Introducción
El arreglo cosmético de las uñas puede dañar la uña o la piel circundante. Los dermatólogos deben familiarizarse con el espectro de técnicas y materiales que se utilizan (Tabla 1) para facilitar el reconocimiento de complicaciones y aconsejar sobre su uso terapéutico.
Historia de la cosmética de las uñas
El esmalte para las uñas se originó en la India con henna durante la Edad de Bronce. Las antiguas civilizaciones chinas fabricaban esmalte para las uñas con claras de huevo, flores y cera, mientras que el esmalte de oro y plata representaba a la realeza. Los antiguos egipcios usaban arcilla y henna; el rojo era para la realeza y los pasteles para las clases bajas.
A partir del siglo XVII, los cosméticos para las uñas se convirtieron en la corriente principal. El esmalte moderno para las uñas se formuló en la década de 1920, ya que la nitrocelulosa, un explosivo, se adaptó para producir una película brillante llamada laca. El esmalte para las uñas se comercializó en 1932 cuando Charles Revson agregó pigmentos para limpiar la laca; esta compañía se conoce hoy como Revlon.
Las uñas artificiales (UA) hechas de oro y piedras preciosas datan del año 600 A. C. de China. En 1957, un dentista llamado Frederick Slack inventó las extensiones para las uñas con acrílico dental.
Complicaciones de la cosmética para las uñas
Complicaciones mecánicas y traumáticas
Los procesos físicos y los materiales que se utilizan en la cosmética para las uñas pueden ocasionar complicaciones. Una técnica deficiente de corte puede resultar en uñas encarnadas, mientras que la extracción de la cutícula destruye el sello protector, lo que proporciona un portal de entrada para los patógenos (Fig. 1).
La debilidad de las uñas, la fragilidad y el adelgazamiento pueden ocurrir al llenar la placa de la uña para eliminar las crestas longitudinales y es común después de una manicura de esmalte de gel, causada tanto por el esmalte para las uñas como por la acetona que se utiliza para removerla. La decoloración de la placa de la uña también puede ocurrir después de semanas de uso continuo de esmalte para las uñas, pero se puede prevenir con una capa base. El uso a largo plazo del esmalte para las uñas y la nueva aplicación, sin quitar la primera capa pueden ocasionar granulación de queratina, que se presenta como pseudoleuconiquia que imita la onicomicosis superficial.
Las UA y otras decoraciones para las uñas se asocian con otros problemas. La oclusión de los apósitos adhesivos para las uñas provoca el adelgazamiento de la placa de la uña debido a una sobrehidratación temporal. Los taladros para las uñas, que se utilizan para limar las uñas de acrílico, pueden dañar la piel circundante y arriesgarse a perforar a través de la placa de la uña. La extracción de las uñas de acrílico requiere abrasión mecánica, lo que causa desgaste por debajo de las uñas. La onicólisis traumática también puede ocurrir al extraer las UA, al limpiar por debajo de las uñas o por extensiones para las uñas en extremo largas (Fig. 2). Las UA se unen con pegamento de cianoacrilato, que puede ocasionar una reacción exotérmica. En la literatura, hay siete reportes de casos de quemaduras cutáneas del espesor total (cinco en niños debido a derrames de pegamento durante la aplicación de UA).
Complicaciones infecciosas
La infección es la complicación más común de los cosméticos para las uñas. El agua que penetra por debajo de las uñas puede ocasionar infección, y los clientes también corren el riesgo de infección por instrumentos desinfectados de manera inadecuada. Algunos instrumentos no se pueden esterilizar, lo que aumenta la posibilidad de transmisión de enfermedades transmitidas por la sangre. Los spas para pies desinfectados de manera inadecuada que se utilizan para pedicura pueden atrapar pelusas y desechos de piel, que apoyan el crecimiento de micobacterias. Las infecciones por hongos son comunes. Los resultados micológicos de un estudio de 68 pacientes remitidos a una clínica para las uñas para evaluar los cambios en las uñas después del uso de UA mostraron que 98.5% tuvo una infección por hongos (Candida spp en 91%). El uso de UA por parte de los trabajadores en la atención médica y en la industria de los alimentos también presenta un riesgo de infección para otras personas.
Dermatitis por contacto e irritativa a los cosméticos para las uñas
La dermatitis por contacto alérgica (DCA) a los productos para las uñas se reportó por primera vez en 1937 y la DCA a las UA se reportó en 1955. La alergia por contacto ocurre con mayor frecuencia con acrilatos, resina de tolueno sulfonamida formaldehído (RTSF) y formaldehído, aunque la prevalencia de alergia a RTSF va en descenso (Fig. 3). La dermatitis irritativa puede ser el resultado de los quitacutículas que contienen hidróxido de sodio o de la acetona en los quitaesmaltes.
La DCA a (met)acrilatos se produce tras la exposición a los monómeros. La alergia al (met)acrilato afecta de manera tradicional a los dentistas, pintores y trabajadores de fibra de vidrio, pero cada vez se ve más en los técnicos y usuarios de uñas. Un análisis retrospectivo de todos los pacientes en un gran centro especializado encontró que 16 de los 241 pacientes que se evaluaron durante un período de 3 años tuvieron una reacción positiva en la prueba de parche a la serie de acrilato. En vista de la mayor prevalencia de alergia al acrilato, se agregó el metacrilato de 2-hidroxietilo de forma reciente a la serie británica estándar de dermatitis por contacto. El uso de acrilato en la industria está controlado por la legislación, pero en los cosméticos, su uso no se encuentra en regulación.
Las UA pueden ocasionar DCA local y a distancia, con hiperqueratosis y fisuras sobre las yemas de los dedos, erupciones liquenoides o psoriasiformes, paroniquia y distrofia ungueal (Fig. 4). Los recubrimientos que se evaporan pueden causar DCA en el aire que afecta la cara, el cuello y las orejas; una vez secos, sólo son alérgenos débiles. La DCA a distancia, se producen al tocar otras áreas del cuerpo cuando el monómero aún no se polimerizó o si hay monómero sin reaccionar en las presentaciones de la UA. Existe un reporte de queilitis de contacto causada por (met)acrilato no polimerizado.
Al inicio, los productos para las uñas de (met)acrilato sólo estaban disponibles en salones profesionales, pero en la actualidad los kits para el hogar se convirtieron populares. Los (met)acrilatos pueden penetrar a través de los guantes de látex, por lo que se deben recomendar guantes de nitrilo; sin embargo, estos sólo brindan hasta una hora de protección. Los guantes más efectivos son de polietileno trilaminado, pero no son prácticos. La DCA a los (met)acrilatos se encuentra en aumento, y los consumidores necesitan advertencia sobre posibles efectos a largo plazo y cómo esto puede afectar la elección de carrera (por ejemplo, odontología).
Algunos fabricantes desarrollaron esmalte “hipoalergénico” para las uñas, que no contiene RTSF. Sin embargo, estos productos aún contienen monómeros de acrilato, por lo que no son adecuados para pacientes sensibles a los acrilatos.
Riesgos de las lámparas ultravioletas para las uñas
Las lámparas ultravioleta (UV) para uñas se usan en demasía y se encuentran disponibles para la compra en el hogar. Las preocupaciones sobre la carcinogénesis surgieron después de un reporte de carcinoma de células escamosas (CCE) en el dorso de la mano en dos mujeres después de la exposición a los rayos UV durante el tratamiento cosmético de las uñas. Una de las mujeres contaba con un historial de 15 años de exposición a la UV para las uñas dos veces al mes, mientras que la otra tenía sólo ocho exposiciones a la UV para las uñas, pero tenía un historial de daño solar.
Un estudio que utilizó dosímetros y un espectrómetro para evaluar la exposición a los rayos UV de las lámparas para las uñas por menos de 10 minutos, la exposición a los rayos UV de las lámparas para las uñas es el equivalente a un límite diario recomendado para trabajadores al aire libre. Una evaluación de seguridad fotobiológica de seis lámparas de rayos UV para las uñas en tres posiciones diferentes concluyó que es permisible una exposición diaria de 2.78 h desde el más intenso de estos dispositivos. Markova y Weinstock compararon la irradiación UV para las uñas con la exposición a UVB de banda estrecha al medir la irradiancia espectral de los dispositivos UV de uñas y usaron el espectro de acción para fotocarcinogénesis para determinar el potencial carcinogénico de la lámpara UV para las uñas. Descubrieron que un curso único de UVB de banda estrecha proporciona la misma carga de UV que 250 años de tratamientos semanales de UV para uñas, y por lo tanto los tratamientos para las uñas no conllevan un riesgo significativo de manera clínica para cáncer de piel. Diffey utilizó un modelo matemático donde combinó la edad y la exposición a los rayos UV para comparar el riesgo para desarrollar un CCE debido a la exposición típica al sol con el riesgo de las lámparas UV para las uñas.. Estimaron que cientos de miles de mujeres necesitarían usar una lámpara para las uñas UV de manera regular para que una mujer desarrolle un CCE como consecuencia. Se encontró que el riesgo de las lámparas para las uñas fue de 11-46 veces menor que el de la luz solar; por otra parte, el dorso de la mano es un sitio fotoadaptado y la placa de la uña bloquea los rayos UV a la superficie de la uña.
La medicación fotosensibilizante puede contribuir a la fototoxicidad, la fotoalergia y la onicólisis. Se debe advertir a los pacientes con trastornos fotosensibles que no usen lámparas UV para las uñas. El riesgo para los ojos por las lámparas con luz ultravioleta para las uñas no se encuentra claro, por lo que se debe recomendar a los manicuristas y usuarios frecuentes que se protejan los ojos. El protector solar o los guantes sin dedos reducirán aún más el riesgo.
Uso terapéutico de los cosméticos para las uñas
La anormalidad de la uña puede afectar la función, reducir la calidad de vida y afectar la autoestima y la empleabilidad. Los trastornos de las uñas son difíciles de tratar. La cosmetología puede ser un complemento útil mientras se espera que el tratamiento funcione, o después del fracaso del tratamiento o si el tratamiento es imposible.
Los cosméticos para las uñas se pueden usar para quienes se muerden las uñas, la onicotilomanía y las uñas encarnadas. Las lacas de uñas ayudan a mantener la hidratación de las uñas al evitar el contacto con el agua y retrasar la evaporación. También pueden suavizar las crestas y camuflar distrofias/discromías leves. El esmalte para las uñas puede disfrazar la onicomicosis en aquellos que no desean medicación oral. Para la distrofia ungueal moderada, son útiles las uñas de gel o acrílicas. Las anormalidades en la forma de las uñas pueden mejorarse con extensiones para las uñas. Las prótesis de las uñas se pueden usar para la anoniquia.
Conclusión
El uso de cosméticos para las uñas va en aumento, con un cambio de aplicación del salón al hogar, aunque la frecuencia de complicaciones es baja. Por lo general, es innecesario aconsejar a los pacientes que suspendan el uso de cosméticos para las uñas. Los dermatólogos deben comprender los procesos involucrados y las complicaciones asociadas a fin de facilitar el tratamiento adecuado y aconsejar sobre el uso seguro (Tabla 2, Fig. 5). Los dermatólogos deben ser conscientes de que el uso de cosméticos para las uñas puede enmascarar las pistas de diagnóstico y deben ser capaces de aconsejar sobre su uso para camuflar las condiciones antiestéticas de las uñas.
Dinani, N. and George, S. (2019), Nail cosmetics: a dermatological perspective. Clin Exp Dermatol, 44: 599-605. doi:10.1111/ced.13929
Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL, Monterrey, México
Dra. Med. Sandra Nora González Díaz Jefe y Profesor
Dra. Marisela Hernández Robles Profesor
Dra. Natalhie Acuña Ortega Residente 1er Año
Dra. Alejandra Macías Weinmann Profesor
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