personas que padecen SNAS (Síndrome de Alergia Sistémica al Níquel) deben evitarlos por completo. Si no es el caso, no es conveniente eliminar las legumbres de la dieta, puesto que presentan numerosos beneficios para la salud: son ricas en fibra, en proteínas y contienen numerosos minerales. Lo ideal es incluirlas en el conjunto de una dieta equilibrada, rica en vegetales, frutas, hortalizas y cereales integrales y con el aceite de oliva virgen extra como grasa principal.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/
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